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sábado, 26 de octubre de 2024

En la memoria

Luis Castelló Pantoja 1881-1964

            Breve reseña de este pundonoroso militar español y masón, perteneciente a la Gran Logia Ibérica Unida, cuyo caso fue uno de los más dramáticos de nuestra guerra civil, que desarrolló parte de su carrera militar en África, donde obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando.

            Su fidelidad al gobierno republicano le hizo ocupar varios cargos de responsabilidad antes y durante la guerra civil, formó parte de las Juntas de Defensa en la II República, al iniciarse la Guerra Civil se hallaba al frente de la Comandancia Militar de Badajoz y jefe de la 2ª brigada de infantería con el grado de general.

            El 20 de febrero de 1933 fue nombrado Subsecretario de Guerra por Manuel Azaña, cargo que desempeñó en varias ocasiones, se mantuvo leal a la República, desempeñando el cargo de Ministro de la Guerra, en el gabinete de Giral, nombrado el 20 de Julio de 1936, hasta el 7 de agosto del mismo año, pasando a ocupar la Jefatura de la I División hasta octubre.

            El prestigioso historiador Ramón Salas, analiza su breve paso como máximo responsable del Ministerio de Guerra, “Castelló vio pronto que no pasaba de ser un ministro nominal, también allí había llegado la revolución y el poder lo ejercía en el Ministerio un comité constituido por el teniente coronel Hernández Saravia, los comandantes Hidalgo de Cisneros, Chirlandas y Mezquita, los capitanes Codón, Núñez Mata y Freire y el teniente Martín Blázquez”, pero lo cierto es que, trató de imponer su honestidad e hizo lo humanamente posible para poner orden en aquel caos sin conseguirlo.

            La salida apresurada de Badajoz, dejando allí a su mujer y a sus dos hijas y posterior detención y prisión de las mismas y la muerte de su hermano y su sobrino, fusilado por las milicias anarquistas en Guadalcanal, le hicieron entrar en una profunda depresión nerviosa y tuvo que ser ingresado en el sanatorio psiquiátrico de Leganés, terminando así su carrera política y militar y su participación en la contienda.

            Después de unos meses de internamiento en este centro se refugió en la embajada francesa, en la primavera del 37 consiguió salir de España, exiliándose en Francia, donde desarrolló actividades cívicas y culturales, siempre supeditado por su estado de salud, al no poder superar su salida de España y la pérdida de sus seres queridos.

            Fue detenido por los alemanes durante la II Guerra Mundial en 1942 en su exilio francés y devuelto a España, donde se le sometió a consejo de guerra y condenado a muerte, siendo indultado y puesto en libertad tres años después por las autoridades del régimen de Franco. Según comenta el historiador Cristóbal Zaragoza, más tarde se le otorgó el retiro y terminó sus días en Guadalcanal (Sevilla), donde todavía le quedaba familia.

Rafael Candelario Repisa

Fuentes. - Hemeroteca de ABC, Centro Estudios Turolenses y Reseñas del profesor Cristóbal Zaragoza

sábado, 17 de agosto de 2024

Rafael García Plata de Osma

 

Un extremeño nacido en Guadalcanal

Nacido en Guadalcanal 1870

Falleció en Cáceres 1918

         Este ilustre paisano que casi todos los anales le consideran como extremeño, nació y vivió sus primeros años en Guadalcanal, localidad en la que su padre regentaba una farmacia, tal vez sus raíces no sean de nuestro pueblo, su padre Antonio García Plata era sevillano y su madre Francisca de Osma de la localidad de Valdefuentes (Cáceres).

         Cursa sus estudios de bachiller en Sevilla y siguiendo la tradición familiar se matricula en farmacia, pero esta carrera la deja en el segundo año y se traslada a Madrid, decide seguir la carrera de leyes y entrar en círculos literarios su verdadera vocación.

         En el último curso de carrera cae enfermo de pulmonía y apenas superada la enfermedad vuelve a recaer de la misma, deteriorando y marcando su salud para el resto de su vida, por lo que decide trasladarse a Alcuéscar (Cáceres), zona más apropiada que el clima de Madrid para su débil salud.

         En este localidad se instala y vive gran parte de su vida, contrae matrimonio con Aurelia Parra Bravo, fruto se este matrimonio nacieron cuatro hijos, ejerció y vivió como extremeño, según palabras de José María Cacho “se convirtió en defensor de todo lo típicamente extremeño laborando más en pro de la región que le acogió que muchas otras personas nacidas en Extremadura”, ejerciendo de historiador, etnólogo, y sobre todo, folklorista, recuperando la realidad extremeña, sus costumbres, canciones y folklore, recogidos de las bocas de los lugareños.

         Sus inicios literarias le llevaron a publicar en la revista cacereña “Revista Cacereña” diferente artículos de opinión, que fueron considerados por Pulido Cordero y Nogales Flores como “elemento bibliográfico y de referencia imprescindible para el estudio de la historia de Extremadura, destacando títulos como: Melitonada geográfica de la provincia de Cáceres” “Cacerías de gazapos geográficos en la provincia de Badajoz”, posteriormente colaboró en El Noticiario y Diario de Cáceres, El Ideal, El Heraldo y El Globo de Madrid, Hojas Selectas y La Semana Cómica de Barcelona y en otros muchos diarios y revistas nacionales y publico tres libros asumiendo el mismo el coste de su edición, dejando un importante legado escrito inédito a sus herederos, que posteriormente han sido publicados.

