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domingo, 5 de octubre de 2025
UNA GUADALCANALENSE A QUIEN SE LE APARECIÓ LA VIRGEN EN COLOMBIA.
Hemerotecas
sábado, 23 de agosto de 2025
DR. PEDRO VALLINA
UN ILUSTRE GUADALCANALENSE OLVIDADO
Muchos y muy famosos paisanos en
distintas facetas sociales ha dado nuestra villa para la historia, pero quizás
uno de los menos conocidos, es el Dr. Pedro Valina, anarquista, médico, humanista
y escritor, que nació en Guadalcanal (Sevilla) en el año 1879 y murió en
Veracruz (México) en el año 1970.
Debido a mi colaboración den el
Diario de Teruel, al recabar datos para un artículo sobre los médicos en la
política española de la I República, profundizo en la trayectoria Política y
humana del Dr., Valina. Cuenta en sus memorias que nació y vivió sus primeros
años en Guadalcanal; Su padre era de origen Asturiano, propietario de una
confitería en Guadalcanal y que amasó una pequeña fortuna, comprando con ella
varias fincas con olivares, naranjos y frutales e incluso una pequeña huerta,
con el objeto principal de dar trabajo a los menos favorecidos de nuestro
pueblo; Su madre era de Cantillana, andaluza, guapa y con un carácter
totalmente distinto a la sobriedad de un montañés Asturiano emprendedor, que llegó a Sevilla siendo muy joven a
mediados del siglo XIX, andando desde su Asturias natal con un grupo de amigos
para buscar fortuna. Siendo conocido el Dr. Vallina principalmente por su
trayectoria política, no quisiera profundizar sobre esta faceta, sino en la que
para mí es más importante, es decir, su carácter social y humano que después de
leer su autobiografía y el prólogo de su primera obra “MIS MEMORIAS”
escrito por Paulino Díez, le definen como un personaje antes que político, con
un profundo sentido humano y comprometido con las tendencias sociales de su
época. Por su profesión, un buen médico colaborador en multitud de proyectos de
investigación y trabajos en hospitales de varios países, ya que sus continuos exilios
le llevaron a trabajar fuera de España durante periodos más prolongados que en
su propio país; Pudo tener una posición acomodada, pero su carácter humanitario
le hizo vivir en varias etapas de su vida al borde de la pobreza, cuenta su
prologuista “que despreocupaba su supervivencia hasta el extremo que su familia
había días que no comían más que una vez y gracias a la generosidad de sus
vecinos”, pocos ingresos podían proporcionarle la clientela que tenía en
aquella época en su consulta, principalmente de la campiña sevillana de donde
acudían los campesinos, “algunos como pago de su visita, traían un pollo,
huevos o cualquier otra cosa, que entraban por un lado y salían en manos de un
necesitado por otro”. Igualmente comenta que la escasa fortuna familiar
recibida, la dedicó para contribuir a la construcción del Sanatorio
Antituberculoso de Cantillana, pueblo natal de su familia materna, con el único
condicionante “que serán atendidos todos los enfermos sin tener la
obligación de pagar si no tienen medios para ello”.
Esta obra, a la que dedicó el Dr.
Vallina todos sus esfuerzos y dineros, fue financiada en gran parte por los
sindicatos y el pueblo de Cantillana, cuyos vecinos trabajaron
desinteresadamente y contribuyeron con aportaciones económicas, así mismo, cabe
destacar la suscripción popular que se hizo en el periódico “El Liberal”
del que era director y amigo personal, D. José Laguillo. Este sanatorio llegó a
funcionar de manera admirable, y solidaría en los primeros años, pero luego fue
abandonado y destrozado, cuando el Dr. Vallina fue encarcelado, deportado y
apartado de su obra, primero por el gobierno de la República y finalmente por
la dictadura de Primo de Rivera, el sanatorio fue en varias ocasiones saqueado,
quemado y finalmente destruyeron todo lo que no ardía, cuando la demencia y sin
razón de unos y otros, no respetaron este importante y necesario proyecto.
Por aquellas fechas era muy conocido
en los círculos menos favorecidos de Sevilla y Cádiz, atendiendo a las
necesitados a cualquier hora del día o de la noche, con el solo pago de la
amistad y las largas charlas sobre política y desigualdad, levaba su forma de
entender y practicar la medicina hasta sus últimas consecuencias “llegando a
acompañar a los enfermos hasta los últimos momentos, no abandonando la casa del
finado hasta limpiar, y desinfectar la habitación dende yacía con sus propias manos”.
Era una persona especialmente
crítica con la evaluación de los aconteceres de su época, descubrió entre
otras, las causas de la insalubridad del agua en Sevilla, empezó una campaña
contra las autoridades sanitarias, denunciando el alto índice de tuberculosos
en la ciudad, por el abandono de limpieza y salubridad que sufrían los barrios
marginales, legando a provocar una huelga de inquilinos por el abandono de las
viviendas, fue censor visceral y a veces despiadado con el poder establecido y
con la Iglesia, con las consiguientes consecuencias políticas de marginación
pública y continuos exilios. Otra referencia encontrada sobre la vida del Dr.
Valina, aparece publicada en el libro “De la Estepa Extremeña a La Rioja
Argentina”, escrita por el profesor Téllez Manrique, nacido en Fuenlabrada
de los Montes (Badajoz) en el 1910 y exiliado en Argentina.
