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domingo, 11 de julio de 2021

El linaje Sfrondato y Guadalcanal

Comendadores de Guadalcanal


    El profesor Stefano Sfrondato del Instituto Italiano di Cultura, nos envía este articulo sobre la conexión del linaje Sfrondato y Guadalcanal.

    Nuestro apellido entró a formar parte de la nobleza española a través de la incorporación a la Casa de los Austria y su servicio del rey Felipe II de España y de Nápoles, Cerdeña y Sicilia entre otras tierras del gran imperio español del siglo XVI, entre otros cargos, aparecen tres individuos del linaje Sfrondato como comendadores de la Villa de Guadalcanal, situada al sur de la provincia de León de Extremadura bajo la Orden de Santiago.

    HÉRCULES SFRONDATO, Duque de Monte Marchano, Conde de la Rivera del Lago de Como y de Ripano, Barón de Valsasino, Señor de las Escuadras y del Monte Ynstrose, General de las Armas de la Iglesia, fue Comendador de Guadalcanal por merced de Felipe II, hecha en gracia del Pontífice Gregorio XIV, su tío, y de ella se le dio título en San Lorenzo, a 23 de octubre de 1583, refrendado de Francisco González de Heredia y firmado de Don Diego López de Ayala, Licenciado Bonifaz, Don Francisco de Contreras y Don Juan de Ocón. En él no hay otros términos que los que comúnmente sirven a semejantes instrumentos, ni Diego de la Mota, haciendo mención del Duque en su «Catálogo», página 312, dice de él otra cosa que «Hércules Sfrondato, Duque de Monte Marchano, sobrino del Papa Gregorio XIV, fue General en Francia por Su Santidad», y aun no le conoció la Encomienda. Túvola hasta el año 1621, en que la renunció en manos de Su Majestad y a favor de su hijo Don Valeriano Sfrondato, como luego diremos.

    Era este Comendador nieto de Francisco Sfrondato, Senador de Milán y después Cardenal de la Santa Iglesia, estando viudo de Ana Vizconte, hija de Antonio Vizconte, Señor, en parte, de Soma, Ayo del Duque de Milán y de su Consejo secreto, y de Magdalena Tribulcio, su mujer. En esta Señora tuvo a Nicolás Sfrondato, Cardenal Obispo de Cremona, después Pontífice Sumo con el nombre de Gregorio XIV, y a Pablo Sfrondato, Barón de la Rivera, Caballero de la Orden de Santiago, que casó con Segismunda de Este, hija de Segismundo, Señor de San Martín de Ruberto y de Justina Tribulcio, progenitores de los Marqueses de Este y de Bargomanero, y fueron sus hijos: Hércules, Duque de Montemarchano; Paulo Emilio, Cardenal del título de Santa Cecilia; Francisco, Barón de Valsasina, Marqués de Montafia. Comendador de Daimiel en la Orden de Calatrava, Castellano de Sant Ángelo y General de la Armada Naval del Pontífice, su tío, y Ana Sfrondato, mujer de Hércules Vizconte, Conde de Saliceto, Señor de Rh°. El Duque de Montemarchano, nuestro Comendador, casó el año 1571 con Lucrecia Cibo, como lo escribe Herrera en la tercera parte de la «General del Mundo», libro VII, capítulo 8°, hija de Alberico, Príncipe de Masa, Marqués de Socierano de Carrara, Duque de Ayelo, Conde de Firentillo, y de Isabel de Capua, su segunda mujer, y fue hijo de ambos Don Valeriano Sfrondato, Conde de la Rivera, cuyo será el capítulo siguiente.

    DON VALERIANO SFRONDATO, Conde de la Rivera del Lago de Como, fue Merino de Felipe IV, Gentilhombre de la Cámara del Cardenal Infante, su hermano, y Comisario General de Milán. Sucedió a su padre en la Encomienda de Guadalcanal, 7 porque el año de 1621 la renunció en manos de Su Majestad, y por gracia suya la tuvo su hijo, como parece por el título que se despachó en Madrid, a 28 de agosto de aquel año, firmado de Felipe IV, refrendado de Alonso Núñez de Valdivia y Mendoza, su Secretario, y firmado, también, del Marqués de Caracena, Presidente; Don Juan Serrano Zapata, Don Luis de Villavicencio v Doctor Don Pedro de Guzmán, Consejeros de las Ordenes. 

