La decadencia del transporte ferroviario
en la Sierra Norte
Rafael Spínola Rodríguez
El
24 de Marzo del año 1872 comenzaron las obras de la futura línea de ferrocarril
de media distancia de Mérida-Los Rosales-Sevilla, esta línea tuvo varios
proyectos y memorias para su ejecución, finalmente se optó por la del ingeniero
Víctor Rapin aprobados por Reales órdenes de 9 de Septiembre de 1862 y 12 de
Enero de 1863 (1). Las
obras en un principio fueron adjudicadas al ingeniero gaditano afincado en
Sevilla D. Manuel Pastor y Landero. Los litigios, dificultades económicas y la
dificultad y complicada orografía sobre todo encontradas en la Sierra Morena e
hicieron fracasar esta empresa y pasar la obra en el año 1880 a la potente
Compañía de los Ferrocarriles Madrid-Zaragoza-Alicante (M.Z.A.), esta empresa
explotó la concesión desde sus inicios y durante sesenta años, con gran
movimiento de mercancías, y pasajeros., hasta el año 1941 que con la
nacionalización de los ferrocarriles pasó la línea a la Red Nacional de los
Ferrocarriles Españoles (RENFE).
Durante
su construcción dio trabajo a muchas familias de Guadalcanal y una vez puesta
en funcionamiento era gran fuente de empleo en mantenimiento, caseteros y otros
trabajos para nuestros paisanos.
El
16 de Enero de 1885 pasa el primer tren por la estación de Guadalcanal tirado
por una locomotora serie 220 construida en 1880
en los talleres de Richard
Harmand, haciendo el primer tramo El Pedroso-Llerena con parada en Guadalcanal,
la línea empezó a funcionar a pleno rendimiento en 1882 con el recorrido
completo Sevilla-los Rosales-Mérida y viceversa.
Durante
el último tercio del siglo XIX y avanzado la primera mitad del siglo XX esta
línea tuvo gran actividad en el transporte de personal y mercancías (ganado, cereales,
minerales, carbón, etc.) con los llamados trenes ómnibus, correos, rutas, carretas
y mixtos, circulando varios diarios en cada sentido de la ruta, la estación de Guadalcanal era un centro
neurálgico para estos trenes y a menudo se podían ver gran cantidad de vagones cargados
en las vías de apartadero de las
mercancías citadas o de ladrillos, tejas y aceites producidos y manufacturados
en Guadalcanal. Otras mercancías a menudo eran de origen o destino a los
enlaces de vía estrecha de Fuente del Arco, Puerto Llano y Cerro de Hierro en
el caso de los minerales o a Villanueva del Rio en el caso del carbón.
A
partir de la segunda mitad del siglo XX varios factores influyeron para el
declive de este pasillo ferroviario de personas y mercancías hasta llegar a la casi
desaparición en nuestro días, es muy difícil ver algún tren de mercancía por
estos lares y los trenes de viajero se limitan a uno al día en cada sentido,
estos elementos son por un lado, el deterioro
de la línea quedando obsoleta debido a la poca o nula inversión por
parte del gobierno central y el entramado de autonomías y diputaciones, esto
junto a la modernización y rapidez del transporte por carreteras (aun cuando
las carreteras de la Sierra Norte no son un ejemplo de modernidad) y
principalmente la desaparición del gran flujo de negocio en la zona de
influencia, la desaparición de las minas, la disminución del cultivo de cereal,
actualmente ha quedado testimonial o como autoconsumo para los ganaderos de la
región y sobre todo, la decadencia industrial, la desaparición de fábricas,
claro ejemplo es Guadalcanal y comarca.