Este profesor en un capítulo de su
libro describe: “…al camarada Vallina le conocí en mi adolescencia, allá por
tierras extremeñas, pues en Fuenlabrada de los Montes y los pueblos de la
comarca pasaba largas temporadas de exilios. Se preocupó de organizar a los
campesinos frente a la dictadura oligarca de los santones del pueblo,
haciéndose muy popular entre las gentes sencillas, pero, sobre todo, antes que
político fue médico, controlando las epidemias producidas por la triquinosis y
el carbunco. Educando a aquella pobre gente para que enterraran los cadáveres de
los animales y no sirvieran de alimento. Recuerdo que un día trajo a pie por
los caminos polvorientos desde Siruela, un pueblo que distaba más de 30 Km. del
mío, unas treinta ovejas y cuatro cerdos que cambio por animales que padecían
enfermedad para analizar su comportamiento frente a la misma. Fue muy criticado
por la Iglesia, pues los domingos organizaba cuadrillas de campesinos para
hacer trabajos en común…”
Finalmente cabe resaltar su amistad
con Blas Infante, tratando los temas agrarios, movimientos campesinos y
haciendo emerger el movimiento que hoy se conoce como Cooperativas, su apoyo a
la candidatura andalucista de Blas Infante, aun no compartiendo totalmente sus
tesis y planteamientos, fue comprometida y arriesgada para su prestigio entre
los cenetistas, que no compartían por entonces las formas electoralistas. Esta
amistad hacía que Blas Infante le defendiese de todos sus detractores e incluso
llegó a pronunciar una frase en una tertulia, “es preciso concluir de una
vez para siempre con la leyenda del “Tigre” como los privilegiados llamaban a
Pedro Vallina” cuando se comentaba la afinidad del doctor con las “dinamiteros”,
su amigo y discípulo Antonio Rosado dice en sus memorias que “no fue nunca
amigo ni vio con buenos ojos… a los partidistas dinamiteros”, a pesar que
en sus tiempos de juventud fabricaba bombas en París para los Movimientos
Revolucionarios en España. De nuestro ilustre paisano Adelardo López de Ayala,
en una tertulia. París en la que entre otros se encontraban, Gravé, Harvey y
Coussenel, al ser preguntada por éste comentó. “… Era buen escritor, pero
aquel pequeño aprendiz de político de enorme cabeza, era de Guadalcanal, sólo
para la historia, vivió y pensó como extremeño presentándose por la mitad de
sus municipios para conseguir sus objetivos, como político fue un conspirador,
que se atrevió a medrar con liberales, progresistas, monárquicos,
republicanos…, en fin, un figurón…”
Leyendo sus memorias, quizás lo menos positivo para un
Guadalcanalense como yo, es el capítulo de su biografía que describe al pueblo
y personajes que conoció en su infancia y primeros años de juventud, de una
forma ácida y anodina, al hablar de sus vecinos y costumbres de una forma
peculiar, que no comparten otros autores de la época, y que sólo los más
ancianos del pueblo, pueden dar fe o negar estos comentarios. “El personal
en su mayoría valía poco o no aspiraba a otra cosa que vegetar. La propiedad de
la tierra estaba en manos de unos pocos, los más malos y brutos. Los ricos
holgazanes pasaban el día en el casino, hablando de tonterías; los artesanos,
las noches en las tabernas, y los pobres jornaleros sin tierra ni pan, vivían
miserablemente, ganando una peseta cuando encontraban trabajo. Había un pequeño
grupo de montañeses legados de fuera, como mi padre, más civilizados, de ideas
libres y que se dedicaban al comercio. Las mujeres de los ricos hablaban como
cotorras, se visitaban entre ellas y organizaban fiestas religiosas, bailes y
corridas de toros, pero las mujeres de los pobres, servían de criadas y
lavanderas y en la cogida de la aceituna ganaban cincuenta céntimos,
escasamente para una mala comida. En aquel ambiente monótono, las fiestas
anuales eran esperadas con impaciencia. La más distraída”,
Era la Semana Santa, en la que
salían varios pasos, caricaturas de los de Sevilla, se hacían cosas a lo vivo,
a “Judas” se le perseguía y se le apedreaba, escapando vivo por la
ligereza de sus pies; Se detenía a un viejo mendigo, se le encerraba en un
calabozo y al día siguiente un cura le lavaba los pies. Una buena moza, que
gritaba fuerte, hacía de Verónica y en la plaza pública cantaba y limpiaba las
lágrimas de la Virgen, pero, sobre todo, el sermón de las cuatro horas era
imponente. Se traía a un predicador de fama y todas las damas acudían
emocionadas con sus mejores atavíos a escuchar su “santa” palabra. Se
bebía mucho aguardiente y se comían ricos dulces preparados con miel de la sierra.
No salía mejor parado el poder establecido, cuando en otros de sus párrafos
comenta: “El Ayuntamiento no era nombrado por el pueblo sino por el cacique,
que escogía los más pilos y se quedaban con los ingresos municipales, faltando
la luz y el empedrado. El Juzgado Municipal era una cosa por el estilo; el juez
sólo atendía a los más influyentes. Pero lo que allí estaba en su puesto era el
cuartel de la guardia civil, para proteger a los ricos y atemorizar a los
pobres con sus procedimientos crueles.”.
De la Iglesia prefiero obviar sus
comentarios, ya que en él se citan personajes que no he conocido, y al no
encontrar bibliografía sobre ellos, no puedo verificar sus nombres y
situaciones, simplemente como reseña, dice de un cura del pueblo que conoció en
su adolescencia, “que cuando estalló la revolución popular el cura principal
que había ejercido una influencia perniciosa en el pueblo, fue fusilado dos
veces. La primera se quedó mal herido y a la mañana siguiente lo encontraron
con vida, sentado sobre una tumba y rezando, y fue fusilado definitivamente,
éste cura había equivocado el camino de la vida y en vez de seguir la doctrina
de Cristo, que le hubiera hecho un hombre feliz, siguió la del demonio que le
llevó al infierno”.
El Doctor Vallina participa
activamente como Alférez Médico de Sanidad en la Guerra Civil Española, en
varios frentes de Castilla, Valencia y Cataluña, pero cuando cayó la resistencia
de Cataluña se exilió en Francia. Allí a pesar de que había pasado parte de su
juventud y tenía bueno amigos, su pasado de revolucionario le hizo sentirse
perseguido y evacuado en el vapor de La Salle camino de Santo Domingo,
finalmente se estableció México, lejos de la metrópoli, pasó sus último veinte
años en el pueblo de Puerta Bonita del Estado de Oaxaca, que debido a su clima
tropical padecían su población grandes problemas con el paludismo. La mayoría
de esta población eran de origen indio y muy pobres, así que nuevamente pasó
por problemas económicos, ejerció hasta los últimos años de su vida, finalmente
enfermo y con avanzada edad accedió a ser trasladado a la Ciudad de Veracruz,
donde falleció el 14 de febrero de 1970, a los 91 años de edad, rodeado de
apenas una decena de amigos y añorando su patria. Opinión.
No es mi intención resaltar lo
positivo o negativo del Dr. Valina en este artículo, quizás pueda parecer así
si sólo se lee una pequeña parte de su vida, creo que para conocerlo realmente
y para juzgarlo es necesario analizar su obra autobiográfica y el resto de
publicaciones editadas por él y sobre él. Cómo reflexión quiero terminar un
aforismo de nuestra paisana Ramona este “Un hombre bueno es el que se abstiene
de hacer mal, un hombre malo es el que se abstiene de hacer bien”, y un
proverbio chino dice “al final de los días de nuestra vida seremos juzgados por
nuestros hechos en una balanza, si ésta se inclina hacia el mal, que mal, si se
inclina hacia el bien, que bien, ¿cuál será mi inclinación cuando me muera?”
Bibliografía.