    Está dirigido al Licenciado Juan de Avalos Altamirano, Capellán de Su Majestad, freile de la Orden, y dice: «Sabed que la Encomienda de Guadalcanal, que es de la dicha Orden, está al presente vaca por dejación que de ella en mis manos hizo Don Hércules Sfrondato, Caballero de la dicha Orden, Duque de Monte-marchano, último Comendador que fue de ella, y a mí, como Administrador susodicho, pertenece nombrar persona del hábito de la dicha Orden qué sea proveído de la dicha Encomienda. Por ende, acatando los muchos y buenos servicios que Don Valeriano Sfrondato, su hijo, Caballero profeso de la dicha Orden ha hecho a mí y a ella y espero que hará de aquí adelante y a sus méritos y costumbres, por esta mi carta le nombro para que sea proveído de la dicha Encomienda, etc.»

    En el viaje del Cardenal Infante Don Fernando a Flandes le sirvió mucho el Conde de la Rivera, como se lee en el libro de' Don Diego de Ahedo, y finalmente pasó de esta vida en 15 de septiembre de 1645. Y Su Majestad, en Zaragoza, a 9 de septiembre del año siguiente, dio título de Administrador de esta Encomienda a Don Rodrigo de Ayala, Caballero de la Orden. Casó con Doña Paula Camila Marliano Sfrondato.

    DON HERCULES SFRONATO, Conde de la Rivera, Caballero novicio de la Orden, sucedió al Conde Don Valeriano, su padre, en el goce de la Encomienda de Guadalcanal, porque Felipe IV le hizo merced de ella, y por no tener más que once años el de 1646 dispensó el Pontífice Inocencio X para que, sin hacer la profesión, pudiese gozarla. En virtud de esto se le despachó por el Consejo de las Ordenes título de Administrador, con goce de frutos, en Madrid, a 13 de febrero de 1649, firmado de Felipe IV, refrendado de Gregorio de Tapia, su secretario, y firmado de Don Diego Rodríguez Valtodano, Don Francisco de Borja y Aragón, Don Pedro de Alarcón de Ocón y Don Antonio de Benavides, todos del Consejo de Ordenes. En virtud de este título y de poder que en 8 de marzo del mismo año dio Doña Paula Camila Marliano, Condesa de la Rivera, madre y tutora del Conde Don Hércules, se tomó por su parte posesión de la Encomienda. 

    Y estando en ella le puso pleito en el Consejo de las Órdenes Don Gaspar Juan Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, Conde de Niebla, diciendo que Su Majestad, en Cédula secreta de 20 de agosto de 1629, hizo merced a su abuelo, Don Manuel Alonso. Pérez de Guzmán el Bueno, Duque de Medina Sidonia, por sus servicios y por una leva que ofreció y cumplió de dos mil Infantes de la futura sucesión de una de tres Encomiendas: la de Guadalcanal, en Santiago; la del Viso, en Calatrava, y la de Cabeza de Buey, en Alcántara, la primera que de ellas vacase, y con qué los años que tardase en entrar a gozarla los tuviese de supervivencia. Y que, por otra Cédula de 8 de agosto de 1637, habiendo fallecido el Duque sin gozar alguna de las tres Encomiendas, hizo Su Majestad merced al Conde de Niebla, su nieto, de la futura de una de ellas. 

    Y en otra Cédula del mismo día quiso Su Majestad que el Duque Don Manuel Alonso, y sus herederos en su nombre, tuviesen de supervivencia en la Encomienda en que el Conde entrase los mismos años que había desde el de 1628 hasta el de 1636, en que falleció a 20 de marzo. 

    Y que siendo esto así no podía el Conde de la Rivera gozar de la Encomienda de Guadalcanal, supuesto que, por el fallecimiento del Conde, su padre, tuvo lugar la merced hecha al de Niebla. El Conde de la Rivera opuso a esto el título que se le había despachado, y el Consejo de las Ordenes, por sentencia de 22 de octubre de 1654, declaró pertenecer la propiedad de esta Encomienda al Conde de Niebla y condenó al de la Rivera a que se 8 la dejase libre y le restituyese todos los frutos que de ella habían procedido durante la litis contextation

    De esto se le dio ejecutoria al Conde de Niebla, y habiendo apelado el de la Rivera, después él y en su nombre el Capitán Don Ambrosio Monti, se convino con el Conde de Niebla, y por escritura otorgada en Madrid, a 23 de febrero de 1661, ante Francisco Jacinto Vélez, Secretario del número, se apartó y desistió de la apelación y pleito y de otra cualquier pretensión que tenía a la Encomienda de Guadalcanal y renunció su derecho en el Conde de Niebla, consintiendo se le despachase título de ella, y el Conde le remitió y perdonó los frutos que había percibido. Lo cual aprobó el Consejo, y quedó así esta Encomienda para el Conde de Niebla.