Tal
vez los más curioso de aquella época (ahora algo hemos mejorado en tiempo y
material de Renfe) era el tiempo que se dilataba el viaje desde Guadalcanal a
Sevilla, el llamado mixto (llevaba vagones de mercancías y de viajeros) tomando como referencia el año 1916, salía de
Llerena a las 6,00 de la mañana, pasaba por Guadalcanal a las 8,00 con salida a
las 8,06 y llagada la estación sevillana de Plaza de Armas a la hora “estimada”
de las 15,00 horas, es decir, siete horas (una jornada casi completa), un
Guadalcanalense ya fallecido que estaba de guarda en la caseta del puerto me
contaba una vez en mi niñez “en los
difíciles años del estraperlo la gente se bajaba en marcha antes de llegar a la
estación para evitar la vigilancia, hacia sus –negocios- y volvía a cogerlo”, en verano cuando “la calor apretaba” se bajaban los viajeros a beber agua de los
pipotes de las “aguaoras”, se liaban
un pitillo, se lo fumaban en la cantina y a paso ligero alcanzaban al tren
antes de llegar al túnel, algo más rápido era el tren correo que reducía el
tiempo a la mitad, salía de Guadalcanal a las 16,00 horas y llegaba a Sevilla
sobre las 20,00 horas (todo un avance), existía otro misto llamado el “el de la madrugá” , este salía de
Guadalcanal a la 1,50 horas y llegaba a Plaza de Armas a las 7,40 horas, este
tren disponía de coche cama en vagón de primera clase (todo un lujo), el
regreso no era más rápido, había un correo que salía de Plaza de Armas a las
12,10 horas del mediodía y llegaba a Guadalcanal a las 18,50 horas, otra opción
era coger el mixto que salía de Sevilla a las 20,50 llegaba a nuestro pueblo a las 3,15 horas de
la madrugada o si hacían noche en Sevilla podían coger el correo de la 7,10
horas y llegaban a Guadalcanal sobre las 11,45, todas las fuentes consultadas estimaban
siempre “hora aproximada de llegada”, ya que siempre podía haber imprevistos
que retrasaban la llegada hasta en una hora.
En
la actualidad como ya hemos comentado anteriormente el servicio se limita a un
recorrido diario de ida y vuelta con un horario aproximado de 1,50 horas.
(1) — Proyecto y Memoria descriptiva del ferro-carril
de Mérida á Sevilla, por Don Víctor Rapin, ingeniero de la construcción del
camino de hierro de Córdoba á Sevilla.— 1851 .—Aprobado por Reales órdenes de,
9 de Setiembre de 1862 y 12 de Enero de 1863.
Hemos podido examinar con detención la Memoria del
Sr. Rapin, y aunque incompetentes para juzgar de ella, diremos que nos ha parecido
muy notable. Empieza emitiendo un juicio sobre el trazado propuesto por la
Compañía general de crédito, que concuerda en un todo con la opinión que nos
merece. «.Tiene (dice) 193,684 metros de longitud, y empieza á 2,600 metros más
acá de la estación de Mérida-, atraviesa muy oblicuamente el rio Guadiana, pasa
por Calamonte, Torremejía, Almendralejo, y se dirige hacia Llerena , dejando
sobre la derecha Villafranca á 1 ,500 metros, los Santos á 13,000 metros. Zafra
á 20 kilómetros, Usagre á 4,000 metros. Bienvenida á 12 kilómetros, Fuente de
Cantos á 12 kilómetros; y sobre la izquierda, Ribera á 5,500 metros y Villagarcía
à un kilómetro. Nos parece que en esta parte no sirve bastante las poblaciones
importantes, y se aleja demasiado de la sierra de San Jorge, centro productivo
de ganados de toda especie.
“De Llerena se dirige á Guadalcanal, dejando esta
población á 3,500 metros y separada del trazado por una montaña bastante
elevada; luego á Alanís, San Nicolás, el Pedroso, las minas de Villanueva, y viene
á empalmar con la vía férrea de Córdoba а 27 kilómetros de Sevilla, formando un
ángulo muy abierto con esta línea. Además de las fuertes rampas y pendientes
adoptadas para este trazado, que llegan hasta 0,0191 por metro, de un túnel que
ha de pasar debajo de los torrentes del Huesna y del Galindo, y de una serie de
viaductos de costosa y difícil construcción, este proyecto ofrece el grande
inconveniente de obligar los trasportes hacia Córdoba á un rodeo de 9
kilómetros, sin disminuir sensiblemente la distancia para los que hayan de
dirigirse á Sevilla.”
