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domingo, 17 de abril de 2022

Guadalcanal siglo XVIII

Profesiones, oficios y ocupaciones de Guadalcanal en 1750 y quienes las ejercían

    En el año 1749 el Rey Fernando VI mediante el Real Decreto de 10 de octubre, puso en marcha el llamado Catastro del Marqués de la Ensenada, como paso previo a una reforma fiscal que sustituyera el complicado sistema de rentas, unificándolos en un solo impuesto llamado Única Contribución.
    Este impuesto no se llegó a implantar nunca, pero las indagaciones que se llevaron a cabo para su articulación dejaron un importante volumen de documentación.
    Gran parte de esta información es el resultado de un interrogatorio de cuarenta preguntas cuestionadas a las 13.000 localidades de la Corona de Castilla.
    Estos documentos están repartidos en varios archivos. En el Archivo General de Simancas[1] se custodian las respuestas, entre las que se encuentran las correspondientes a Guadalcanal.
    De la lectura de este interrogatorio con sus cuarenta respuestas, podemos vislumbrar el estado económico desde los puntos de vista comercial, agrícola, artesanal e industrial, así como de la política local y de la sociedad del Guadalcanal de mediados del siglo XVIII.
     A continuación expongo las profesiones, oficios y ocupaciones más comunes y quienes las ejercían:

Abastecedores del jabón: Antonio Morillo Casaus y Joseph del Barco.
Abastecedor de bacalao: Juan Lozano.
Carnicería publica: Antonio Márquez.
Alcabala del Viento[2]: Pedro López Palomo
Operario de pesos y medidas: Juan Carrión.
Operario de la Romana[3]: Cristóbal Espino Carrascal
Medidor del vino (con la Mohína)[4]: Clemente Miguel
Mesonero: Rodrigo de Castilla y Monsalve.
Tiendas de sedas, lanas, lienzos y especias: Bernardo Pérez, Félix Martínez, Juan del Mármol, Luis Francisco Pinto; Antonio Díaz, Narciso del Mármol, Joseph Chirstoval, Francisco Rodríguez Merino, Baltasar González y Silvestre Christoval.
Alguaciles ordinarios: Francisco Villegas y Juan Belloso.
Escribanos públicos y del Ayuntamiento: Miguel Jerónimo Escutia y Francisco Muñoz Duran.
Escribano de la Ronda del Tabaco: Juan Esteban Fernández.
Abogados de los Reales Consejos: Don Cristóbal García Calvo de la Banda, presbítero. Don Juan Francisco de Valencia, clérigo de menores.
Médicos: Don Cristóbal Moreno, presbítero. Don Pedro Joseph de Cote, presbítero. Don Francisco Espejo.
Notarios Apostólicos: Don Juan Ignacio de Burgos, presbítero. Don Francisco Morales Zejula, presbítero. Diego Medina.
Sacristanes: de la Iglesia de Santa María la Mayor, Don Francisco Santiago Rodríguez, presbítero y Don Sebastián Sánchez, presbítero.
De la Iglesia Parrochial de Señora Santa Ana, Don Juan Sánchez, presbítero, Don Lorenzo de Alva, clérigo de menores y Juan Delgado.
De la Iglesia Parrochial de Señor San Sebastián, Don Cristóbal Prieto, presbítero y Don Joseph Ruiz, clérigo de menores.
Acólitos: de la Iglesia Parrochial de Santa María la Mayor, Rodrigo Yanes, hijo de Juan Yanes de Gálvez, Francisco Caballero, hijo de Juan Caballero y Pedro Núñez, hijo de Manuel Núñez.
De la Iglesia Parrochial de Señora Santa Ana, Andrés Álvarez, hijo de Manuel Álvarez y Francisco Guzmán Hijo de Ana Muñoz la Sancha, viuda.
De la Iglesia Parrochial de San Sebastián, Álvaro Gálvez, hijo de Joseph de Gálvez y Bartolomé Bazquez, hijo de Joseph Bazquez.
Organistas: Don Francisco Medina y Zejuelo, presbítero de la Iglesia Parrochial de Santa María la Mayor. Francisco de Alva, hijo de Cristóbal de Alva de la Iglesia Parrochial de Señora Santa Ana. Don Agustín Medina Aguilar y Zejuelo, presbítero de la Iglesia Parrochial de San Sebastián.
Preceptor de gramática: Don Agustín Medina de Aguilar y Zejuelo, presbítero.
Fiscal de vara del estado: Joseph del Castillo.
Maestros de primeras letras: Cristóbal Jiménez del Castillo y Fernando Alva.
Administrador del convento de religiosas de la Concepción: Don Joseph de Cabrera y Maldonado, presbítero.
Administradores de la obra pía que fundó Diego García de la Rubia Parra: Don Joseph Cabrera y don Juan Pérez Carrasco.
Administrador de la obra pía que fundó Juan González Rubio: Don Juan Pérez.
Administrador de la obra pía que fundó Doña Isabel de Jorgazo: Don Cristóbal de Castilla Jorgazo.
Administrador de la obra pía que fundó Juan López: Don Juan Gómez Trigueros, presbítero.
Administrador de la obra pía que fundó Antón Lucas: Don Cristóbal González Zancada.
Administrador de la obra pía que fundaron los señores Freyre: Francisco Muñoz Duran.
Administrador del Convento de religiosas de Santa Clara: Don Pedro López Palomo.
Administrador del Convento de religiosas del Espíritu Santo: Francisco Robledo.
Administrador de la Encomienda: Don Francisco Bolaños.
Administrador del hospital de la Sangre de la ciudad de Sevilla: Don Antonio Murillo Casaus.
Administrador de la Ronda del Tabaco: Don Juan Antonio García del Regato.
Tercenista[5]: Diego Ruiz.
Fiel del estanquillo[6]: Pedro Sánchez Maroto.
Arrendador del derecho del Voto de Santiago[7]: Pedro López Palomo.
Cogedor de diezmos: Don Francisco Bolaños.
Cogedor de la primicia perteneciente a la encomienda de Bastimentos: Juan de Burgos.
Veedor y obrero mayor de los castillos, fortalezas y casas fuertes: Don Melchor de Ayala y Sotomayor.
Arrendador de la veintena: Bartolomé Rodríguez.
Arrendador de las minucias[8]: Miguel Parrón Piñero.
Comerciantes de vino y aguardiente: Don Nicolás de Toledo, Don Juan de Castilla y Miranda , Marquesa de San Antonio, Doña María Cervantes, Don Francisco de Castilla, Freyre y Monroy, Don Agustín Javier de Morales, Pedro Heredia, Juan Sánchez, Pedro García , Francisco García, Juan Calado, Don Francisco Medina y Zejuela, presbítero, Don Thomas Vizente Escutia, presbítero, Don Francisco Morales Zejuela, presbítero, Don Francisco Jiménez Lucas Raquelo, clérigo de menores , Don Luis Hidalgo, clérigo de menores.
Capellán del convento de religiosas de la Concepción: Don Antonio de Hortega y Robles, presbítero.
Capellán del convento de religiosas del Espirito Santo: Don Cristóbal Riaño Calvo de la Banda, presbítero.
Boticarios: Don Antonio Andrés Montero, presbítero y Miguel Guzmán.
Mancebos de botica: Alonso de Montemayor y Larza y Joachin Pineda.
Cirujanos: Antonio Díaz y Fernando de Vargas
Barberos y sangradores: Fernando de Vargas, Pedro Bazquez, Miguel Bazquez, Joseph Pizarro, Manuel Núñez, Joseph Bazquez, Sebastián Delgado, Juan Bernal y Thomas Ruiz.
Truquero[9] que administra la mesa de trucos de la cofradía del Santísimo: Don Bernardo Pérez.
Tratantes de mercadería: Phelix Martin, Francisco Rodríguez, Francisco de Sevilla Recio y Luis Francisco Pinto.
Cajero de Don Bernardo Pérez: Bartholome Rodríguez.
Tratantes de mercería: Juan del Mármol, Antonio Díaz, Narziso del Mármol, Joseph Christoval, Francisco Rodríguez Merino, Balthasar González y Silvestre Christoval.
Recatonero[10]: Pedro López Manero, Francisco Narziso Álvarez, Magdalena Rodríguez, viuda, Pheliciana Martínez, Juan Baptista, Jazinto González, Andrés González, Juan Cairon, Miguel Lozano, Manuel Alphonso, Joseph Ramos, Bartholome Jiménez y Francisco Gómez.
Medidor de vino: Miguel Lozano Gálvez.
Guarda de las rentas generales: Juan del Mármol.
Regidor del reloj: Lucas García.
Mandadero del convento de religiosas de Santa Clara: Santiago Domínguez.
Mandadero del convento de religiosas del Espíritu Santo: Juan de Toro.
Arrieros: Pedro Romero, Sebastián Falcón, Thomas Arroyo, Agustín Moya, Diego Ruiz ,Diego García, Pedro Bazeta , Pedro Fermín, Rodrigo Álvarez , Diego Ortiz Pinto, Francisco Espino, Francisco González, Joseph Romero, Juan Ortiz, Juan Gómez , Juan Mathias, Miguel Álvarez,Pedro Rodríguez, Pedro García, Cristóbal de Burgos, Christoval Villate, Juan Calado, Salvador Viejo, Christoval Muñoz, Christoval Pinelo Cayetano de Heredia, Diego Álvarez, Francisco Cantero, Francisco Silvestre Villate, Joseph Gutiérrez Guindanda, Antonio Zerezo, Francisco Sayazo, Francisco Utrion , A Francisco Lozano, Gregorio Ruiz, Francisco Álvarez, Joachin Gómez, Joseph del Rey Pedro López Manero, Luis Rodríguez , Don Joseph Marquez, Joseph de Espinola, Juan Lozano, Cristóbal Alva, Don Francisco de Castilla y Monsalve, Joseph Bazquez , Isabel Ortiz, viuda, ,Barbara Chavez, viuda, Ana Robledo, viuda.
Peón público: Domingo Sánchez.
Contador de carne: Pablo de Bejar y Blas de Bejar.
Pintores y doradores: Joseph Rodríguez Mendoza Y Francisco Rivera.
Escultor: Francisco Rivera Antúnez.
Herreros: Francisco Hernández, Francisco Sabido, Pedro Bernabé, Francisco Fajardo y Manuel Velázquez.
Cerrajeros: Matheo Cavallaro y Pedro Cordero.
Oficial de cerrajero: Juan Cordero.
Carpinteros: Juan Caballero Neira, Luis Fernández Abulagas, Diego Joseph Robledo, Sebastián Rodríguez, Andrés Espino de la Peña, Juan de Dios, Santiago Antonio Robledo, Agustín Santiago Guerrero, Pedro de Lara, Joseph Núñez y Gerónimo de la Peña.
Caldereros: Manuel Picón y Manuel Bonilla.
Herradores: Joseph Miguel, Juan de Dios Fonseca, Miguel Ortiz, Andrés Jiménez, Juan Rodríguez Renquilla y Diego Martin Luengo.
Alarifes[11]: Antonio Martin Fornarino, Domingo de Aposta, Juan Picon, Julián Domínguez, Manuel Yanes, Domingo Rodríguez, Juan Alonso, Juan Boceta, Juan Yanes Álvarez, Manuel Cordero y Joseph Serrano.
Sastres: Antonio Rodríguez, Antonio Marquez, Christoval Robledo, Joseph Robledo, Diego Rodríguez, Diego Ruiz, Eusebio Ugia, Francisco Robledo, Francisco Narciso Álvarez. Francisco Ponze, Joachin Robledo, Joseph del Castillo, Juan García Robledo, Nicolas Álvarez, Pedro Veloso Rios, Pedro Robledo, Miguel Fernández, Bartolomé Moreno, Joseph Ugia, Juan Ponze, Joachin Ponze y Antonio Vizente.
Tejedores de lienzos: Antonio Rodríguez, Alonso Marquez, Pedro Marquez, Alfonso Marquez, Fernando Burgos, Juan de Echaves, Francisco Chaves, Juan Garnica, Juan Bazquez, Jerónimo Echaves Vera, Joachin de Arcos, Pedro Fernández, Pedro López Palomo, Cristóbal Joachin Robledo, Cristóbal Carrascal Espino, Nicolas Arenas, Francisco Marquez, Sevastian Sanchez, Lucas Garnica, Antonio Victorino, Juan Martínez Luengo, Pedro Burgos, Bartolomé Arcos, Valentin Arcos, Miguel Francisco de la Parra, Miguel Clavijo, Francisco Nieves, Joseph Rodríguez, Pedro de Lara, Vizente Yanes y Joseph de la Peña.
Ollero: Sebastián Rosales.
Cazador: Francisco García.
Odreros: Nicolas de Leon, Bernardo Guerrero y Joseph de Leon.
Zapateros: Antonio Agudo, Joseph Sanchez, Juan Gordillo, Miguel Sanchez, Vizente Morente, Joseph Moneo, Manuel de la Peña Sevillano, Pedro Díaz, Bartolomé Sanchez Manso, Vizente Pulgarin, Francisco Aposta, Cristóbal Huerta, Diego Trigos, Diego García, Fernando Álvarez, Francisco Perez, Francisco Zendon, Francisco Crespo, Francisco Iglesias, Joseph Ortiz, Joseph Roman, Joseph del Barco Ortiz, Miguel Rodríguez, Nicolas Suarez, Pedro Montan, Pedro de Ortega, Antonio Sanchez, Pedro de Fuentes, Alonso Jiménez, Alonso Cavera, Andrés Jiménez, Alonso del Olmo, Miguel Jiménez, Vizente García y Cristóbal García.
Oficiales de zapateros: Francisco Rodríguez, Joseph Trigo, Juan Sánchez, Fernando Valentín, Antonio Guerrero y Joseph Jiménez.
Curtidores: Joseph Valcazeres, Manuel Fernández Recuerda, Martin Delgado y Juan Antonio Álvarez.
    Además de los oficios relacionados existían algunos más de los cuales no he podido conocer quiénes los ejercían:
Mayorales de ganado, manaderos o zagales, barquero del consejo, aperadores[12], sirvientes, mozos de labor, gañanes, labradores, braceros, soldados milicianos.

