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lunes, 27 de mayo de 2019

Nuestro entorno 21

RASGOS GEOLÓGICOS GENERALES DEL PARQUE DE LA SIERRA NORTE DE SEVILLA

Quinta parte

Sobre el zócalo varisco deformado se disponen, en algunos puntos, sedimentos subhorizontales relacionados con el relleno de cuencas pérmicas de carácter postorogénico, como las del Viar y San Nicolás del Puerto. La localización y disposición de estas cuencas también estuvo controlada por las estructuras variscas, de manera que, están alineadas según la dirección dominante NO-SE. Esto es especialmente evidente en lo que queda de la Cuenca Pérmica del río Viar; y lo mismo ocurre para la de San Nicolás del Puerto, aunque en este caso es más difícil reconocerlo, puesto que lo que nos queda de ella no es un único afloramiento continuo, sino varios afloramientos pequeños que han resistido a la erosión. En el mapa geológico se ven como grupos aislados delimitando manchas de contorno redondeado. Si unimos todos esos retazos podremos comprobar que la cuenca pérmica de San Nicolás también era alargada según la dirección NO-SE, y que por lo tanto, también estuvo controlada y relacionada con la orogenia varisca.
Las fracturas NNE-SSO juegan un papel secundario en la estructura geológica general de la región, sin embargo, son importantes en la fisiografía de su red de drenaje. Muchos de los ríos y arroyos de la Sierra corren en esta dirección. Un buen ejemplo es la rivera del Huéznar que constituye una de las arterias fluviales principales del Parque. También la
trayectoria del río Viar está marcada por varias alineaciones tectónicas, y esta NNE-SSO queda muy bien definida en algunos tramos de su recorrido.
Los sedimentos miocenos de la Depresión del Guadalquivir y los afloramientos de travertinos del Parque, representan los sedimentos y rocas sin deformar, que se integraron a la historia de la región en tiempos muy recientes desde el punto de vista geológico.
RECURSOS GEOLÓGICOS*
El aprovechamiento de los materiales geológicos entronca con la historia de la humanidad prácticamente desde su inicio.
En la zona del Parque existen evidencias de ocupación humana al menos desde el Neolítico (3500-6000 AC). Estos pobladores prehistóricos aprovecharon algunos recursos líticos para la fabricación de útiles y herramientas de piedra y, también, arcillas para manufactura de cerámicas. Evidencias de este tipo de industrias se han encontrado entre otros lugares en la cueva de la Sima, en Constantina.
Desde el inicio de la edad de los metales se explotaron minas de cobre en diversos puntos del Parque. En varios yacimientos arqueológicos del entorno de Almadén de la Plata se han localizado útiles de este mismo metal. También hay referencias imprecisas sobre objetos de este periodo en la cueva de la Sima y en otros puntos de la comarca, aunque la mejor documentación sobre la minería del cobre en la Sierra se ubica en los yacimientos de los Pagos de Gibla, fuera del Parque.
Otra cuestión de interés en cuanto al aprovechamiento de recursos geológicos en la prehistoria es la existencia de ídolos de mármol en enterramientos tipo dolmen del SE de Almadén de la Plata.
En tiempos históricos, está bien documentada la minería de hierro y la explotación de mármol en el Cerro del Hierro y Almadén de la Plata respectivamente. En tiempos más recientes, el aprovechamiento más intensivo de los recursos geológicos tuvo lugar durante los siglos XIX y XX. En esta época se explotaron minas de hierro y de otros metales en diversos puntos del Parque. Las minas más importantes fueron, sin duda, las del Cerro del Hierro, en las que se explotaron minerales de hierro y barita. También en los alrededores de El Pedroso hubo una minería de
hierro floreciente para alimentar la fundición de El Pedroso  Cobre y otros metales, sobre todo plomo y zinc se han extraído en múltiples centros mineros dispersos por el Parque. Las minas más importantes para estos metales son las que se localizan al norte de Almadén de la Plata (Minas de San Miguel y Esterquizo) y la mina de San Luis al noreste de Sierra Padrona. También se explotaron plomo y zinc en las minas de Puerto Blanco, localizadas junto a la carretera de Cazalla de la Sierra a Alanís (Km. 68-69).
Como minerales de interés industrial, se explota en la actualidad una cantera destinada a la extracción de feldespato para fabricación de porcelanas sanitarias. La cantera se localiza unos dos kilómetros al oeste de Cazalla de la Sierra, sobre un dique de rocas aplíticas localizado en el contacto entre el plutón diorítico de Cazalla y las calizas cámbricas. Además de esta, existen referencias de minería de barita en Cerro del Hierro y en otros puntos del Parque. En la mayoría de los casos se trata de pequeños filones de barita de escaso interés económico con los parámetros económicos actuales, pero que fueron significativos respecto al pasado minero de la región.
