Resumen. -
La mina de plata de Guadalcanal
(Sevilla) es una de las principales minas históricas españolas. Su riqueza hizo
pensar que este yacimiento era el Potosí español, por eso, en 1555, el Estado
se hizo cargo del mismo. Por ella pasaron importantes personajes, tales como
Francisco Mendoza, Antonio Boteller, Juanelo Turriano, Jerónimo de Ayanz, los
Fúcares, Lieberto Wolters, María Teresa Herbert, Thomas Sutton, Louis Le Camus,
Guillermo Bowles, Cristóbal Störr, Juan Martín Hoppensak, Zacarías Helms,
Fausto Elhuyar, Francisco de la Garza, el Marqués de la Remisa, Duncan Saw,
etc. Este trabajo es una síntesis histórica de las minas. En ella podemos ver
las innovaciones y la evolución de las técnicas productivas.
Algunos datos históricos. -
Introducción. -
La mina de Pozo Rico se sitúa al E-NE de
Guadalcanal, en la zona del Arroyo Molinillo, cerca del término municipal de
Azuaga (Badajoz) (2º 05’ 30’’ y 38º 06’ 20”).
Estas labores tuvieron una gran
importancia histórica, en relación con la extracción de plata, sobre todo
durante la segunda mitad del siglo XVI. En aquellos años, el metal se obtuvo a
profundidades inferiores a los 56m (67 varas) (Goetz Phillipi, 1919), aunque
después se ampliaron notablemente las labores. En la zona hay vestigios mineros
muy antiguos, pero la documentación escrita disponible (muy abundante) aparece
sobre todo a partir de 1555, a raíz del redescubrimiento del criadero.
Pozo Rico suena muy parecido a Cerro
Rico, nombre dado a las minas de Potosí (Bolivia), descubiertas en 1545; a
mediados del siglo XVI, y hasta principios del XVII, fue una de los principales
productores de plata del Mundo. Las minas de Guadalcanal se convierten en la pretensión
o esperanza de ser el Potosí español.
Se trata de una mineralización asociada
a filones hidrotermales Pb-Zn-Cu-Ag de la Zona de Ossa Morena (en el flanco Sur
del Macizo Hercínico). Estos filones, N 60-70º E, rellenan estructuras
distensivas variscas. La mineralización encaja en rocas del Cámbrico Inferior (Serie
Malcocinado). Según García Cortés et al. (2011):
“La paragénesis es compleja: como minerales
principales, galena argentífera, esfalerita, cuarzo, platas rojas (pirargirita),
tetraedrita y ganga de carbonatos (calcita); como accesorios pirita,
calcopirita y sulfosales complejas de Pb-Ag-Cu”, existiendo también, entre
las gangas, la barita. La minería anterior al siglo XVIII se realizaba, como
era típico en la época, completamente dentro del cuerpo mineralizado, así las
galerías seguían al filón y se realizaban anchurones en las bonanzas.
Al estar la mina y sus instalaciones en
una finca privada cercada, se han preservado en parte de su destrucción y
todavía se aprecian algunos restos de edificios y estructuras antiguas. Varios
de los pozos, caso de San Antonio, han sido cegados. Frente al pozo principal
se está produciendo un importante y peligroso proceso de subsidencia, que en un
futuro no muy lejano tal vez impida el acceso a estas minas.
En el municipio de Guadalcanal hay otra
mina de plata interesante, llamada Potosí. A las dos minas de plata
mencionadas, se han sumado otras más modernas de plomo, carbón y otras sustancias.
Nosotros centraremos el estudio en la mina de Pozo Rico y colindantes.
Este estudio se enmarca dentro del proyecto Patrimonio
Histórico Minero de Andalucía (P06-HUM-02159), en el marco del programa Proyectos
de excelencia en equipos de investigación, de la Consejería de Innovación, Ciencia
y Empresa de la Junta de Andalucía, dirigido por Víctor Hurtado, que junto Mark
Hunt, tuvimos la ocasión de realizar trabajos de campo en este lugar.
Labores antiguas. -
En el plano que realiza Goetz Phillipi
(1919) de las concesiones mineras existentes en torno a Pozo Rico, representa
la posición de una villa romana. Cerca de este lugar hemos comprobado que
existen unas explotaciones mineras antiguas, tipo rafas. Claude Domergue (1979)
también identifica labores romanas, pero en la zona de Mina Potosí, que es otra
mina del municipio.
La prospección arqueológica llevada a
cabo en la otra mina mencionada, Potosí, por Hunt (2000) y Hunt et al (2010),
han puesto en evidencia la existencia en la zona de una fase de explotación en
el Calcolítico final, así como otras de época Ibérica y Romana imperial, junto con
otras más modernas.
Manuel Colmeiro (1863, I: 246),
aludiendo sin citarlos a cronistas de la época islámica, dice que: “La plata
existía en abundancia en las inmediaciones de Murcia, Alhama y Gudalcanal”.
Se conjugan datos para pensar en una continuada actividad extractiva minera a
lo largo de la historia, pese a posibles pausas.