         Otras citas importantes a destacar son: (1899). - “Geografía popular de Extremadura”. Revista de Extremadura. Cáceres, Vol. I, pp. 320-325, (1903). - “Primavera popular”, Revista de Extremadura II, pp. 260-267, (1903). - Geografía popular de Alcuéscar. en Rev. de Extremadura”, t. V., (1903): Geografía popular de Alcuéscar. en Rev. de Extremadura”, t. V., (1904): El librillo de la jambre o Juan de Mera, el zapatero perdío. Sobre temas extremeños. en Rev. de Extremadura, t. VI. o. (1906): Dos glosas religiosas populares. Apuntes recogidos en Alcuéscar. en Rev. de Extremadura, t. VII.

         Entabló amistad con Ramón Menéndez Pidal, que publicó algunos de sus trabajos y gracias a su intersección fue nombrado Académico Correspondiente en Extremadura de la Real Academia Española, en 1918 poco antes de su fallecimiento y también fue honrado con el nombramiento como Académico Sevillano de las Buenas Letras.

         Descansa en paz en el Cementerio de Cáceres, donde falleció a la temprana edad de 48 años, el 19 de noviembre de 1918, a consecuencia de su débil salud y de la epidemia de gripe que asolaba a Europa, dejando un importante legado para la cultura Extremera.

