https://guadalcanalpuntodeencuentro1.blogspot.com/

Mostrando entradas con la etiqueta Isla de Guadalcanal. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Isla de Guadalcanal. Mostrar todas las entradas

domingo, 21 de mayo de 2023

La isla que llaman de Guadalcanal

 

España en los mares del Sur en el siglo XVI

        

Para localizar las famosas islas Salomón, el Virrey del Perú Lope de Castro organizó una expedición.

Dijo el pirata Walter Raleigh, elevado a sir por la Reina Isabel de Inglaterra (de la que fue su amante), que la exploración del Pacífico por España es el más grandioso capítulo de la historia de las exploraciones, lo que tiene valor teniendo en cuenta que el famoso corsario fue uno de los enemigos más encarnizados de España.

Pero es cierto. Una vez que España dominó el viaje de ida y vuelta por el Pacífico y puso en marcha el Galeón de Manila, volvió sus ojos al ignoto Pacífico sur, nimbado de misterios y leyendas, los que alimentaban la imaginación de los españoles de entonces, que exploraron en pos de mitos: Eldorado, Las Siete Ciudades de Cíbola, La Gran Quivira, La Ciudad de los Césares… las fábulas que impulsaron la conquista de América.

Y con esta aventura llegamos ahora á uno de los períodos más brillantes en la historia de los descubrimientos oceánicos, período que inicia Alvaro Mendaña de Neira, abriendo en el Pacífico nuevo camino hacia Occidente entre las islas coralíferas y volcánicas de la Polinesia, hasta entonces desconocidas.

Y ahora, en los mares del Sur, las islas del rey Salomón. Contaba la leyenda que el inca Tupac Yupanqui, el conquistador que extendió el Imperio inca, en su afán expansivo fletó una armada de veinte mil hombres sobre balsas a vela, con las que atravesó el océano y arribó a unas islas remotas, de las que volvió con las balsas atestadas de oro. Poco más necesitaban los españoles de entonces para identificar esas islas con las del opulento rey Salomón de la leyenda.

Para localizar las famosas islas, el Virrey del Perú Lope García de Castro organiza una expedición. El mando natural debiera haber recaído en Pedro Sarmiento de Gamboa, acreditado cosmógrafo, cartógrafo y piloto, pero el virrey se decantó por un sobrino suyo de veinticinco años, Álvaro de Mendaña. Al mando de dos naos con una dotación de 156 hombres, partió del puerto limeño del Callao el 19 de noviembre de 1567.

Las desavenencias entre Mendaña y dos de sus oficiales, el cosmógrafo Pedro Sarmiento de Gamboa y el piloto mayor Hernán Gallego, provocaron varios cambios de rumbo hasta que, tras casi 60 días de navegación, avistaron una isla de exuberante vegetación, perteneciente al archipiélago de las Ellice. Tres semanas más tarde, el 7 de febrero de 1568, llegaron a una nueva isla que formaba parte de otro archipiélago más extenso. Convencidos de que habían alcanzado las míticas islas de Ofir, lo llamaron islas Salomón, y cuando el nepotismo se antepone al mérito las consecuencias son siempre fatales. Sarmiento aceptó su función de director técnico de la expedición, confiando en que su competencia personal les trajera el mando efectivo a las manos.

Rumbo distinto.-

Pero se equivocaba, porque pronto surgieron las desavenencias entre él y Mendaña y el piloto mayor, Hernán Gallego, ambos celosos de la autoridad técnica de Sarmiento, y que se confabularon para enmendar las decisiones del cosmógrafo desde la partida del puerto de Lima. Desoyendo a este, se tomó un rumbo distinto, hasta que el incompetente gallego quedó desorientado en el gran océano, y tuvieron que pedir a Sarmiento que enderezara el rumbo, aun cuando incluso había sido ya depuesto por el capitán de su cargo de cosmógrafo de la expedición.

Bajo la experta mano de Sarmiento de Gamboa arriban a un archipiélago exótico, que Mendaña identifica de inmediato con las islas de Salomón, que así se llaman desde entonces. Toman asiento en la isla de Santa Isabel, admirándose de la fauna y flora del lugar, y donde los isleños, que comían carne humana, se fascinan ante la tez, el habla y las barbas de los forasteros.