Notas.-

[1] El Archivo General de Simancas llevó a cabo en los años 80 un proceso de microfilmación de estos fondos que posteriormente fueron digitalizados entre los años 2004 y 2005 gracias a lo cual pueden consultarse en el Portal de Archivos Españoles del Ministerio de Cultura.
[2] Alcabala del Viento: impuesto que se pagaba de todas las cosas vendidas que entran de fuera en un lugar donde se cobra.
[3] Romana: instrumento para pesar.
[4] Mohina: medida usada para medir el vino
[5] Tercenista: persona encargada de la tercena, almacén del Estado para vender al por mayor tabaco y otros efectos.
[6] Persona encargada de vender los objetos cuya elaboración y venta se reserva al estado en exclusiva.
[7] Voto de Santiago: impuesto eclesiástico
[8] Minucia: Diezmo de las frutas y producciones de poca importancia.
[9] Truquero: el que administraba una mesa de trucos, juego de destreza y habilidad, parecido al billar.
[10] Regatonero: que compra al por mayor para revender al por menor.
[11] Alarife: Albañil
[12] Aperador: el que apera, construye o compone carros y aperos de labranza.


Rafael Ángel Rivero del Castillo
Revista de feria 2011

domingo, 10 de abril de 2022

La Sierra Morena de Sevilla y sus paisajes 2

 

Segunda Parte

 Sistemas naturales: el bosque mediterráneo

    Clima y suelos, en el contexto físico de relieve conocido, permiten un potencial biológico forestal, donde los bosques esclerófilos mediterráneos constituyen el clímax vegetal. La distribución bioclimática de las fitocenosis atienden al escalonamiento del relieve, apareciendo el piso termo mediterráneo subhúmedo, que se corresponde fundamentalmente con el piedemonte, el primer escalón serrano y el valle del Viar, y el piso meso mediterráneo –también subhúmedo aunque en parte del dominio cerca los umbrales húmedos– que ocupa las áreas más septentrionales. Los bosques potenciales son encinares y alcornocales, con la aparición de bosquetes de quejigos y robles en micro hábitats particularmente húmedos, incluso castañares cultivados, además de formaciones de ribera que ocupan las orillas y suelos más humectados en torno a los ríos. Variedad vegetal que contribuye a la diversificación paisajística especialmente por los contrastes cromáticos otoñales y primaverales.

    Sin embargo, la arraigada explotación forestal de este ámbito, aunque con menor intensidad y con criterios más sostenibles que en otras tierras provinciales, ha contribuido decisivamente a la transformación de las anteriores formaciones vegetales a lo largo de la historia. De esta manera, aunque sigue manteniéndose la componente y la vocación forestal del área, resulta difícil encontrar en la actualidad bosques de quercíneas en una situación próxima a su estado climácico. En cualquier caso, los bosques se concentran en las laderas de mayor pendiente y escarpes más alejados del hacha del humano y del diente del ganado. Por el contrario, la cubierta vegetal predominante en la actualidad está constituida por orlas preforestales de espinal, coscojar, retamar, madroñal, lentiscar, acebuchal, escobonal, etc. y estadios seriales de matorral noble –jaral, brezal, aulagar, cantuesal– y de pastizal, vallicar y majadal. Esta diversidad vegetal y otros valores naturales (fauna, riqueza geológica) han favorecido la catalogación como Parque Natural y Reserva de la Biosfera de buena parte de la Sierra Norte de Sevilla.

 Sistemas agroforestales: la dehesa

    La antedicha explotación forestal de la Sierra Norte se concreta en el agro sistema de dehesas como forma de aprovechamiento tradicional sostenible del bosque mediterráneo y, junto a éste, constituye el elemento más identificativo del paisaje de esta área. Su fisionomía se caracteriza por superficies de pastizal –incluso herbáceos de secano– y monte mediterráneo con presencia de un estrato arbolado de encinas y alcornoques más o menos denso, cuya funcionalidad productiva se basa en un aprovechamiento mixto agrícola, forestal y ganadero.