 Datos Biográficos. - José María Cancho Sánchez 

sábado, 10 de agosto de 2024

Historia de la historia 5

Año del Señor de 1954


    Era el final de la primavera, el 16 de junio de 1954 en una humilde casa en el número 14 de la calle Minas de Guadalcanal en la habitación que llamábamos “la sombría” me pario mi madre, mi padre, me comentaba mi abuelo Frasco que se encontraba de "dómia" en Valdefuentes arando los olivos y que tuvieron que ir a buscarle para darle la feliz noticia, ya tenía una niña, “nos costó sacarte adelante” me aclaraba mi abuela Araceli, cuando vino a verte Barragán el médico le dijo a tu madre: “has tenido un niño tan chico como un conejillo” .
    En Guadalcanal pasé mi infancia y la primera parte de mi niñez, mis primeros recuerdos en Guadalcanal se remontan a partir del año 59 y los guardo en el registro de mi memoria como muy felices, algunas carencias, pero mucho cariño.
    Cuando contaba con cinco años y llegó el invierno, como cada año mi madre se iba a coger aceituna y me llevó a la escuela de doña Paquita, también llamada de los cagones, en aquel año tengo el vago recuerdo de las Navidades y los Reyes, era una verdadera fiesta familiar. Recuerdo que el día de Noche Buena mi abuelo Pedro mató a Colorete (un pollo que criaban todos los años para la ocasión y que cíclicamente llamaban igual al pollo destinado para la Navidad), lloré mucho aquel día. Colorete era como de la familia, asimismo recuerdo que por la noche mi abuelo hacia dediles de bellotas para el día siguiente utilizarlos en la aceituna, mi abuela compraba higos secos y los rellenaba con el fruto de la bellota o con dulce de membrillo, esto junto con un kilo de polvorones comprados en la tienda del Serrano de la calle Sevilla, era el suculento postre de aquella maravillosa noche, en la misma tienda mi abuela Araceli me compraba tiempo después vino quina para darme un vasito con una yema de huevo antes de la comida para que se me abriese el apetito, no sé si era efectiva la pócima, a mí me ponía contento y me quitaba el frio para volver a la escuela por la tarde.
    La Noche de Reyes no me faltaban regalos, una pelota a rayas de colores, el carrito de madera tirado por un asno de plástico, la bolsa de bolindres y culebrillas, algo para la escuela, un par zapatos de gorila con su pelotita verde y poco más, tampoco necesitábamos mucho más para ser felices, teníamos la calle para jugar sin peligro, no pasaban coches.
    Del año siguiente ya tengo más recuerdos, fue el primer curso que me escolarizaron, en un principio en la escuela de D. Andrés, al siguiente curso cambié de colegio, pasé a aquella escuela de la calle Camacho, los primeros amigos distintos a los de la calle Sevilla o Santa Ana, el Maestro D. Francisco Oliva Calderón, que posteriormente fue alcalde y recibió con honores a la Infantería de Marina española y americana con su impoluta camisa de Jefe Local del Movimiento, aquella leche en polvo proveniente del plan ASA, (Ayuda Social Americana) que tenía un sabor raro y cada mañana venía “Antonia la Artista” desde el bar del Galgo con una gran lechera a repartirla. 
    Aquel alimento casi comestible que generosamente nos mandaban los americanos junto con un queso amarillento de sabor dulzón, parecido al actual queso de bola y se repartía entre los alumnos de las entonces llamadas “Escuelas Nacionales”. el queso lo probé en mi segunda niñez en el Colegio Onésimo Redondo de Madrid, teníamos que llevar un chusco de pan de casa y era obligado comérselo, ceremoniosamente lo cortaba D. Cirilo en trozos no siempre equivalentes, estos quesos lo recuerdo perfectamente, eran grandes y pringosos y venían en una lata de color dorado que después las utilizábamos los castigados para traer carbón a la estufa de clase o limpiar el patío del recreo de hojas secas de los árboles y resto de basura (yo estuve muchas veces integrado en el pelotón de los carboneros o de limpieza).
    El curso 62 es el que más recuerdos conservo de mi vida en Guadalcanal y el que más huella me dejó, tal vez por ser el último o por qué los acontecimientos se sucedieron con mayor rapidez, a principio de febrero fue nombrado alcalde de Guadalcanal mi maestro, para sus alumnos un orgullo y a la vez los que con mayor agrado recibimos su nombramiento como edil principal, D. Francisco tenía nuevo compromiso y si apenas lo veríamos por clase, a partir de esa fecha aun menos.
    Unos días más tardes pasó un acontecimiento en la pequeña comunidad de la calle Minas y la Cañada (de los Escaloncitos) que marcó las pequeñas vidas de mis amigos y la mía, con apenas doce años murió Joaquina hermana de mi mejor amigo José Trancoso, era la mayor de cuatro hermanos de una familia con muy pocos recursos, la maquinaría solidaría de la necesidad se puso en marcha, varias mujeres, entre ellas mi madre pidieron dinero por el vecindario para el entierro y se llevaron a los pequeños a sus domicilios para quitarlos de la casa del óbito y que pudieran comer ese día, aquella noche José durmió en mi casa.
    Meses más tardes, se aproximaba la fecha de mi comunión y mi abuela Beatriz me llevó a la Plaza de Santa Ana a una modista, creo que le llamaban “Manuela la Zapatona” para probarme el traje de comunión, yo aburrido de tanta charla y tanta prueba decidí escaparme por la ventana, no contaba con la reja y al hacer el intento se me quedó aprisionada la cabeza entre dos barrotes y las pobres mujeres que allí se encontraban en animosa charla no daban crédito a lo que veían, intentaron por todos los medios tirar de mi cuerpo hacía dentro, me dieron jabón en la cabeza para que resbalara, no lo consiguieron, mi llanto y gritos debieron alertar al resto de las vecinas. Finalmente decidieron llamar “Matarriñas, el herrero” y este con gran paciencia y cuidado cortó un barrote para poder liberarme.
    Finalmente, el día 31 de Mayo de 1962 hice la primera y última comunión, así lo atestiguan unas fotos de Santi en las que aparece D. Manuel de cura y José Antonio de monaguillo. Aquel año coincidimos en al acontecimiento bastantes niños y niñas de la calle Minas y la Cañada (los Escaloncitos), se organizó una fiesta en una sala del cuartel viejo y las madres prepararon una chocolatada con bizcochos, magdalenas y otros dulces que ellas mismas hicieron, toda iba transcurriendo con normalidad, hasta que Manolo Gallego (el tortolo) me tiró un vaso de chocolate liquido en mi traje impoluto de marinero, por la tarde llegó el Sanito para hacernos fotos, en la del grupo (desgraciadamente la he perdido) me colocó de tal manera que no se me veían las abundantes manchas, en la individual, ésta si la conservo, la madre de Manolo le quitó el traje y me lo dejó para salir limpio, él era más bajo que yo y me quedaba el pantalón un poco pesquero según refleja la foto.
    En aquel mes de mayo, celebré mi último día de la Cruz de Mayo en Guadalcanal, fue un gran día, después de nuestra particular “procesión”, repartimos el botín, una gaseosa blanca La Paisana para cada uno, otra negra para dos y unas tres pesetas por cofrade. Mi tío Antonio “Repisa” nos hizo la Cruz con peana y bastones de apoyo, la madre de Manolo Gallego y la mía la adornaron cuidadosamente con flores, cuatro grandes velas y trozos de tela blanca de sábanas.
    Aquel día creo recordar que no tuvimos escuela, el Mosco era el mayordomo de la Cofradía de la Alcazaílla, organizó la procesión, los costaleros fuimos Manolo Gallego, José Trancoso, Manolo Cabeza Rico (Q.P.D.) y yo, Juan Cantero era el que pedía y Bautista Rodríguez encargado de las velas y el recorrido. Salimos de la Alcazaílla, recorriendo las calles Camacho, Valencia, la Cañada (Los Escaloncitos) y Minas, regresando a la puerta del cuartel antiguo; Al final de la tarde, nos reunimos en la trastienda de la tienda del Mosco, organizando nuestra particular fiesta, nos compramos una gaseosa blanca y tres negras de La Paisana, (aquella que hacía José María “el de las bicicletas” en la calle Santa Clara), con las que El Tuerto nos hacía polos que le ponía un palillo de dientes para agarrarlos y valían tres un real, merendamos y creo recordar que nos sobró unas quince pesetas, que repartimos a partes iguales como AMIGOS que éramos.
    De aquel verano recuerdo dos hechos extraordinarios, vi por primera vez la Televisión, mi abuelo Frasco me llevó al bar de “Los Pepes” a ver una corrida de toros, en agosto monté por primera vez en el tren, mi tío Rafael García “Palote” nos llevó a mi prima Fali Muñoz y a mí a Sevilla a ver unos familiares que tenía en el Cerro del Águila.