- “Mis Memorias” del Dr. Pedro Valina, reeditado por el Centro Andaluz
del Libro en el año 2000. “De la Estepa Extremeña a la Rioja Argentina”
del Profesor Téllez Manrique, editado por Editores Mexicanos, México DF 1971
Prólogo de sus memorias de Paulino Díez, Editora Colón 1967 Archivos sobre la
clase médica en la I y II República Española, del Centro de Estudios Turolense.
Rafael Spínola R.
sábado, 19 de julio de 2025
EL LEGADO DEL PASADO
sábado, 7 de junio de 2025
GUADALCANAL 1902
EL GLOBO O TROMBA DE FUEGO DE GUADALCANAL
Así describe el fenómeno D. Manuel
Calleja, de la localidad mencionada, y así Carvic lo pone en conocimiento del
público. Acaso se trate de la caída de un bólido, que no pocas veces éstos se
presentan con tal aparato, pero muy bien pudiera acontecer que fuese un meteoro
como los que Arago llamó “rayos globulares”.
Es éste un fenómeno muy poco
frecuente, pero que se ha observado ya por muy distintas personas y en
circunstancias bien diversas, de modo que no puede tenerse por fantástico,
quiero decir, como ilusión de los que lo refieren, y muchas de las
descripciones tienen alguna semejanza con la sobria reseña del Sr. Calleja. El
almirante Duperry consigna que en las islas de la Sonda presenció un
espectáculo imponente, producido por una nube luminosa y esférica que lanzaba
rayos y truenos en todas direcciones.
Es famoso también el caso de la
iglesia de Stralsund, donde penetró un globo de fuego del que salieron otros
menores, a modo de granadas, que estallaron con gran estrépito. El globo
fulminante de Beaujon es no menos célebre, y cuentan que hizo tantos destrozos
y tanto ruido como si una máquina infernal hubiese estallado en medio de la
población; lanzaba el tal globo rayos en todas direcciones, y uno de ellos
atravesó un muro cual pudiera hacerlo una bala de cañón. Otra tromba fulminante
explotó en Everdon. En medio de una casa de labor, donde se hallaba una partida
de segadores; mató á varios e hirió a los restantes, encontrándose después, en
la superficie del cuerpo de las víctimas, gran número de manchas lenticulares.
Poggendorf dice en los «Annales» que en 1850 apareció un meteoro
luminoso globular cerca de la vila de Anhalt, siendo muchas las personas que
presenciaron el fenómeno y que declararon que la maravillosa esfera tenía un
matiz verdoso. M. Colón, vicepresidente que fue de la Sociedad Geológica de
Francia, cita otro caso de que él mismo fue testigo. Vio una masa globular de
fuego descender del cielo á la tierra á lo largo del tronco de un chopo, cuya
corteza quedó abrasada; la masa luminosa bajó lentamente empleando cinco o seis
minutos en recorres desde la cúspide hasta la base del árbol, y al legar al
suelo rebotó sin estallar.
En 1823 el profesor Schübler,
durante una tempestad que estalló sobre la Selva Negra, vio dos globos
luminosos coronados por una lengua de fuego cada uno. Muy recientemente la
Academia de Ciencias de París se ha ocupado de esta clase de fenómenos con
motivo de un caso presenciado por M. Viole, y del que éste dio cuenta a la
Academia. Vio el citado observador caer del cielo una bola de fuego, como una
piedra que desciende; apareció aquélla, se iluminó por relámpagos en efluvios,
descargas difusas localizadas en un espacio muy restringido, pero que formaban
en conjunto un meteoro imponente y magnífico. Otros muchos casos podrían citar
y he citado en otra ocasión, pues hasta 150 perfectamente tengo noticia de
haber sido registradas, pero con los expuestos basta para dar idea de este
curioso meteoro y para que no quede duda alguna acerca de su existencia.
Como dice muy bien Carvic, no se
puede asegurar por la breve reseña del Sr. Calleja, cuál es la naturaleza
verdadera del meteoro que se ha presentado en Guadalcanal; pero, por las
trazas, parece que pertenece a la categoría de los antes indicados. Si así
fuera, y no la caída de un bólido piedra meteórica (cosa también posible), los
atemorizados habitantes de la población andaluza han presenciado un fenómeno,
no único, pero sí muy rato y sobre cuya explicación andan todavía a la greña
los hombres de ciencia. Arago supuso, al describir este meteoro, que existe una
materia sutil que llamó «materia fulgurante», susceptible de unirse
temporalmente a la materia ordinaria.
Esta materia fulgurante es la que,
en circunstancias apropiadas, y arrastrando consigo masas de gases de la
atmósfera, forma, según la hipótesis de Arago, esas esferas y trombas
incandescentes que de cuando en cuando se presentan, ya produciendo un vistoso
y calado meteoro, ya incendios rarísimos, ya, en fin, desastres formidables,
ocasionando a su alrededor el espanto, la destrucción y la muerte. Actualmente
se entiende que la materia fulgurante de Arago no debe considerarse como una
sustancia desconocida y misteriosa, ni tampoco como un fluido especial, sino
solamente como una manifestación, no bien estudiada aun, de los movimientos
vibratorios de la materia imponderable, movimientos que hoy día, según la
naturaleza, sabemos que constituyen el calor, la luz, la electricidad, los
rayos X, etc. Este es uno de los hechos que sirven para mostrar que, como decía
mi amigo Juan Fernández, la noche que asistimos en París a la sesión de magia
blanca, nuestro conocimiento de la Naturaleza es aún bastante imperfecto y que
el estudio del mundo nos guarda todavía muchas sorpresas.
Vicente Vera EL IMPARCIAL, viernes, 7 de febrero de 1902
sábado, 10 de mayo de 2025
Panaderos de Guadalcanal
En los principios de los años treinta del pasado siglo, durante la convulsa etapa del final de la monarquía de Alfonso XIII, también llamada la dictadura de Primo de Rivera y el principio y final de la segunda república. En España se sucedían las huelgas gremiales. Está situación también alteró la vida y al sector primario de los habitantes de Guadalcanal, los jornaleros del campo, albañiles y especialmente el gremio de panaderos protagonizaron unos paros y huelgas que marcaron el futuro de este sector.
Describimos
algunos acontecimientos que se desarrollaron en la época y afectaban a un
sector primario y esencial para la población de nuestra villa:
A finales del año 1930,
concretamente el 28 de noviembre, encontramos un acta municipal de la reunión
mantenida entre el Alcalde José Castelló y Castro, el Inspector Municipal de Sanidad
Eugenio Mirón y Villagrán, Juez de Paz Joaquín
Llamazares Llano
y los representantes de los panaderos propietarios de las fábricas sobre el
peso, calidad y precio de venta del producto ante las palpables protestas de
los consumidores.
