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domingo, 15 de enero de 2023

!De ése me encargo yo!

 


CHAMIZO Y SU FAMILIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

     La siguiente ponencia, “Chamizo y su familía durante la guerra civil”. Es una ampliación de la que fue presentada y leída por Mª Victoria Díez Chamizo, nieta del insigne vate, en el I Congreso Nacional en torno al poeta extremeño Luis Chamizo, en el I Centenario de su nacimiento 1894/1994, que tuvo lugar en Guareña el 3 de diciembre de 1994. “Estalla la guerra civil”

Ma. Victoria Díez Chamizo (1)

          Ante todo, quiero dar las gracias a mi madre y a mis tías, por las muchas historias que les he oído contar a lo largo de mi vida y que han hecho posible que pudiera escribir estas páginas. Huelga decir que, si algún mérito encierra, no es mío, sino de ellas y que mucho me temo que de los errores tengo la exclusiva. Asimismo, deseo hacer constar que en ningún momento he pretendido molestar u ofender a nadie. Y que sí, torpemente, lo he hecho, le pido perdón. Mi único interés es relatar unos hechos familiares con la máxima objetividad que he podido y con la esperanza de que haya llegado la hora de que todos sustituyamos antiguos resentimientos por un clima de afecto y compresión. Y en este sentido, también describo... ¡un sueño!

          A mediados de los años treinta Luis Chamizo era un hombre muy popular en Extremadura. Prueba de ello es el relato de José María Osuna de un viaje a Mérida que hicieron juntos en 1934 ó 1935, según él mismo indica, y que cito textualmente:

"Apenas llegados, entramos, deliciosamente ignorados, -así me lo pareció en aquel momento- en un modestísimo bar todavía en las afueras. Nadie descompuso el gesto, ni hizo movimiento alguno que denotase la entrada de una persona conocida. Bebimos unas cervezas y Don Luis pidió el importe de la consumición. Entonces ocurrió lo que para mí hubo de representar una gran sorpresa. Mi primera sorpresa de Mérida".

         El mozo del bar, sin levantar apenas los ojos hacia nosotros, sin detenerse siquiera un momento en su faena de limpiar el mostrador, contestó poniendo cierto énfasis en las palabras:

  - En esta casa no se le cobra a Don Luis Chamizo.
Algunos parroquianos se pusieron entonces de pie y saludaron muy afectuosos.
- Buenas tardes Don Luis y la compaña.
-Buenas tardes señores (respondimos nosotros, sinceramente conmovidos.)

      Esta fue, como os decía, mi primera sorpresa, acabados de llegar a Mérida. Hasta hacía poco yo había vivido en una primerísima ciudad, en la que seguramente por su gran población, todo el mundo, incluso los valores más constatados, se impersonaliza, y nadie cuida de expresiones admirativas o deferentes -solo quizás algún amigo- ni siquiera de esas tan sencillas y enternecedoras como ésta que había vivido al lado del ilustre poeta, y que luego habían de repetirse en más de una ocasión durante nuestra corta estancia en esta bella ciudad del Guadiana". (2)

         Cuando estalló la guerra mi abuelo estaba en Guareña con su hija mayor, Ma. Luisa, visitando a su madre, Asunción. Intentó llegar a Guadalcanal en tren a fin de reunirse con mi abuela y sus otras cuatro hijas, pero no pudo. No consiguió pasar desapercibido. Le detuvieron unos milicianos, junto con otros viajeros, al hacer trasbordo en Mérida. De este episodio existen dos versiones. La primera de ellas (defendida por mi madre y por María Luisa, que aseguran habérsela oído contar a su padre) consiste en que estuvo preso varias horas, con la amenaza de que le matarían al día siguiente, de madrugada. Se quejó amargamente, alegando que iban a matar a un poeta que tanto había cantado a Extremadura y a sus gentes. Consiguió que le retaran a que lo demostrase. Y aceptó el reto, insistiendo que necesitaba las manos libres para poder recitar. Lo desataron y recitó "la nacencia" y "los héroes sin gloria". Les emocionó tanto que le dejaron marchar. 

      Dijeron que no querían comprometerse. Volvió a Guareña en la máquina de un tren de carbón. Llegó completamente tiznado. Como les suplicara tener noticias de su familia, al poco tiempo esos mismos milicianos le comunicaron que su esposa y sus hijas estaban huidas, que se encontraban bien y que se habían refugiado en Malcocinado (Badajoz).

         La segunda versión (defendida por mi tía Ma Virtudes, que me ha dicho que se la contó su abuela Asunción cuando vivió con ella en Guareña) (3) se remonta a hechos que ocurrieron mucho antes de que se declarase la guerra civil. Al morir mi bisabuelo Joaquín, su hijo se hizo cargo de la fábrica de tinajas y otros utensilios (que ocupaba una gran superficie en la parte trasera de la vivienda), con la ayuda de un operario de toda su confianza. Sólo ellos dos tenían llave de la caja fuerte que había en la casa. Un día, mientras mi abuelo dormía la siesta, oyó unos ruidos muy extraños. Con todo sigilo se levantó (sin ponerse el ojo de cristal) (4), cogió un arma, y fue a ver qué pasaba. Se encontró a su hombre de confianza con la caja fuerte abierta, apoderándose del dinero. Al verle, el operario se echó a llorar. Le contó una circunstancia familiar muy difícil que hizo que mi abuelo no sólo le perdonase, sino que le regalase parte del botín que pretendía llevarse. Además, le prometió que nunca diría nada (este trabajador, por voluntad propia, se fue al poco tiempo). Y es así que cuando le cogieron preso en Mérida, la casualidad quiso que uno de los milicianos que le detuvieron fuera su antiguo hombre de confianza, que creyó reconocerle. Este comentó a sus compañeros, "¡de ése me encargo yo!". Ya a solas, le pidió que se quitara el ojo, cosa que hizo. Así comprobó su identidad. El miliciano le dijo que una vez le había hecho un gran favor y que él, ahora, se lo devolvía dejándole escapar. Le escondió en un pajar y ese mismo día, por la noche, le permitió volver a Guareña, en un camión. (De ser esta segunda versión cierta, mi abuelo sólo le contó este episodio a su madre. Muy posiblemente, él mismo habría inventado la versión anterior.)