    Las dehesas configuran uno de los paisajes humanizados de mayor valor de toda la provincia de Sevilla (y del conjunto de Andalucía e, incluso, de la Península Ibérica). Son el resultado de la particular convergencia entre los aspectos funcionales, culturales y estéticos en el medio natural, dentro de un modelo de desarrollo consecuente con las limitaciones y oportunidades que ofrecen los ecosistemas mediterráneos. Contribuyen decisivamente al desarrollo socioeconómico de la población del medio rural, al mantenimiento y conservación de la biodiversidad y recrean paisajes humanizados de singular valor cultural y etnológico. Su imagen concilia las referencias al bosque primigenio y al campo cultivado o humanizado, sin que ninguna de estas dos situaciones parezca querer imponerse a la otra. Al mismo tiempo, representa un sistema productivo que reúne prácticas y saberes colectivos tradicionales que facilitan su valoración y aprecio desde una interpretación cultural y etnológica, esencial para su conservación.

    Sin embargo, a pesar de su valor, la dehesa se ve sometida a una serie de amenazas que centran la gestión de estos sistemas agroforestales, cuya degradación o desaparición supondría notables repercusiones ecológicas y económicas, además de la pérdida de valores sociales y culturales tanto en las propias dehesas como en los pueblos que de ellas dependen. En este sentido, las principales actuaciones se centran en garantizar su conservación y su continuidad como elemento característico del paisaje y paradigma de desarrollo sostenible, en la valorización de productos y servicios de la dehesa, en alcanzar un enfoque múltiple e integral que contemple las posibilidades productivas y la conservación de sus recursos y en contribuir al desarrollo socioeconómico y la mejora de la calidad de vida de la población del medio rural ligada a estas explotaciones.


 
Los espacios humanizados

    Las pautas tradicionales de ocupación y aprovechamiento de un territorio como éste, de notables condicionantes litológicos, orográficos y edafológicos, más allá del sistema productivo agroforestal de las dehesas, debe relacionarse con la capacidad y prolongada voluntad que han tenido históricamente los habitantes de la Sierra Norte para superar dichas barrenas naturales haciendo uso de los recursos del medio sin llevarlo al límite de sus potencialidades reales. Se conforman así una serie de espacios claramente humanizados que corresponden bien a afloramientos calizos de mayor aptitud agronómica, donde prevalecen tierras de cultivo, o a los entornos transformados de los pueblos serranos. Los campos de cultivo más extensos corresponden al olivar; también en secano, son frecuentes en los entorno urbanos extensiones de cereal, mientras que los regadíos se limitan a determinadas vegas aluviales. Estas teselas agrarias, pues en muchos casos acogen prácticas ganaderas extensivas, determinan cierta heterogeneidad en los biotopos vegetales y en los espacios adehesados.

    El poblamiento de la Sierra Norte representa un hábitat mayoritariamente concentrado, pequeños núcleos rurales que no superan los 10.000 habitantes. Los núcleos serranos se localizan preferentemente en espacios con una topografía amable o poco montuosa, aprovechando valles (Constantina), navas (Las Navas) y otros espacios alomados o situándose al resguardo de determinadas vertientes serranas (El Pedroso, Guadalcanal, Almadén). Del mismo modo, la localización de los núcleos también está relacionada con los pasillos naturales que se establecen entre las alineaciones montañosas principales. Junto a los pueblos tradicionales, en la Sierra Norte es posible reconocer un importante hábitat diseminado tradicional que se relaciona con las prácticas agro-silvo-pastoriles del monte y, especialmente, de la dehesa. Este hábitat se manifiesta a través de un conjunto construcciones vernáculas, como cortijos, lagares y haciendas serranas, que imprimen un notable carácter a determinados sectores serranos. Además, persisten evidencias de otros sistemas de explotación pasados, como la minería, que contribuyen, junto a los anteriores, a la cualificación y singularización del paisaje de la Sierra Norte. Sin embargo, el abandono general que presenta este patrimonio rural y minero constituye una dramática pérdida de identidad cultural en el paisaje. Por último, como elemento que humaniza al paisaje y que posee importantes implicaciones territoriales, ambientales y escenográficas, también hay que conservar las láminas de agua de los diferentes embalses que se localizan en el  área.

Catálogos de Paisajes de la Provincia de Sevilla

domingo, 3 de abril de 2022

Ruta de las ermitas de Guadalcanal

Ermitas y caminos, rutas entre las ermitas de Guadalcanal

    Editada por PRODETUR (Turismo de la Provincia de Sevilla), encontramos una descripción de la historia de nuestra villa y las ruta de ermitas y caminos de Guadalcanal, muy interesante, que a continuación transcribimos.


    Existe una manera de viajar diferente, única. Es aquella en la que el trayecto forma parte de la experiencia, en la que el viaje cobra un valor singular desde el primer minuto. Y es que a veces el destino buscado aparece ante nosotros a cada paso.
    Imagina un sendero casi olvidado, que transcurre por montes, arroyos y valles tomados por la encina, la jara, el águila o el zorro. Un camino milenario usado por el hombre desde el despertar de los tiempos. Aquí los sonidos de la naturaleza despiertan en tu interior un recóndito lugar de la memoria y te transporta al origen de todo, a tu propio origen.
    Los caminos sirven para unir puntos, entornos singulares. En este caso, hemos decidido que inicies y concluyas cada etapa en una ermita, lugar tradicional de peregrinación por las gentes de la zona. Dejas de ser entonces un mero caminante y te conviertes en peregrino, tu marcha se transforma en un viaje íntimo que hará que al llegar al final ya no seas el mismo. No te hablamos de una visión religiosa, sino de una reflexión personal, un proceso de autoconocimiento que nace en tu relación con el medio en el que te mueves.
    Difícilmente encontrarás un lugar mejor: El Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. Aquí la naturaleza virgen convive con el hombre y sus labores. Los pequeños pueblos que se reparten por el territorio deben su razón de ser a la misma sierra, a Sierra Morena. Esto se refleja en cada aspecto de su vida y tradición, con ermitas que guardan vírgenes serranas, como La Virgen del Monte, la del Espino, o la del Robledo. Son lugares sacros y a la vez tan terrenales como los propios campesinos que los visitan.
    Este binomio: hombre y naturaleza, define el recorrido. El hombre es la ermita. Está presente en los pueblos, los cortijos, el ganado, las huertas, modificando el entorno con su afán de progreso. Sus acciones a lo largo de los siglos salpicarán el camino a tu paso. Lo verás en los molinos en desuso de la ribera del Huéznar, en las minas del Cerro del Hierro o en embalses como el del Retortillo o el de Melonares. La naturaleza es el camino mismo. Está en todos lados, poderosa, tomando cada rincón con su tranquilo palpitar. La variedad de fauna y flora que encontrarás es incalculable: dehesas, bosques de galería, paisajes de relevancia geológica, entre otros. Prepárate, el viaje de tu vida está más cerca de lo que piensas.

Guadalcanal.-
    Aunque se han encontrado vestigios íberos y algunos historiadores sostienen que Guadalcanal sería la Tereses nombrada por Plinio el Viejo en su Historia Natural, el primer asentamiento importante en esta población data de época árabe, bajo el nombre de Wad al-Qanal, “río del canal”, o según una etimología popular, “río de creación”. La historia de Guadalcanal siempre ha estado ligada al concepto de frontera, de límite entre territorios, por lo cual estuvo reciamente fortificada. Restos de muralla han sido hallados en los alrededores de la Parroquia de la Asunción. En 1241 fue arrebatada al dominio árabe por Rodrigo Íñiguez, decimoquinto Maestre de la Orden de Santiago, y hasta 1833 perteneció a Extremedaura, lo que ha influido en su arquitectura y etnografía.
    Su centro histórico está lleno de bellos ejemplos de arquitectura religiosa y civil. Buena muestra de ello es la Iglesia de Santa Ana, recientemente restaurada.
    Guadalcanal, a su vez, dio nombre a una de las Islas Salomón, la Isla de Guadalcanal, bautizada así por Pedro de Ortega Valencia, natural de la localidad y oficial en la expedición de Álvaro de Mendaña en el Pacífico de 1567-1569.