Hace luego á grandes rasgos un análisis del proyecto
que presenta, y que tiene de extensión 188,706´37 metros, ó sea 4,977'63 metros
menos que el anterior, “parte (dice) de la estación misma de Mérida, pasa por
Calamonte, Almendralejo, Villafranca, los Santos, Llerena, Guadalcanal, Lа fábrica
del Pedroso, las minas de carbón de Villanueva, y viene á desembocar al camino
de Córdoba en la estación de Tocina. Quedan á su derecha Fuente del Maestre á
10 kilómetros; Zafra á 5,500 metros, Bienvenida á 4,500 metros, Fuente de
Cantos á 15 kilómetros, Fuente del Arco á un kilómetro, Cazalla á 5,000 metros,
el Pedroso á 3,000 metros; y á su izquierda Rivera á 13 kilómetros, Usagre á 4 kilómetros,
Víllagarcía á 3 kilómetros, Alanís á 3 kilómetros, San Nicolás á 3 kilómetros;
de modo que sírvelas mismas poblaciones que el anterior, y se acerca
considerablemente á los terrenos más productivos, como Fuente de Cantos, los
Santos , y sobre todo Zafra, que es el centro del comercio de granos y ganados
de esta parte de Extremadura.”
La descripción topográfica y geográfica del terreno
atravesado por esta línea es, en nuestra opinión, excelente, y prueba los
concienzudos trabajos de campo hechos por el autor. Sentimos que sus grandes
dimensiones nos impidan extractarla, y sería de desear que viese la luz
pública.
Por último, el coste total de la construcción de esta
línea se gradúa en 224.846,221'23 reales, y el producto bruto de la explotación
en 18.348,633'08 reales anuales.
Aprobado, como hemos visto, este excelente proyecto,
y subvencionada ampliamente la obra por las dos provincias da Badajoz y
Sevilla, se adjudicó á la Compañía general de crédito, que no habiendo comenzado
á la hora presente los trabajos por circunstancias inexplicables, acaba de
solicitar (en 15 de Abril de este año) que se le permita variar el trazado en
la parte que corresponde á la cabeza de la línea.
Aunque esta pretensión es muy combatida por las
provincias de Córdoba y Sevilla, puesto que sólo parece tener por objeto que
empalme el camino con el de Cádiz (perteneciente á la misma Compañía
concesionaria), y no con el de Córdoba, como en el proyecto aprobado de Rapin,
por si al cabo se realizara, indicaremos la alteración propuesta en el plano
que hemos visto del ingeniero Sr. Aramburu.
Partiendo de Mérida y pasando por Calamonte, Torremegía,
Almendralejo y Viilafranca, llega á Zafra con 62 kilómetros de desarrollo.
Aquí, por buscar la cuenca del arroyo del Prado, pasa la línea por un desierto
entre Bienvenida y Usagre, dejando muy lejos á Fuente de Cantos, pueblo
importantísimo, va luego á Villagarcía, Llerena, Casas y Reina y Fuente del
Arco, donde empalma con el camino de Bélmez á 113 kilómetros de Mérida.
A 13,500 kilómetros de este empalme se pasa el puerto
de Llerena por un túnel de 810 metros, y se llega á Guadalcanal, presentándose
en seguida á 1,500 kilómetro otro túnel de 375 metros para pasar el puerto de
Cazalla. De Alanís sigue á Constantina, El Pedroso, con dos túneles, uno de 340
metros en el collado de Malos Pasos, y otro de 180 entre Parroso y el castillo
de la Encarnación; y por último, por Cantillana, Villaverde y Alcalá del Rio (donde
pasa el Guadalquivir) y por la Rinconada llega á Sevilla en las inmediaciones
de la ermita de San Onofre. La longitud de la línea es de 219 kilómetros 935,29
metros.
Fuentes.- Historia del Ferrocarril en España, las compañías Ferroviarias de España del siglo XIX a la actualidad, Relatos de viajes Contemporáneos y Hemeroteca Renfe.