En este año coexistían
unos ochenta panaderos y ayudantes, se agrupaban en una sociedad de oficiales
llamada “La Luz”, que aun cuando inició con gran actividad, estaba poco
menos que en disolución, tal vez porque el gremio estaba inmerso en un proceso
de huelgas y desavenencias entre ellos.
Durante el primer
semestre de este año, se empezó a registrar falta de pan y precios altos,
pequeños paros y algún intento de huelga fueron resueltos con la voluntad del
sector y la intercesión de las autoridades locales. Pero a partir de los meses
de julio y agosto esta situación se agravó. El consistorio se encontraba
inmerso en afrontar una serie de huelgas y paros en corto tiempo, así lo
reflejaron los diarios de la época en sus ediciones del 27 de agosto:
“Huelga de
panaderos, en Guadalcanal. - El Gobernador interino fue visitado ayer por el
alcalde de Guadalcanal, para darle cuenta de que ha sido planteada la huelga
indefinida de panaderos en aquella población. También informó al Gobernador que
Guadalcanal fue visitada por alteradores del orden forasteros que incitaron al
gremio de panaderos a plantear una huelga con carácter reivindicativo e
indefinido, estos individuos han visitado diferentes pueblos de la zona con
desiguales resultados a sus planteamientos. Jueves, 27 de agosto 1931.
Corresponsal”.
Después
de la reunión mantenida entre el Alcalde de la población y el Gobernador
interino en Sevilla, la situación no mejoró, el 5 de septiembre aparecían
nuevas noticias en la prensa:
“Desde el día 1º del actual está planteada en esta
población la huelga de obreros panaderos, en virtud a no haber sido posible
atender por los patronos las nuevas bases de trabajo que este gremio presentó.
Hasta ahora la huelga se desarrolla pacíficamente, sin haber podido llegar a un
acuerdo satisfactorio. El abastecimiento de pan a la población se efectuó, sin
embargo, casi con normalidad, debido a que, a excepción de la fábrica de Santa
Clara, los demás patronos son del oficio y entre ellos y sus familiares han fabricado
el pan necesario para el abastecimiento. La fábrica de Santa Clara, aunque a
costa de pérdidas económicas, también suministró pan a su clientela, trayéndolo
del vecino pueblo de Llerena (Badajoz). Es de esperar que este conflicto sea
resuelto a la mayor brevedad”.
Como comentaba el
corresponsal de prensa, no obstante, esta situación no afectó en demasía a los
habitantes del pueblo, por un lado, las tahonas excepto la de Santa Clara
permaneció a disposición de los voluntarios panaderos que fabricaron parte del
pan para cubrir la necesidad básica, por otro lado, en muchas casas y siguiendo
la vieja tradición se fabricaba pan para familia y vecinos, todo ello
complementado por el que se traía de pueblos cercanos como Fuente del Arco y
Llerena.
La prensa sevillana se
hace eco de este ambiente el día 7 de septiembre y publica:
“Tal y como informamos con anterioridad, la situación sobre
la huelga de panaderos de Guadalcanal ya era insostenible. - El gobernador
civil ha manifestado que la huelga que sostenían los panaderos de Guadalcanal
ha quedado resuelta. Según nos informa nuestro colaborador en esta villa, esta
huelga había creado un mal ambiente entre los convecinos, mientras que una
parte de los obreros de las diferentes tahonas se quedaban en casa, en otras,
ciertos esquiroles y familiares de los propietarios trataban de aprovecharse de
la confusión y producían a mayor escala de lo normal, no obstante, el buen
criterio de la población ha evitado altercados de mayor importancia”.
Tras un breve himpas,
la situación lejos de resolverse, se hizo insostenible durante meses, así que
el Consistorio Municipal presidido por el primer edil el Sr. Sevilla González,
convocó dos sesiones ordinarias en los días 8 y 15 del mes de diciembre, en las
que se dio cuenta de los escritos presentados por el gremio. Por una parte, de
los obreros, el anuncio de una nueva huelga para el próximo dia 11 por
considerar que los salarios no iban en consonancia con el trabajo que
realizaban, los patronos presentaron una solicitud para solicitar autorización de
subir 5 céntimos de pesetas por kilo de pan, informando estos en otro escrito
que, si no se autorizaba la subida solicitada, se verían obligados a cesar su
actividad a partir del día 16.
Analizada esta
situación, se acuerda autorizar al Alcalde y a la Comisión de Abastos, para que
resolvieran estos asuntos. El Alcalde a su vez expone que el Gobernador Civil ha
analizado el escenario, manifestando que en caso de no tener solución rápida
estos conflictos, tendrá que personarse en Gobernación con una comisión de
patronos y obreros para dar solución rápida a la crisis.
“La huelga de obreros panaderos seguía produciendo
altercados en Guadalcanal. El 6 de enero, Ángeles Vázquez Carazo, esposa de
Francisco García Flores, dueño de una panadería en los cantillos de la
Concepción, denuncia que se habían presentado cuatro hombres del gremio de
panaderos ejerciendo coacción e impidiendo que el personal pudiera seguir
trabajando para mantener el precio del pan a 8 céntimos de peseta el kilogramo.
Al llegar la Guardia Civil observaron que Lorenzo y José Pérez García, José
Cote Cabeza y Manuel Vázquez Gordón, sostenían una acalorada discusión con
Ángeles Vázquez. El Juez no observó delito en los hechos denunciados y absolvió
a todos los implicados".
Una semana después, los
conflictos se generalizan en varios pueblos de la provincia, entre ellos
Guadalcanal, la prensa comenta:
“Delegados Gubernativos para detener la huelga. - El
Gobernador civil de la provincia ha enviado a varios delegados gubernativos a
Carmona, El Pedroso, Olivares, Alcalá del Rio, Alcolea y Guadalcanal para
tratar de contener la declaración de huelga general en apoyo de campesinos,
ganaderos, panaderos y otros gremios de estas localidades. Sevilla, Domingo, 17
de enero de 1932.”
“Cuestiones Sociales. — Se acuerda la huelga general de
panaderos sevillanos. Sevilla, 20 de enero 1932. —En la reunión celebrada
anoche por el Sindicato de Panificación, y después de discutirse extensamente,
se acordó declarar la huelga general en toda la provincia, a partir del día
primero del mes próximo, por solidaridad con los panaderos del pueblo de
Guadalcanal, que llevan más de un año en huelga y paros intermitentes. Al
conocerse este acuerdo del Sindicato de Panificación se han reunido las
autoridades para adoptar las necesarias medidas en caso en que la huelga llegue
a declararse. Por otra parte, se ha acordado hacer un fondo solidario para
ayudar a los huelguistas guadalcanalenses y a sus familias que se encuentran en
una situación límite y que resisten gracias a la solidaridad de sus familiares
y otros gremios de la localidad, sobre todo de jornaleros del campo y
carpinteros, aun cuando escasea el trabajo y el jornal entre ellos”.