Ermitas.-
    No hay mejor lugar para empezar nuestro largo recorrido que la ermita del Cristo de la Salud. Situada extramuros de Guadalcanal, a unos 300 metros de la zona norte de la localidad, tanto la ermita como el humilladero anejo, son construcciones del siglo XVIII. Los viajeros que por este camino transitaban, solían detenerse en este santuario para implorar suerte en el viaje los que partían o dar gracias los que regresaban. Poseía unos azulejos con un crucificado, bajo el cual, una cartela nos informa que el Cardenal Solís, arzobispo de Sevilla, concede cien días de indulgencias al que rezare un credo delante de este Cristo. Actualmente se conserva una copia en la iglesia de Santa Ana. A 11 kilómetros del pueblo, situada en el extremo Nordeste del término municipal, nos encontramos la ermita de Nuestra Señora de Guaditoca, Patrona de la localidad. El Santuario fue construido en el año de 1647, posee una sola nave dividida en varios tramos por pilares y arcos de medio punto. Las bóvedas de arista dan paso a una cúpula elíptica. La decoración arquitectónica está ejecutada a base de elementos del Toscano. Su riqueza decorativa es excepcional, con pinturas originales de los murales, realizada por Juan Brieva de Llerena, de principios del XVIII.
    Enclavada extramuros, se encuentra la ermita de San Benito Abad. El cuerpo del edificio se alzaba sobre cuatro arcos de ladrillos, estando cubierto de madera tosca y tejado a dos vertientes. Esta ermita es una construcción mudéjar, quizás de la primera mitad del siglo XV. Se compone de una nave cubierta por bóveda de cañón y lunetos, casquete esférico en el antepresbiterio y cúpula en el camarín. En el muro del evangelio existe una portada con arco apuntado y en el de la epístola, una puerta mudéjar de época tardía. Actualmente es propiedad privada, pero están abiertos a recibir visitas.
Datos de la ruta.-
Distancia: 16.650 metros. Duración: 4,00 horas. Altitud mínima: 636 metros. Altitud máxima: 813 metros. Ascenso: 172 metros. Descenso: 247 m. Cobertura móvil: 90 %

Rutas complementarias.-
    Dada la distancia que existe entre la ermita de Guaditoca y el pueblo, es necesario incluir su visita como una ruta en sí misma. Para ello salimos por la zona norte, pasando por la ermita del Cristo de la Salud. Caminaremos un pequeño tramo de la A-433 para desviarnos a la derecha. Es un tramo de varios kilómetros de camino con buen firme. Seguiremos tras ver la ermita para incorporarnos a la BA-018 (estamos en Badajoz) que se transforma en la SE-462 para volver a Guadalcanal. Para visitar la ermita de San Benito Abad, salimos del pueblo por el sureste, por el camino de San Benito. Es un recorrido corto, un paseo agradable de ida y vuelta hasta la propia ermita.
Datos de la ruta.-
Distancia:33.100 metros. Duración: 6,30 horas. Altitud mínima: 488 metros. Altitud máxima: 800 metros. Ascenso: 770 metros. Descenso: 778 metros. Cobertura móvil: 50 %

El Camino.-
    Comenzamos nuestra singular aventura en Guadalcanal, por excelencia, la localidad serrana de las ermitas. Iniciamos el camino en la ermita del Cristo de la Salud tras, como manda la tradición, acercarnos a su humilladero para implorar suerte en nuestro viaje y dar gracias por los que regresan. Una vez en el camino, comenzaremos a descubrir el paisaje de la Sierra Norte de Sevilla, que no es más que parte de nuestra sierra madre, la romántica Sierra Morena andaluza. Nos alejaremos de la localidad entre olivares, aunque poco a poco nos adentremos en algunas zonas de dehesa y monte bajo, los olivos los tendremos siempre presentes, nos sorprenderá la capacidad que tienen para adaptarse a terrenos con mucha pendiente. Con un camino afable y generalmente en descenso, llegaremos hasta la carretera SE-165, tras cruzar el Arroyo de los Barrancos a la altura de las Casillas Nuevas de la Urbana. Una vez que abandonamos la carretera, alternando veredas y caminos, recorreremos en sentido inverso el paisaje del que hemos disfrutado hasta ahora. De una dehesa abierta, pasaremos a adentrarnos entre olivares según nos acerquemos a Alanís de la Sierra, cuyas casas blancas y castillo divisaremos algún kilómetro antes de llegar a nuestro fin de etapa. Al llegar al pueblo, buscaremos la Plaza del Ayuntamiento y rodeamos la iglesia, subiendo por la calle Jesús. Llegamos a la ermita de Jesús Nazareno

Punto de interés.-

    El Olivar de Sierra Morena: En esta primera etapa caminaremos a través de uno de los paisajes más representativos de nuestra sierra: el olivar. Veremos olivares bien cuidados y que dan como fruto uno de los mejores y más reconocidos aceites de oliva virgen extra del mundo

    No te pierdas: Las inmejorables vistas desde el monte de La Capitana. Sus edificios históricos, como la iglesia de Santa María de la Asunción o La Almona. La feria, a finales de agosto y la Velá de Santa Ana, a finales de julio.

Fuentes.- PRODETUR (Turismo de la Provincia de Sevilla)

domingo, 27 de marzo de 2022

La Sierra Morena de Sevilla y sus paisajes 1

Primera Parte

 1.1_Ubicación en el contexto provincial

    Esta área paisajística se localiza al norte de la provincia de Sevilla, sobre terrenos hercínicos incluidos dentro de la zona geológica de Ossa-Morena, que se articulan en torno a las sierras de Constantina y Cazalla. Su frontera septentrional queda definida por el límite provincial con Badajoz y los términos municipales de El Real de la Jara, Guadalcanal y Alanís. Al sur, el límite discurre sobre el contacto entre el Macizo Ibérico y las unidades postorogénicas neógenas y cuaternarias de la vega del Guadalquivir, seccionando los términos de Cantillana, Villanueva del Río y Minas, Alcolea del Río, Lora del Río y Peñaflor. Al oeste, los términos de Almadén de la Plata, El Real de la Jara y El Pedroso marcan la separación con el área del Corredor de la Plata y la Sierra de Aracena, ya en la provincia de Huelva, quedando finalmente el borde oriental establecido por el límite administrativo entre las provincias de Sevilla y Córdoba, que discurre por los términos de Alanís, Las Navas de la Concepción, La Puebla de los Infantes y la parte norte del de Peñaflor. Al igual que ocurre con el límite septentrional, en este caso se obvian determinadas continuidades territoriales y paisajísticas que se aprecian en el contacto del área con los terrenos que conforman los espacios serranos cordobeses de Hornachuelos y sierra Albarrana.

        Aunque tradicionalmente, Almadén de la Plata y El Real de la Jara, núcleos situados al noroeste del área entre las cuencas de los ríos Viar y Ribera de Cala, han presentado una vinculación territorial con el Corredor de la Plata, debida en gran parte a las dificultades de conexión con los municipios situados en la margen izquierda del Viar, la inclusión de estos sectores dentro del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla propicia un régimen jurídico de protección y gestión de los recursos naturales compartido con los sectores orientales de la Sierra Morena de Sevilla, lo que ha sido tenido en cuenta para su inclusión en la presente área paisajística. 

1.2_Encuadre territorial

        El área paisajística de la Sierra Norte de Sevilla se presenta como un espacio agreste de media montaña, fuertemente influido desde los inicios del poblamiento por la difícil accesibilidad y compleja articulación territorial. Se trata de un territorio de dominante forestal marcado por una mayor estabilidad en sus dinámicas de cambio que otros sectores de la provincia, donde desde época calcolítica hasta la actualidad las actividades minera y los aprovechamientos agroganaderos, las dehesas, han constituidos actividades fundamentales en el aprovechamiento del territorio. En el siglo XX aparecen en el áreas nuevas funciones como la de reservorio hidráulico provincial (construcción de numerosos embalses) o aquellas asociadas a la declaración de espacio natural protegido por sus importantes valores ambientales y culturales.

     El poblamiento de la Sierra Norte representa un hábitat mayoritariamente concentrado, de pequeños núcleos rurales, donde las localidades con mayor peso histórico y poblacional, Constantina y Cazalla, no han logrado establecer una estructura territorial claramente jerarquizada. El resto de núcleos poblacionales del área conservan una imagen tradicional y relativamente bien conservada, a pesar de algunos desarrollos recientes, que responden a lógicas turístico-residenciales surgidas en las últimas décadas. Así mismo, y repartido por el conjunto del territorio, existen construcciones tradicionales, relacionadas con las prácticas agrosilvopastoriles del lugar, como cortijos, lagares y haciendas, de gran valor patrimonial y paisajístico.

        En conjunto el área presenta una marcada vocación forestal, primando en su modelo productivo los aprovechamientos extensivos del monte y las oportunidades turísticas y recreativas que ofrecen los recursos naturales y culturales existentes. La figura de protección de Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla constata los valores ambientales, patrimoniales y paisajísticos presentes, que junto con los espacios protegidos del entorno de Aracena y Hornachuelos han sido declarados por la UNESCO como Reservas de la Biosfera bajo la denominación de Dehesas de Sierra Morena.

 1.3_ Contextualización paisajística

        El Atlas de los Paisajes de España establece una marcada distinción en el área entre los paisajes más montuosos, designados como sierras, cerros y valles andaluces, levantinos y extremeños y los paisajes que reflejan con mayor claridad la morfología propia de un macizo antiguo arrasado, identificados como penillanuras y piedemontes.

        En el caso de los primeros, el Atlas distingue dos tipologías básicas, las sierras y valles de Sierra Morena, que aparece representada en el área por las sierras de San Miguel, Albarrana y Sierra Alta, y las laderas y valles de Sierra Morena al Guadalquivir, que coincide con las subcuencas del Rivera de Huelva, el Viar, el Hueznar y otros arroyos que desaguan en el tramo medio del Guadalquivir.

        Por lo que respecta a las penillanuras, en esta área destaca por su extensión espacial la de Constantina, definida por una ancha banda de rumbo hercínico que atraviesa el sector central. De menores dimensiones y en situaciones periféricas, también están representadas en el área las penillanuras de Santa Olalla de Cala, Monesterio, Puebla del Maestre y Malcocinado. En el extremo suroriental del área, se identifican los terrenos campiñeses de la Puebla de los Infantes y los correspondientes a la Vega sevillana del Guadalquivir.