    El día de los difuntos había una tradición, nuestras madres nos daban los tiestos rotos y las macetas que llenábamos de objetos varios (agua, barro y otros no descriptibles), llamábamos a las puertas y al abrirnos los tirábamos al zaguán manchándolo todo, a mitad de la calle Carretas (hoy Costaleros), vivía una señora mayor sola, tenía muy mal genio y era objeto de muchas bromas pesadas cuando pasábamos por su puerta para ir o venir de la escuela, aquella tarde de difuntos nos esperaba, cuando llamamos al gran aldabón que tenía la puerta nos esperaba con dos cubos de agua en la ventana del piso de arriba, naturalmente esa fue su particular venganza del día de los tiestos rotos, nos puso empapados de agua.
    Las navidades fueron más tristes que años anteriores, mi padre había emigrado a Madrid y faltaba en nuestra mesa, mi madre estaba cogiendo aceituna y ya tenía una decisión tomada, yo intuía a pesar de mi corta edad que todo estaba cambiando en mi familia, las caras de mis abuelos y los comentarios así lo presagiaban.
    No obstante, si tengo un recuerdo divertido de mis últimos Reyes en Guadalcanal, mis tíos me compraron un bonito caballo de cartón de gran tamaño, mi madre y mi tío Pedro me llamaron aquella mañana cuando aun no era de día antes de irse a la aceituna para ver mi cara de sorpresa, la sorpresa se la llevaron ellos cuando regresaron por la noche del tajo, el caballo estaba sin cabeza, primero le recorté las crines con la tijera de coser de mi abuela Beatriz y después le di agua para beber y la cabeza se deshizo.
    Mi segunda niñez no existió, o tal vez quedó interrumpida y cambió de forma traumática el día 12 de febrero del 64, cumpleaños de mí hermana, cuando contaba con tan solo 9 años, iniciamos el éxodo a Madrid mi madre y yo en aquel tren de vía estrecha destino a los Rosales para enlazar con el de Madrid, mi hermana se quedó en el pueblo con mi abuela Araceli, mi padre ya nos había precedido seis meses antes, mismo tren, misma ruta.
    Y cuando llegué a Madrid con mí habla rústica y mis trazas y maneras pueblerinas, comprendí que ya todo había cambiado en mi corta vida, nueva escuela, nuevo sistema, aquel maestro (D. Cirilo), que me hizo repetir una y mil veces la cantinela de “Jozé zaca el zaco al zor que ze zeque”. que equivocado estaba, intentaba quitarme el seseo de Guadalcanal y tardó dos cursos en conseguirlo, yo con mi rebeldía e ignoraría infantil le decía que en mi pueblo y en mi casa se habla así. Aquel pasillo interminable en el que diariamente formábamos para entonar el Cara al Sol, aquel padrenuestro antes de comenzar las clases, aquellas primeras desilusiones en una enorme escuela que en tiempos de la guerra fue hospital, aquel viejo maestro que nos hablaba de los próximos faustos de los XXV años de paz y de una guerra que ganó y de las siete maravillas del mundo. Empezaba rutinariamente a enumerarlas, las pirámides de Egipto, el Coloso de Rodas, los jardines de Semíramis…, y cada vez que iba a decir una nueva, yo pensaba, ahora, en este momento viene la Iglesia de Santa Ana o de la Concepción de mi pueblo.
    Aquella fue otra de las experiencias esenciales de mi nueva vida, nunca se acordaba de mencionarlas, ¿un descuido?, la incredulidad al principio y la lenta y penosa evidencia después ­ de que allí nadie tenía noticias de los edificios de mi anterior hábitat que me saludaban cada mañana antes de ir a la escuela de la calle Camacho, ni de la plaza de mi pueblo, ni de ese hombre tan importante que tenía una estatua en ella, ni de la Piedra de Santiago, y ni siquiera de mi pueblo en su conjunto y sus gentes importantes para mí. Todo un mundo de héroes y de mitos se vino abajo en un instante, aquello era otro mundo.
    Yo hasta febrero del 63 creía que vivía en el centro del universo, no existía otro pensaba, como es de suponer que les ocurriría a todos los niños de todos los lugares, y especialmente a tantos y tantos niños que abandonábamos las escuelas de Guadalcanal en aquella época para insertarnos en otras culturas por culpa de la emigración, y más en los tiempos en los que no se viajaba a la capital si no era por enfermedad.
    En mi pueblo, en aquella época las cosas se escribían todas con mayúsculas: el Padre, el Abuelo, el Maestro, el Libro, el Médico, el Municipal, el Cura, el Pueblo, la Arcazailla, mi barrio Santanero…, porque todas eran únicas e incomparables para mí.
    ¿Quién reinaba en la Alcazailla, mejor que Bautista, El Mosco y el resto de mis amigos?
   ¿Quién me protegía mejor que mis Abuelos o mi Padre, que era llegar a sus casas, dármelo todo y enseñarme a respetar al resto nuestro pequeño cosmos?
    ¿Había en el universo gente más rica que los ricos de mi pueblo, mejor médico que don Pepe Luis Barragán, mejor músico que mi tío Vázquez, mejor cura que D. Manuel que daba capones “con cariño paternal”, o mejor autoridad que el bueno de Esteban el Municipal?
    ¿Cómo pensar que existiera otro mundo?, imposible ni siquiera imaginarlo...
    ¿Y el Pilarito de Santa Ana, que era utilizado para saciar la sed de aquellos juegos con pelotas de rayas de colores, piolas o billardas y lugar de encuentro para echar lurias a los de El Berrocal Chico?
    ¿Cómo no hablar de la calle Sevilla, mi otro barrio?
    ¿Podía haber en el universo un lugar más bonito que mi pueblo?
    Y eso por no hablar del Palacio, del Coso, de la hondura escalofriante de los pozos en las calles, de la atracción desmesura de las lagartijas, de las culebras, de los pájaros, de los lagartos y otras fieras imaginarias que habitaban en lo bravío de nuestras sierras, la del Agua y la del Viento o en el “Huerto de los Gitanos”.
    Y hasta era único el tonto de mi pueblo, que en aquella época ejercían varios, era sin duda la mejor vida y respeto que un tonto pudiera pueda exigir.
    Todos estos acontecimientos que acabo de exponer se resumen en una redacción que escribí cuando tenía once años para un trabajo de una asignatura de segundo de bachiller que curiosamente se llamaba “Política” y oficialmente F.E.N. (Formación Espíritu Nacional) y que consistía en leer y hacer semanalmente un trabajo de un capítulo del libro de Doncel titulado “Vela y Ancla” con poemas del Cantar del Mío Cid, José María Pemán o Pio Baroja y otras escrituras de nuestra propia “cosecha”:
    Aquel año 62. no fue bueno, hacía meses que pasaba por su cabeza la idea de huir adelante, cuando llegó el verano vinieron al pueblo familiares y amigos que ya habían dado el “paso”, habían emigrado hacia cualquier ciudad hostil y extraña en busca de trabajo y una vida mejor para la familia.
    Aquel Hombre cuando llegó la feria vendió la burra y algunos enseres del campo y el tercer día, llenó su maleta de cartón y madera con poca ropa y muchas ilusiones, en su bolsillo 1.000 Ptas. y cogiendo el primer tren empezó su “huida”.
    Llegó a la gran ciudad, le esperaba un trabajo de peón, jornada de 14 a 16 horas diarias de lunes a sábado y alguna chapuza los domingos.
    Aquel febrero del 63, fue frío, muy frío, las familias estaban terminando la recogida de la aceituna y los niños que aun no tenían edad para ayudar, seguían en la escuela.
    Aquel niño con tan solo 9 años, no entendía lo que estaba pasando en su entorno, fue por última vez a la escuela de la calle Camacho, se despidió de su maestro D. Francisco Oliva y de sus compañeros, no hubo fiesta de despedida, por aquella época todos los meses se repetía esta historia.
    Aquella mujer terminó el “destajo” de la aceituna, cogió a su hijo, nuevamente un destartalado tren, un vagón de tercera sin separaciones de compartimentos, asientos de madera, veinte horas de frío, olor a carbonilla y humanidad, y ante sus ojos la gran ciudad, con sus edificios altos, humos, ruidos y el sentimiento en sus mentes de estar fuera de su mundo.
    Aquella familia, después de siete meses se volvió a unir, pero aquel niño, seguía sin entender nada, ya no vivían en una casa grande de la calle mina con corral, de un pueblo pequeño, ahora vivían en una pequeña habitación con derecho a cocina para toda la familia de una gran ciudad, sin su escuela, el Palacio, el Coso…, sin sus amigos de Santa Ana, sus lurias con los del Berrocal Chico.
    Así podía empezar cualquier ensayo de Juan Ramón Jiménez , pero esta historia no es ficción, es mi historia, la de mi familia y la de muchas otras familias que un día dejamos Guadalcanal para vivir en un mundo mejor, pero… ¿Cuántos lo hemos alcanzado?, ¿Cuántos hemos conseguido ahogar nuestra desilusión en las lagrimas de la añoranza?, El Puerto es testigo mudo de nuestras lágrimas, las que después de cada Feria, Semana Santa o Romería dejamos los emigrantes cada año, cuando partimos nuevamente, cuando “huimos” hacia delante.
    Esto es parte de nuestras pequeñas historias, vivencias de mi generación que no debemos olvidar, porque…
BORRAR EL PASADO, ES MORIR LENTAMENTE.