El nerviosismo y la
intolerancia de unos y la solidaridad y apoyo de otros, enrarece la convivencia
en Guadalcanal, en la prensa se puede leer sobre la situación:
“El 1 de febrero se produjo un nuevo altercado por la
huelga de panaderos. Manuel Ortega Muñoz denuncia que cuando llevaba a su
domicilio a Ignacio García, que estaba un poco beodo, al entrar en su casa tres
personas los insultaron y agredieron. Que eran trabajadores de la panadería de
Francisco García. Al notar el hijo de Ignacio García el ruido en el zaguán de
la casa y encender las luces, pudo conocer a los intrusos, identificando a
Rafael Diéguez Vázquez, a su hijo Ramón y a su yerno Eduardo Rubio. Según la
investigación del juez, los hechos no ocurrieron como dijo el denunciante y la
sentencia fue absolutoria. (Sevilla 3 de febrero 1932. (Corresponsal)”
“Sevilla
3 de febrero 1932. — De nuevo suceden alteraciones de orden público en
Guadalcanal.- Como consecuencia de la huelga de trabajadores panaderos. Así el
2 de febrero, Ángeles Vázquez García, dueña de la panadería de la calle Concepción
y esposa de Francisco García Flores, conocido por el alias de “Ciego del Arpa”,
avisó a la Guardia Civil que los del gremio de panaderos, acompañados de
numerosos obreros agrícola, se habían presentado en su panadería impidiendo que
los tres panaderos forasteros que estaban elaborando el pan pudieran seguir y
obligándoles a que se marcharan a Alanís, de donde eran naturales. La Guardia
Civil se personó en el domicilio de la denunciante y encontró en la calle un
grupo de obreros, como de 150 aproximadamente. El sargento pidió que se
adelantaran tres de ellos para oír sus peticiones y después que se disolvieran
pacíficamente, como así hicieron, aunque se volvieron a concentrar en la calle Largo
Caballero (López de Ayala), donde se
volvieron a disolver pacíficamente a requerimiento de la Guardia Civil. Los
trabajadores esquiroles que habían sido expulsados del pueblo, declararon que
se habían presentado en la panadería un grupo que les había insultado de
palabras y les dieron algunas bofetadas y puntapiés. Después de un amplio
expediente -36 páginas- con declaraciones de los intervinientes en el
altercado, el juez no encontró pruebas imputadoras suficientes para condenar a
los acusados, que fueron absueltos”.
De nuevo las 21 y 22 de
mayo toman conciencia de la situación la Corporación, se reúnen en sesión
ordinaria y analizaron el problema del pan. Se dio cuenta del telegrama del
Gobierno Civil, por el que se comunica al industrial Antonio Fontán y a una
comisión de obreros panaderos para que, juntos con el Alcalde, asistan el día
23 a las doce horas en la sede gubernamental de Sevilla, a una reunión para
tratar sobre el boicot que tienen declarado a dicho fabricante.
Después del análisis
por parte del Gobierno Local sobre actitud de patronos, maestros y obreros
panaderos en Guadalcanal, el Alcalde y los representantes designados por patronos
y obreros se trasladan a Sevilla para darles cuenta al Gobernador, de la
situación irreversible y la nueva huelga planteada por el gremio y la situación
de la fábrica del Sr. Fontán, la nueva huelga es apoyada por otros obreros de
sectores como carpinteros, zapateros y jornaleros del campo de la localidad y tratar
otros asuntos de importancia de la misma. Los resultados fueron nulos.
El día 5 de septiembre,
la prensa informaba de la siguiente noticia:
“El Gobernador Civil ha manifestado que la huelga que
sostenían los panaderos de Guadalcanal apoyada por una amplia parte de otros
sectores ha quedado resuelta. Según nos informa nuestro colaborador en esta
villa, esta huelga había creado un mal ambiente entre los vecinos, mientras que
una parte de los obreros de las diferentes tahonas se quedaban en casa, en
otras ciertos esquiroles y familiares de los propietarios trataban de aprovecharse
de la confusión, el pan empieza a ser un bien escaso, no obstante, el buen
criterio de la población ha evitado altercados de mayor importancia.
En este año 1932, los
juicios de faltas que realizó el Juzgado Municipal fueron 54. Destacan que hubo
cuatro por denuncias de agresiones durante la huelga de panaderos y del campo.
Aun cuando se produjeron muchos más altercados por las huelgas y paros del
sector del pan, pero la intervención de la Guardia Civil, la mediación del
Alcalde, el buen hacer de Gabriel Barrientos Rivero Juez de Paz, junto a la
coherencia de gran parte de patronos y
obreros panaderos y la sensatez y paciencia de la población para resolver los
conflictos del día a día que ocasionaba la falta de un producto vital para la
época como era el pan, provocaron que muchos conflictos se resolvieran por la
vía del dialogo.
El año siguiente comienza con la misma situación en el conflicto del sector, el 8 de enero, emite el Gobierno Civil la siguiente nota de prensa:
“Durante la noche de ayer se rumoreó que los panaderos de
Sevilla irían a la huelga a las doce de la noche de hoy, por solidaridad con
sus compañeros de Guadalcanal. El Gobernador Civil, Sr. García Labella, realizó
determinadas gestiones y después facilitó el siguiente comunicado en relación
con el presunto conflicto:
He estado estudiando el expediente instruido por el Sr.
Villarrubia enviado por delegación a Guadalcanal, del que resulta,
efectivamente, los patronos panaderos de aquel pueblo vienen incumpliendo las
bases de trabajo, no obstante las sanciones que les han sido impuestas, a
propuesta del Jurado Mixto, y que habiendo llegado a convertirse en una
cuestión de orden público, yo, a mi vez, sanciono con el máximum de multa
gubernativa a los patronos D. Adelardo López de Ayala y D. Antonio Fontán, que
son los responsables de la situación presente, remitiendo además al Jurado
Mixto un acta de las denuncias comprobadas que existen contra los patronos,
indicando que sería procedente la aplicación de las sanciones extraordinarias que
determina el artículo 33 de la ley del Jurado Mixto, aunque en este asunto son
los organismos de trabajo quienes tienen que decidir, pues su jurisdicción es
absolutamente independiente de la mía. Además, se estudió si es procedente
pedir al ministro de la Gobernación que aplique la ley de Defensa de la
República, y desde luego, se lo propondré si estos patronos persisten en el
incumplimiento de las bases.