Pero en lugar de quedarse en tan paradisíaco lugar para poblar, como rezan las instrucciones, ordena Mendaña construir un bergantín y explorar los contornos, descubriendo la isla que llaman de Guadalcanal (situada a 9º S; 160º E), a bordo del bergantín Santiago de 30 toneladas tan sólo, á las órdenes del maestre de campo Pedro Ortega Valencia (natural de la villa que dio nombre a la isla) nombre que perdura y a uno de cuyos ríos dio su nombre Ortega y dirigido por el piloto mayor Hernán Gallego, con doce marineros y diez y ocho soldados,  lo que permitió en Guadalcanal que unos indios lo vararan en tierra. 

Serias escaramuzas.-

        El capitán, contra el parecer de Mendaña, impone su criterio de trasladar el núcleo del asiento a Guadalcanal, pero en el intervalo se producen serias escaramuzas con los nativos. Nueve españoles son capturados y descuartizados en la espesura, y Mendaña ordena una partida de castigo que se salda con nativos muertos y aldeas incendiadas, a pesar de que las instrucciones reales y del Consejo de Indias son muy estrictas sobre el buen trato a los naturales.

A estas alturas, las relaciones con estos se han deteriorado de forma irreversible, de modo que Mendaña, sumido en erráticas decisiones, ordena levantar de nuevo el asiento e instalarse en la vecina isla de San Cristóbal. Y allí se celebra junta de capitanes para determinar el camino a seguir. El capitán sostiene que la misión principal, el descubrimiento de las islas Salomón, se ha cumplido, y procede volver al Perú y recabar nuevas instrucciones. Sarmiento se opone vivamente, aduciendo el tenor literal de las instrucciones recibidas: no solo descubrir, sino poblar, y esas islas ofrecen inmejorables condiciones de agua, tierra y víveres para hacerlo.

Apoyado por los demás mandos de la expedición, se decide el regreso. Y una vez más observamos el error de designar jefes que no acometen su propio proyecto, aquellos que lo siguen hasta el final con entera determinación y sin reparar en obstáculos. Regresan a Lima, y Mendaña quema los papeles, mapas y anotaciones de Sarmiento, temeroso de sus quejas ante el virrey.

Porque, además, este ya no era el tío de Mendaña, sino el ilustre Francisco de Toledo, que en el pleito da la razón a Sarmiento y paraliza el nuevo proyecto de Mendaña para poblar, esta vez sí, las Salomón. Mendaña tardará un cuarto de siglo en conseguir la nueva licencia, pero logrará su empeño.

La realidad, sin embargo, pronto desmintió sus esperanzas de haber llegado a un paraíso. Durante los seis meses que pasaron explorando las islas de Santa Isabel, Guadalcanal o San Cristóbal –topónimos españoles que hoy siguen manteniéndose–, se produjeron constantes episodios de violencia con los indígenas. Por ejemplo, el cronista Luis de Belmonte cuenta que cuando unos españoles desembarcaron para tomar agua en Santa Ana, una pequeña isla baja y redonda con un cerro en medio a manera de castillo, «los indios acometieron a los nuestros con muchos dardos, flechas y alaridos; venían embijados [pintados], con ramos en las cabezas y unas bandas por el cuerpo».

Dos indios resultaron muertos durante el enfrentamiento; entre los españoles hubo tres heridos, y antes de partir incendiaron el pueblo de los nativos. Pese a ello, los expedicionarios lograron pacificar y dominar varias islas. No encontraron grandes riquezas, pero algunos creyeron hallar indicios de oro y especias, lo que indujo a Mendaña a retornar a Perú para organizar una expedición colonizadora con más medios. Para volver siguieron un amplio círculo que los llevó hasta la costa de California, desde donde descendieron hasta atracar en El Callao.

 

Notas.- Flota de Mendaña en las islas Salomón, original de Juan Carlos Arbex, (Borja Cardelus), Descubrimiento de la Oceanía por los Españoles (Ricardo Beltrán y Rózpide) y Hemerotecas.

domingo, 19 de diciembre de 2021

Los Viajes de Quirós


Descubrimiento de las regiones Australes 
Hecho por el General Pedro Fernández de Quirós 

Corría el 9 de Mayo del año del señor de 1568, cuando la expedición capitaneada por Don Alvaro de Mendaña cuando fue descubierta para la corona de Castilla y Aragón y su regio Felipe II. 