Ahora que me encuentro en la último ciclo de mi vida, la de la madurez, comprendo bien el sentimiento y la nostalgia por aquellos años que la emigración nos arrebataron a tantos y tantos niños de tantos y tantos pueblos de Andalucía o Extremadura, nos cambiaron el ciclo de nuestra niñez con la diáspora y la emigración, acontecimientos que fueron capaces de inculcarnos el sentimiento sublimar a nuestros pueblos, hasta convertirlos en el centro del orbe oculto de nuestros sentimientos, y sus recuerdos en reales y absolutos.

Publicado en el Libro “Guadalcanal Siglo XX” de Ignacio Gómez Galván
Rafael Spínola Rodríguez
Teruel 2018

sábado, 8 de junio de 2024

Guadalcanal en la prensa

 

Guadalcanal año 1934

Consejo de Ministros. - (Educación)

CONSTRUCCIONES ESCOLARES
Han sido aprobados los proyectos siguientes:
…Construcción de nuevos edificios en Dos Hermanas, Montellano y Guadalcanal (Sevilla).

Madrid, 04 de enero 1934

Consultorio Cinematográfico
Le contestamos a muestro lector identificado como “EL ULTIMO ROMANTICO DE GUADALCANAL DE LA SIERRA”.
Las películas interpretadas por la sin par Imperio Argentina son: La hermana San Suplicio, Corazones sin rumbo, Los claveles de la Virgen, Cinépolis, El confesor de mi mujer, Su noche de bodas, Lo mejor es reír, ¿Cuándo te suicidas?, Buenos días, La casa es sería y Melodía de arrabal.
Por otra parte, este lector tiene muchísimo interés en cambiar correspondencia con nuestra lectora “UNA ROMANTÍCA DE GUADALCANAL”.
Por lo que se ruega a ésta, que si acepta nos lo comunique y a él le enviaremos sus señas.

Revista Espectáculos y Actualidad, 18 de febrero de 1934

Agricultura. -
Se ha personado en la localidad de Guadalcanal el inspector de abastos D. Onésimo Díaz Rivales, visitando las distintas almazaras y molinos de aceite, que se encuentran en plena actividad, recogiendo muestras del preciado producto de esta zona.
La cosecha de este año ha sido excelente y de buena calidad, a pesar de las huelgas de jornaleros de la localidad, la aceituna va entrando a buen ritmo en las citadas almazaras y molinos, principalmente por la contratación de jornaleros de otras provincias y de la vecina Portugal.

El Liberal, 28 de febrero de 1934

Información de la provincia 
Guadalcanal. 
El domingo de Piñata entre las diez y las once de la noche, y aprovechando la ocasión de la ausencia de su domicilio Doña María Jesús Yáñez Vázquez, se supone que, por obra de varios individuos, se realizó un robo en el domicilio de dicha señora, ignorándose la cuantía de los objetos y la cantidad robada y sin que se haya descubierto los individuos quienes puedan ser los autores de este robo.
Días pasado falleció cristianamente la virtuosa señora doña Carmen Cerrato López, celebrándose el sepelio del cadáver el día 4, el cual constituyó una verdadera manifestación de duelo, por las simpatía y bondades que disfrutaba la difunta. Asistieron al mismo, personas de pueblos limítrofes, especialmente de Valverde de Llerena de donde era natural la finada.
Reciba su afligido esposo, D. Joaquín Rivero Paz, y demás familia, el testimonio de nuestra más sincera condolencia por tan irreparable pérdida. -

Corresponsal local. 8 de marzo de 1934

Guadalcanal se entrega a los actos litúrgicos
Con extraordinario fervor y entusiasmo se han celebrado las tradicionales fiestas da Semana Santa, habiendo verificado su acostumbrado recorrido todas las Cofradías establecidas en ésta. Enorme muchedumbre acompañaba a las imágenes en su largo itinerario, culminando esta animación en la calle de Santa Clara, de magnífico y emocionante aspecto, en la que se cantaron muchas saetas," que desbordaron el entusiasmo.
Grande fue la concurrencia de fieles a los Oficios y. sermones de estos días, predicando nuestro párroco, D. Pedro Carballo, los de la Institución y Soledad y nuestro, coadjutor, D. Manuel Jiménez, los de Pasión y Tres Horas.
No hubo que lamentar ningún incidente y las autoridades garantizaron el: orden en todo momento.
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús de Nazareno, en la mañana del Jueves Santo, repartió entre los pobres más necesitados unos 300 panes. —Corresponsal.