  Stefano Sfrondato

Napoli 20/10/20 

lunes, 15 de junio de 2020

Guadalcanal siglo XV

Documentos sobre Enrique IV de Castilla

Documento 178
1445, agosto, 31. Ávila, iglesia de Santiago del Arrabal.
Capítulo de la Orden de Santiago celebrado para la elección de maestre, por encontrarse vacante el maestrazgo por la muerte de Enrique, infante (de Aragón), y recayendo la elección en Álvaro de Luna, condestable de Castilla, conde de San Esteban. Se hallan presentes: Juan Díaz de Cornado, prior de Uclés, lugarteniente de maestre; Gabriel Manrique, comendador mayor de Castilla; García López de Cárdenas, comendador mayor de León; Fernando de Portugal, comendador de Oreja; Lope de Stúñiga, comendador de Guadalcanal; (…) todos ellos “son del número de los trece de la dicha Orden”; “y otros cavalleros y freires clérigos y legos della juntos capitularmente”.
El 2 de septiembre de 1445 se celebró definitivamente el capítulo, estando presentes: Juan Díaz de Cornado, prior de Uclés; Alfonso Fernández, prior de San Marcos de León; y los sobredichos “treces”, freires y caballeros, “juntos capitularmente en el coro de la yglesia mayor de dicha cibdad”. Por hallarse ausentes algunos de “los trece”, imprescindibles para la elección, hubo determinadas representaciones (...)
RAH, col. Salazar, 9/816 (ant. M-9), fol. 301-303. Copia de un amanuense de Salazar, sacada del archivo ducal del Infantado. Reg. Índice, vol. 30, p. 69.

Documento 1678
1462, noviembre, 2. Toledo.
Acuerdo del Ayuntamiento de Toledo, sobre la prisión del comendador (de Guadalcanal, en la Orden de Santiago), Lope de Zúñiga, sobre haber forzado las puertas del convento de monjas de Santo Domingo, y quebrantado su clausura, para sacar a la fuerza a María de Guzmán, su mujer, que estaba depositada en dicho convento.
RAH, col. Salazar, 9/1087 (ant. O-6), fol. 171-172v. Copia de letra del siglo XVII, obtenida del archivo de los condes de Villaverde. Reg. Índice, vol. 40, p. 468.

Documento 1772
1463, agosto, 25. Tendilla.
Escritura de fundación del monasterio de Santa Ana de Tendilla, de la Orden de San Jerónimo, que otorgó Íñigo López de Mendoza, [I] conde de Tendilla, señor de Sangarrén, donando para ello su iglesia y ermita de Santa Ana a favor de fray Juan Melgarejo, como prior y en nombre de la comunidad de San Isidoro [del Campo, Santiponce], cerca de la ciudad de Sevilla, con el fin de realizar dicha fundación con monjes de este cenobio. También se recoge la toma de posesión de la ermita por el citado religioso, junto con fray Vasco de Guadalcanal y fray Gonzalo de Valderrama, profesos igualmente de San Isidoro del Campo, dejando al cargo del lugar a Juan González, trapero vecino de Tendilla, hasta que llegaran los monjes fundadores. Ante Juan Páez de Peñalver, notario público por las autoridades apostólica, real y arzobispal de Toledo, y los siguientes testigos: Diego González de Guadalajara, contador del conde de Tendilla; Alfonso Fernández Ballestero y Alfonso Martínez Mingote, escribanos reales; Martín García de Nicolás.
RAH, col. Salazar, 9/808 (ant. M-1), fol. 128-128v. Copia simple de letra del siglo XVII. Reg. Índice, vol. 28, p. 262. RAH, col. Salazar, 9/808 (ant. M-1), fol. 129-131.