ISLA GUADALCANAL. — Río DE ORTEGA. — Vióse una grande isla; en ella un gran rio, donde salieron á ver los nuestros, nadando, muchos hombres, mujeres y muchachos, y otros muchos en canoa, los cuales dieron un cabo al bergantin, y teniéndole junto á tierra, tiraron muchas piedras, diciendo mate, mate: mataron los arcabuces algunos de ellos, con que se retiraron. Saltó el maese de campo en un pueblo, á donde halló mucho número de raíces y gengibre verde, cogido en cestillas, y también puercos; llamaron á la isla Guadalcanal y al rio de Ortega, que está en altura de diez grados escasos al Sur de Buena Vista, distancia de nueve leguas.

De cómo salió el general del puerto y prosiguió el descubrimiento. 

G A L LE G O.— P UERTO DE LA C R U Z.— Sábado á ocho Mayo acordó el general de salir con las naos y bergantín del puerto donde había estado, por entre unos arreciles que están á su entrada; los vientos eran Les­ tes y á ratos recios, y con ellos fue á surgir en una playa de la isla de Guadalcanal; buscóse otro puerto y hallóse junto á un rio que se llamó Rio Gallego, altura diez grados ocho minutos, y al puerto de la Cruz. Tomóse el siguiente dia posesión de la tierra por S. M . y se levantó una cruz en un cerrillo,- presentes algunos indios que tiraban Hechas; mataron dos con los arcabuces y los demás huyeron todos, y nuestra gente se embarcó. Quisieron el otro dia salir en tierra para celebrar la mi­sa y vieron cómo los indios habían quitado la cruz y la llevaban, con que los nuestros se volvieron á embarcar, y viéndolos los indios, volvieron la cruz á su lugar y se huyeron.

A diez y nueve de Mayo envió el general á don Fernando Enriquez, alférez real, con treinta soldados, á ver la tierra: queriendo dar cara á un gran rio, cargaron tantos naturales, que fue forzoso dejarse de esto y defenderse; afirmaron los mineros que el rio era de oro; trujeron dos gallinas y un gallo, que fueron los primeros que se vieron, de que mucho se holgó el general, por entender de que cada dia se habia de ir descubriendo mas tierra con mejoría de cosas.

Envió el general desde allí á don Fernando Enriquez, con el piloto mayor, en el bergantín; navegaron Lessueste, y á distancia de una legua, se halló un rio y cerca de él muchas poblaciones: otra legua más adelante está el rio Ortega, y toda la costa llena de poblaciones; y más adelante, en otro rio, doce leguas de las naos, saltó el alférez real en tierra, y en ella le salieron. de paz doscientos indios á darle plátanos; mas, al embarcarse los nuestros, la convirtieron en pedradas. Navegó á Lessueste, y á cuatro leguas más adelante, se dió en otro rio poblado; púsosele nombre de San Bernardina; su altura, diez grados, un tercio: está Nordeste Sueste con un muy alto y redondo cerro. Dos leguas más adelante, á orilla de un pequeño rio, se vió una gran población; saltó en tierra nuestra gente, y los indios, al son de sus instrumentos, se juntaron más de seiscientos, y al embarcar, les tiraron muchas piedras y flechas y, con todo eso, mandó don Fernando Enriquez que no íes hiciesen mal. Algunos se echaron á nado y entraron en el bergantín á pedir con muchos halagos una canoa suya; mas viendo que no se la daban y que los amenazaban, se fuero à tierra, y a poco rato trujeron dos, en un palo, un cierto bulto a la playa, y llegaron gándose al bergantín, decían les diesen su canoa y fuesen por aquel puerco, que los nuestros conocieron ser bulto de paja, y ellos que era conocida su treta, y con grandes gritos se echaron todos á nado y, tirando flechas y piedras, se fueron todos á tierra sin que se les hiciese mal ninguno.

Al Sueste cuarta del Leste se vió, á siete leguas, una isla; no se fue á ella sino á la de Malarta ó de Ramus, que está con la punta de la isla de Guadalcanal (de donde salieron) Nordeste Sudueste cuarta del Leste; á diez y seis leguas parte del Sudueste, se fue á dar en buen puerto, que en su entrada tiene muchos arrecifes; está en altura de diez grados y un cuarto, y por ser casi cerrado se le puso Puerto Escondido. Los indios andan aquí del todo desnudos y los más con unas mazas, que son de grandor de naranjas, de un metal que parecía oro bajo: tiénenlas puestas y fijas en un palo, para pelear con ellas cuando vienen á las manos.

