¡Buen progreso!
Cuando el Ministerio de Hacienda no hace ninguna
discriminación entre las distintas regiones del país a la hora de recaudar los
necesarios impuestos para al funcionamiento de los distintos ministerios, lo
vemos totalmente normal.
Aceptamos como normales las campañas en prensa,
radio y televisión en las que nos indican fechas y formas de presentar las
declaraciones sobre la renta patrimonio, etc., que nos afectan prácticamente a
todos. Igualmente aceptamos los impuestos indirectos, que nos gravan todos los
artículos de nuestra vida la. desde el superlativo de la gasolina, hasta el
último que grava las medicinas. Y los aceptamos porque sabemos que son
necesarios para cubrir los presupuestos generales del Estado, y que por lo
tanto, ese dinero que todos pagamos revierte en beneficios para todos, en forma
de carreteras, hospitales, viviendas,
subvencionadas, servicios, etc.
Sin embargo, esos Ministerios, parece que no son tan
ecuánimes a la hora de distribuir dichos presupuestos.
Me aclaro. A la hora de recaudar, todos los
ciudadanos somos de la misma categoría para el gobierno, pero en el momento de
dicha distribución, la cosa cambia. Nuestra Sierra Norte es una zona deprimida
en una región deprimida, y eso se ve claramente. Es posible que la recaudación
de impuestos en nuestra zona no sea suficiente como para autofinanciamos en la
creación de una infraestructuras que tanto
necesitamos, pero no por ello se nos debe de tratar como ciudadanos de tercera.
O, acaso, ¿no nos trata como ciudadanos de tercera
el Ministerio de Obras Públicas, cuando nuestros accesos por carretera son de
lo peorcito de España? sin ninguna seguridad, con infinidad de curvas, piso en
mal estado, que no soporta el peso de camiones normales, a las que se da la
solución ponerles unas placas de limitación de peso totalmente ridículo para la
época que vivimos,, y sobre lo que nos comentan que si no puede entrar un
camión con diez toneladas, que entren dos de cinco... ¡Buen progreso!
¿Y la Renfe? Con material en su mayor parte
desechado de otras regiones con promedios de velocidad de 40 a 50 kilómetros
hora, y con un tren bastante aceptable, como el “Ruta de la Plata”... que no para en nuestra estación.
Y la Sanidad, con un solo médico y un A.T.S., y
ninguna matrona para censo de unas 4.000 personas.
Con la enseñanza, teniendo nuestra juventud que
marcharse fuera para hacer el B,U,P…, por la falta de un Instituto.
Lo mismo nos pasa con el Ministerio de la Vivienda,
con la carencia de viviendas subvencionadas al alcance de nuestro nivel de
vida, ya que a pesar retroceso en nuestro censo, hay parejas esperando años
para poder casarse por falta de las mismas, y familias viviendo en casas que no
reúnen las condiciones que hoy consideramos mínimas.
Y, para no alargarme demasiado hasta TVE, que a
cambio de cederle gratuitamente los terrenos donde se halla instalada la
emisora, nos tiene sin segundo canal, a pesar de la promesa reiterada en varias
ocasiones (hasta en la propaganda
electoral de un partido en las pasadas municipales) de que instalaría un equipo para poder
sintonizar el UHP en nuestro pueblo.
Mas, seamos sensatos; no podemos pretender, por más
que lo deseemos de la noche a la mañana, tener autopistas gratuitas, trenes
rápidos y cómodos, muchas viviendas gratuitas y un hospital con una cama por
cada 200 personas, porque tenemos que ser consecuentes con la actual realidad
económica del país, pero si tenemos que pedir LO MISMO que tengan los
demás, porque es y debe ser la hora de la solidaridad. Solidaridad de otras
zonas más privilegiadas, nosotros hemos contribuido a que lo sean, con nuestra
mano de obra barata, creándoles esa infraestructura que a nosotros nos falta,
dejando nuestros pueblos vacíos para aportarles vigor y riqueza.
Pero no queremos solidaridad rogada, sino debida, y
no pedida cumplida por los distintos Ministerios que deben obligarse a que las categorías
ciudadanas desaparezcan en el país, como, gracias a Dios, han desaparecido
prácticamente en nuestra pequeña comunidad.
Pidamos desde estas páginas de la Revista de Feria a
nuestras autoridades Municipales,
Comarcales y Provinciales, como
representantes del pueblo elegidos por el pueblo, que no cejen en el
empeño de conseguir, que lo que deseamos se convierta pronto en realidad.
Han pasado cuarenta años desde que se escribió este artículo, ¿como estamos?, casi igual
UN GUADALCANALENSE
Revista de feria 1980
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