         Sea quien fuere su liberador y las razones que tuviera para dejarle marchar, el caso es que se libró de una muerte casi segura (poco tardó en llorar que su misma suerte no la hubiese tenido su amigo Federico García Lorca). Padre e hija permanecieron en Guareña unos tres meses, hasta que fue tomada por los nacionales. Durante este periodo, mi abuelo se escondió en los hornos de la casa, que en más de una ocasión registraron, sin que lo encontraran. Normalmente los registros coincidían con la llegada de "refuerzos" de Madrid. Cuenta Ma. Luisa que en una de estas ocasiones la cogieron y la llevaron, a la fuerza, a la parte trasera de la casa, cerca de donde estaban los hornos, amenazándola con pegarle hasta que su padre saliera del escondite; y que, al primer impacto, antes de que empezara a gritar, se cayó, golpeándose con fuerza la cara contra el suelo y perdiendo el conocimiento (dice que desde entonces tiene la nariz torcida). En casa de Asunción también vivían Marcial y Atanasia, hermanos solteros de Asunción. Marcial trabajaba en las bodegas de vino del pueblo y tenía un hijo, Joaquín, ya muchacho (Marcial y su hijo también se escondieron en los hornos de la casa). Atanasia ayudaba en las faenas domésticas.

         En Guadalcanal, pared con pared con la casa de mi abuela estaba la de su hermana Consuelo, que vivía con su marido, Juan Pastor (en realidad ambas casas eran sólo una, que se dividió en dos cuando se casó Consuelo, que hasta su boda convivió con mis abuelos en la que había sido la casa de sus padres). Consuelo y Juan no tuvieron hijos. La relación entre las dos familias era muy estrecha, prácticamente vivían juntos. Un poco antes de declararse la guerra varios amigos de la familia avisaron a mi abuela de que la situación se estaba poniendo muy seria, que acumulara víveres y que bajo ningún pretexto saliera a la calle. Las casas de mi abuela y de Consuelo se unieron por un agujero en la pared, que disimularon con un mueble a cada lado. Así se visitaban. Los milicianos registraron las viviendas en varias ocasiones. Buscaban armas. Ya el primer día de guerra hubo muchos fusilamientos, en el cementerio. Mi abuela, Consuelo y Juan decidieron huir de Guadalcanal. Salieron del pueblo "medio disfrazados" (mal vestidos y sin ningún equipaje) y se fueron, andando, a Malcocinado, a casa de Rafaela, el ama de leche de mi madre. Eran las tres de la tarde y caía un sol de justicia (por el camino se encontraron con una mujer que les regaló un pan y una botella de aceite -con el tiempo mi abuela la pudo localizar y le volvió a expresar su agradecimiento-). Llevaban consigo dinero, oculto en la ropa. La casa de Rafaela era pequeña. Se apañaron cómo pudieron. Por las noches se instalaba en el suelo un jergón muy grande de paja. Mi abuela, Consuelo y Juan dormían "en la cabecera". Las niñas, perpendiculares a ellos, "a los pies". Así estuvieron un mes. Los milicianos se personaron en casa de Rafaela, buscando al tío Juan (que había sido director del Banco de Guadalcanal). No lo encontraron.

       

 
Volvieron todos a Guadalcanal cuando fue tomada por los nacionales. Las casas se las encontraron intactas, al contrario de lo que había ocurrido con muchas otras casas, que las habían saqueado y quemado. Y allí permanecieron hasta que "aparecieron" mi abuelo y Ma. Luisa. Una vez todos juntos y pasado un tiempo, se fueron a la finca "La Gastana", propiedad de Consuelo. En Guadalcanal escaseaban los alimentos y se respiraba mucho terror. Muy cerca de La Gastana estaba el cortijo de mi abuela, "El Burgalés". Mi abuela y sus cinco hijas permanecieron en La Gastana el resto de la guerra, con Consuelo y Juan. Mi abuelo, no. Se ausentaba a temporadas, incluso semanas o meses. Colaboraba con Auxilio Social.

         La vida en el campo transcurría tranquila, lejos de los lujos y comodidades a los que la familia había estado acostumbrada. Buen testimonio de ello es las siguientes canciones, de letra de mi abuela y escritas en ausencia de mi abuelo, que tanto mi madre como mis tías cantaban a voz en grito por La Gastana y El Burgalés (a todos los nietos y nietas, estas coplas y otras parecidas nos las cantaba mi abuela y su hermana Consuelo, y también nuestras madres, de pequeños).

Primera   canción:

Somos los refugiados en La Gastana de Burgalés
que vivimos felices sin servidumbre y sin parné.
Cuando tenemos mucho calor
vamos derechos hacia el albercón
y entre sus aguas frescas y claras
¡lavamos nuestros cuerpos y nuestras caras!
Cuando la servidumbre poquito a poco se fue a segar
nos quedaron tan solo las dos doncellas, Manuel y Juan.
Una doncella se descalabró (5)
la otra enfadada al pueblo marchó
por el alpiste (6) se fue el Sr. Juan
¡y Manuel con tito a Guadalcanal! (7) .
Cuando todos marcharon, que bien quedamos, ¡gracias a Dios!
comimos y cantamos y trabajamos con ilusión.
De cocineras tita y mamá
Ma. Victoria para lavar
con dos jarritas trae el agua Consuelo
¡mientras que Ma. Luisa da brillo al suelo!
La otra Ma. Victoria (8) y Virtuditas mondan patatas
mientras que Asuncioncita por cualquier cosa ¡nos da la lata!
Sólo nos falta para vivir bien
que tito traiga mucho que comer
y el panadero (9) le traiga a mama
¡la carta que impaciente espera de papá!
Para que no faltase ningún festejo en la Castaña
celebraron dos niñas una gran lucha greco-romana (10)
Que nadie sabe por lo que empezó
ni tampoco cómo terminó
pero si vuelven a boxear
¡ninguna de las dos se queda sin cobrar!