Documento 1787
1463, noviembre, 30. Llerena.
Testamento otorgado por Juan Alfonso de Novoa, comendador [de los bastimentos de la provincia de León], en la Orden de Santiago, realizado ante Francisco Sánchez de Córdoba, escribano y notario público, y en el que dispone mandas sobre diversos bienes y rentas, algunos de ellos en Fuente de Cantos y Llerena (actual provincia de Badajoz), Guadalcanal (Huelva), Jaén y Los Hinojosos (Cuenca), para las siguientes personas: criados y criadas; su escudero Pedro de Arana; Catalina de Arana, quien le había atendido en sus enfermedades; su hija Inés; su nieta Teresa, hija de Juan de Mendoza y de su hija Isabel; su hija Teresa; su mujer María de Lara; su hija Isabel, esposa de Juan de Mendoza. Previamente, había renunciado a su encomienda a favor de su hijo Juan de Montealegre.
Nombra como albaceas: el licenciado Miguel Ruiz de Talavera, su consuegro; el comendador Juan de Montealegre, su hijo; su nieto Fernando, hijo de Juan de Montealegre.
RAH, col. Salazar, 9/808 (ant. M-1), fol. 216-217. Copia autógrafa de Salazar. Reg. Índice, vol. 28, p. 194.

Documento 1789
1463, noviembre, 30. Llerena.
Extracto del testamento del comendador Juan Alfonso de Novoa: Enterramiento en la iglesia de Santa María. Celebración de misas por su alma y la de sus padres. Diversas mandas a sus criados. A su escudero Pedro de Arana, las primicias de Fuente de Cantos. Encarga a su hijo, el comendador Juan de Montealegre, y al licenciado, su consuegro, que cumplan con todas sus disposiciones y que acudan a Catalina de Arana con las primicias de Guadalcanal, a quien además otorga todos sus muebles. Se guarde la venta que hizo a dicho licenciado de sus bienes en los Finojosos, lugar de la Orden de Santiago, y en el Finojosal de Belmonte, lugar de Juan Pacheco, marqués de Villena. A doña Teresa, su nieta, hija de Juan de Mendoza y de su hija Isabel, cierta cantidad de dinero, joyas y plata que él dejó en poder de doña María Álvarez de Lara, su mujer, cuando salió de Socovos. A su hija Teresa ciertas cantidades de ajuar. Constituye heredera universal a su hija Isabel, mujer de Juan de Mendoza. 10) A su nieta Inés las casas de Jaén. Francisco Sánchez de Córdoba, escribano del rey y notario público de Llerena.
RAH, Col. Diplomática de España, 11/9089, doc. 49. Sacado de Salazar, Historia de la Casa de Lara, tomo 4, pág. 616.

Documento 2033
1465, junio, 20. Carrión.
Carta de Juan Manrique, vicario general perpetuo en las vicarías de Santa María de Tudia y Reina, nombrando a Ferrand Matheos, clérigo de la iglesia de Señora de Santa María, de la villa de Guadalcanal, juez y vicario en dicha villa, perteneciente a la jurisdicción de sus vicarías.
RAH, Col. Diplomática de España, 11/9089, doc. 104. Sacado de Bularium Ordinis Militaris Sancti Jacobi, p. 428.

Documento 2247
1466, agosto, 30. Toledo.
Escritura de fundación del patronato del monasterio de Santa Catalina, de Toledo, por Lope de Zúñiga, comendador de Guadalcanal, en la Orden de Santiago.
RAH, col. Salazar, 9/1087 (ant. O-6), fol. 173. Copia de letra del siglo XVII, obtenida del archivo de los conde de Villaverde. Reg. Índice, vol. 40, p. 468.

Documento 2275
1466. s.l.
Noticia del patronato de Lope Ortiz de Zúñiga, comendador de Guadalcanal,
de la Orden de Santiago, sobre el convento de Santa Catalina de Toledo.
RAH, Col. Diplomática de España, 11/9089, doc. 150. Sacado de Maldonado, Bibliotheca del Marqués de Montealegre, fol. 134; en el Índice de los 14 tomos de Privilegios, tomo 6.