Redescubrimiento de la mina de Pozo Rico. -
Señala Tomás González (1831, I: I) que
las célebres minas de Guadalcanal se descubrieron en verano del año de 1555 y “se
labraron por cuenta de la Real Hacienda hasta finales del de 1576”. Tomás
González hizo una recopilación de los documentos existentes relativos a estas
labores, pretendiendo dar: “noticia exacta de las famosas minas de
Guadalcanal, que hasta ahora se reputan por ser las más productivas de cuantas
se han cultivado, no sólo en España, sino en la misma América” (Tomás
González, 1831, I: IV)
Dos vecinos de la villa, uno llamado
Martín Delgado y poco después un familiar de este, llamado Gonzalo Delgado, redescubren
y registran las minas, pero como señala Sánchez Gómez (1989: 334) en base a
documentos del archivo de Simancas: estos tenían una absoluta
falta de condiciones económicas, que “junto a su
nula experiencia empresarial, lleva a ambos a establecer conciertos (cesión
de derechos mineros) con otras personas para emprender el laboreo de una mina
que ya desde el principio prometía riqueza”. Martín Delgado era un indiano,
un personaje que había “hecho las Américas”, que conocía la importancia de la
minería del Nuevo Mundo, y por ello se había dedicado a prospectar su
territorio, sin embargo, parece ser que Gonzalo era de escasa formación y
luces.
No sólo había mineral en los filones
aflorantes, sino también “rastro de mina antigua, aunque de la solo se ven
los pocos y minas”. Parece ser que antes habían estado por allí unos
alemanes que: “quisieron ver lo que había en ella y la empezaron a limpiar y
hallaron unas minetas grandes cegadas… que dieron bien a entender su antigüedad”
(Sánchez Gómez, 1989: 332-385)
El 11 de octubre de 1555, el Gobernador
de la provincia, Gastón de Peralta, Marqués de Falces (1510-1587), recibe
Cédula de su Majestad, donde se señala: “soy informado que en esa provincia
en término de la villa de Guadalcanal y otras partes cerca de ella se han
descubierto ciertas minas de plata (...) diz que hay una (…) parece
ser que muy rica; é que sobre ella hay y ha habidoalgunos pleitos” y pide
información (González, 1831, I: 33). Son muchos los que, en corto periodo de
tiempo, pretenden derechos sobre las minas y se suceden los recursos. Entre
ellos están Diego de Vargas Carvajal, heredero del doctor Lorenzo Galíndez de
Carvajal (1472-1528), que había recibido merced, en 1513, sobre las minas del
obispado de Badajoz y Juan Ceder (castellanización de Hans Scheler), en base a
un contrato de 1553 y con derechos sobre las minas del obispado de Córdoba y
otros lugares (contrato con duración de diez años, texto que recoge
íntegramente en su obra Tomás González, 1831, I). Juan Ceder era un bávaro que
había pasado a Almagro al servicio de los Fugger (Fúcares), llegando a
administrar las minas de Almadén.
El 17 de octubre se ordena a Juan de
Palencia y Pedro de Valencia que hiciesen detener las operaciones extractivas
mineras y para ello se pusiera vigilancia, pero que los operarios de las minas
(naturales de otras zonas, como Hornachos, Fuenteovejuna y Azuaga, así como los
propios de Guadalcanal), caso de moledores, lavadores, fundidores y folladores
(los que accionaban los fuelles), afinadores, etc., aprovechen el mineral ya extraído,
y que el metal obtenido se registre, selle y quinte. De la relación de oficios
se deduce que al principio la plata se obtenía por fundición.
En el mismo mes de octubre el Rey envía a Agustín de
Zárate (1514-1560), contador de la Casa Real y que había residido en las
Indias, para que pasara por Guadalcanal y averiguase la cantidad de metal que
se había sacado de las minas y que las pusiese en cobro.
También se decía se admitiese a Juan Ceder
para la explotación de las minas y se estableciesen tres libros de contaduría
(1.-Gastos de extracción, 2.-Costes de lo que se extrajese, fundiese o afinase.
3.-Gastos del proceso de beneficio), así como se nombrase a administradores regios,
para que llevasen cuentas, custodiasen los metales bajo llave y así no hubiese
pérdidas ni fraudes.
También se debía garantizar el
combustible para la fundición y madera para el sostenimiento de los pozos. De esta
forma, Agustín de Zárate llega a Guadalcanal el 6 de noviembre de 1555,
señalando que se habían sacado de la mina principal (la de Martín Delgado): “más
de treynta mil ducados”, ganancia enorme para tan corto periodo de tiempo,
y que de ellas “saldrá tanta riqueza quanta jamás se ha visto ni oído en
estos reinos”. La otra mina (la de Gonzalo Delgado, que ya había perdido la
propiedad sobre ella) era menos rica.
También informa de la existencia de
fuslinas (instalaciones metalúrgicas) en casas particulares, lo que favorecía
los extravíos.
Y comenta, asimismo, la detención en
Sevilla, por orden suya, de Martín Delgado, que había salido de viaje con un
importante cargamento de plata, al enterarse de la inminente llegada de Zárate
(González, 1831, I). Con la llegada de este enviado regio, podemos decir que la
mina queda embargada.
ETSI Minas y Energía, Ríos Rosas 21, 28003 Madrid