Segunda canción
(11):

Si pasas por Burgalés, pregunta por tres erizos:
Consuelito y Asunción y Virtuditas Chamizo.
Las bañan y las perfuman, las visten de arriba abajo
y cuando pasa media hora parecen escarabajos:
se quitan los calcetines, pierden la traba y el pantalón,
se enchancletan los zapatos ¡y corren más que un ciclón!
Cuando las veas pasar en la chica fíjate
sí se ensucia los baberos se los vuelve del revés.
Pero la otra mayor tiene más mala intención
se rellena de papeles el babi y el pantalón:
por si su mamá le da una lección
y con la correa, la explicación;
pero su mamá la va a comprender
y en una tinaja la va a meter
a ver si así ¡se amansa bien!
Si pasas por Burgalés y no ves a Consuelito,
está dentro de una tinaja espiando su delito.
Y si no ves a Asunción ni a su hermana Virtuditas,
están en la habitación lo mismo que dos guarritas:
sin comer ricas cerezas, dulce de membrillo, ni salchichón,
veremos si estos castigos, ¡han servido de lección!

         Durante la guerra, por casa de Asunción pasó mucha gente (como había ocurrido en otros tiempos de forma habitual) y eso implicaba muchas bocas que alimentar. Asunción había sido siempre una mujer muy generosa. Mi abuelo sentía por ella verdadera admiración. Marcial prestó dinero a su hermana, probablemente en muchas ocasiones, y también a mi abuelo. Ella le firmaba pagarés a cargo de la casa de Guareña. La deuda llegó a ser tanta que, con el tiempo, Marcial se quedó con la casa. Esto originó graves problemas en la familia, ya que no siempre las liquidaciones de Marcial coincidían con las cuentas que llevaba mi abuelo de las deudas pendientes. Aproximadamente al año de acabar la guerra civil murió Asunción, ajena al disgusto de su hijo (que se negó a decirle que había perdido aquella casa que tanto quería y añoraba, ¡antes de heredarla!). Con su muerte cesaron las visitas a Guareña.

¡Ay abuelo!
Abuelo idealista,
abuelo bueno,
¡cuánto me hubiera gustado conocerte!
Y cuánto me gustaría que la casa de Asunción,
la casa de Joaquín, el tinajero,
esa casa a la que tanto añorabas volver...
"Aquella casona grande con su fachada de piedra,
con aquel pasillo largo que llevaba a las bodegas;
aquellas bóvedas altas, lo mismo que en las iglesias;
aquella cocina grande con su hermosa chimenea"... (12)
esa casa y no otra,
fuese algún día tu casa,
¡la casa de Luis Chamizo,
¡Casa de Cultura del Pueblo!
¡Reivindico este sueño!

 

A modo de apéndice:

A MI PADRE (13)

Guareña tuvo un poeta,
un poeta muy castúo, que quiso mucho a su Tierra
y que cantó a sus campos, a su Extremadura entera,
bajo el sol abrasador de sus llanuras inmensas:
sus versos recios, rompieron las venas de gran poeta
y brotaron de su sangre más que de la inteligencia.
¡Cómo amabas, padre mío, aquellas tierras morenas
cuna de tus ilusiones y consuelo de tus penas!;
¡cómo añorabas volver a tu casa solariega
donde esperaba tu madre, donde tenías tu hacienda!
Aquella casona grande con su fachada de piedra
con aquel pasillo largo que llevaba a las bodegas;
aquellas bóvedas altas, lo mismo que en las iglesias;
aquella cocina grande con su hermosa chimenea
donde la leña al arder hablaba de tu nacencia
y prendía en ti sus llamas ardiendo tu inteligencia...
Todo aquello, ¡padre mío!, con desconsuelo te espera;
¡qué pena que estés tan lejos... que ni siquiera tu Tierra
te acompañe en las frialdades de esa soledad tan negra!
Solo estás, solo, muy solo... y muy lejos de Guareña:
tu madre, desde la tumba, te llama con la voz muerta,
y el miajón de una raza de castúos también te espera.
¡Qué lloren los extremeños, que solo está su poeta!:
su sombra vaga en la noche por las calles madrileñas
añorando sus terruños a los que tanto quisiera.
¡Qué redoblen las campanas! ¡qué redoblen con tristeza!,
el cantor de Extremadura polvo se hace en otras tierras.

Notas. -

 (1) Este artículo consiste en una ampliación de la ponencia "Estalla la guerra civil" que presenté en Guareña, en el congreso que en honor del poeta Luis Chamizo Trigueros organizó su Ayuntamiento (del 30 de noviembre al 3 de diciembre de 1994).

(2) Párrafo de la conferencia "Chamizo y Mérida en el recuerdo", pronunciada por el Dr. Osuna el cuatro de abril de 1964, en la Sociedad Liceo de Mérida. Folio 5. (Obra en mi poder el original de esta conferencia, que el autor dedicó y regaló a mi madre, Ma Victoria).

(3) Ma. Virtudes cuidó de su abuela, que estuvo muy enferma, casi un año. Ambas llegaron a intimar mucho.

(4) Durante toda su vida mi abuelo llevó un ojo de cristal que únicamente se quitaba para dormir. (El ojo lo perdió al nacer, en el parto.)

(5) se accidentó y se fue al pueblo.

(6) el vino (mi abuela le despidió por borracho).

(7) el tío Juan y Manuel se fueron a comprar víveres.

(8) una sobrina de Málaga del tío Juan.

(9) el panadero visitaba las distintas fincas y cortijos de la comarca una vez por semana. Era costumbre que a la vez que vendía el pan repartiese el correo.

(10) pelea muy sonada entre mi tía Consuelo y la sobrina del tío Juan, Ma. Victoria.

(11) esta canción se canta con la tonadilla de "si vas a París papá..."

(12) fragmento de la poesía "A mi padre” que se reproduce íntegramente a continuación.

(13) poesía de mi madre publicada el domingo uno de septiembre de 1957 en el "Hoy" de Badajoz. (Los restos de mi abuelo yacen en su querida Guareña, como fue siempre su voluntad, desde 1994, año del centenario de su nacimiento, gracias al esfuerzo de las mujeres y los hombres de la villa muy especialmente del Ayuntamiento- y de sus hijas).

Ma. Victoria Chamizo (Ceuta, 1957).

Publicado en la Revista El Carro de Guareña 1997 (Año 4 nª2)

lunes, 9 de enero de 2023

GUADALCANAL EN EL CATASTRO DEL MARQUES DE LA ENSENADA y 6

 

Fernando VI y la nueva ley de impuestos

Última parte

          Los textos de las preguntas y respuestas han sido transcritos respetando el contexto original. 

