Una historia llena de historias
Redacción
Marcan las horas del reloj, a las en punto, a las y cuarto, y a las y media también. Cada Domingo de Ramos nuestro corazón repiquetea a su ritmo. ¿Están doblando? ¿Quién ha muerto? Es nuestro día a día, con lo que nos hemos criado, lo que hemos aprendido. No es otra cosa que el lenguaje de las campanas.
Aunque nadie haya caído en ello, es este un medio de comunicación. Nos informan, nos hacen saber distintos acontecimientos. todo su esplendor se mecaniza, sino que conserva esa parte auténtica, entrañable y única que supone tocar las campanas a mano.
Miguel Nieto, conocido por sus bellas fotografías en nuestra localidad quiso realizar un testimonio gráfico desde el mismo campanario. Por eso acompañó en uno de esos días marcados en el calendario a Cayetano, quien se ocupa de este noble arte de las campanas. Pero más que un testimonio gráfico se trajo una bonita historia que hoy nos relata en Guadalcanal información.
Antiguamente era normal que en los pueblos y ciudades existiera la figura del Campanero en las Iglesias, hoy ya todo ha cambiado, con una aplicación informática o unos botones en la sacristía ya se programan.
Pero aquí en Guadalcanal tenemos la suerte de tener a uno, cosa que mucha gente lo desconoce totalmente.
Cayetano es un hombre afable y cordial que invitó a Miguel a subir un par de veces a la torre de Santa María. Lo hizo el sábado de feria y el día de la procesión del viernes de romería de septiembre de este año para que pudiera hacer lo que más le gusta, un reportaje fotográfico a su quehacer y un vídeo.
A sus 71 años cumplidos Cayetano sigue tocando manualmente las campanas de la torre. Él mismo se ha preparado un “estaribé” de escaleras, tablones y ladrillos atado con cuerdas aquí y allá para subirse y así poder pasarse por la espalda las sogas. De esta manera puede maniobrar con ambos brazos el repiqueteo de las campanas al unísono. Todo esto lo hace con el cuerpo casi al aire frente a los huecos del campanario. Ni que decir tiene que es un espectáculo verlo en acción. Cuenta Cayetano que un hombre, “Larita”, cantaba las misas y un tal Morente tocaba el órgano. A Cayetano le daban unas “pesetillas” hasta que se fue al campo con 12 años, y así ha seguido hasta nuestros días. Salía de los escolares antes del mediodía para tocar el Ángelus. Hoy únicamente toca en Domingo de Ramos, procesiones de Guaditoca y el Corpus Christi.
Quizás sea el único campanero en muchos kilómetros a la redonda y a lo mejor será el último en Guadalcanal. Un oficio casi perdido como muchos otros. Lejos queda ya cuando siendo monaguillo y cura D. Félix, un tal "Sanani" (sobrino de un sastre), pocos años antes de jubilarse le enseñara para siempre el curioso y misterioso repique de campanas que todos conocemos y que del cual no se sabe si tiene nombre ni autor. Podría tener más de un siglo de antigüedad esa melodía.
Cayetano merece todo un reconocimiento por su labor despreocupada porque él disfruta haciéndolo… mientras pueda claro, el Campanero de Guadalcanal.
Fotografías y experiencia: Miguel Ángel Nieto
Guadalcanal Información. Año VI número 277Lunes, 17 de octubre de 2022
Desde
la semana pasada el toque manual de campanas español forma
parte desde hoy de la Lista Representativa de Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
La decisión ha sido adoptada por el Comité del Patrimonio Cultural
Inmaterial de la UNESCO reunido en Rabat (Marruecos).
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