Los arrieros eran personajes del entorno rural que, con sus bestias, bueyes, burros y mulas, cargaban sobre sus lomos productos del campo para su transporte como cereal, paja, aceituna, corcho, carbón, cisco, maderas, piedras, cal y uvas entre otras, igualmente, hicieron una gran labor en nuestra zona cuando existían las minas como único modo de trasladar todos los materiales de las épocas, hasta que la mecanización fue acabando poco a poco con este sector.
En nuestro pueblo se recuerda a varias familias dedicadas a este oficio durante décadas, LOS GARULLOS, LOS JUAN ANTONIOS, LOS NARANJEROS, LOS TEJAS, LOS LEONES, EL JARERO entre otros.
“LOS GARULLOS”: Miguel Gallego, padre de Jesús Gallego Espino, naturales de Alanís, y abuelo, de Jesús Gallego Bernabé nacido ya en Guadalcanal el 22-10-1936.
Miguel llegó a nuestra villa a principios de 1900 con sus seis hijos, al quedarse viudo, se instaló en la calle Sevilla donde les proporcionan las cuadras necesarias para el cobijo de las bestias y nos transmitía sus recuerdos:
“Mi padre Jesús, junto con sus hermanos Manuel, Antonio y José, eran arrieros y siempre trabajaban juntos. Tenían los burros de mi abuelo y los suyos propios, acarreaban todo tipos de materiales… Maderas al aserradero de los Julianas para la construcción de carros y otros enseres., piedras de cal de la sierra del porrillo, allí los caleros hacían la cal de obra, la Toba para la cal blanca. Piedras para la construcción de casas, cercas, etc.”.
La corcha de los alcornoques, la sacaban en el Real de la Jara y la llevaban a Santa Olalla, Hornachos, pesaban la corcha al final de la sierra, estaban allí toda la temporada que duraba la época de la saca; llevaban sus ¨jateos¨ y dormían al lado de las bestias encima de sus aparejos a la intemperie, terminada la campaña volvían a Guadalcanal junto a su familia.
El carbón, una de las fuentes más importantes de la época, se extraía de leña obtenida de las talas de las encinas y alcornoques de las dehesas de Extremadura y Andalucía, entre ellos Guadalcanal, Alanís, Constantina, San Nicolás del Puerto y Cazalla, en cuyo término municipal estaba proyectado la construcción de un pantano ¨El Pintado”. Tuvieron que limpiar toda la demarcación del agua extrayendo las piedras para las cercas, la leña para hacer carbón y cisco.
Todo ello, se transportó por las bestias, desde Galeón, Cascajosa, Cabeza García y todas las fincas colindantes hasta Guadalcanal por el Inquisidor y a otros pueblos. Parte de las fincas antes mencionadas fueron expropiadas para tal causa quedando los cortijos enteros cubiertos por el agua, todo a cambio de tener agua para el ganado y las labores del riego del campo. Yo, ya por aquel entonces tenía diez años, tardábamos desde el pintado al pueblo de ocho a diez horas transportando el carbón en los serones llamados “serás”, los cuales estaban hechos de esparto. Los burros al llegar al pueblo después de tan larga caminata sabían donde tenían que ir para que le aligeraran la carga y ellos mismos cruzaban el pueblo con rapidez. Paraban en las puertas de Pepito, Jesusita, Joaquina, etc. donde les aliviarían la pesada carga. Casi ya finalizada la construcción del pantano más o menos por el año 1948, los burros tenían como misión sacar desde los lugares poco accesibles a sitios afables para su posterior traslado con los camiones de los García, los primeros en tenerlos en nuestro pueblo... Hasta la estación del ferrocarril de Guadalcanal y desde allí salían a sus diferentes destinos.
Todo lo que cogería la demarcación del agua, fueron expropiadas parte de las fincas, La Cascajosa, Galeón, Cabeza García, a cambio de tener agua para el ganado y las labores del campo. Y cortijos enteros fueron enterrados debajo del agua
tuvo que ser talado y cortado para hacer cisco, carbón y aprovechamiento de toda la madera, todo ello se transportó por las bestias en los serones llamados serás, desde Galeón, Cascajosa, Cabeza García y todas las fincas colindantes, hasta Guadalcanal, por el Inquisidor y a otros pueblos. Los serones utilizados para el carbón se llamaban seras. Cuando ya todo llegaba a su fin y corría prisa para las obras del pantano, los burros sacaban las mercancías a sitio afable para juntarlas todas y los Garcias con sus camiones lo transportaban a la estación de ferrocarril de Guadalcanal, para ser enviadas.
De las cuevas de Santiago exportaban murcielaguinas, la cagada de los murciélagos (guano), era muy valioso, lo transportaban en sacos hasta la estación del tren, se enviaban en vagones hasta un destino desconocido para ellos.
La paja la acarreaban en barsinas de las eras de Sanjunco, el Charco de la sal, la Plata, etc. En esa época empezaron Manolo joropo y su hermano Antonio (el cano) y José con los bueyes a sacar la paja en carros.
Era un oficio durísimo y se ganaba muy poco trabajaban con los burros en el Real de la Jara y en Santa Olalla, sacando corcho, dormían todos en un corro a la intemperie encima de los aparejos, al cuidado de las bestias, podían juntarse hasta 200 burros; el jateo no era muy abundante y la temporada larga y lejos de sus casas y familias, el jornal era de unos 20 duros al día. Jesús tendría 15 años.