33ª A La trigesima terzia pregunta…(Què ocupaciones de Artes mecanicos hay en el Pueblo, con diftincion, como Albañiles, Cantero, Albeytares, Herreros, Sogueros, Zapateros, Sastres, Perayres, Texedores, Sombrereros, Manguiteros, y Guanteros,&c. explicando en cada Oficio de los que huviere el numero que haya de Maestros, Oficiales, y Aprendices; y que utilidad le puede resultar, trabajando meramente de fa Oficio, al dia à cada uno)…dijeron que en esta villa ay dos pintores y doradores que lo son Joseph Rodríguez Mendoza Y Francisco Rivera que ganan seis reales en cada un dia de los que travajan al año; Ay un escultor que lo es Francisco Rivera Antunez que gana en cada un dia de los que travaja al año seis reales; Ay cinco erreros que lo son Francisco Hernandez, Francisco Savido, Pedro Bernabé,  Francisco Fajardo y Manuel Velasquez que ganan quatro reales en cada dia de los que travajan al año; Ay dos zerrajeros que lo son Matheo Cavallaro y Pedro Cordero que gana cuatro reales en cada dia de los que travajan al año; Un  oficial de zerrajero y lo es Juan Cordero que gana en cada un dia dos reales; Onze carpinteros que lo son Juan Cavallero Neira, Luis Fernandez Abulagas, Diego Joseph Robledo, Sebastián Rodríguez, Andres Espino de la Peña, Juan de Dios, Santiago Antonio Robledo, Agustin Santiago Guerrero, Pedro de Lara, Joseph Nuñez y Geronimo de la Peña que ganan en cada un dia de los que travajan cinco reales; Dos caldereros y lo son Manuel Picon y Manuel Bonilla que ganan en cada un dia de los que travajan cinco reales; seis erradores y lo son Joseph Miguel, Juan de Dios Fonseca , Miguel Ortiz, Andres Jiménez, Juan Rodríguez Renquilla y Diego Martin Luengo que ganan en cada un dia de los que travajan cinco reales; Onze alarifes[24]y lo son Antonio Martin Fornarino, Domingo de Aposta, Juan Picon, Julian Domínguez, Manuel Yanes, Domingo Rodriguez, Juan Alonso, Juan Boceta, Juan Yanes Alvarez, Manuel Cordero y Joseph Serrano que ganan en cada un dia de los que travajan quatro reales; Veinte y dos sastres que lo son Antonio Rodríguez, Antonio Marquez, Christoval Robledo, Joseph Robledo, Diego Rodríguez, Diego Ruiz; Eusebio Ugia. Francisco Robledo, Francisco Narciso Alvarez. Francisco Ponze. Joachin Robledo, Joseph del Castillo, Juan Garcia Robledo, Nicolas Alvarez, Pedro Veloso Rios, Pedro Robledo, Miguel Fernandez, Bartolomé Moreno, Joseph Ugia, Juan Ponze, Joachin Ponze y Antonio Vizente, que ganan en cada un dia de los que travajan quatro reales; Treinta y un tejedores de lienzos y lo son Antonio Rodríguez, Alonso Marquez, Pedro Marquez, Alfonso Marquez, Fernando Burgos, Juan de Echaves, Francisco Chaves, Juan Garnica, Juan Bazquez, Jerónimo Echaves Vera, Joachin de Arcos, Pedro Fernandez, Pedro Lopez Palomo, Cristóbal Joachin Robledo, Cristóbal Carrascal Espino, Nicolas Arenas, Francisco Marquez, Sevastian Sanchez, Lucas Garnica, Antonio Victorino, Juan Martinez Luengo, Pedro Burgos, Bartolomé Arcos, Valentin Arcos, Miguel Francisco de la Parra, Miguel Clavijo, Francisco Nieves, Joseph Rodríguez, Pedro de Lara, Vizente Yanes y Joseph de la Peña que ganan en cada dia un dia de los que travajan quatro reales; Un ollero y lo es Sebastián Rosales que gana en cada un dia de los que trabaja quatro reales; Un cazador y lo es Francisco Garcia que gana en cada un dia de los que trabaja tres reales; tres odreros y lo son Nicolas de Leon, Bernardo Guerrero y Joseph de Leon que ganan en cada un dia de los que trabajan quatro reales; Treinta y quatro zapateros y lo son Antonio Agudo, Joseph Sanchez, Juan Gordillo, Miguel Sanchez, Vizente Morente, Joseph Moneo, Manuel de la Peña Sevillano, Pedro Diaz, Bartolomé Sanchez Manso, Vizente Pulgarin, Francisco Aposta, Cristóbal Huerta, Diego Trigos, Diego Garcia, Fernando Alvarez, Francisco Perez, Francisco Zendon, Francisco Crespo, Francisco Iglesias, Joseph Ortiz, Joseph Roman, Joseph del Barco Ortiz, Miguel Rodríguez, Nicolas Suarez, Pedro Montan, Pedro de Ortega, Antonio Sanchez, Pedro de Fuentes, Alonso Jiménez, Alonso Cavera, Andres Jiménez, Alonso del Olmo. Miguel Jiménez, Vizente Garcia y Cristóbal Garcia que ganan en cada un dia de los que travajan quatro reales; Seis oficiales de zapateros y lo son Francisco Rodríguez, Joseph Trigo, Juan Sanchez, Fernando Valentin, Antonio Guerrero y Joseph Jiménez que ganan en cada un dia de los que travajan tres reales y quatro curtidores que son Joseph Valcazeres, Manuel Fernández Recuerda, Martin Delgado y Juan Antonio Alvarez y ganan en cada un dia de los que travajan quatro reales.

 

34ª  A la trigesima quarta pregunta…(Si hay entre los Artistas alguno, que teniendo caudal, haga prevencion de Materiales correspondientes a fù propio Oficio, ò à otros, para vender a los demas, ò hicieron algun otro Comercio, ò entraffede Arrendamientos; explicar quienes, y la utilidad, que confideren le puede quedar al año à cada uno de los que huvieffe)…dijeron; que en esta villa no ay de los referidos artistas, alguno que haga prevencion de materiales correspondientes a su propio oficio, salvo para vender a los demas, o que tenga algun otro comerzio o arrendamiento que los expresados. 

