Cartas desde Whuzland/segunda
Whuzland Febreo 2024
Hola Sr. Español:
Sí, lo sé, os debía carta, señor, recibí la de Vd. en la
que agradezco que me haya nombrado corresponsal y consejero en Whuzland de su
prospero Estado y por el envío de los periódicos y revistas de su país, varios
meses han pasado desde que le envié la anterior y que Vd. amablemente, señor,
en su respuesta, trató de desmontar mis críticas con sus argumentos de blanco
capitalistas (sin acritud) y en la que me comentaba las oportunidades que en su
país se le daban a los migrantes (trabajo, vivienda, sanidad, etc.).
Mis múltiples tareas como jefe de tribu (alcalde creo que
llaman Vds.), me han impedido contestaros con la celeridad debida. Disculpadme
señor, quisiera yo hoy hablaros de vuestras obsesiones, las vuestras y la de
vuestros españoles por el makeup (maquillaje o colores en luzlandés), os
encantan los afeites y buscáis taparlo todo, ocultarlo todo, en un intento por
burlar respecto de la realidad vuestro envidiable color blanquecino de piel y
multicolor de banderas, ansiando la novedad y el color tostado que da ¿cómo
dicen Vds.?, así, caché. Observo desde
la distancia como os atropelláis en la búsqueda de nuevas denominaciones que
tan pronto son usadas son rechazadas, señor, por obsoletas. ¿Os dicen algo
palabras como practicante, portero, aparejador, España, guardia de la porra,
albéitar, guerra de banderas?, ahora que han sido sustituidas por D.U.E. (antes
A.T.S.), empleado de fincas urbanas, arquitecto técnico (ahora ingeniero de
gestión de la edificación), este país, agente municipal, veterinario y la roja,
respectivamente?, imagino que esas nuevas palabras darán más caché a sus
congéneres, como reflexión le diré que nuestro dialecto, el luzlandés se
transmite de generación en generación integro, sin modificaciones ni aforismos,
¿Dejará señor, en lo esencial, uno de estos profesionales de ser lo que fueron,
aún con otra denominación?, ¿tendrán mis paisanos, a los que Vds. llaman
generosamente migrantes del tercer mundo la posibilidad de integrarse en alguno
de estos trabajos?. Pero os encanta, repito, porque os lo permite vuestra
posición y estatus social cambiar todo, mi hija fue a trabajar a uno de sus
hogares como chacha, ahora es empleada de hogar (sin contrato claro), pensáis
así eludir la realidad, en pos de vuestras quimeras, arremetéis contra molinos
de viento una y otra vez, sois, señor, atolondrados quijotes ávidos de ver
brotes rojos y amarillos donde no los hay, camufláis la realidad una y otra vez
con la obsesiva necesidad de cambiarlo todo, para que todo siga igual, permitís
señor, que mentecatos sin juicio os gobiernen y os guíen por caminos que no
conducen a parte alguna.
Soy chovinistas, basta que os hablen del Edén, para
tratar de destruirlo y desalojar a sus moradores, en vuestro mundo fantástico
hay escoltas que no son sino vulgares guardaespaldas o matones a sueldo, pero
creéis que así evitáis la referencia al mundo del hampa; Llamáis, señor, Estado
a lo que en los mapas se denomina España, pero habéis convertido a vuestro país
en una pura tramoya de administraciones inútiles y banderas coloristas, una
ficción, una mera aproximación de partes cada día más inconexas a nuestras
tribus y nuestras organizaciones sociales.
La unión, el nexo, señor, es la ley común, justa e
igualitaria para todos, y ya no hay tal ley en su país, vuestros políticos
legislan no se sabe ya para quien, ni para qué, ni porqué, pero fingen que
actúan como mandatarios del pueblo soberano que los ha elegido con votos en su
mayoría comprados, expulsan emigrantes por una puerta y por la otra acogen
exiliados cubanos o de otros países de sus ancestrales dominios sin darles
ningún estatus, documentos o trabajo prometido por vuestro ministro
representante de lo “exterior”, repito, legislan leyes para el pueblo, ¿a qué
pueblo se refieren?
Por último, llevados de este deseo de no llamar a las
cosas por su nombre, eludiendo la realidad, leo en uno de sus respetables
diarios que a un supuesto caso de cobro irregular de comisiones el político de
turno lo denomina "disfunción", bien, vosotros veréis, pero no me
extrañaría oíros decir que habéis ido de derrota en derrota hasta la vitoria
final e incluso que partiendo de la nada habéis alcanzado las más altas cotas
de la miseria.
Así las cosas, no os extrañe que me frotara los ojos al
ver a España campeona del mundo y a tantos españoles alborozados y abrazados a
la bandera roja y amarilla, ¿Será verdad? ¿Existe aún el pueblo español
arropado por esa bandera, vuestro pueblo, el que abraza diecisiete banderas
diferentes a veces y sólo futbolísticamente es de la roja, señor? ¿Era pues
otra falacia interesada aquello de los diferentes pueblos de España, con
distintas culturas, idiomas y banderas?
Que
Dios os guarde, señor español.
Un amigo Luzlandés.
Rafael Candelario Repisa
La fragua del pensamiento.
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