Saliendo de este puerto, se navegó al Lessueste hasta cuatro leguas, donde se halló una entrada de un gran rio que por su rápida corriente no se pudo entrar en él: cuatro leguas adelante se halló un buen puerto, en diez grados, con una isla á la entrada, que se ha de dejar á la banda de estribor y pasarse por junto á ella; púsose por nombre Puerto de la Asunción. Siguiendo la costa al Lessueste está al cabo de esta isla, en altura de diez grados y un cuarto y Nordeste Sudueste con la isla de Jesús, la primera que se descubrió: distancia de ochenta y cinco leguas tiene esta isla de Ramos de largo; no se anduvo toda por la parte del Norte, y por esto no se sabe su ancho. De la isla de Guadalcanal dice así Hernán Gallego, que para andarla es menester medio año, y que habia andado de largo de ella, por la banda del Norte, ciento y treinta leguas, y que va corriendo la costa al Oeste con una infinidad de poblaciones, y que hay allí papagayos blancos y de muchas colores.

Si su relación se mira, hallarse han otros puntos de poca claridad y aun de contradicción, porque una vez dice: los indios le dijeron habia de aquellas islas al Sueste mucha tierra, y dice que la vió: y luego dice que un marinero subió en una palma, y que no la vió. Dice mas, que á la isla de Guadalcanal no la vió el cabo, y que su costa iba corriendo al Oeste: y luego dice que era menester seis meses para andarla; y á la tierra que no vió la vende por muy buena, y afirma lo no visto por muy cierto: y dice que era mejor ir a la parte del Norte para volver al Perú, porque por la del Sur tenia por dificultoso hallar vientos; razón que la confesaron pocos pilotos, porque no la hay mas para haber vientos generales fuera de los trópicos en tanta altura de la parte del Norte como de la del Sur. Y ¿cuánto más ba­rato era, estando (como dice) cierto de no haber tierra al Sueste, ir de once grados, donde se hallaba á treinta cuarenta de su parte, que no disminuir once y subir á treinta y más de la parte contraria, y quedar más lejos del Perú?

Y porque también puede ser duda, cómo el adelantado la primera vez no encontró las islas que agora descubrimos, digo; que cuando salió á navegar del Perú, hicieron una vuelta larga á diez y ocho grados al Oes-sudueste, y otra al Oesnorueste, y puestos en seis grados más y menos, fueron siguiendo aquella altura, según que lo he sabido de quien se halló en aquella navegación: y por esto no pudieron encontrar aquellas islas, que estaban en más altura, y las dejaron á la parte del Sur, y pasaron por el Norte de ellas.

Para más prueba de que las islas de Santa Cruz parece que están más cerca de las de Salomon, viene bien ser sus naturales parejos en color, teñirse de colores los cabellos, llamar al capitán jauriquí, tener las mismas armas, los puercos, gallinas de Castilla, y otras tantas cosas de unos mismos géneros como en ambas relaciones se puede ver, y realmente se puede tener por ciertoque todas las gentes de las islas de Santa Cruz, islas de Salomon, proceden del Archipiélago de las Filipi­nas. Demás que el teñir los indios de Santa Cruz los dientes de colorado y de negro, y usar comer el “buyo” como lo comen en Filipinas, y haber en la isla de Luzon negros que dicen ser los naturales de la tierra, á quien llaman pegotes, retirados en una isla que se dice “Mciragondon”, y en otras islas; por manera que los morillos é indios vizayas, y otras castas de gentes que hay por allí, les ocupan sus tierras, y los echaron de ellas, y arrinconaron los que quedaron á donde están: y bien podria ser, que por razón de los advenedizos, los per­ seguidos fuesen buscando á donde poblar, hasta hinchir y ocupar la Nueva Guinea, como más cerca, y de allí á las islas de Salomon, y de estas á la de Santa Cruz; y los mulatos, y las diferencias de color que hay entre todos proceda de las mezclas de unos y otros.

 ISLAS TRES MARÍAS. — SANTIAGO Y SAN URRAN. — De la punta de esta isla, al Sur cuarta del Sudueste, hay á tres leguas unas islas bajas, con muchos bajos á la redonda; están pobladas y llamáronse Las Tres Marías; no tienen puerto alguno; córrense Leste Oeste cuarta del Norueste Sueste. A tres leguas de Las Marías, hay otra que bojea seis leguas; está en altura de diez grados y tres tercios, tiene buen puerto: á dos leguas Norte Sur, esta otra isla que se llamó Santiago; tiene de largo cuarenta leguas; córrese del Leste Oeste por la banda del Norte; esta en altura de diez grados y tres cuartos: á diez leguas, a la parte del Sudueste, esta otra isla grande; córrese Lessueste Oesnorueste en altura de doce grados y medio, y sólo cuatro leguas apartada de la isla de Guadalcanal: llámase isla de San Urban. 