35ª   A la trigesima quinta pregunta…(Què numero de Jornaleros Havrà en el Pueblo, y à como fe paga el jornal diario a cada uno)…dijeron: que en esta villa ay veinte y cinco mayorales de ganado lanar; quatro de ganado bacuno, diez y seis de ganado cabrio en que se incluyen los mismos dueños que les guardan; quatro de ganado yeguar y ocho de ganado de zerda que por lo regular ganan todos los referidos mayorales en salario, manutención y demas ovenciones setecientos reales; Ay treinta y dos manaderos o zagales de ganado lanar, quinze de ganado vacuno, veinte y cinco de ganado cabrio, en que se incluyen los mismos dueños que le guardan y nueve de ganado de zerda, cuia soldada regular de todos los referidos zagales, en todas ovenciones quinientos reales por año; Ay un Barquero del conzejo, cuio empleo o ejercicio le dejara libre por año novecientos reales; Ay diez y seis aperadores[25]en que se incluyen sirvientes de igual soldada que la regulan, que ganan en salario, manutención y demas ovenciones, ochocientos reales al año; Ay ciento y diez y seis mozos de lavor, gañanes y sirvientes de igual soldada que la regulan, que ganan inclusas ovenciones en setecientos y setenta reales por año; Ay cincuenta labradores que por sus personas travajan a quienes regulan como meramente jornaleros y como a tales tres reales de utilidad en cada un dia de los que se emplean en el referido ministerio; Ay quinientos sesenta y dos jornaleros, brazeros en que se comprenden nueve soldados milicianos sirvientes de igual soldada a quienes regulan tres reales al dia de los que travajan al año. 

36ª   A la trigesima sexta pregunta…(Quantos Pobres de Solemnidad havrà en la Población)…dijeron: que en esta villa ay treinta y dos pobres, hombres y mugeres. 

37ª   A la trigesima septima pregunta…(Si hay algunos Individuos, que tengan Embarcaciones, que naveguen en la Mar, ò Rios, fu porte, ò para pefcar: quantas, à quien pertenecen, y que utilidad fe confidera dà cada una a fu adueño al año)…dijeron: que en ella no ay individuo alguno que tenga embarcaciones que naveguen en mar o rio. 

38ª   A la trigesima octava pregunta…(Quantos Clerigos hay en el Pueblo)…dijeron: que en esta villa avecindados diez y siete sacerdotes, incluso tres parrochos, quatro diaconos, dos  subdiaconos y treinta y seis clerigos de menores beneficiados. 

39ª   A la trigesima nona pregunta…(Si hay algunos Conventos, de que Religiones, y fexo, y que numero de cada uno)…dijeron: que en esta villa ay un combento de Religiosos franziscos observantes, cuia comunidad se compone de veinte y cinco sacerdotes, tres coristas[26], siete legos[27]y cinco donados[28]; Otro combento de Religiosa franciscanas de la advocacion  de Nuestra Señora de la Concepción, cuia comunidad se compone de veinte y tres religiosas profesas; Otro combento de religiosas del orden de Santa Clara de la advocación de San Joseph, cuia comunidad se compone de veinte y dos religiosas profesas y una novicia y otro combento de Religiosas del orden de Santa Clara de la advocación del Espiritu Santo, cuia comunidad se compone de veinte y quatro religiosas profesas y dos novicias; Un hospicio de monjes Basilios llamados del Tardon, que se compone de dos sacerdotes y un donado. 

40ª   A la quadragesima pregunta…(Si el Rey tiene en el termino.ò Pueblo alguna Finca,ò Renta, que no corresponda à las Generales, ni a la Provinciales, que deben extinguirfe: quales fon, còmo fe administran y, quanto producen)…dijeron: que el Rey no tiene en esta villa y su termino mas rentas de las que no deben extinguirse con el establecimiento de la Unica Contribución, que la del subsidio y excusado, lanzas y medias lanzas correspondientes a los efectos y ramos que en esta villa y su termino pertenecen a la encomienda de la villa y a la de bastimentos, previniendo que por lo  tanto la  respectiva  la obtenga el Serenisimo Señor Infante Cardenal Arzobispo de Toledo y Sevilla, esta exento su A.A. a pagar las expresadas cargas en virtud del derecho de veinte y siete de abril de mil setecientos treinta y siete. 

         Todo lo cual dijeron es la verdad, según su leal saber y entender y la razon que pueden dar sobre las referidas atiendas por que han sido interrogados y asi lo declaran socargo de su juramento, en que reafirmaron y ratificaron y con su Señoria el Governador lo firmaron los que supieron según doy fe: Don Juan de Santiago y Chinchilla, Alonso Lopez de la Vera, Don Antonio de Castilla, Don Andres de Ortega, Diego Jiménez Cavallero, Antonio Esteban, Miguel Alvarran, Cristóbal Rico, Francisco Muñoz Duran, Francisco Luis Larios; Ante mi Alonso Antonio Casado.

 Notas

[24] Alarife: Albañil

[25] Aperador: el que apera, construye o compone carros y aperos de labranza.

[26] Corista: religioso destinado al coro desde que profesa hasta que se ordena sacerdote.

[27] Lego: religioso con votos simples y sin ordenación sagrada, que cumple funciones de servicios y administración.

[28] Donado: persona que entra como sirviente en una orden religiosa y asiste a ella con una especie de hábito, pero sin hacer profesión.

 Rafael Ángel Rivero del Castillo

Toledo, marzo de 2008 

domingo, 1 de enero de 2023

Guadalcanal, paraíso natural, destino turístico y zona Starlight

Un refugio en los confines del Parque Natural Sierra Norte

    Esta población, que marca el fin de Andalucía y el comienzo de Extremadura, cuenta con numerosos encantos para el visitante. 

    La zona norte de la provincia de Sevilla es una zona privilegiada desde el punto de vista natural, ya que está dotada de magníficos paisajes, tranquilos pueblecitos y muchas opciones para disfrutar de turismo rural de calidad. Al margen de las localidades más conocidas, como pueden ser Cazalla de la Sierra, El Pedroso o Constantina, hay otros lugares más desconocidos que terminan convirtiéndose en una magnífica opción para una pequeña escapada o para disfrutar de unas tranquilas vacaciones en cualquier época del año.