6 de abril de 1934

Incidentes en Guadalcanal

Corresponsal. -
Con motivo de los fastos por la proclamación de la II República, se celebró el pasado sábado día 18, un día de convivencia y armonía organizado por el consistorio municipal de Guadalcanal.
A las 18,00 horas tuvo lugar un interesante encuentro de football entre un equipo formado por jóvenes de la localidad y el potente equipo del Cerro del Hierro, que ganaron estos últimos por un resultado global de cuatro goles a dos.
Llegada las 22,00 horas y cuando la población se encontraba un animado baile en el sitio del Palacio, un grupo de jóvenes alborotadores irrumpieron con gritos y lanzando algunas piedras, provocando una grave alteración de orden público, esta fue sofocada por las autoridades presentes y el civismo de los vecinos que no respondieron a los insultos y agresiones.
Finalmente, los actos terminaron a las 24,00 horas con una demostración de fuegos de artificios.

16 de abril de 1934

Orden Público

Coacciones en Guadalcanal
Guadalcanal 6, 12 noche. Los obreros Salieron hoy al trabajo como en días anteriores, pero a la salida del pueblo encontraron grupos de individuos, que les obligaron a volver. Estos grupos eran afectos a U.G.T. y a la C. N. T.
Por la noche otros sujetos fueron también a varios cortijos, esparciendo las mieses ya segadas y rompiendo las hoces de los segadores.
Fuerzas de la Guardia civil prestan servicios de vigilancia en el campo y en el pueblo.
Esta tarde se tuvieron noticias de que varios individuos habían estado en determinadas fincas, incitando a los caseros y a los guardas que se vinieran al pueblo.
Por la Unión Patronal Agrícola, se ha dirigido al ministro de la Gobernación y gobernador civil de la provincia telegramas, dando cuenta de la situación.

Sevilla, El gobernador civil a 7 de junio de 1934

AGRICULTURA Y ECONOMIA. -
Quedan determinadas las rentas a pagar en las fincas sujetas a intensificación de cultivos
Se ha reunido la Comisión permanente Agrícola-Social del Instituto del Instituto de Reforma Agraria, y tomó loa siguientes acuerdos:
Con el voto en contra del representante de los propietarios, Sr. Revuelta, se aprobaron los expedientes de concesión de créditos por intensificación de cultivos siguientes:
… Término municipal de Guadalcanal. Finca El Hornillo, 4.757,50 pesetas para 110 hectáreas de cultivo.

14 de junio de 1934

Justicia

Proceso resuelto
Todos en Libertad. - Ante el tribunal de urgencia se vio la causa seguida contra Manuel Muñoz y cuatro campesinos más, vecinos todos de Guadalcanal, acusados de alteración de orden público y coacciones durante la pasada huelga de campesinos.
Terminadas las pruebas, el fiscal retiró la acusación contra uno de los procesados, y a los cuatro restantes por la sala.

14 de agosto de 1934

Anuncio publicitario
La Asociación Católica de Colegios SADEL, Sociedad Anónima de Enseñanza Libre, tiene abierto el plazo de alumnos masculinos en sus centros SADEL de Isabel La Católica de Granada, San Juan de La Cosa de Santoña, San Luis de Gonzaga de Guadalcanal y Ntra. Señora de Robledo de Constantina.
¡! Padres católicos de la localidad: ¡¡Enviando vuestros hijos a nuestros colegios aseguráis una educación y libre!!, ¡!Contribuyendo a la creación de otros centros más por toda España, ¡¡mediante la adquisición de nuestras acciones haces cultura y patria!!
Presidente del Consejo de Administración, D. José María Martínez de Velasco.
Oficinas centrales. - Manuel Longoria, 5 Madrid

Iglesia y educación,01 septiembre de 1934

Guadalcanal, feria y fiestas anuales
Dentro de la mayor animación y brillantez ha transcurrido la Feria en esta villa, estando a todas horas los paseos abarrotados con asistencia de público y luciendo una iluminación de numerosos colores. Durante los días 4, 5, 6 y 7 de este mes, se han celebrado la exitosa feria abundado bailes de sociedad en las casetas Nuevo Círculo, la caseta popular y la Recreativa, que han resultado brillantísimos, así como los celebrados durante las tardes en los paseos y cantinas montadas al efecto, todas muy concurridas por lindísimas muchachas de la localidad y de los pueblos limítrofes de Cazalla y Constantina.
En los parajes del rodeo tampoco ha decaído un momento la animación, habiéndose hecho muchas transacciones de ganados de todas clases y especialmente del cerdo, que se ha vendido a 28 y 30 pesetas.,

Corresponsal.- Sevilla,16 de septiembre de 1934,

Situación en el Campo Andaluz
Los comités locales de campesinos aprueban la resolución de las huelgas agrícolas en los pueblos sevillanos de Lora del Rio, Puebla de los Infantes, Alcolea del Rio y Guadalcanal.