        Dentro del Mapa de los Paisajes de Andalucía, la mayor parte de la Sierra Norte se encuadra dentro del área paisajística denominada Serranías de baja montaña, incluida en la categoría de Serranías, y contiene tres ámbitos paisajísticos: Sierra Morena Occidental que cubre la mayor parte del área, Bembézar-Bajo Guadiato, que se extiende por una pequeña franja al este del área y Sierra de Constantina, situada en una banda central de dirección NO – SE.

        En relación con los tipos paisajísticos a escala subregional  y comarcal establecidos en el presente estudio, esta área de paisaje contiene los siguientes: Colinas y piedemonte con relieves tabulares, vegas y terrazas de dominante agraria (extremo norte). Relieves tabulares y colinas con influencia de fenómenos endógenos, con altitudes entre 50 y 200 msnm, pendientes entre 1 y 15 %, sobre calcarenitas, pizarras y conglomerados, de brezal arbolado, tierra calma y de labor y olivar, en parcelas medianas y de visibilidad muy baja y baja. Colinas, alineaciones y macizos montañosos de dominante natural sobre sustratos metamórficos (mitad septentrional). Colinas, cerros y superficies de erosión, relieves montañosos y relieves estructurales, con altitudes entre 100 y 400 msnm y pendientes entre 10 y 40 %, sobre pizarras, de breñal arbolado y erial, en parcelas grandes, con asentamientos difusos, y visibilidad de muy baja a baja. Colinas con altitudes entre 200 y 400 m y pendientes entre 4 y 20 %, sobre granitos y gabros, de breñal arbolado, dehesas de encinas con pastos y encinar, en parcelas medianas, con asentamientos difusos, y visibilidad muy baja-baja.. Relieves tabulares y colinas, con altitudes entre 50 y 200 msnm y pendientes entre 1-15%, sobre calcarenitas, de cultivos herbáceos en regadío y olivar, en parcelas medianas, con asentamientos difusos, y visibilidad de muy baja a media alta. Relieves montañosos de dominante natural. -. Colinas y relieves montañosos con altitudes entre 400 y 700 msnm y pendientes entre 7 y 40 %, sobre pizarras, de breñal arbolado, en parcelas medianas y grandes, con asentamientos difusos, y visibilidad muy baja y baja. Colinas y relieves montañosos con altitudes entre 400 y 700 m y pendientes entre 7 y 40 %, sobre complejo vulcano-sedimentario, de breñal arbolado y dehesas de encinas con pasto, en parcelas medianas y grandes, con asentamientos difusos, y visibilidad muy baja y baja. Colinas y relieves montañosos con altitudes entre 500 y 700 msnm y pendientes entre 7 y 40 %, sobre pizarras, de olivar y breñal arbolado, en parcelas pequeñas y medianas, con asentamientos difusos, y visibilidad muy baja y baja. Vegas y terrazas agro-intensivas del Guadalquivir y afluentes. Terrazas, vegas y llanuras, con altitud entre 25 y 100 msnm y pendientes menores a 4 %, sobre arcillas y limos, de cultivos herbáceos en regadío y cítricos, en parcelas medianas, con asentamientos aislados, espacios sin edificación, y con visibilidad de baja a media.

 1.4 _Principales características paisajísticas del área.

- Territorio serrano de dominante natural que presenta una relativa estabilidad en su paisaje. Destacan sus valores naturales y patrimoniales.

- El aprovechamiento agrosilvopastoril del bosque mediterráneo genera el paisaje de dehesa propio del área, ejemplo de uso racional y sostenible del territorio por parte del ser humano desde tiempos remotos.

- Las características del relieve, de sierras quebradas, con valles y espacios alomados, generan cuencas visuales cerradas en las vaguadas y partes bajas, que contrastan con las amplias vistas de conjunto desde las penillanuras y puntos culminantes.

- El desarrollo de la actividad minera, existente prácticamente desde el inicio del poblamiento estable del área, ha tenido gran influencia en la configuración del territorio, tanto en el sistema de asentamientos (Cerro del Hierro) como en las redes de comunicación.

- La abundancia de cursos de agua y la impermeabilidad de la litología han convertido al área en un espacio prolijo en infraestructuras hidráulicas.

- La propiedad privada de gran parte del territorio genera problemas de accesibilidad al paisaje.  SEVILLA


2.1_Fundamentos y componentes naturales del paisaje

     El paisaje de la Sierra Norte contrasta nítidamente con el resto de ámbitos paisajísticos de la provincia debido a su marcada impronta serrana y natural que, sin embargo, emana de una convivencia respetuosa entre el medio y las actividades humanas. La particular base física, la componente vegetal principal de los suelos y unas pautas tradicionales de ocupación y aprovechamiento antrópico del medio natural, de profundo arraigo histórico, son los elementos paisajísticos más relevantes de este territorio.

El medio físico como determinante del paisaje

        La trascendencia de la Sierra Norte como espacio montuoso se deriva, por un lado, de su franca separación respecto a las tierras bajas y formas horizontales de la depresión del Guadalquivir y, por otra parte, por la extensión y continuidad que adquiere el macizo como flanco septentrional a lo largo de todo el valle. Su relieve, sin embargo, presenta una modesta altitud, consecuencia de su antigüedad, litología y sometimiento a los procesos erosivos. Estas circunstancias determinan un relieve compuesto por una sucesión de lomas, colinas y sierras de formas suaves que se alinean siguiendo las direcciones predominantes de los plegamientos que dieron origen en su momento al macizo hercínico.

        En determinados casos, la erosión ha configurado extensas penillanuras de marcada topografía plana. Sólo ocasionalmente, coincidiendo con roquedos más duros, persisten resaltes y relieves residuales aislados, como los que integran las sierras de Hamapega, Urbana, del Viento o Padrona, además de los mayores desniveles y pendientes de aquellos enclaves donde la incisión fluvial ha sido más acentuada. Este relieve de la Sierra Norte le confiere al ámbito todos los atributos y significados que identifican a la montaña media mediterránea. La acción modeladora de los cursos fluviales es destacada en relación de la deleznabilidad de los materiales y de los sistemas de fallas locales, lo que ha generado formas incisivas de fuerte impronta paisajística (cañones, gargantas, abarrancamientos) así como importantes rupturas en los relieves principales.

      La litología de la Sierra Norte está constituida fundamentalmente por rocas precámbricas y paleozoicas que experimentaron el empuje de las orogenias Cadomiense y hercínica, lo que explica la intensa deformación que presentan los materiales.

        Se trata de pizarras, calizas y areniscas, más frecuentes hacia el norte, y de rocas plutónicas, predominantes hacia el sur y oeste. Tras el arrasamiento del relieve primigenio, el zócalo hercínico fue rejuvenecido por la orogenia alpina y por la acción de los agentes geomorfológicos externos. Se genera así un relieve estructural de tipo apalachense en el que en el que las unidades morfo-edáficas presentan una orientación noroeste-sureste, lo que influye en la misma disposición de la red hídrica e, incluso, de los aprovechamientos humanos. Los suelos resultantes son poco evolucionados o directamente raquíticos, de naturaleza ácida, colores pardos, texturas arenosas y escasa fertilidad, en función de lo cual su vocación es claramente forestal.

        El clima de la Sierra Norte es típicamente mediterráneo, de carácter templado y semi-continental, si bien está íntimamente ligado a la influencia atlántica tanto en términos de precipitaciones como de temperaturas. Se trata, por tanto, de un clima suave en el que las temperaturas medias se sitúan en valores en torno a 13-15°C y la pluviometría media anual oscila entre 700 y 1.000 mm/año, si bien el régimen de lluvias es notablemente irregular y presenta marcada sequía estival de carácter anticiclónico. El carácter escalonado del relieve contribuye a un gradiente pluviométrico positivo de sur a norte, aunque decreciente de oeste a este. Asimismo, la altitud favorece una suavización estival de las temperaturas desde los espacios más meridionales hasta el segundo escalón serrano, desde el cual la uniformidad es mayor; el proceso durante el invierno es el inverso.

Catálogos de Paisajes de la Provincia de Sevilla

domingo, 20 de marzo de 2022

Últimos días de la feria de Guaditoca y 14

 


Última parte

IV Aprobación de la Villa.