    Es el caso del municipio de Guadalcanal, situado en el extremo septentrional de la provincia de Sevilla, en el interior del Parque Natural Sierra Norte –que está declarado por la UNESCO como reserva de la biosfera- y que se encuentra prácticamente entre la frontera marcada por los hombres que divide a dos tierras hermanas como son Andalucía y Extremadura. Guadalcanal se encuentra a algo más de un centenar de kilómetros de la capital sevillana 


      Nos situamos en bellos paisajes de media montaña, donde podemos disfrutar de las vistas de dehesas y de otras zonas en las que vamos a encontrar bosques poblados por encinas, castaños, pinos, olmos y olivos. Un lugar donde habitan numerosas especies animales como el jabalí, la nutria, el gato montés, el ciervo o el conejo. Todo ello muy cerca del conocido como Cerro de la Capitana, que con sus 959 metros se convierte en el lugar que más se acerca al cielo de la provincia de Sevilla.

    Como dato curioso, existe en el suroeste del océano Pacífico una isla que lleva el nombre de Guadalcanal, y que durante la Segunda Guerra Mundial se hizo tristemente famosa por ser escenario de una cruenta batalla. Esta isla, cuyo nombre nativo es Isatabu, fue descubierta en 1568 durante la expedición que comandaba Álvaro de Mendaña, quien por orden de Felipe II buscaba la ‘” Terra Australis Incognita”'. En su expedición viajaba el explorador Pedro de Ortega Valencia, quien era natural de Guadacanal y le puso el nombre de su pueblo natal a la isla, dándole así para siempre proyección internacional a esta población sevillana.  


 En la actualidad Guadacanal es un tranquilo pueblo, en el que se puede disfrutar al máximo un agradable paseo por sus calles. Lo mejor será vagar sin rumbo fijo por las calles principales de esta localidad sevillana, en la que podemos visitar rincones como las iglesias de Santa Ana, de Santa María de la Asunción, la ermita de San Benito o el castillo de La Ventosilla. Entre estos hitos cabe destacar como curiosidad el edificio conocido como “La Almona”, que se trata de una construcción erigida en 1307, considerado como el edificio civil más antiguo de toda la comarca y que en sus orígenes fue la casa del Maestre de la Orden de Santiago. 

    Contemplar las estrellas, son muchas las formas en las que se puede disfrutar de un destino tan atractivo como Guadacanal, que se convierte también en un lugar ideal para los amantes y aficionados a la Astronomía. Y es que Sierra Morena, la región a la que pertenece esta localidad sevillana, está certificada por la UNESCO como Reserva y Destino Turístico Starlight, lo que significa que nos encontramos en uno de los mejores lugares de Europa para observar el cielo. Una zona en la que apenas hay contaminación lumínica, y donde tumbarse a observar galaxias, estrellas y planetas, puede llegar a ser una experiencia completamente inolvidable.       


Unas tierras que no sólo han sido históricamente ricas en posibilidades de observaciones astronómicas, ya que no podemos olvidar que nos movemos muy cerca de las Minas de Pozo Rico, que fueron la primera reserva minera de España en el siglo XVI, siendo muy ricas en la extracción de plata. Como dato interesante, fue en estas minas donde el español Jerónimo de Ayanz y Beaumont sentó las bases de la primera máquina de vapor, que posteriormente fue inventada y patentada por James Watt

    Es también Guadalcanaluna zona privilegiada para disfrutar practicando deportes que tengan como escenario la naturaleza, entre los que destacan el senderismo, la equitación o la bicicleta de montaña. Todo el término municipal de esta población sevillana está repleto de caminos y senderos que descubren sus encantos naturales y en los que existen rutas indicadas para deportistas de todas las edades y niveles. En estos lares se celebra una de las pruebas de bicicleta de montaña más emblemática de Andalucía, célebre por su dureza y que todos los años concentra a cientos de ciclistas. Se trata del 'Maratón BTT La Capitana”', que recorre algunos de los parajes más bonitos de Guadalcanal, entre ellos, como no podía ser de otra manera, el citado cerro de la Capitana.

    Al igual que ocurre en todos los pueblos de la Sierra Norte sevillana, la gastronomía en Guadalcanal ha alcanzado el grado de prácticamente una disciplina artística. Los exquisitos productos que se pueden encontrar en esta zona –que son famosos en toda la región-, combinados con recetas que se han ido transmitiendo de generación en generación, permiten que en la actualidad comer en Guadalcanal sea todo un deleite para los sentidos.

Los productos más emblemáticos que se encuentran en Guadalcanal son sin lugar a dudas el aceite de oliva, las carnes de caza, las carnes ibéricas, así como las chacinas y embutidos que se elaboran de una manera completamente artesanal. El visitante no puede dejar la oportunidad de probar las migas con chorizo, las calderetas, el gazpacho majado a la antigua usanza, las setas, los espárragos y terminar la comida con un inmejorable sabor de boca, con postres como los famosos roscos, hojaldres y gañotes de Guadalcanal.

    Para disfrutar de manera tranquila y sosegada de todo lo bueno que tiene Guadalcanal para ofrecer al visitante, lo mejor es dedicarle a la comarca un fin de semana completo y alojarse en alguno de los numerosos establecimientos hosteleros con los que cuenta la localidad. El turismo rural aparece como una magnífica opción ya que existe una extensa red de alojamientos rurales.

    Así, completamos una intensa visita a una localidad que se encuentra entre dos tierras hermanas, en las que podremos ver las estrellas como nunca, visitar bonitos monumentos, disfrutar de una inolvidable ruta en bicicleta o degustar exquisitos productos naturales que ofrece esta bendita tierra.

 ALBERTO FLORES

Guadalcanal

domingo, 25 de diciembre de 2022

GUADALCANAL EN EL CATASTRO DEL MARQUES DE LA ENSENADA/5

Fernando VI y la nueva ley de impuestos 

Quinta parte

Los textos de las preguntas y respuestas han sido transcritos respetando el contexto original.