Documento 2713
1469, octubre, 20. Los Santos.
Noticia de la confirmación por el maestre (de la Orden de Santiago) Juan Pacheco de los privilegios, mercedes, franquezas, buenos usos, costumbres, fueros y sentencias de visitadores a favor de la villa de Llerena realizada en el Capítulo General. Añade la noticia de su confirmación por los Reyes Católicos en Tordesillas, el 6 de junio de 1494, según consta en los privilegios de dicha ciudad, que se encuentran en su archivo, con seis testimonios dados por Juan Joseph Murillo: el primero de la dehesa del Canchal; el segundo de la dehesa del Encinar; el tercero de los privilegios de la alcaidía y comunidad de pastos con Reina y Guadalcanal, y aprovechamiento en Maguilla; el cuarto, confirmación de todos los privilegios de Llerena por el maestre Juan Pacheco; el quinto, confirmación por los Reyes Católicos en 1494; el sexto, la sentencia sobre el ensanche y señalamiento de la dehesa para Llerena.
RAH, Col. Diplomática de España, 11/9090, doc. 216. Sacado de Chaves, Apuntamiento legal, fol. 174v.

Documento 3088
1471, diciembre, 28. Toledo.
Carta de desafío enviada por Lope Ortiz de Stúñiga, (comendador de Guadalcanal), por medio de Alonso Valiente, su trompeta y oficial de armas, a Pedro López de Ayala, conde de Fuensalida, [señor de la villa de Casarrubios], permitiéndole que escoja el lugar que quiera para el combate en sus propios lugares y tierras, e indicando que sólo llevará dos servidores que le armen y administren sus cosas.
BN, Ms.res. nº 226-27. Original en una hoja en folio. Firma del otorgante. Carta partida por A, B, C. Reg. Índice, vol. 1, p. 462.
RAH, col. Salazar, 9/440 (ant. F-34), fol. 30-33v. Copia manuscrita simple del siglo XVI. El original era una carta partida por A, B, C. Reg. Índice, vol. 20, p. 273.

Documento 3091
1471, diciembre, 29. Guadamur.
Respuesta de Pedro López de Ayala, conde de Fuensalida, señor de la villa de Casarrubios, a Lope Ortiz de Stúñiga, comendador de Guadalcanal, quien le había mandado una carta de desafío por medio de Alonso Valiente, trompeta y oficial de armas del segundo, y que acepta.
Firmada por el conde, con su sello y partida por A, B, C.
RAH, col. Salazar, 9/440 (ant. F-34), fol. 33v-34v. Copia manuscrita simple del siglo XVI. El
original era una carta partida por A, B, C. Reg. Índice, vol. 20, p. 273.

Documento 3094
1471, diciembre, 31. Guadamur.
Segunda respuesta de Pedro López de Ayala, conde de Fuensalida, señor de Casarrubios, a Lope Ortiz de Stúñiga, comendador mayor de Guadalcanal.
RAH, col. Salazar, 9/440 (ant. F-34), fol. 37-38. Copia manuscrita simple del siglo XVI. Reg. Índice, vol. 20, p. 273.

Documento 3102
1472, enero, 17. Toledo.
Nueva réplica de Lope Ortiz de Stúñiga, comendador de Guadalcanal, a Pedro López de Ayala, conde de Fuensalida, señor de Casarrubios. Le acusa de rehuir el desafío de enfrentarse personalmente entre ellos, a pesar de haberle ofrecido que lo hiciesen en las tierras del conde. Dice que él [el comendador], sin embargo, ha demostrado su valentía en catorce desafíos con otros caballeros, de los que acudieron doce, y de ellos diez lo hicieron en paso de Órbigo, y los otros dos en Segovia y Roa, habiendo salido vencedor en todos los casos. Le dice que si finalmente se decide a entrar en combate con él y le mata (el conde al comendador), le dejará por universal heredero de todos sus bienes, en premio de caballería; si, por el contrario, vence el comendador, se dará por contento simplemente con el galardón de la venganza y victoria; y se compromete a cumplirlo.
RAH, col. Salazar, 9/440 (ant. F-34), fol. 38-40v. Copia manuscrita simple del siglo XVI. El original era una carta partida por A, B, C. Reg. Índice, vol. 20, p. 273.

Documento 3901
s.a., septiembre, 20. Villaverde.
Carta de Juan II a Lope Álvarez de Henestrosa, comendador mayor de León (en la 0rden de Santiago), “como aquél de quien mucho fío”, respondiéndole a la que le envió por medio de Manuel García, su criado, y ordenándole que se entreviste con el condestable [Álvaro de Luna] para tratar del servicio al monarca, además de hacerle merced de los bienes del comendador de Guadalcanal. Firmas del rey y del doctor Fernando Díaz de Toledo, oidor, refrendario y secretario real.
RAH, col. Salazar, 9/808 (ant. M-1), fol. 235-235v. Copia simple de letra del siglo XVII, obtenida del original en el Archivo de Écija y del traslado autorizado en el archivo del marqués de Peñaflor. Reg. Índice, vol. 28, pp. 268-269.