17 de septiembre de 1934


La vendimia en Andalucía
… Igualmente han comenzado a recoger sus frutos los viticultores del extremo de la provincia de Sevilla, en la Sierra Norte, principalmente en los pueblos de Constantina, Cazalla de la Sierra, Alanís y Guadalcanal, en este último que tuvo gran transcendencia durante los siglos anteriores, siendo apreciados en la corte y su exportación al nuevo mundo durante el siglo XVI, actualmente y debido a la plaga de la filoxera allá por el año 94 del pasado siglo, la producción es testimonial, produciéndose en las bodegas de algunos cortijos un exquisito y personal mosto.
…En el bello poemario exhumado del acreditado poemita del escritor y académico D. Pedro Rodríguez de Ardilla, hay un pasaje que relata las excelencias del vino de Guadalcanal:

De toro y Madrigal está el buen vino,
y el de Yepes, Ocaña y Alaejos,
y aquel de San Martín, precioso y fino.
De Coca y Rivadavia los aniejos,
y el De Ciudad Real, hermosa pieza,
sabroso a niños y agradable a viejos.
También allí Guadalcanal empieza
a dar su tinto celebrado y bueno
y sus aloques la gentil Baeza
…///…

Agricultura y paisajes, 26 de septiembre de 1934

Justicia

Constitución del nuevo Ayuntamiento de Guadalcanal
Después de la visita de inspección verificada al Ayuntamiento de esta villa por la Administración de Justicia y como expediente instruido al mismo, ha quedado constituida la nueva Corporación municipal en la siguiente forma:
Alcalde presidente. - D. José Arcos Rivero, teniente de alcalde. - D. Enrique Castelló y Fernández de Cañete, Antonio Limones Vaca y D. Emilio Crespo López, sindico. - D. Amador Mallén Vélez, concejales. - D. Alfredo Rivero Pérez, D. Manuel Rivero Sanz y D. Ignacio Rivero Arcos de radicales Lerrousistas y D. Adelardo López de Ayala, D. Guillermo Alvarado Moreno, D. Juan Miró Villagrán, D. Antonio María Rivero Sanz, D. Joaquín Yanes Criado y D. Jesús Rivero Arcos de Acción Popular.
Todos ellos a jurado o prometido según su código de honor los cargos para los que han sido nombrados, no registrándose incidentes en un salón de actos abarrotado.

Gaceta de Madrid, sábado, 29 de septiembre de 1934.

Hemerotecas

sábado, 25 de mayo de 2024

Emigración y población de Guadalcanal

 

Guadalcanal, Una villa que languidece             

    Este estudio pretende analizar la población y emigración de Guadalcanal y sus factores durante la segunda mitad del siglo XX, pero antes analizaremos unos datos que convienen recordar a través de los siglos.
    Los primeros censos fiables que hemos encontrado se retrotraen a finales del siglo XV y durante el siglo XVI. El primer factor a tener en cuenta es que Guadalcanal hasta 1521 la villa se encontraba fuertemente fortificada, por ser Guadalcanal comunero, fue mandado por Carlos I tirar las murallas, así pues, existían dos tipos de censo, los vecinos propios de la villa y los que vivían en extramuros, esta última población era menos numerosa y más flotante, principalmente eran comerciantes y pecheros atraídos por el comercio de la Encomienda de Guadalcanal, tales como pieles, carnes, cereales, vinos, ganados, zumaque y otros derivados de sus ricas deesas y campos de labor.
    Durante el siglo XVI hay que analizar que influyeron en la fluctuación de las estadísticas, por una parte en la primera mitad del siglo, la emigración a Indias mermó la población, entre 1506 y 1526 se contabilizaron 375 individuos que viajaron al nuevo mundo para probar fortuna y durante la siguiente década emigraron de la villa otros casi doscientos individuos, unos como soldados de fortuna, es el caso de Pedro Ortega Valencia que con la expedición de Álvaro de Mendaña en Enero de 1568 descubren las islas de Salomón y bautizando a la mayor más importante con el nombre de su villa. Otros eran comerciantes y la mayoría como sirvientes, muchos de los cuales llegaron a hacer fortuna y llegaron a formar capellanías y favorecieron los iglesias y conventos de la villa.
    Otro dato destacable de este siglo fue el descubrimiento y posterior explotación en el término de las minas de plata de Pozo Rico, en el año 1555 por Martín Delgado. Si bien este acontecimiento atrajo en los años siguientes gran cantidad de técnicos, obreros y esclavos para su explotación, tuvo poca incidencia en la población del Concejo, ya que en principio la mayoría se quedaban en barracones junto a la mina y posteriormente llegó a formarse un poblado que contaba con iglesia, almacenes de suministros, etc., llamado San Antonio de la mina y que llegó a contar con más de 150 almas.

Año

1494

1498

1515

1571

1591

Habitantes

1370

1500

1700

1200

1055

    En la hambruna primera mitad de la centuria del siglo XVII se estableció la población ligeras fluctuaciones, en la segunda mitad del siglo, la pandemia de la peste y la hambruna provocada por la misma, provocó que la población de Guadalcanal disminuyera en más de un 50%, así, en el año 1639 se contabilizaban casi mil vecinos y en 1650, apenas sobrepasaban los 500, la población poco a poco se fue recuperando, terminando este siglo con aproximadamente 1.200 habitantes. 