 32ª   A la trigesima segunda pregunta…(Si en el Pueblo hay algun Tendero de Paños, Ropas de Oro, Plata, y Seda, Lienzos, Efpeceria, ù otras Mercadurias, Medicos, Cirujanos, Boticarios, Efcrivanos, Arrieros, &c. y què ganancia fe regula puede tener cada uno al año)…dijeron: què cada alcalde ordinario tiene emolumentos de firmes derechos y viajes que hazen en benefizio desta villa hasta trescientos reales; cada regidor cien reales; el alguacil Mayor cien reales; el mayordomo del Conzejo, que haze vezes de sindico provincial, ciento y cincuenta reales; a Francisco Villegas y Juan Belloso, alguaciles ordinarios por sus diligencias y hacer de alcaldes, les consideran incluso el salario de seiscientos reales que les da la villa, seiscientos reales a cada uno; dos escribanos publicos y del ayuntamiento desta villa que lo son Miguel Jerónimo Escutia y Francisco Muñoz Duran, a quienes vajados[16]mil y quinientos  reales que paga por la escribania publica y del juzgado al hospital de la Sangre de la ciudad de Sevilla e incluso el salario de mil y cien reales que le da la villa, le consideran de utilidad en todas obenciones[17]al año mil y cincuenta reales a cada uno; otro escribano que lo es de la Ronda del Tavaco llamado Juan Estevan Fernandez y tiene de salario en cada año cuatro mil cuatrocientos reales; de abogados de los Reales Consejos que lo son Don Cristóbal García Calvo de la Banda, presbitero, a que regulan de utilidad al año quinientos y cincuenta reales y Don Juan Francisco de Valencia, clerigo de menores, a que regulan mil y cien reales de utilidad al año; tres medicos que lo son Don Cristóbal Moreno, presbitero, a que incluso el salario annual de doscientos reales que le da el Combento de religiosas del Espiritu Santo desta villa, le regulan de utilidad al año mil y trescientos reales; Don Pedro Joseph de Cote, presbitero, a que regulan de utilidad al año trescientos reales; Don Francisco Espejo a que regulan de utilidad al año dos mil reales; Ay tres Notarios Apostolicos que lo son Don Juan Ignacio de Burgos, presbitero al que regulan de utilidad al año sesenta reales; Don Francisco Morales Zejula presbitero, al que regulan de utilidad al año sesenta reales y Diego Medina a quien regulan de utilidad al año doscientos reales; Ay siete sacristanes que lo son de la Iglesia de Santa Maria la Mayor, Don Francisco Santiago Rodríguez, presbitero y Don Sebastián Sanchez, presbitero, que a cada uno con todas obenciones le regulan de utilidad al año setecientos y cincuenta reales; de la iglesia Parrochial de Señora Santa Ana, Don Juan Sanchez, presbitero, Don Lorenzo de Alva, clerigo de menores que a cada uno le regulan en todas obenciones de utilidad al año cuatrocientos y cincuenta reales y Juan Delgado hijo de Pedro Delgado a quien en la misma conformidad le regulan de utilidad al año ciento y cincuenta reales; y de la Iglesia Parrochial de Señor San Sevastian Don Cristóbal Prieto, presbitero y Don Joseph Ruiz, clerigo de menores, a quienes regulan en todas obenciones de utilidad al año mil reales por mitad; Ay siete acolitos que lo son de la Iglesia Parrochial de Santa Maria la Mayor, Rodrigo Yanes, hijo de Juan Yanes de Galvez, Francisco Cavallero , hijo de Juan Cavallero y Pedro Nuñez, hijo de Manuel Nuñez y a cada uno le regulan de utilidad al año en todas obenciones cien reales; de la Iglesia Parrochial de Señora Santa Ana, Andres Alvarez, hijo de Manuel Alvarez y Francisco Guzman Hijo de Ana Muñoz la Sancha , viuda y a cada uno le regulan de utilidad en todas obenciones al año cien reales; de la Iglesia Parrochial de San Sebastián, Alvaro Galvez, hijo de Joseph de Galvez y Bartolomé Bazquez, hijo de Joseph Bazquez a quien regulan en la misma conformidad de utilidad al año cien reales; Ay tres organistas que lo son Don Francisco Medina y Zejuelo, presbitero de la Iglesia Parrochial de Santa Maria la Mayor, a quien incluso el salario de trescientos y cincuenta reales que le da la villa le regulan de utilidad al año en todas obenciones, setecientos y cincuenta reales; Francisco de Alva, hijo de Cristoval de Alva de la Iglesia Parrochial de Señora Santa Ana a quien regulan de utilidad al año en todas obenciones cuatrocientos y cuarenta reales y Don Agustin Medina Aguilar y Zejuelo, presbitero de la Iglesia Parrochial de San Sevastian a quien inclusa la rentas que produce la obra pia de las Chirimías regulan de utilidad en todas obenciones al año mil y cien reales ; Ay un preceptor de gramatica que lo es el referido Don Agustin Medina de Aguilar y Zejuelo, presbitero, a quien regulan de utilidad en toda obenciones al año mil y cien reales; Ay un fiscal de vara del estado que lo es Joseph del Castillo a quien regula de utilidad al año ciento y cincuenta reales; Ay dos maestros de primeras letras que lo son Cristóbal Jiménez del Castillo y Fernando Alva y a cada uno le regulan de utilidad al año seiscientos reales; a Don Joseph de Cabrera y Maldonado, presbitero, por administrador del combento de religiosas de la Concepción, les regulan de utilidad al año mil y cien reales que tiene de salario; al mismo Don Joseph Cabrera por administrador de la obra pia que fundo Diego García de la Rubia Parra regulan de utilidad al año ciento y cincuenta reales que tiene de salario; A don Juan Perez Carrasco, presbitero por administrador de la obra pia que fundo Diego Garcia de la Rubia regulan de utilidad al año ciento y sesenta reales; Al mismo Don Juan Perez por administrador de la obra que fundo Juan Gonzalez Rubio, veinte y nueve reales que tiene de salario; Don Cristóbal de Castilla Jorgazo por administrador de la obra pia que fundo Doña Isabel de Jorgazo regulan de utilidad al año cien reales; a Don Juan Gomez Trigeros, presbitero, vezino de Madrid por administrador  de la obra pia que fundo Juan Lopez regulan de utilidad al año ziento cuarenta y dos reales que tiene de salario; A Don Cristóbal Gonzalez Zancada por administrador  de la obra pia que fundo Antón Lucas regulan de utilidad al año noventa y quatro reales que tiene de salario; A Francisco Muñoz Duran por administrador de la obra pia que fundaron los señores Freyre regulan de utilidad al año