Nota. - Se ha transcrito y respetado la ortografía y acentos del original del siglo XIX

Fragmentos del libro de Don Justo Zaragoza editado en Madrid en 1876 y depositado en la Biblioteca Hispano-Ultramarina.

domingo, 5 de agosto de 2018

Revueltas en Guadalcanal año 2000

Crisis en el Pacifico Sur
  
ISLAS SALOMÓN
El tranquilo país de las Islas Salomón también conoce en estos momentos tumultuosas vicisitudes políticas que, al igual que en el caso de Fidyi, es fruto de tensiones étnicas, pero en este caso entre comunidades de dos de sus provincias, las de la isla de Malaita y las de Guadalcanal.
A fin de entender el conflicto étnico y sus consecuencias políticas en este país, es apropiado hacer algunas consideraciones previas, que a continuación se exponen.
Poco después de acabada la Segunda Guerra Mundial, y con el propósito de utilizar toda la infraestructura construida por los norteamericanos en Honiara (edificios, hospital, pantalanes y sobre todo su aeropuerto), se tomó la decisión de trasladar el centro administrativo del entonces territorio británico, desde Tulagi (en la provincia Central o Florida) a Honiara. En los años 70, se produjeron importantes inversiones agrícolas, sobre todo en la creación de plantaciones destinadas a la producción de copra y aceite de palma. Este desarrollo agrícola atrajo la migración a Guadalcanal de numerosos habitantes de la isla de Malaita, renombrados como buenos trabajadores en el ámbito agrícola.
Los habitantes de Malaita, a pesar de su reputación agresiva y guerrera, se ganaron la calificación de excelentes trabajadores desde finales del siglo XIX, y la isla de Malaita fue uno de los lugares predilectos para el reclutamiento de mano de obra barata, destinada a las plantaciones de caña de azúcar de Queensland (Australia) y Samoa.
La buena reputación se ha visto confirmada más tarde, en la época previa a la independencia y a partir de la independencia del país (el 7 de julio de 1978), por su implicación y dinamismo en el sector de servicios y otras actividades, además de las agrícolas. El floreciente éxito de la minoría originaria de Malaita afincada en Honiara no es un secreto, y constituyen un peso específico  mayor en la administración de Estado (funcionarios), comercio y servicios (empleados, mano de obra especializada, áreas de transporte marítimo y terrestre y un largo etc...)
A título de ejemplo, mencionaré que el 70% de los miembros de la Royal Constabulary of Solomon Islands (fuerzas de policía) son originarios de Malaita. Sólo recordar que la policía es el único cuerpo armado del país dado que no hay ejército. Más tarde se verán las implicaciones de esta fuerte presencia Malaita en la policía, durante el proceso de la crisis.
Por otro lado, es absolutamente necesario recordar que, al igual que la propiedad de la tierra es un factor de vital importancia en la cultura melanesia, también los lazos de unión (a distintos niveles) entre los componentes de un mismo grupo social o etnia, juegan un papel predominante. Esto se conoce popularmente como «Wantok system», y si bien su traducción del «pidgin english» es «sistema basado en una sola lengua» no es fácil hacer una descripción detallada en pocas líneas debido a sus profundas implicaciones sociales, aunque se podría resumir como la obligación de un individuo perteneciente a un determinado grupo social de ayudar a sus miembros y cooperar a los intereses de la etnia y a su vez, es protegido y ayudado por el resto de la etnia en caso de necesidad o requerimiento. En otras palabras, se podría describir como una forma de «seguridad social», basada en los valores sociales melanesios, entre los que destaca el concepto de la «compensación» como primer paso en la resolución de conflictos de cualquier naturaleza.
La tensión étnica no es un factor nuevo entre las poblaciones de Malaita y Guadalcanal. La población de Guadalcanal se ha visto desplazada por el progreso de los emigrantes de Malaita, que en pocos años han ocupado un lugar predominante en la economía de la isla de Guadalcanal y del país. Descontentos con esa situación a lo largo de los años, en 1998 la comunidad de Guadalcanal presentó al Gobierno de la nación una serie de exigencias para compensar el progreso de la población de Malaita afincada en Guadalcanal. Dado que las exigencias solicitadas fueron ignoradas, se inició una campaña de agresión contra la población de Malaita, en las zonas agrícolas al este de Honiara, donde se concentran las plantaciones destinadas a la producción de aceite de palma que, como se dijo previamente, son explotadas por trabajadores originarios de Malaita.