     En la uilla de Guadalcanal a dies y siete días del mes de Maio suso dicho Phelipe Marroquin escriuano del rey nuestro señor estando juntos e congregados los alcaldes y rregidores y otros oficiales del concejo y rregidores de esta villa en la posada de dicho juez y estando juntos especial y nombradamente el Bachiller Rodrigo Ramos e Antonio Rodriguez paba Alcaldes ordinarios e Juan Mendez de Villal teniente de alferez maior Diego diaz de ortega Alonso de Vastida gonzalo ximenes gomes Antonio de Ortega de la Paua Alonso ramos xptobal hernandez Juan de Ortega Suarez Gonzalo Janes Ramos heruan lopes Perianes Juan Ramos Juan gauilan Diego Ramos de leon Reciuidos Diego chacon maiordomo Pedro Martin de freile alguacil maior que con la maior parte de dicho ayuntamiento de esta villa ley y notifique de Berbo ad Berbum la cedula Real y asiento de su Magestad y cedula Real de aprobacion a todos los dichos oficiales presentes los quales y cada uno por si tomaron en sus manos las dichas cedulas Reales y asiento de esta otra parte y lo vesaron y pusieron sobre su cabeza y dixeron todos juntos y cad auno de por si que la querian cumplir y en su cumpliento acer todo lo que se les ordena y manda por la dicha cedula real y asiento que les ley Berbo ad Berbum según dicho es Y esto dieron por su respuesta y Respondicion a la notificacion de la dicha cedula real e asiento y cumplirlo en todo y por todo como les esta aperceuido y mandado y asi mismo el Vachiller Ramos alcalde ordinario que al presente es de dicha villa e Juan ramos e Juan de ortega Suarez e Diego ramos e alonso ramos Regidores que presentes estauan a la dicha notificación juntamente con diego chacon maiordomo dixeron que se cumpla como tiene respondido como sea por quenta y rriesgo de las personas a cuio pedimento y por cuio poder se gano el dicho asunto y esto respoudieron siendo testigos xptobal garcia montaluo alguacil de esta villa y lo firmaron todos Antonio Rodriguez el Vachiller rodrigo ramos Diego de Ortega christobal Ramos. xptobal Muñoz de freire Antonio de ortega de la Paba Diego Muñoz Gomez. Diego Gonzalez. Rodrigo gutierrez. Juan Ramos Juan de ortega Suarez. Alonso de Bastida. Juan de Mendoza Billalobos. Diego Ramos de leon. Diego Ximeuez. Hernan lopez, Juarez ortega. Alonso Ramos. Diego chacon. Juan Gauilan. Ante mi Phelipe Marroquin.

 


Real Ejecutoria de Felipe V 

Don Felipe por la Gracia de Dios…

Por quanto con el motiuo de la continuacion de la guerra en tantas partes y Provincias de Spaña y de lo que precisaua la defensa de mis Dominios para mantener la Religion, la Liuertad y el honor de la Nacion y solicitar medios para la manutencion u augmento de las tropas Por tres ordenes de veinte y uno de Noviembre del año de mill settecientos y seis, veinte y siete de Junio y tres de Diziembre de mill stecientos y siete resolui valerme por dos años que Cumplieron fin de Junio de mill setecientos y ocho de las Alcaualas Tercios Reales Zientos Millones y demas Rentas derechos y oficios que por qualquier titulo motiuo y razon se hubiesen enagenado y segregado de la Corona asi por mi como por los Reyes mis predecesores en qualquier tiempo y circunstancias que hubiese sido, y mande que en el referidotermino se presentasen en la Junta que determine formar de Ministros de mi maior satisfaccion por su zelo integridad y Literatura por todas las personas interesadas los Priuilegios titulos Despachos, y demas papeles que tubiese cada uno para justificar de la forma en que poseían estas Rentas y Oficios,a din de que en su vista se me consultase por la misma Junta Gubernatiuamente lo que se le ofreciese y pareciese, Y en fuerza de la expresada resolucion se acudio a ella por parte de la villa de Guadalcanal haciendo presentacion de diferentes Instrumentos, en que consta que por scriptura otorgada en esta villa de Madrid a veinte y ocho de Marzo del año de mill quinientos y noventa y dos ante Alonso Peñarroya oficial de la secretaría de Hacienda, consto tenia la referida villa de Guadalcanal (que es de la orden de Santiago) y sus Alcaldes ordinarios la Jurisdiccion Ziuil y Criminal de ella, y de todos sus terminos en primera Instancia, exerciendola conociendo de todas las causas Ziuiles y criminales que en ella y sus terminos se ofrecian sin que Goueruador de Llerena pudiese conocer en este termino, sino solo en grado de apelacion de lo que los Alcaldes sentenciauan, exepto que los Gouernadores del partido pretendian que podian advocarlas en los cinco casos criminales, sobre lo qual los Alcaldes y vecinos de la expresada villa heran molestados, y vsaron y exercieron hasta que por Zedula y nueba orden que se dio en ocho de Febrero de mill y quinientos y sessenta y seis se diuidio la Gouernacion de la villa y Partido de Llerena en ciertas Alcaldias mayores, y esta villa y sus terminos quedaron incluidos en la Gouernacion dandose facultad por la misma Zedula a los Gouernadores y Alcaldes maiores para que pudiesen advocar asi todas las causas Ziuiles y Criminales que les pareciese combenir a la administracion de Justicia y que estubiesen pendientes, y lo mismo los pleitos. De que resultaron muchos incombenientes, con cuio motiuo, y para la pacificacion y buen Gouierno de la misma villa de Guadalcanal, el Rey D. Phelipe segundo la hizo merced de que quedase en el distrito de Llerena según y como estaua sin que el gouernador de ella, su Alcalde mayor, ni otro algun Ministro de Justicia, tubiesen, ni les quedase Jurisdiccion alguna en la expresada villa de Guadalcanal en la primera Instancia y se la bolviese y restituiese la Jurisdiccion Ziuil, y Criminal, mero mixto imperio en esta forma, como antes del expresado año de mill quinientos y sessenta y seis la tenia, Y que los Alcaldes ordinarios conociesen en ella de todas las causas ziuiles y criminales que se ofreciesen en la misma villa su termino y Jurisdiccion, de cualesquier cantidad y calidad y grauedad que fuese sin disminucion alguna, no pudiendo el Gouernador de Llerena entender en este conozimiento, ni de advocarlas asi, por cuia grazia ofrecio seruir esta villa con quatro mill y quinientos mrs por cada vezino de los que en ella su termino y jurisdiccion hubiese conforme la aberiguazion que de ello se hiciese y por la Eleccion de Alcaldes y oficiales que haura de elexir son otros seis mill Ducados, pagando ambas porciones en zinco años y cinco pagas que se hauran de contar desde el dia del otorgamiento de dicha scriptura ; la qual se aprobo por Zedula de veinte y tres de Abril de mill quinientos y nobenta y dos: y por zertificacion de los libros de la Razon consto que conforme a vn tanteo de quenta que se executo en ellos, parecio que la referida villa tenia mill y trescientos y ochenta y cinco vezinos, que a los expresados quatro mill y quinientos mrs. cada vno importo seis quentos seiscientos y treinta y dos mill y quinientos mrs. que juntos con los dos quentos ducientos y cinquenta mill mrs. de los seis mill Ducados de la eleccion de Alcaldes: monto todo lo que la dicha villa deuio pagar por la referida jurisdicciou ocho quentos quatrocientos y ochenta y dos mill y qunientos mrs. los quales se libraron enteramente a distintas personas expresadas por menor en la Zitada Zertificacion, Y que respecto de no constar en auqellos Libros de lo Librado a Asentistas se habria de Informar de los de la Contaduria maior de si se cargaron en las que dieron de sus asientos. Y por otra parte Zertificacion de la misma Contaduria maior de dos de Mayo del año passado de mill setecientos y diez parecio que por la quenta que tenian dada y fenerida Francisco y Pedro Mabuendo de vn assiento ajustado con ellos en veintiocho de Jullio de mill quinientos y nouenta y tres, sobre la prouision de seiscientos y zincuenta mill escudos, Y Ziento veinte y dos mill trescientos y quarenta y ocho Ducados para el Real seruicio, se hicieron cargo de quatrocientos y quarenta y seis mill y quinientos mrs, que recibieron de la villa de Guadalcanal que los deuia de los vn quento doscientos y quarenta y seis mill y quinientos mrs. de la segunda paga de la dicha jurisdiccion , Y que tambien se hacia cargo D. Pedro Mexia de Tobar Thesorero general de quinientos y cinquenta y nueue mill doscientos y nouenta y vn mr.; Y que por lo que tocaua a las demas partidas cumplimiento a lo que deuio pagar la villa, no se podia Informar por no constar en la Contaduria maior, a caussa de estas las mas de ellas en los Li bros que se lleuaron al Archivo de Simancas en el año de mill seiscientos y zinquenta y dos; Y en memorial con que la villa hizo presentacion en nueue de Agosto del año de mill setecientos y nueue de los zitados Instrumentos me suplico fuese seruido declarar hera preseruada esta pertenencia del Decreto de Incorporacion; y por informque hizo D. Pedro de Roquial mi Contador de Resultas y de la referida Junta consto que respecto de hallarse esta villa en posession de la Jurisdiccion ziuil y criminal en primera Instancia hasta que con motiuo de la Zedula de ocho de febrero de mill quinientos y sessenta y seis se la innobo en ella; y haber ofrecido seuir por la gracia de que se la coluiese con quatro mill y quinientos mrs. por cada vecino, y seis mill Ducados por la Eleccion de Alcaldes, y Oficiales, no se ofrecia duda en esta venta pues aunque según reglas de factoria se deuian regular los vecinos a diez y seis mill el millar, cada uno y no a quatro mill y quinientos como se estimaron no hera venta nueua sino restitucion de los mismo que ya hauia tenido, haciendo presente que aunque por las referidas zertificaciones de la Contaduría maior de quentas y libros de la razon de la Real hacienda no justificaua el que la villa hubiese pagado enteramente el importe de esta venta a causa de hauerse estos al Archiuo de simancas el año de mill seiscientos y zincuenta y dos, donde estauan las mas partidas, parecia que de los ocho quentos quatrocientos y ochenta y dos mil y quinientos mrs. que tubo obligacion de pagar satisfizo Vn quento cinco mill setecientos y nouenta y vn y que los siete quentos quatrocientos y setenta y seis mill stecientos y nueue mrs. restantes se libraron a diferentes Asentistas cuias quentas de sus asientos se hallauan tambien en Simancas Y visto todo en la mencionada Junta y dadome quenta de lo que se la ofrecia en Consulta de diez y ocho de Agosto del mismo año passado de mill setecientos y diez Considerando que por haberse inquietado a la Referida Villa la posesion en que se hallaua hizo el servicio de quatro mill y quinientos mrs. por vezinos y seis mill Ducados por la eleccion de oficios, cuia satisfaccion se infiere enteramente de hauerse encontrado vn quento cinco mil setecientos y noventa y vn mrs. librados a francisco y Pedro Maluenda y D. Pedro Mexia de Tobar, y de que para los siete quentos quatrrocientos y setenta y seis mill setecientos y nueue mrs. Cumplimiento de los ochos quentos quatrocientos y ochenta y dos mill y quinientos del importe de todo no es dudable se procurarian extinguir las libranzas que de ellos se hubiesen dado, pue en caso de salir inciertas se hubieran retrozedido a favor de mi Real hacienda y constara en los libros de la razón de ella, donde se halla el incierto ni haber recurrido los interesados a repetir instancia contra esta Villa, Vine en exceptuarla esta pertenencia del Decreto de Incorporacion como lo pedia, y del de valimento respecto de no incluir Rentas Jurisdiccionales, y ser solo el conocimiento de causas en primera Instancia, y nombramiento de oficiales. Y para que mi resolucion se cumpla He tenido por bien de dar la presente Por la qual, apruebo Confirmo, y ratifico los Instrumentos de que queda hecho expresion, Y es mi voluntad se mantenga a la referida villa de Guadalcanal en la posession de la Jurisdiccion Ziuil y Criminal de ella en la forma que la obtiene para el conocimiento de caussas en primera Instancia y eleccion de Alcaldes y oficiales, sin que por mi, no por los Reyes que despues de mi viniesen con ningun pretexto motiuo ni caussa se la inquiete en su justa y antigua propiedad, por declar, como declaro es preseruada del Decreto de Incorporacion y Valimento de lo enagenado de mil Real Corona, y de otras qualesquier ordenes mias que sobre esto hubiere expedido y expidiese porque todas hau de quedar anualadas por lo que a esto toca; Y mando que en casso de hauerse cobrado, o embargado algunas cantidades por razon de esta pertenzia con motiuo del espresado Valimento, se desembarguen y restituian luego a la villa por los Ministros que hubiesen entendido y entiendan en su recobro, para que libre y desembarazadamente goce de esta merced ssegúny como le esta conzedida, Y para que todo se cumpla y tenga la mas firma Validazion mando asi mismo se asiente esta mi Zedula de Confirmacion en los libros de lo Saluado que tienen el Gouernador y los de mi Consejo y Contaduria mayor de Hacienda, y que se tome la Razon por los contadores que la tienen de ella, los de Rentas, el dicho D. Pedro de Roquial, y por D. Bernardo Francisco de Aznar, mi secretario contador de Renta y de la Razon general del Valimento. Fha. En Zaragoza a veinte y quatro de Abril de mill setecientos y onze años.-Yo el Rey.- Yo D. J. de Apaolaza, escriuano del Rey nuestro señor la hize escribir por su mandato.- D. Juan Antonio de Torres.- El Marques de Andia.- D. Pasqual de Villacampo y Pueyo.=