Una vez más puedo asegurar que tanto yo como el presidente
del Jurado Mixto y el delegado de Trabajo, estamos decididos a que dichas bases
se cumplan por los patronos de Guadalcanal, y si hasta ahora no han sido
suficientes las sanciones ordinarias, acudiré a las extraordinarias. Y siendo
esta la actitud de la autoridad, y siendo muy claro y muy preciso el
procedimiento legal para el cumplimiento de las bases de trabajo, no puedo
admitir como justa la anunciada huelga de panaderos, que hace derivar sobre los
patronos de Sevilla y el vecindario sevillano, absolutamente ajeno al pleito
que se debate, la carga de este conflicto. Igualmente, he celebrado una
entrevista con los obreros, en la que les he hecho estas advertencias, que han
prometido tener en cuenta, y quiero esperar de su buen sentido que no se llegue
a declarar la huelga”.
Parece que la situación
al extrapolarse a la capital hace tomar cartas en el asunto a las máximas
autoridades de Sevilla. La presión y la intervención de la máxima autoridad
provincial es analizada en una sesión extraordinaria muy concurrida en el
Ayuntamiento de Guadalcanal presidida por el nuevo Alcalde Manuel Gálvez
Murillo y representantes de obreros y patronos del gremio, llegando a un
acuerdo de himpas, roto de nuevo a principios de mayo, reflejándose en la
prensa que los panaderos de Guadalcanal, anunciaban que se unían a la huelga
provincial de panaderos por cuarenta y ocho horas. Día a día los diferentes gremios se han ido
uniendo a la huelga. Así el 9 de junio la prensa informaba:
“Guadalcanal 8. La huelga de campesinos continúa
desarrollándose pacíficamente, aunque parece que han secundado el movimiento
durante el día más obreros, notándose, por tanto, mayor afluencia de
trabajadores en el pueblo. Dícese que mañana irán a la huelga los panaderos y
los caseros de los cortijos. En la población existe intranquilidad”.
De nuevo, se prolonga
el conflicto y nuestro pueblo es noticia en la prensa el 10 junio y el 21 de
julio por nuevas huelgas, en este caso solo de los panaderos:
“En el Gobierno Civil se recibieron noticias de que los
obreros panaderos de Guadalcanal han anunciado que irán a la huelga indefinida
por estimar injustos los despidos hechos. Los obreros del sector de Sevilla y
algunos pueblos de la provincia anuncian paros intermitentes a partir de las
doce de la noche de hoy para solidarizarse con sus compañeros de Guadalcanal,
entre ellos los de Valenciana, Carmona, Lebrija, Camas, El Coronil, Lora del
Rio y Morón.
Esta situación es provocada por la
decisión de los patronos panaderos de la localidad de despedir a varios
maestros y obreros de tahonas por considerarlos responsables de la prolongada
huelga que llevó este colectivo durante meses, Por otra parte, un representante
de estos, J.C.A., perteneciente a la C.N.T. ha comentado a este corresponsal
que no tendrá solución el conflicto hasta ser admitidos sus compañeros,
independientemente de sus ideologías políticas o militancias sindicales. Este
mismo portavoz nos ha comentado que componentes de este gremio están recaudando
fondos para socorrer a las familias de los despedidos.
Este
contexto, desestabilizó el devenir normal de nuestro pueblo, así llegamos a la
feria y fiestas de septiembre, la prensa recoge:
“Miércoles, 6 de septiembre de 1933. - Durante el pasado
fin de semana ha tenido lugar en la villa de Guadalcanal la feria de ganado y
fiestas patronales. Esta feria de ganado que es de las más importantes y
concurridas del sur de Andalucía, asistiendo tratantes y ganaderos de varios
pueblos, no ha tenido la brillantez que, en años anteriores, debido a los
acontecimientos de huelgas que vienen ocurriendo en este pueblo, principalmente
en los sufridos gremios del campo, panaderos y albañiles. Los tratantes han
comentado el poco negocio de compra-venta-cambio de todo tipo de ganado,
esencialmente el equino. Las fiestas patronales, por otra parte, se ha
desarrollado con la brillantez de años anteriores con grandes bailes en sus
casetas, atracciones para la chiquillería y un partido de fútbol”.
En los siguientes meses
continuaron con lo que la prensa describía “como
una calma tensa”. Los despidos y represalias contra los obreros de este y
otros sectores se hacía evidente y la solidaridad de la población y de algunos
pueblos limítrofes se hacía visible.
En 1934 parecía que la población se había acostumbrado a los conflictos, o bien la prensa sevillana había considerado que las noticias de Guadalcanal sobre la situación del gremio de panaderos habían dejado de tener interés, no obstante, el conflicto y los incidentes continuaron, así encontramos una noticia en la prensa de Madrid el 8 de diciembre de 1934 de un periodista que al parecer visitaba la zona:
“Después de abandonar el pueblo de Cazalla de la Sierra, llegué por una carretera angosta que se asemeja a un camino de cabras a la villa de Guadalcanal, cuyos habitantes conocidos como fuellaores me recibieron con amabilidad, bien es cierto que los ánimos no estaban para festejos. Entre otros acontecimientos que tienen alterada la moral, se encuentran el siguiente hecho: En la tarde del pasado lunes unos graves incidentes acaecieron en la localidad, no obstante, debido al civismo y las buenas maneras, la siguiente peripecia fue sofocada. “El gremio de panaderos de la localidad apoyado por algunos agricultores que le facilitaron el grano, abrieron las tahonas después de tres días de huelga y sin pan en la población y a las doce de la mañana repartieron en la plaza de la localidad pan gratis para todos los vecinos que se les acercaban, enterado de estos hechos el Regidor Síndico del Ayuntamiento Sr. Mallén Vélez acompañado por el cabo de los municipales y dos números del cuerpo, el Sr. Mallén en un tono conciliador habló con los representantes sindicales del gremio temiendo una alteración de orden público debido a que cada vez los ánimos estaban más alterados, y finalmente, se llegó a un acuerdo, regresando los panaderos a las tahonas y terminando de repartir los excedentes con orden e ecuanimidad.
Por otra parte, me comentan en la vieja barbería de la
plaza de los Naranjos, que el Ayuntamiento está dictando leyes para volver al
pasado, así, ha aprobado que nombres de calles tan representativos de la
república, han sido cambiadas de nombre y han vuelto a su antigua nomenclatura,
Giner de Los Ríos, Largo Caballero, Pablo Iglesias o Juan Antonio Torre, entre
otras, ha pasado a ser Granillos, Fox, San Sebastián y Santa Clara. Nosotros
-nos comentan el jocoso barbero nos gusta llamar a las cosas por su nombre-,
esta siempre ha sido la Plaza de los Naranjos (ahora de la República), cuando
termine la república, los naranjos seguirán aquí dando sombra.