Esta campaña de agresión, que se saldó con varios muertos entre la población Malaita, fue reivindicada por el denominado «Guadalcanal Revolutionary Army», que más tarde se autodenominó «Isatabu Freedom Mouvement», lo que provocó una huida de la población rural malaitana hacia su isla de origen. Unos 20.000 malaitanos debieron emigrar, lo que supuso un problema de acogida en una isla ya superpoblada por unos 120.000 habitantes.
La reacción de la comunidad malaitana, fue crear una estructura paramilitar capaz de contrarrestar la amenaza del también paramilitar «Isatabu Freedoana Mouvement» o IFM.
El resultado fue la aparición en la escena del «Malaita Eagle Forces» (más adelante citado como MEF).
Los miembros del MEF, que han controlado la zona urbana de Homara, iniciaron acciones de intimidación y represalias (saldadas con varios muertos) contra la población urbana originaria de Guadalcanal, que a su vez se ha visto obligada a abandonar la ciudad de Honiara para buscar refugio en zonas seguras en la isla de Guadalcanal. La situación resultante es que Honiara (incluyendo el aeropuerto) se ha convertido en un enclave defendido por el MEF y asediado por las fuerzas paramilitares del IFM.
Como se dijo previamente, y dado que la mayor parte de la policía del país está compuesta por agentes procedentes de Malaita, estos, bajo el «wantok system», no sólo han evitado acciones en contra de los miembros del MEF, sino que los han apoyado en sus incursiones contra los habitantes de Guadalcanal. Con esta situación, el Gobierno ha perdido el control de la seguridad de la ciudad y de la libertad de movimientos, que quedan en manos del MEF por lo que se refiere a Honiara, y del IFM el resto de Guadalcanal.
Recientemente un nuevo elemento se ha venido a sumar a la ya complicada situación, y es la exigencia de una fuerte compensación económica por parte de la población que tuvo que emigrar a Malaita, justificada por las pérdidas sufridas por abandono de sus empleos, casas y otras propiedades.
El día 5 de junio de 2000, después de que la Policía dejara que el MEF se apoderara con total impunidad su arsenal de armas y municiones, la ciudad fue tomada en una operación «conjunta» de la Policía y el MEF, deteniendo al Primer Ministro Bartholomew Ulufa’alu en su residencia.
El portavoz del MEF, el abogado local Andrew Nori, se mostró a la cabeza de la acción, considerada como un golpe de estado. La ciudad y toda actividad quedaron paralizadas.
El mismo día del golpe la Unión Europea, seguida por otras potencias, declara un contundente rechazo del golpe de estado y exige que los principios democráticos y la Constitución del país sean observados. Esta acción rebajó las aspiraciones de los golpistas, que accedieron a poner en libertad al Primer Ministro y a seguir los procedimientos constitucionales mediante la convocatoria del Parlamento y la presentación de un voto de censura. Sin embargo el Primer Ministro presentó voluntariamente su dimisión el día 14 de junio, justificándola como contribución a la resolución de la crisis.
Sin embargo una solución del conflicto está lejos de ver la luz y deberá pasar por una reconciliación haciendo uso el sistema melanesio que incluye: maratonianas conversaciones; acuerdos sobre compensaciones y su pago; la reconciliación de las partes envueltas en el conflicto y, finalmente, el desarme de las fuerzas paramilitares. Teniendo en cuenta la experiencia del proceso de paz en Bougainville, se hace imperiosa la presencia de un intermediario neutral o una fuerza multinacional capaz de asegurar el dialogo necesario.
Posiblemente pasaran años antes de ver una paz firme y definitiva en este pequeño país.
Las consecuencias económicas de este conflicto serán desastrosas para el futuro de este país, el más pobre del Pacífico. Las Islas Salomón tiene básicamente cuatro fuentes propias de ingresos (pesca, madera, minería y agrícola) que se están colapsando o ha terminado sus operaciones por el conflicto, y una quinta que está basada en la contribución de países donantes (cooperación) como el Banco Mundial, la Unión Europea, Australia y otros, y que pudiera paralizarse si las garantías constitucionales no son observadas. La economía de las islas se estaba recuperando desde julio 1997, después de un periodo de nefasta y corrupta gestión efectuada por el anterior Gobierno del Primer Ministro Mamaloni.
La crisis económica sólo ha hecho que empezar, afectando a empresas de servicios básicos (distribución de gas, electricidad, hospital, etc...) y los servicios del Estado que tendrá dificultades para pagar los salarios de sus funcionarios públicos y hacer frente al pago de las importaciones de productos de básica necesidad como combustibles, medicamentos, etc.
  