 Arch. municip. de Guadalcanal. - Privilegios.

ESTE FOLLETO TERMINOSE DE IMPRIMIR EN SEVILLA, EN LOS TALLERES TIPOGRÁFICOS DE SOBRINO DE IZQUIERDO, EL DÍA 22 DE AGOSTO DE 1922 


LAUS DEO 
NIHIL OBSTAT 

El Censor eclesiástico 
DR. ANTONIO ARELLANO 


IMPRIMATUR 
Sevilla, 22 de Marzo de 1922 
El Vicario general interino, 
DR. JERÓNIMO ARMARIO 


Nota.- Se ha transcrito y respetado la ortografía del original de 1922

Antonio Muñoz Torrado
Presbítero

domingo, 13 de marzo de 2022

Guadalcanal Siglo XIX

 


GUADALCANAL 1852/56

Fuentes. Leopoldo Tena (Datos curiosos sacados del archivo de nuestro Ayuntamiento de algunos acuerdos que se tomaban en las sesiones celebradas por la corporación de aquellos años…)

    Después de varios hechos delictivos en la localidad y caminos lindantes que desencadenaron robos y saqueos en los cortijos y la muerte por asesinato del vecino de la localidad Antonio Vázquez Mena, se acordó en pleno municipal celebrado el 11 de Enero de 1852, siendo alcalde y presidente de la corporación D. Leandro López de Ayala y Montero de Espinosa, dirigir escrito al Gobierno Civil de la Provincia de Sevilla, para solicitar la instalación de una casa cuartel y dotarla de una partida de la Guardia Civil, cuerpo de seguridad creado mediante Real Decreto de 28 de marzo de 1844.
    En el año 1854, siendo alcalde presidente de la villa D. Miguel Ramos i Lobo, en sesión de 30 de junio, se propone dotar de una cantidad de dinero para la construcción de un cementerio municipal, como es sabido, hasta aquella fecha se disponían los enterramientos en las parroquias más cercanas al domicilio del finado.
    Para esta construcción se acordó la zona del Prado de San Francisco, sobre las ruinas del antiguo convento franciscano de la Piedad y San Francisco, solicitando la debida autorización, mediante exposición documentada a la autoridad eclesiástica con sede en Llerena.
    En esa misma exposición y ante el gobernador eclesiástico de Llerena D. Pedro Nogales y Granda, el Ayuntamiento solicita la cesión de las capillas de Los Milagros y San Vicente para construir en las mismas la Casa Consistorial y dependencias municipales de las que en la época se carecía, ya que no eran útiles, debido a considerarse innecesarias para el culto y la proximidad de las iglesias de San Sebastián y Santa María.
    Estas solicitudes fueron concedidas por la cúpula eclesiástica, pero finalmente, tras la gestión en Madrid de D. Ignacio Sánchez Martínez, la casa Consistorial se construyó sobre las ruinas del palacio de los comendadores de la Orden de Santiago, que durante siglos habitaron o visitaron la villa.
    Se acuerda efectuar el pago de los instrumentos para la banda de música de la “MILICIA NACIONAL” de esta villa según factura firmada de D. Pedro Taberner, la que asciende a la cantidad .de cuatro mil reales vellón.
    En sesión ordinaria se reúne este Ayuntamiento y acuerda: Que habiéndose hecho pedazos el pellejo del tambor de guerra de la banda de la Milicia Nacional de ésta villa, se acuerda ponerle un parche, para lo que se comprará un pellejo de cabra que asciende a siete reales vellón.
    Sale a subasta las obras para la colocación de nombres a las calles y números a las casas.
    Haciéndose sospechoso el estado sanitario en los pueblos comarcanos a causa del cólera morbo, se suspende la celebración de la Feria, pidiéndose toda la ayuda que a bien tenga al Gobernador de la provincia.
    Según los partes diarios que los profesores de la ciencia de curar remiten a esta alcaldía se declara libre de epidemia del cólera morbo asiático, encontrándose la población en estado de sanidad completo, por lo que, se cantará en la iglesia parroquial un solemne Tedeum en acción de gracias por el Sr. Cura Párroco de la de San Sebastián, asistiendo todo el pleno de este Ayuntamiento que preside D. Miguel Ramos i Lobo.
    Se da comienzo al empedrado de las calles, el 23 de agosto de 1.855, al poco tiempo la Excma. Diputación lo suspende para dedicar ese dinero a calamidades públicas”.
    En el año siguiente se termina la construcción del cementerio municipal, acordándose llamarlo de San Francisco, en recuerdo del convento que allí existía con anterioridad, procediendo a su inauguración junto con el Paseo de la Cruz.
Se acuerda asistencia del Pleno del Ayuntamiento a la bendición del nuevo cementerio que se halla en el Prado de San Francisco.
    Por estas fechas se hacían casi a diario peticiones del vecindario de trozos de terrenos comunales para distintos fines, plantío, huertas etc. y un vecino hizo la siguiente petición: “Por necesidades para vivir quiero hacer una casa de habitación, por lo que, a bien pido un trozo de terreno en el huerto del Palacio junto donde está el corral de conejos, tirando la tapia que tanto afea a nuestra plaza municipal” (naturalmente no existía el edificio del Ayuntamiento).Nos detenemos en el año 1856 y finales de la década, es cuando nuestra villa recibe un impuso económico, por una parte, el Ayuntamiento recibe en la persona de D. Luís López de Ayala de la Real Hacienda de España, gran parte de la dote concedida por los gastos ocasionados durante la pasada Guerra de la Independencia a este municipio, por otra, la corporación municipal decidió vender algunas dehesas y cortijadas a particulares, para ello se nombró una junta pericial designado presidente de la misma a D. Antonio Llamazares.
    Fue precisamente en este último cuatrienio, cuando se llevó a cabo una gran transformación urbanística en Guadalcanal, adecentamiento y empedrado de calles, rotulación de las mismas, numeración de las viviendas y adecuando lo que hoy conocemos como Plaza de España, pasando a ser el centro neurálgico y económico de la población y que perdura siglo y medio después.

