Última Parte
Pese a la creciente consideración
de los valores y recursos paisajísticos, no puede obviarse el carácter novedoso
que esta nueva dimensión y funcionalidad del territorio presenta tanto a nivel
institucional como social. Resulta, por tanto, fundamental acompañar cualquier
estrategia de protección o mejora del paisaje en un determinado ámbito con
iniciativas destinadas a resaltar la importancia que, en términos
patrimoniales, socioeconómicos y de calidad de vida, ha adquirido el paisaje en
las últimas décadas. Esta tarea de sensibilización, acompañada de las tareas
formativas o de asesoramiento a los poderes públicos locales, se hace especialmente
necesaria en áreas como la Sierra Norte sevillana, donde todavía se observan
algunas reservas respecto a las políticas ambientales, siendo entendidas por
determinados colectivos o sectores sociales como negativas para el desarrollo
del área.
Se plantea, de esta manera, la
necesidad de hacer evidentes las posibilidades que ofrece el paisaje en
relación con la cualificación y singularización de los productos y servicios
del ámbito serrano, como un nuevo recurso patrimonial que puede ser movilizado
y, en definitiva, como un eficaz indicador de la calidad de vida del área. Por
el contrario, debe desecharse cualquier lectura que identifique al paisaje como
una imposición burocrática que viene a sumarse a las limitaciones específicas
que afectan al ámbito en virtud de sus valores ambientales o culturales.
A partir de este reconocimiento del
paisaje como patrimonio territorial, deberán desarrollarse las medidas
oportunas para preservar y revalorizar los componentes y espacios que
contribuyen a generar la cualificada imagen paisajística de la que disfruta
este sector de la provincia de Sevilla. En este sentido, es preciso indicar
que, junto con la recuperación de determinados recursos en claro proceso de
degradación (fundamentalmente, edificaciones vernáculas y muros de piedra
seca), es necesario reforzar la dimensión paisajística de determinados
elementos patrimoniales (tanto naturales como culturales), en los que no han
sido suficientemente explicitados o gestionados sus valores estéticos y
perceptivos.
En algunos casos, la
reconsideración desde una perspectiva paisajística de estos componentes del
patrimonio territorial pasará por el estudio de las relaciones espaciales y
visuales que establecen con su entorno inmediato o con otros referentes más
lejanos con los que de alguna forma interactúan. En otras ocasiones, el
tratamiento paisajístico de estos elementos patrimoniales deberá compatibilizar
el mantenimiento de sus valores ambientales, históricos o culturales con los
usos y significados que la población les atribuye o les ha atribuido
tradicionalmente. No debe olvidarse en ningún caso que la accesibilidad y el
disfrute social de estos recursos también contribuyen a su preservación,
evitando su abandono o su olvido con el consiguiente peligro de degradación
ambiental y paisajística. La apertura y el mantenimiento de itinerarios y
equipamientos públicos que permitan el acercamiento a los referentes
territoriales y paisajísticos del área deben formar parte, por tanto, de la
estrategia general de intervención en el paisaje serrano.
Siendo importante la adopción de medidas paisajísticas relativas a los elementos o espacios con mayor grado de reconocimiento o singularidad, no puede obviarse el carácter dinámico y evolutivo de la mayor parte del territorio serrano, conformado a partir de la actuación continuada del ser humano sobre el medio. El mantenimiento de los paisajes agroforestales del área, con la dehesa al frente, necesitan fundamentalmente actuaciones y medidas orientadas a mantener su funcionalidad. Desde este punto de vista, la preservación de la calidad paisajística del ámbito está estrechamente ligada a la gestión y al mantenimiento de las labores y actividades tradicionales que, en última instancia, son las que han generado los paisajes que actualmente percibimos y apreciamos (prácticas ganaderas extensivas, tareas de mantenimiento de la dehesa, saca del corcho, explotación de recurso selvícolas, mantenimiento de huertas en los entornos urbanos). Junto a estas prácticas tradicionales, la continuidad y la integridad ambiental de los paisajes serranos también requerirá de la adopción de intervenciones e iniciativas destinadas a evitar incendios forestales, a renaturalizar y reforestar espacios degradados, a minimizar los procesos erosivos asociados a la agricultura, así como a promover la integración paisajística de las nuevas construcciones e infraestructuras en el territorio.
4.2_Definición de objetivos de calidad paisajística
• Unos paisajes adehesados
sostenibles y multifuncionales que preserven y pongan en valor sus recursos
patrimoniales, culturales y paisajísticos.
• Unos paisajes agrícolas serranos
compatibles y adaptados a las limitaciones del terreno pero que resulten
competitivos en función de su especificidad o de la aplicación de prácticas
productivas ecológicas o tradicionales.
• Una imagen tradicional de los
núcleos serranos acorde con los valores históricos y culturales que atesoran,
siendo imprescindible a tal efecto el máximo respeto por las características
urbanas y tipologías constructivas en las que se sustentan las representaciones
y significados socialmente atribuidos. Especial atención merecen en este sentido,
las vistas externas, los bordes y periferias urbanas recientes, así como las
entradas a los núcleos, que presentan una especial sensibilidad en función de
los procesos urbanizadores y edificatorios que suelen desarrollarse en ellos.
• Un patrimonio cultural asociado a
la explotación de los recursos naturales de la Sierra Norte (minería,
aprovechamientos agroforestales, ganadería, obras hidráulicas,…) que se
mantenga en buen estado de conservación y que se incorpore como un activo
territorial para la implementación de estrategias diversificadas de desarrollo
socioeconómico del ámbito mariánico.
• Unos paisajes naturales
connotados (parajes o espacios que gozan de un mayor reconocimiento
institucional y social) en los que se concilien el acceso y disfrute público de
los recursos y valores sobre los que se sustenta su mayor consideración con la
preservación de los procesos y formas que los singularizan o caracterizan.
• Unas implantaciones productivas y
terciarias (polígonos industriales, enclaves turísticos u hosteleros, naves de
transformación o distribución de los productos serranos,…) en medio rural
adaptadas a los significados de naturalidad e integridad que se atribuyen a
amplios sectores de la sierra.
Bibliografía de referencia y saber más
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Catálogos de Paisajes de la Provincia de Sevilla
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