Esta circunstancia llevó a Jesús al contraer matrimonio con Encarna a los 23 años buscar otro trabajo que pudiese sustentar a su nueva familia.
Su padre siguió solo con sus seis burros y una noche de las que normalmente se +dormía al lado de los burros, los lobos atacaron mordiendo a uno de ellos, estaban los dos solos al lado del cortijo La Cascajosa (propiedad del tío Porrillo)..
A los 70 años aun mantenía su ultimo burro al que llamaba platero, todos los días le echaba de comer y darle un paseo para beber en el pilar del coso, murió en el 1.982.
Casado durante 52 años con Jesusa Espínola Murillo conocida en todo el pueblo por ´´Jesusita La del carbón´´ aún vive y tiene en la actualidad…años, nos cuenta lo duro que fue para ellos quedarse sin madre cuando él contaba con tan solo tres años de edad. Aprendió el oficio de arriero con su padre y junto a sus hermanos Jesús y Antonio q era el mayor, una vida muy dura y hombres muy luchadores.
LOS JUAN ANTONIOS.- Otra familia de tradición arriera. Tenemos la gran satisfacción de haber conocido y hablado personalmente con uno de nuestros últimos arrieros.
JESUS GONZALEZ GARCIA casado con FRANCISCA GOMEZ RUIZ, nació en Guadalcanal en la calle Feria n. 12 el día 10 de mayo de 1942 en una familia ya de tradición arriera, sus padres fueron Alonso Gonzales García y Carmen García Reyes naturales de Guadalcanal y su abuelo José Antonio Gonzales Paria también arrieros y de los buenos según cuenta Jesús con mucho orgullo y admiración hacia ellos.
Alonso tenía seis hermanos, cuatro de los cuales eran varones, ellos dedicaron toda su vida a este oficio, tenían catorce y hasta quince burros todos machos con los que acarreaban leñas, chupones, piedras y muy especialmente carbón en los serones propios para este menester, seras, cesta o capacho de esparto resistente para la carga de productos como piedras, arena, carbón, etc. El aceite lo llevaban en otros diferentes hechos de los pellejos de las cabras, lo recogían de los cortijos con gran cantidad de olivos donde tenían su propio molino y lo transportaban hasta los pueblos para ser vendidos.
Las piedras se acarreaban en Pedreras
Los arreos de las bestias eran bastantes y todos hechos artesanalmente, muchas de las veces ellos mismos los hacían y cuando el tiempo se metía en lluvia se ocupaban en remendarlos y prepararlos para que su uso fuese lo más duradero posible.
Lo más curioso y sorprendente era el comportamiento de los burros, el primero de la arria se le llamaba Libiano y encima de la carga se le colocaba un cencerro grande para cuando echara a andar fuese sonando todo el camino y los demás le siguiesen siempre en orden, cada uno sabia su lugar, Golondrino, Mojino, Raudo, Careto, Jerezano, bandolero entre otros… estos eran sus nombres.
Alonso murió en 1992. a los 85 años, toda una vida dedicada a sus bestias y al trabajo duro para el sustento de su familia.
JESUS AUN GUARDA CON GRAN ESMERO TODOS ESTOS ARREOS QUE NOS ACOMPAÑAN EN LAS FOTOGRAFIAS DE ESTE TEXTO Y LE AGRADECEMOS ENORMEMENTE.
También nos cuentan como LOS TEJAS tenían sus cuadras en la calle Sevilla y contaban con arrias bastantes numerosas, y “EL JARERO CON SUS BURROS Y DESPUES CON CARROS SE ENCARGABA DE ABASTECER DE JARAS A LOS HORNOS DE LAS PANADERIAS DE GUADALCANAL Y A LOS HORNOS DE LOS LLANOS DE LEÑA DE LOS OLIVOS Y CHUPONES, EPOCA EN LA QUE LOS NIÑOS DEL PUEBLO DISFRUTABAN EN EL COSO SUVIENDO PARA JUGAR EN LOS MONTONES.
TAMBIEN UNA AFECTUOSA MENSION AL QUE FUE VECINO DE NUESTRO PUEBLO ANTONIO TORRADO AGUION, EL MELLAO. GRAN TRABAJADOR, BUEN ARRIERO Y MEJOR PERSONA.
A PARTIR DE FINALES DE LOS AÑOS CINCUENTA ESTE OFICIO FUE SUSTITUIDO POR CAMIONES EN LAS LARGAS DISTANCIAS, , Y LOS ANIMALES SIGUIERON JUNTO AL HOMBRE EN LA MAYORIA DE LOS OFICIOS DEL CAMPO, LABOREOS DE LA TIERRA Y TRANSPORTE DE ACEITUNAS DESDE EL OLIVAR HA LOS MOLINOS DEL PUEBLO ,ES ALLI DONDE YA SE TRANFORMA EN ACEITE VIRGEN EXTRA , EL OLIVAR ES LA MAYOR RIQUEZA DE GUADALCANAL.
Ojalá todos los vecinos de Guadalcanal con memoria de sus antepasados puedan seguir dándonos información tan valiosa, es historia viva de nuestro pueblo y su gente, son ejemplo del buen hacer y la grandeza que llevan en el corazón.
Gracias a todos los que nos han regalado su tiempo.
Trabajo publicado y
realizado por el Grupo recuperación de patrimonio de Guadalcanal.
Fotos propiedad del grupo
No hay comentarios:
Publicar un comentario