Nota. - Curiosamente en el documento 1787 y otras referencias dentro del libro se cita a Guadalcanal como provincia de Huelva, consultado a uno de los redactores por e-mail, me comenta que es una mala transcripción de datos de los actualizadores del libro.

Hemerotecas

domingo, 24 de mayo de 2020

Hurtado de Mendoza y de la Cerda, D. Diego

Comendador de Guadalcanal, Poeta y Diplomático Español 

(Granada 1503 – Madrid 14/08/1575). Nieto del Cardenal Mendoza, e hijo de Diego Hurtado de Mendoza y Diego y Ana de la Cerda y Castro. Fue primer Príncipe de Mélito, Duque de Francavila, Marqués de Algecilla, Señor de Miedes y Mandayona y de la Puebla de Almenara, Virrey y Capitán General de Aragón y Cataluña, de los Consejos de Estado y Guerra de Su Majestad, Presidente de los de las Órdenes en Italia, Comendador de Villahermosa y Trece.
Fue Comendador de Guadalcanal en sucesión al Secretario Juan Vázquez de Molina, como parece por el título que Felipe II le firmó en San Lorenzo el Real, a 12 de agosto de 1571, refrendado de Martín de Gaztelu y firmado de Don Fadrique Enríquez, Doctor Rivadeneyra, Licenciado Diego de Castejón y Doctor Luzón, freile de Santiago, Capellán de Su Majestad, y dice: «Sabed que la Encomienda de Guadalcanal está al presente vacía por fallecimiento del Secretario Juan Vázquez de Molina, ya nos, como Administrador susodicho, pertenece nombrar persona del hábito de la dicha Orden que sea proveído de la dicha Encomienda. Por ende, acatando los muchos y buenos servicios que Don Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, Príncipe de Mélito, Duque de Francavila, Comendador que hasta aquí ha sido de Villahermosa, ha hecho a nos y a la dicha Orden y esperamos que hará de aquí adelante y sus méritos y costumbres, por esta nuestra carta le nombramos para que sea proveído de la dicha Encomienda de Guadalcanal, ...>>
Granadino de nacimiento. Después de mucho viajar, de una vida larga y fructífera, falleció en Madrid. Como otros varones de su tiempo, don Hurtado de Mendoza fue un verdadero hombre renacentista. Sabía el griego, el latín, el árabe y el italiano. Fue diplomático, militar y, sobre todo para bien de la literatura, excelente poeta. Procedía de gran alcurnia, pues entre sus antepasados se cuenta al Marqués de Santillana, don Íñigo López de Mendoza. Entre sus virtudes, sobresalen su excepcional don de gentes, su arte de la conversación, su carácter franco y abierto y su destreza en las armas. En el campo diplomático, tuvo una carrera brillante. Fue embajador en Italia y asistió al famoso Concilio de Trento como diplomático. También ocupó el cargo de Gobernador en Siena. A causa de un altercado como otro noble, el Rey lo desterró a Andalucía. Gran poeta, lleno de emoción y sencillez, pero grandilocuente en su forma y, ambos de perfección incuestionable.
El Comendador Hurtado de Mendoza, era el hijo menor de Íñigo López de Mendoza y de Francisca Pacheco. Fue hermano del tercer Conde de Tendilla Luis Hurtado y tío del cuarto Conde Íñigo López de Mendoza. Era hombre con faz poco agraciada, de hercúleas fuerzas y de carácter diferente a sus famosos hermanos. Se cuenta que paró a un toro en La Alhambra sujetándole con sus manos de los cuernos. 
Era devoto de su hermana María Pacheco para quien solicitó el perdón real, y asimismo amigo de Santa Teresa de Jesús. 
No se casó, aunque se le conocen aventuras galantes. Se le supuso enamorado de Marina de Aragón (1523-1543), bella hija del Conde de Ribagorza, a la que escribió un sentido poema "In memoriam" tras su pronta muerte. El mismo relata que sufrió la amputación de un testículo inflamado que le producía fuertes dolores. 
Según Gregorio Marañón fue el más ilustre de la familia (tras del primer Marqués de Santillana, claro). Fue literato, político, guerrero y muy culto. Hablaba árabe, latín y griego, siendo discípulo en la Universidad de Pedro Mártir de Anglería, junto con los marqueses de Vélez y de Mondéjar (su hermano). 