Año

1612

1639

1646

1670

1689

Habitantes

1000

1080

480

591

639


    Durante los siglos XVIII y XIX la población de Guadalcanal, así como la del resto de España registró un considerable incremento. En el siglo XVII una vez superada las hambrunas y pandemias del siglo anterior, la villa registró un avance demográfico muy considerable, por una parte, se expandió la villa con nuevas edificaciones en el casco urbano, así como la creación de nuevos barrios en los aledaños de la misma, Erillas, Majalillo, Cotorrillo y otros, así como el incremento de habitantes en el asentamiento pedáneo de Malcocinado y en las cortijadas del término municipal, vinieron nuevos pobladores de pueblos cercanos e incluso de la vecina Portugal, atraídos por el trabajo en el campo, principalmente en la vendimia y recogida de grano, estos individuos que en su mayoría venían solos, esposaron con mujeres de la villa y formaron familias, otros venían con la familia, principalmente, los que tenían hijos aptos por su edad para trabajar.
    Por otra parte, en este siglo ya eran más fiables las estadísticas, gracias a los recuentos periódicos que se hacían a través del Vecindario General de España de Campoflorido. Así, Guadalcanal comenzó el siglo con apenas 1.200 habitantes y termino con una cantidad cercana a los cuatro mil.

Año

1710

1725

1750

1780

1795

Habitantes

1280

1890

2365

3770

3845

El siglo XIX continuó con la progresión demográfica de la centuria anterior, con datos censales aún más fiables pues en la segunda mitad comenzó a funcionar el Instituto Nacional de Estadística, hay varios factores que si conviene analizar, por una parte, en 1833 comenzó el expediente de segregación del barrio pedáneo de Malcocinado y terminó el proceso en 1842, con está disyunción, la villa perdió aproximadamente 325 vecinos entre los residentes en la propia población y las cortijadas cercanas que quedaron bajo su jurisdicción. En 1855 llegó a la villa la epidemia de cólera, aun cuando no fue tan nefasta como en otros pueblos cercanos, mermó la población,  A partir de ese año, Guadalcanal siguió recuperando población, mayor número de nacimientos y nuevas familias foráneas que se establecían, sin bien, en los años finales de la centuria, la población se estabilizó o incluso se percibe una ligera disminución, uno de los acontecimientos atribuible es la pérdida del 90% del viñedo a consecuencia de la filoxera en el sur de la península. 

Año

1820

1840

1860

1887

1897

Habitantes

4460

5446

5441

6139

5935


    Pasamos a analizar el siglo XX por proximidad y por objeto principal de este estudio. Hay un dicho en Guadalcanal que por repetido no es cierto, “cuando Guadalcanal tenía diez mil habitantes”, el mayor índice de población recogido en Guadalcanal por el Instituto Nacional de Estadística fue en 1935 con 7.629 habitantes.
    En la primera mitad del siglo y hasta la siguiente década, Guadalcanal conoció una floreciente industria, con fábricas de aguardiente, alfarerías, molinos de aceite, orujos y cereales, carpinterías, fraguas, fábricas de tejas y refractarios, jabones, harina y pan, aguardientes, construcción y un complejo entramado de pequeñas industrias, talleres de artesanos y establecimientos de todo tipo que daban cobertura a las necesidades de la población, asentando la misma.
    A partir del citado 1935 el declive ha sido progresivo, hasta la fecha actual que se registran apenas 2.630 habitantes. Si analizamos las consecuencias son muchas y decrecientes. En la siguiente década, Guadalcanal perdió más de 1.000 habitantes, la guerra civil disminuyó la población lamentablemente, por una parte, los muertos de ambos bandos, por otra, la cantidad de familias que tuvieron que abandonar sus hogares por motivos políticos.
    El censo de 1.960 del INE reflejaba una población de 6.075 habitantes. Pero el gran éxodo y pérdida de población fue en la veintena del 60 al 80, cuando disminuyo la población prácticamente en un 50%, el trabajo empezó a disminuir, los padres no querían para sus hijos el futuro que se avecinaba y empezó el gran éxodo a grandes ciudades y pueblos industriales, En la década de los 60 solicitaron la baja del padrón municipal 1.517 guadalcanalenses, siendo sus destinos principales a Madrid capital 172 vecinos, pueblos de la provincia 88, Barcelona capital 259 y pueblos 188, Sevilla capital 219, y así, una larga lista de ciudades y pueblos hasta completar la citada cifra. Este éxodo continuó en menor pero apreciable cuantía hasta 1.980, terminando con un censo de 3.261 habitantes.

Año

1900

1920

1930

1935

1940

1960

1980

Habitantes

5,786

6,714

7,376

7.629

6,931

6,075

3,261

Progresivamente a la falta de trabajo en el sector principal del pueblo, las tareas en el campo y la ganadería principalmente, las empresas fueron cerrando o trasladándose a pueblos cercanos, como el caso de Industrias metálicas Serna a Llerena o Refractarios San José que se trasladó a la vecina Berlanga. La industria de refractarios de gran incidencia en el tejido empresarial de Guadalcanal ha quedado reducida en la actualidad a solo una que trabaja de forma casi residual, otros gremios que desaparecieron fueron los molinos de aceite, limitándose en la actualidad a una cooperativa, un grupo olivarero y un particular, o las carpinterías, en la actualidad agrupadas en una cooperativa y gran parte de ellas desaparecidas.

Año

1990

1998

1999

2000

2010

2019

Habitantes

3,321

3,067

3,015

2,976

2,962

2.627

 A partir de los años 80 del pasado siglo, la población va decreciendo en cantidad menos progresiva, lamentablemente, es una población envejecida, la falta de trabajo y oportunidades para la juventud, va condenando a Guadalcanal a una desolación alarmante, que si los políticos o quien corresponda no interceden, nunca saldremos de la rueda de la España despoblada.

Fuentes. - Archivo personal, Hemerotecas, Instituto Nacional de Estadística, Guadalcanal siglo XX (Ignacio Gómez Galván), La villa Santiaguista de Guadalcanal (Manuel Maldonado Fernández), Emigración a Indias y Capellanías en Guadalcanal (Javier Ortiz de la Tabla Ducasse), Economía y Sociedad en Guadalcanal durante el antiguo régimen (Manuel Maldonado Fernández) y Revistas de Ferias y fiestas de Guadalcanal.

Rafael Spínola Rodríguez