Guadalcanal 1854/1855

Ayuntamiento de Guadalcanal
Archivo Municipal – Leopoldo Tena Cabezas – RG año 1972

     Voy a intentar enumerar algunas cosas que ocurrieron en el Guadalcanal de hace más de 117 años, concretamente en los años 1854-55, que por su curiosidad merecen conocerse, debido a haber buscado estos datos, cogiendo de aquí y de allá lo que pudiera interesar a los habitantes del Guadalcanal de hoy.
    Guadalcanal tenía en repetido año 5.506 almas, de las cuales 1.558 eran cabezas de familia. Regían la villa D. Miguel Ramo Lobo, como Alcalde 1º.; D. Leonardo Castelló i Donoso, como Alcalde 2º.; D. Juan Rivero Silvestre, como Regidor 1º.; Don Antonio María de Castilla, como Regidor 2º.; D. José Rivera, Regidor 3º.; D. Antonio Llamazares, como Regido 4º.; D. José Barragán Palacios, Regidor 5º.; D. Francisco Vázquez, Regidor 6º.; D. Nicolás de Gálvez, Regido 7º. ; D. Félix Nogales, Regidor 8º.; D. Lucas de Torres, como Síndico 1º.; D. Antonio Fontán, Síndico 2º.; y D. Enrique Vicente Moreno, como Secretario del Ayuntamiento.
    Destaquemos aquellos acontecimientos más importantes ocurridos en aquel año. Fue colocada en el reloj público una campana, que se quitó del campanario del Convento del Espíritu Santo, y cuyo acto tuvo sus más y sus menos, debido a la reclamación interpuesta por un cura ante el Priorato de San Marcos en León, teniendo el Ayuntamiento que obligarse a colocar otra campana en el campanario de dicho convento para sustituir a la que se había trasladado para el reloj público.
    También en aquellos días fue trasladada las Casas Capitulares al domicilio de Doña Concepción Barragán.
    Fue señalado el cupo de soldados a esta villa, que ascendió a ocho entre los 50 mozos que fueron alistados por la Municipalidad.
    También en aquellos días fue trasladada la Cruz existente en el final de la calle Santa Clara al sitio donde aproximadamente se encuentra en la actualidad.
    Con motivo de la declaración del cólera morbo en los pueblos limítrofes y al objeto de evitar la aglomeración de personas, fue suspendida la feria de esta localidad.
    El Ayuntamiento concedió infinidad de terrenos baldíos para plantación de olivos en diferentes pagos de este término en su mayor parte de la Sierra del Agua y en la Palomilla.
    La Municipalidad toma el acuerdo de evitar la residencia fija de las familias forasteras, permitiéndoles solamente que pernoctasen el tiempo necesario para realizar sus negocios, con motivo de la enfermedad del cólera morbo asiático existente en los pueblos limítrofes.
    El 4 de Octubre se declara la población invadida del Cólera morbo asiático, dándose orden a los profesores de la ciencia para que cursasen parte diario a la Secretaría del Ayuntamiento de los casos de cólera que ocurran y el número de invadidos y muertos de la villa y la consternación del vecindario se prohíbe el toque de campanas para la administración de sacramentos y funerales y que los cadáveres se depositen en el Cementerio pasadas las tres horas del fallecimiento, pudiendo causarse depósito del mismo en la Ermita del Cristo, siempre que las partes costeasen su conducción.
    Fueron adquiridos cien fusiles ingleses de chispa con destino a la Milicia Nacional, constituida aquel año, por la suma de setecientos reales vellón con objeto de tener armada la Milicia para los casos que pudieran ocurrir.
    La construcción de la Fuente del Berrocal Chico se debe al Presbítero D. Juan Barragán, que solicitó del Ayuntamiento para el uso de su caso las aguas vertientes de la fuente de La Chica, extramuros del Berrocal Chico, con la condición de recogerlas a su costa en una cañería cerrada y construir una fuente donde pudiesen tomarse las aguas con comodidad en la pared del huerto de su casa. El Ayuntamiento, el día 25 de septiembre, acordó acceder a que el solicitante levantarse una fuente para el uso común en este sitio donde nacen, siendo de su exclusivo aprovechamiento en los meses de verano solamente, pues en los restantes del año pertenecerán al público.
    Debido a las circunstancias aflictivas por que se hallaba la población, el Ayuntamiento acordó la construcción de un Cementerio al sitio del Padro de San Francisco. Actuaba de Alcalde en dicho acuerdo del primer Tte. de Alcalde, D. Leonardo Castelló i Donoso, y asistieron a la misma, además de los concejales, los curas párrocos D. Juan Antonio Salvador, D. Mariano Martín de Arriva y D. Gonzalo Canelo Hidalgo, así como los médicos cirujanos D. José Torrico y D. Dionisio Palacios.
    Pero el Cementerio tardó bastante tiempo en ser construido debido a las constantes quejas y entorpecimientos que para ello puso D. Leonardo López de Ayala, propietario lindante cercano al sitio designado del Prado de San Francisco, donde tenía una huerta, y a la cual irrogaba perjuicios dicha construcción.
    Por fin se celebró la subasta de la obra del día 10 de Diciembre de 1854 debido a que el día 22 de Noviembre anterior había dispuesto el Gobernador Civil se procediese a la inmediata construcción del Cementerio del Prado de San Francisco, desestimado la instancia producido por D. Leandro, en queja de la designación del terreno para dicha obra.
    El 2 de Julio de 1855 dirigió escrito al Ayuntamiento el Sr. Cura de la Parroquia de Santa Ana y Arcipreste de esta villa, manifestando “que reconocido el nuevo Cementerio y encontrándolo con las precisas circunstancias de solidez, decencia y seguridad, deberá bendecirse en el día de mañana y horas de las seis de ella, para cuya ceremonia y dar mayor solemnidad a este acto religioso invita a la Municipalidad”.
    El 5 de Julio de 1855 del mismo año, el aludido Sr. Cura de la Parroquia de Santa Ana, participaba a la Municipalidad “haber fallecido en su feligresía JOSEFA DE LA CRUZ, pobre de solemnidad, que vivía en la calle del Berrocal Chico y a fin de proceder a lo convenido entre la Municipalidad y el Clero respecto al enterramiento del primero que falleciese después de bendecido el Cementerio. El Ayuntamiento, considerado que el clero de las tres Parroquias de esta villa tienen ofrecido hacer las exequias al cadáver del primero que se entierra en el nuevo Cementerio acompañarlo hasta el mismo sin denegar por ello derechos algunos, acordó, en vista de lo convenido verbalmente asistir como corporación a este acto religioso para darle más solemnidad, relevando a la familia de la mencionada Josefa de la Cruz del pago de los derechos de sepultura.
    Como consecuencia de la puesta en marcha del Cementerio el Ayuntamiento tuvo que crear la plaza del peón del Cementerio y aumentar la dotación de otro que ya existía en 90 reales mensuales, “estando obligados los que la desempeñaren, no sólo a la inhumación de los cadáveres, sino también a la conducción de los mismos desde la casa mortuoria hasta el campo Santo, evitando de esta manera el conflicto que pudiera sobrevenir y más en las circunstancias actuales de no haber quien los llevase a causa de la distancia”. Pocos días después, o sea el 17 de junio siguiente, entró a ejercer sus funciones el segundo peón nombrado Francisco González, y el día 28 del mismo mes fueron aprobados los derechos de sepulturas en el nuevo Cementerio de la manera siguiente:
“Por el cadáver de un adulto: Derecho de sepultura diez reales y derechos de los sepultureros diez y seis reales. Por el cadáver de un párvulo: Derechos de sepultura seis reales y de los sepultureros ocho reales.”
    Visto el censo de población de 1855 vemos que las profesiones u oficios de los habitantes del Guadalcanal de entonces contrastan con los de hoy. Vean un ejemplo:
Existían 5 abogados; 5 sacerdotes, tres de ellos párrocos; 2 sacristanes, 2 cirujanos, 1 médico, 2 escribanos, 2 farmacéuticos, 4 militares, 3 Maestros Nacionales o Profesores de Letras como se hacían llamar, 32 zapateros, 21 molineros, 28 albañiles, 9 herreros, 2 panaderos, 4 lanceros o pañeros, 4 carpinteros, 16 arrieros, 1 sillero, 2 tintoreros, 5 tejedores, 13 comerciantes, 11 taberneros, 4 jaboneros, 4 sastres, 3 posaderos, 5 mineros, 3 estanqueros, 1 medidor, 8 barberos, 1 jalmero, 1 herrador, 1 de Correos, 1 Romanero, 1 calderero, 1 bonitero, 1 hojaldrero, 34 pastores, 6 chalanes o esquiladores y 4 alguaciles.
    El resto hasta la totalidad de la población lo comprendían entre propietarios, labradores, jornaleros, algunos cabreros y porqueros y el resto mujeres dedicadas a sus labores.
 

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