EVACUACIÓN DE HONIARA
El día del golpe de Estado, el 5 de junio del 2000, me encontraba en Honiara, acompañando una misión de la Asamblea Conjunta EU-ACP (que incluye miembros del Parlamento Europeo), que realizaba una visita en las Islas Salomón, a fin de buscar elementos capaces de contribuir a una solución negociada del conflicto étnico. Como miembro acompañante de esta misión, y en mi condición de Embajador en esa isla, tuve la posibilidad de tener reuniones con las distintas partes en conflicto, visitando las zonas ocupadas por el IMF y el MEF. La posibilidad del golpe se sentía en el aire, pero nos sorprendió con la rapidez con que se produjo, si bien no es de extrañar por la implicación de las fuerzas de la Policía en favor del IFM. La operación comenzó a las 4 de la mañana con la toma del arsenal de armamento de la Policía, hacia las 5 se detuvo al Primer Ministro y a las 9 de la mañana la operación quedo concluida, una vez que el edificio de Telekom (compañía de teléfonos), radio y otros edificios principales de la ciudad estaban bajo custodia de los miembros del MEF y la Policía, en una operación irónicamente denominada «conjunta».
Ese mismo día 5 de junio numerosos controles de rebeldes del MEF con armas sustraídas a la Policía controlaban los pocos vehículos que circulaban por la ciudad. En las zonas «fronterizas» al este y oeste de Honiara se produjeron intercambio de disparos de fuerte intensidad entre el MEF y el IFM.
Nuestra misión desarrolló una intensa acción diplomática el mismo día del golpe, con reuniones que fueron desde el Primer Ministro, que acudió a nuestra cita en el Hotel Mendaña escoltado por dos rebeldes armados, hasta el líder de los golpistas, el abogado Norris, pasando por el líder de la oposición y otros agentes de la vida política. Entre tanto todas las comunicaciones con el exterior del país quedaron cortadas (desde las líneas telefónicas hasta el cierre del aeropuerto), excepto las comunicaciones por internet.
Como la tensión aumentaba, decidimos estudiar una evacuación inmediata de la misión, aunque la falta de comunicaciones y la ausencia de medios de transporte impidieron una acción rápida. Distintas acciones se consideraron y barajaron al mismo tiempo, incluida el uso del atunero congelador de bandera de las Salomón «Alexandros», de tripulación española que se encontraba fondeado en la bahía de Honiara. Para tal propósito se contactó a la compañía armadora, la empresa Calvo, que generosamente puso el atunero a nuestra disposición para una evacuación a partir de Honiara. Otra de las opciones, que por motivos de oportunidad fue la elegida, fue el alquiler de un avión bimotor de la compañía Salomón Airlines, que no conduciría hasta el aeródromo de Munda (Western province) y desde allí hasta el aeropuerto de Buka en la isla papúa de Bougainville.
El día 7, apenas dos días después del golpe, y en tan sólo dos horas, el tiempo de la tregua acordado por las facciones en conflicto, fue posible establecer los contactos necesarios para obtener el avión y despegar del aeropuerto de Henderson rumbo a Munda. Sin embargo, una avería menor en unos de los motores del Twin Other, nos obligó a volver a la zona de estacionamiento, desde la que al cabo de unos 20 minutos más tarde, pudimos salir y despegar con absoluta normalidad. Tras tres horas de vuelo, con una parada para repostar en el aeródromo de Munda, que fue construido por los japoneses durante la segunda guerra mundial, llegamos al aeropuerto de provincial de Buka (Bougainville) donde, y con la ayuda de un laisser-paser, pudimos entrar en territorio de Papúa Nueva Guinea.

Revista Española del Pacífico
Asociación Española de Estudios del Pacífico (A.E.E.P.)
N.º 11. Año X. 1er semestre. 2000