Para no hacer más extenso el artículo, diremos que la situación continuó hasta el 36 que fue interrumpido por la contienda civil. Simplemente, hacer mención a unos párrafos descritos del libro GUADALCANAL SIGLO XX, de Ignacio Gómez Galván:
“Federico Valverde Gordón, nos contaba sus vivencias de los primeros
días del golpe de estado:
Mi padre José Valverde, era
panadero de la Cooperativa La Aurora y también en el tiempo de la aceituna
trabajaba en el molino de Daniel Herce. Esta Cooperativa estaba compuesta por
trece panaderos, pero si venía algún socio que no tenía trabajo, se le dejaba
participar. Las ganancias, se repartían entre todos los que habían trabajado
ese día”.
No debemos analizar la
actitud y la fuerte resistencia de los obreros de Guadalcanal, especialmente el
gremio de panaderos, tampoco de los patronos, que igualmente defendían lo que
pensaban que eran sus derechos.
Simplemente, he querido razonar unas situaciones que indudablemente
ocurrieron en nuestro pueblo durante una época.
Rafael Spínola Rodríguez
Fuentes. - Eximo. Ayuntamiento de Guadalcanal, Archivo Provincial, libros “Guadalcanal un pueblo el la Menoría de Rafael Rodríguez Márquez y “Guadalcanal siglo XX 1931/ 1940” de Ignacio Gómez Galván, Hemerotecas diarios de la época y autor.
sábado, 3 de mayo de 2025
Un hombre con corazón de trovador
Rafael Rodríguez Márquez
Este año se cumplen diez de la muerte de un Guadalcanalense ejemplar y uno de los impulsores de esta revista, con ese motivo me puse en contacto con su familia para que me autorizada a publicar en mi Blog “Guadalcanal punto de encuentro” su libro póstumo GUADALCANAL, un pueblo en la memoria.
“Es
el nexo de unión entre los dos mundos; es el puente que hace que hoy Rafael
Rodríguez Márquez se haya convertido en inmortal, porque uno sólo se muere
cuando se olvidan de él, y no sólo estará en nuestros pensamientos, sino que
también lo tendremos a nuestra disposición y de las generaciones futuras en
nuestras bibliotecas”.
(Comentario
de Alberto Bernabé en la presentación del libro Guadalcanal, un pueblo en la
memoria, Guadalcanal, Cine Emperador, sábado 6 de diciembre de 2008).
Aquel
martes dos de enero de 2007, día de san Basilio Magno, apareció Guadalcanal
frío e impregnado de una ligera niebla procedente de la Sierra del Agua,
siempre presente en nuestro paisaje, altanera y velando por este pueblo serrano
que tanto amó nuestro amigo Rafael.
A pesar del frío
reinante, transcurría la jornada casi lúdica por la recién pasada fiesta de fin
de año y la proximidad de la festividad de los Reyes, por los Mesones y la
calle Santiago bullía la gente organizando compras y saludando a paisanos que
por estas fechas señaladas nos acercábamos en nuestro pueblo a pasar unas
pequeñas vacaciones e impregnas de amistad y cariño de familiares y amigos, de
pronto, parece que todo se detiene, la noticia va de boca en boca, ha muerto
Rafael el de Electrovira, a pesar de que familiares y amigos eran conscientes
de que el martillo de la vida estaba golpeando la salud de Rafael y que esto
nunca resquebrajó su espíritu, la sombra de la muerte vino a buscar a este
hombre noble y amigo de todos, para los que le conocimos, con solo el
comentario de la lectura de un libro, el murmullo de unas palabras en una
conversación de café, sus largos paseos por “su” paseo del Palacio con los
amigos o el comentario sobre cualquier noticia de actualidad, te hacían
entablar conversación con una de las persona más afable, sencilla, de gran
corazón y culta que yo he conocido en Guadalcanal.
Su nacimiento el 1 julio del 1938
fiesta de san Simeón, cuando España se encontraba inmersa en una fratricida
guerra civil y más tarde, su difícil infancia debido a las condiciones
familiares y una España devastada, forjaron a un hombre justo, honesto de trato
entrañable y un amor y compromiso reconocido con su pueblo, pueblo al que
encumbró a través de sus artículos en la revista de feria y en su libro legado
“Guadalcanal, un pueblo en la memoria”, que fue presentado por su hija Mari
Carmen en homenaje póstumo el sábado 6 de diciembre de 2008 en el cine
Emperador (actual cine-teatro Municipal), libro que nos introduce y describe a
través de la historia y la memoria de Guadalcanal desde la prehistoria hasta
los personajes más ilustres de la villa, recreándonos en datos, fotos o curiosidades
recogidas para la memoria.
Memoria que en mi caso particular, me
hace retroceder hasta el verano del año 1.994, cuando me lo encontré cerca de
la Plaza de Abasto, curiosamente los dos llevábamos la revista de feria de ese
año bajo el brazo, y me comentó que mi artículo Diccionario Humano (Bebeagua)
transmitía nostalgia y amor por Guadalcanal, manifestándome lo que ambos
amábamos el pueblo, paisanos independientemente que nos encantaramos en
Guadalcanal o por la diáspora de la emigración, fuera de él, artículo que fue
premiado como el mejor artículo de aquel año en la revista.
Su amplio currículo no se limita solo a
la participación en el aumento de la riqueza y la cultura de Guadalcanal con su
contribución en diversas empresas locales, fue el caso del único cine de
Guadalcanal de la época y la organización de diversos eventos y espectáculos,
que recuerdos..., aquel cine de verano luego transformado en el Cine Emperador
(considerado en su día como el más moderno de la comarca),
con sus
películas punteras en la época y su finalización siempre con la música del
pasodoble, creo recordar “en er mundo”; fue así mismo, socio fundador de la
primera caseta particular en el Real de la feria, presidente del Guadalcanal C.D
durante muchos años, relanzó la revista de feria y la enriqueció con sus
artículos sobre el día a día de nuestro pueblo, fue mayordomo de la Hermandad
de Guaditoca en momentos difíciles, formó parte de la Hermandad de Nuestro
Padre Jesús, de la que era gran devoto,
Para
terminar esta pequeña glosa sobre Rafael Rodríguez Márquez, hijo, padre y
abuelo de guadalcanalenses y guadalcanalense de corazón, aun cuando por las
circunstancias de la guerra naciera en Corral de Calatrava (Ciudad Real).
Reproduzco el prólogo que escribió su gran amigo
José Fernando Titos Alfaro del libro editado en el año 2008 y que enardece la
amistad y grandeza de corazón de su gran amigo Rafael:
Prólogo del libro.