Tras unos pleitos con su hermano Luis por la herencia paterna, vendió su parte y entró en la carrera diplomática. Embajador de Carlos V en varias cortes italianas, gustó allí de la filosofía aristotélica. Estuvo en Venecia en 1527 logrando que la Serenísima no diera por concluidas sus negociaciones con el Gran Turco y que se descubrieran las negociaciones secretas de Francisco I y el Sultán (en 1526 la madre de Francisco negociaba con el sultán mientras su hijo estaba prisionero, y Francisco firmaría un tratado con él en 1534). El propio Diego afirma que visitó a su hermana María Pacheco en su destierro en Oporto, antes de morir ella en 1531. 
Participó en una embajada en Inglaterra en 1538 y durante su embajada en Venecia desde 1539 frecuentó artistas, damas e incrementó su biblioteca, ya célebre en 1543. Embajador en el Concilio de Trento (1545), cuando el Congreso se trasladara a Bolonia tuvo desavencias con el Papa Paulo III quien le dijo que "parara en mientes en que estaba en su casa y no se excediera en réplicas" contestándole que "era caballero, su padre lo fue y como tal habría de hacer al pie de la letra lo que su rey y señor le tenía mandado" y que "siendo como era Ministro del Emperador, su casa era donde quiera que pusiera sus pies, y alli estaba seguro". Amenazó con tirar al río al Cardenal de Santa Croce si continuaba sugiriendo la clausura del Concilio de Trento. 
Cuatro años después era embajador en Roma y gobernador y Capitán General de Siena y demás plazas de Toscana (1547), dejando la representación en el Concilio. Tras la fracasada sublevación de Siena, sus enemigos en Italia lograron que fuera llamado a España (1554). Más adelante sufriría unas tercianas que le apartaron de momento de la política, pero no de las letras. Felipe II al subir al trono le nombró Virrey de Aragón, con escaso éxito. 
Acabó desterrado en Granada por una discusión con Diego de Leyva junto al lecho donde moría D. Carlos (1568, hijo mayor de Felipe II). Su ponente le amenazó con una daga y él, con su fuerza, le desarmó y le tiró por la ventana al patio. La "leyenda negra" dice que era por una antigua rivalidad amorosa con Felipe II, al pretender los dos a Isabel de Velasco. 
Marchó a tiempo de presenciar la rebelión de las Alpujarras de Fernando de Córdoba ("Aben Humeya") de 1568-1571 y luchar a las órdenes su sobrino Iñigo López de Mendoza contra ella, mandando cartas a la Corte explicando la situación bélica y política. 
Tiene una amplia obra poética y fue un gran prosista. Es el autor del "Diálogo entre Caronte y el Alma de Pedro Farnesio" y la "Crónica de las Guerras de Granada", ejemplo de prosa clásica castellana, concisa, exacta, justa e imparcial, en que sigue como modelos a Salustio y Tácito. 
Para lograr en 1574 el perdón real regaló a Felipe II su gran biblioteca, reunida principalmente en Italia (mandó al italiano Nicolás Solferino y al griego Arnoldo que le copiaran códices) en los tiempos en que Felipe II estaba creando la biblioteca de El Escorial. Allí se puede ver su espléndida colección de libros italianos, manuscritos e incunables raros encuadernados con sus colores rojo y negro, uno en cada cubierta, rayados verticalmente en oro y con medallón dorado en relieve. 
De su muerte dice Marañón "le cortaron una pierna que se le gangrenó después de una temporada de terribles dolores, aunque no tantos como los de la amputación, que soportó rezando el Credo en voz alta como único anestésico"
No hay que confundirle con el primer o tercer Duques del Infantado (que se llamaban igual). Se le atribuyó erróneamente la autoría del "Lazarillo de Tormes". Lope de Vega dijo: "Qué cosa aventaja a una redondilla de Don Diego Hurtado de Mendoza?"

Hemerotecas. - "Vida y obras de Don Diego Hurtado de Mendoza" de Ángel González Palencia y Eugenio Melé, tres tomos. Madrid (1941-43). 
"Crónica de las Guerras de Granada", de Diego Hurtado de Mendoza. editorial Castalia (1970). 
"Poesía" de Diego Hurtado de Mendoza. Edición de Luis F. Díaz Larios y Olga Gete Carpio. Ediciones Cátedra (1990).