En cuanto a las rocas ornamentales, la explotación más importante está relacionada con las canteras de mármol de Almadén de la Plata, que se explotaron desde época romana y cerrada en la actualidad. Además, la zona del Parque tiene un cierto interés como fuente potencial de recursos relacionados con las rocas graníticas de la región, pero hasta el momento solo han tenido usos menores.
Los áridos de construcción se han extraído tradicionalmente de los aluviones fluviales. De acuerdo con la legislación vigente, esta práctica no es viable en la actualidad, de manera que las fuentes potenciales de este tipo de materiales habrá que buscarlas en el futuro en canteras para árido machacado sobre rocas. En este sentido existen varias canteras, cerradas
en la actualidad, que se usaron como fuente de recursos para balastro de ferrocarril, áridos de carreteras y materiales para construcción de edificios y otras obras civiles.
Como dato curioso es interesante comentar, que durante el trabajo de campo realizado para la elaboración de esta guía hemos localizado las antiguas canteras de donde se extrajeron los bloques de roca para la construcción del castillo del Real de la Jara, o de las columnatas de la iglesia de este mismo pueblo, en la rivera del Cala, ya fuera del Parque.
También hemos podido reconocer la piedra de construcción utilizada en los principales monumentos de la comarca, que sorprendentemente procedía de fuera de la Sierra en muchas ocasiones. En otros casos, hemos comprobado que la restauración de iglesias y castillos no se ha hecho siempre con el mismo tipo de piedra que los originales. De cualquier manera, este tema que relaciona tan estrechamente Historia, Arte y Geología merecería una guía monográfica.
Por lo que se refiere a los recursos energéticos, a lo largo de la historia se han explotado algunas minas de carbón, de muy escaso rendimiento, en relación con formaciones del Carbonífero Superior y Pérmico en la cuenca de San Nicolás del Puerto.
HIDROGEOLOGÍA
El agua, fuente de la vida, es un recurso geológico. Pero es tan peculiar, interesante y vital que se trata y estudia de manera independiende, por sí solo y separado del resto de las riquezas que la Tierra esconde. En este apartado vamos a referirnos exclusivamente a las aguas subterráneas, pues las aguas de escorrentía superficial y la red de drenaje la veremos en el apartado siguiente de Geomorfología y Paisaje.
Las aguas superficiales procedentes de lluvia, rios o lagos se pueden infiltrar a través de las rocas y sedimentos que forman el sustrato y, si las condiciones son adecuadas, puede llegar a acumularse en grandes volúmenes que llamamos acuíferos. Pero los acuíferos no son grandes agujeros subterráneos repletos de agua y formando bolsadas ¡Eso es un
disparate! El agua de los acuíferos se encuentra entre los poros y pequeños huecos de las rocas, por eso cuando la extraemos no se producen desplomes, ni colapsos, ni derrumbes, ni nada parecido. No dejamos una bolsada vacia, dejamos el mismo volumen de rocas que había, solamente que sin agua en sus poros. Por este motivo es tan importante el concepto de porosidad.
La mayoría de las rocas que constituyen el sustrato geológico del Parque son rocas antiguas que perdieron su porosidad primaria en los procesos de compactación y/o metamorfismo subsecuentes a su depósito. Teniendo esto en cuenta, en principio, la posibilidad de que existan acuíferos sería muy escasa. Sin embargo, es evidente la presencia de fuentes y otras manifestaciones de aguas subterráneas en numerosos puntos del Parque. La explicación para esta evidencia hidrogeológica hay que buscarla en la existencia de rocas que de alguna manera hayan adquirido una estructura porosa y permeable que permita la circulación subterránea del agua. La existencia de acuíferos en rocas impermeables está relacionada con porosidades y permeabilidades secundarias. Los mecanismos usuales para que esto ocurra están relacionados con procesos de fracturación por los dos ciclos orogénicos principales, están muy deformadas y, en algunos casos metamorfizadas. Sus pliegues son muy apretados y llevan asociada una foliación muy penetrativa. La deformación debida a la Orogenia Varisca es menos intensa, pero más generalizada en la región. Como resultado se observan pliegues de diversas dimensiones, cabalgamientos y fracturas, algunas de ellas de gran extensión lateral como las fallas de El Pedroso o la del Viar.

Parque natural Sierra Morena de Sevilla

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