Conociendo como creo conocer a Rafael Rodríguez
Márquez —que bastantes años a que tuve la dicha de empezar a disfrutar de “la
güena sombra” de tan leal y fiel amigo—, puedo decir que, ante todo y, sobre
todo — porque así lo parió la santa mártir de su madre—, es un hombre con
corazón de trovador, por lo que me sorprendió verle como historiador y cronista
del que siempre fue el bendito pueblo de “su arma”. Y es que un trovador, por
ser hombre, por lo común, de sentimientos tan delicados como frágiles,
difícilmente se puede limitar a ser un simple historiador, por lo menos, en su
sentido más académico.
Me
explico. Quiero decir que me resulta muy difícil concebir a mi buen amigo
Rafael caminando por las sendas de la historia o de la crónica como tales, por
estar estas veredas, por lo general, tan desnudas de sueños, de colorido, de
luz y de poesía. Para esta “güena gente” que, además de sencilla y espontánea,
tiene alma de poeta, como es el caso del autor del presente libro, nada puede
tener sentido, si es que no le hace vibrar por la emotividad que pueda
conllevar en sí mismo, por lo que este o aquel hecho histórico o esta o aquella
histórica reseña que, por su propia naturaleza de históricos precisamente, tan
pegados han de estar siempre a la realidad de la vida y, consecuentemente, tan
alejados de la fantasía del azul del cielo, nada extraño nos podría resultar
que, cuanto menos, sospecháramos que casi obligaran al bueno de Rafael a
poetizarlos, para elevarlos en lo posible a las estrellas y así poder sentir la
dulce templanza que siempre anhela sentir el alma de un soñador ante lo que se
ama.
En
este sentido, y solo dentro de él, es en el que podemos valorar la historia que
ha escrito Rafael de este, ciertamente que sí, tan idílico como montaraz y
luminoso pueblo de la Sierra Norte de Sevilla, llamado Guadalcanal, por la
sencilla razón de que es en este sentido, y solo dentro de él, en el que el
autor se ha dejado el alma y el corazón escribiéndola, que eso otro de la
ciencia y de la investigación es otro cantar para el bueno de Rafael, entre
otras cosas porque como venimos diciendo— no pueden ser estas las flores que
pueden adornar su camino, por lo que Rafael se limita tan solo a recoger — eso
sí, con la delicadeza y el mimo que las cosas de su pueblo requieren— lo ya
investigado por otros muchos historiadores e investigadores, procurando sublimarlas,
sobre todo si es que ve que arañan un poco el alma.
Pero
es que si, además y, por si fuera poco, añadimos que este hijo de Guadalcanal,
por lo bien nacido que es, tan agradecido fue siempre, ya nos están sobrando
todas las palabras con respectó a las susodichas ponderaciones, ya que caen por
su propio peso.
Podríamos
resumir diciendo, no obstante, que, siendo mi buen amigo Rafael un hombre tan
profundamente humano y de convicciones tan hondas, no solo por ser el hombre de
bien que es, sino por ser —¡ahí es nada!— ese castizo andaluz de ancestral
estirpe y a la antigua usanza, tiene necesariamente no ya solo que amar al
pueblo que le vio nacer, sino que venerarlo, por lo que .—vuelvo a repetir—
tiene que dulcificar hasta la más cruda realidad histórica, con la idea de
darle ese colorido, ese sentimiento y esa poesía que siempre anidan en el alma
de un soñador. Cierro los ojos por ello y puedo ver diáfanamente a este
trovador como extasiado ante la idílica belleza de este su pueblo, allá
encumbrado en la mítica Sierra Morena.
¡Dios
bendiga a esta mi tierra,
pues,
como arrancando vuelo,
parece
escapar del suelo
y
allá encumbrarse en la sierra
para
estar cerca del cielo!
Lo termino de insinuar, pero creo que
debo decirlo con la claridad con que el pueblo sencillo suele decir eso de que
al pan se le llame pan y al vino se le llame vino, no vaya a ser que alguno
confunda en mis dichos las churras con las merinas. Así pues, que sepan todos
que jamás quise decir que los hechos puramente históricos que Rafael relata en
su libro no sean historia en su sentido más estricto y, como tales, dignos de
la mayor credibilidad. ¿Cómo voy a decir yo que los capítulos que tratan
estrictamente de la historia y que escribe Rafael sean como un fantasioso
castillo de fuegos artificiales, que solo en unos instantes puede convertirse
en algo tan volátil y efímero como el humo? ¡Ni mucho menos! Lo que, en
definitiva, yo he dicho o, cuanto menos, he querido decir es que cualquier
hecho referente a la historia de este su pueblo, en manos de Rafael, por el
amor y la veneración que le profesa a esta su tierra, lo suele adornar a guisa
de cómo pudiera adornar el dosel de la santísima patrona de Guadalcanal, la
Virgen de Guaditoca, por poner algún ejemplo, bien con las bellísimas flores
que “suelen brotar en los idílicos campos de Guadalcanal o con esas otras
flores que, por brotar del alma, solo pueden ser místicas, como son los
requiebros que de una u otra manera puedan florecer en los labios de cualquier
hijo de este pueblo ante la presencia de tan bellísima y querida Madre.
No
quisiera terminar sin referir algo que quizás pudiera sorprender a cualquiera
viendo a Rafael como autor de este primoroso libro que nos traemos entre manos,
pensando que Rafael, no siendo “hombre de pluma y letra”, según el decir de los
más castizos lugareños al referirse a un hombre que no ha vivido de los libros
y entre los libros, se haya aventurado en esta hazaña, siempre tan delicada
como apasionada y ardua, de escribir un libro, añorando a sus más entrañables
ancestros. A esto he de contestar, sin embargo, que nada tiene de
sorprendente —¿por qué? — tratándose de un guadalcanalense de bien, además de
ser un hombre —vuelvo a reiterarme— de un corazón tan gigantesco como
arrollador.
Quisiera
poner el broche de oro a esta especie de homenaje de mi sincera amistad a mi
muy estimado amigo Rafael contando una anécdota de aquellos nuestros ya tan
remotos años del nacimiento de nuestra tan leal amistad, sobre todo p6íque nos
viene —como dice el dicho popular—como anillo al dedo con respecto a las
palabras que termino de escribir en el último párrafo. Viendo, cada vez más y
más, las inquietudes y el talento que tenía Rafael, además de lo emprendedor
que era en todo y para todo, me planté en un momento dado ante él y no se me
ocurrió decirle otra cosa sino que, si él hubiera nacido en tiempos del
descubrimiento de América, el que hubiera conquistado el imperio azteca, el
imperio inca e, incluso, el que hubiera descubierto el Amazonas hubiera sido él
y solo él, porque ni Hernán Cortés ni Francisco Pizarro ni Fernando de Orellana
hubieran tenido nada que hacer en sus respectivas hazañas.
Rafael Spínola Rodríguez
Revista
de Guadalcanal 2017