quinientos y cincuenta reales que tiene de salario; A Don Pedro Lopez Palomo por administrador del Combento de religiosas de Santa Clara desta villa regulan de utilidad al año trescientos reales que tiene de salario; A Francisco Robledo por administrador del Combento de religiosas del Espiritu Santo desta villa regulan de utilidad al año trescientos reales que tiene de salario; A Don Francisco Bolaños por administrador de la Encomienda desta villa regulan de utilidad al año tres mil trescientos reales; A Don Antonio Murillo Casaus por administrador del hospital de la Sangre de la ciudad de Sevilla regulan de utilidad al año mil y cien reales que tiene de salario; A Don Juan Antonio García del Regato por administrador de la Ronda del Tabaco regulan de utilidad al año tres mil trescientos reales que tiene de salario; A Diego Ruiz por tercenista[18] regulan de utilidad al año mil y cien reales que tienen de salario; A Pedro Sanchez Maroto por fiel del estanquillo[19]regulan de utilidad al año mil y cien reales que tiene de salario; A Pedro Lopez Palomo por arrendador del derecho del boto de Santiago[20] regulan de utilidad al año trescientos reales; A Don Francisco Bolaños por cojedor de diezmos pertenecientes a la encomienda de la villa regulan de utilidad al año mil y quatro cientos y cincuenta reales; A Don Antonio Murillo Casaus por cojedor de diezmos pertenecientes al hospital de la Sangre de la ciudad de Sevilla, considera de utilidad al año ochocientos reales; A Juan de Burgos por cojedor de la primicia perteneciente a la encomienda de Bastimentos consideran de utilidad al año doscientos reales; A Don Melchor de Ayala y Sotomayor por veedor y obrero mayor de los castillos, fortalezas y casas fuertes de las encomiendas desta provincia de Leon, consideran de utilidad al año dos mil novecientos y cuarenta y un reales y seis maravedises que tiene de salario; A Bartolomé Rodríguez por arrendador de la veintena regulan de utilidad al año pagados del arrendamiento cuatrocientos reales, a la encomienda de la villa doscientos reales; A Miguel Parron Piñero por arrendador de las minucias[21] consideran de utilidad al año seiscientos reales; a Don Antonio de Castilla por comerciar con vino y aguardiente consideran de utilidad al año mil y quinientos reales; A Don Nicolas de Toledo por la misma razon tres mil reales; a Don Juan de Castilla y Miranda por esta razon dos mil y quinientos reales; a la marquesa de San Antonio por igual razon mil reales; a Doña Maria Cervantes por igual razon mil y cien reales; A don Francisco de Castilla, Freyre y Monroy por igual razon trescientos reales; A Don Agustin Javier de Morales por comerciar en vino, zumaque, machos cabrios y carneros regulan dos mil reales; A Pedro Heredia por comerciar en vino y zumaque tres mil reales; A Juan Sanchez por comerciar en aguardiente seiscientos reales; A Pedro García por comerciar en zumaque trescientos reales; A Francisco García por igual razon que el antezedente cien reales; A Juan Calado por igual razon cien reales; A Don Francisco Medina y Zejuela, presbitero, por comerciar en vino y aguardiente seiscientos reales; A Don Thomas Vizente Escutia, presbitero, por comerciar en aguardiente setecientos reales; Don Francisco Morales Zejuela, presbitero por comerciar en aguardiente setecientos reales; A Don Francisco Jiménez Lucas Raquelo, clerigo de menores por comerciar en vino y aguardiente cien reales; A Don Luis Hidalgo, clerigo de menores, por comerziar en vino y aguardiente quinientos reales; A Don Antonio de Hortega y Robes, presbitero, por capellan del Combento de religiosas de la Concepcion consideran de utilidad al año doscientos y sesenta reales que tiene de salario; A Don  Cristóbal Riaño Calvo de la Vanda, presbitero por capellan del combento de religiosas del Espirito Santo desta villa consideran de utilidad al año cien reales que tiene de salario; Ay dos boticarios que lo son Don Antonio Andres Montero, presbitero, a quien consideran de utilidad al año dos mil y doscientos reales y Miguel Guzman a quien consideran de utilidad al año tres mil reales; Ay dos manzevos de botica que lo son Alonso de Montemayor y Larza y Joachin Pineda que a cada uno consideran de utilidad al año cuatrocientos y cincuenta reales; Ay dos zirujanos que lo son Antonio Diaz a quien regulan de utilidad al año trescientos reales, y Fernando de Vargas a quien consideran de utilidad al año cuatrocientos reales; Ay nueve barberos y sangradores que lo son el referido Fernando de Vargas a quien regulan de utilidad al año seiscientos reales; Pedro Bazquez a quien regulan seiscientos reales; Miguel Bazquez a quien regulan seiscientos reales; Joseph Pizarro a quien regulan seiscientos reales; Manuel Nuñez a quien regulan seiscientos reales; Joseph Bazquez a quien regulan trescientos reales; Sebastián Delgado a quien regulan trescientos reales; Juan Bernal a quien regulan trescientos reales y Thomas Ruiz a quien regulan trescientos reales; Ay un truquero[22] que administra la mesa de trucos de la cofradia del Santisimo a quien regula de utilidad al año mil trescientos y veinte reales que tiene de salario; A Don Bernardo Perez por el trato de mercader consideran de utilidad al año seis mil reales; A Phelix Martin por igual razon consideran de utilidad al año quatro mil reales; A Francisco Rodriguez por el mismo trato consideran mil y cien reales; A Francisco de Sevilla Recio por el mismo trato consideran mil y cien reales; A Luis Francisco Pinto consideran de utilidad al año por el mismo trato trescientos reales; A Bartholome Rodríguez por cajero de Don Bernardo Perez consideran de utilidad al año ochocientos reales; A Fernando Suarez por cajero de Phelix Martin consideran de utilidad al año ochocientos reales; A Juan del Marmol por el trato de merceria que tienen consideran de utilidad al año mil y cien reales; A Antonio Diaz por el mismo trato consideran de utilidad al año mil reales; A Narziso del Marmol por el mismo trato consideran ochocientos reales ; A Joseph Christoval por igual trato consideran mil y cien reales; A Francisco Rodriguez Merino por igual trato consideran de utilidad al año quinientos reales; A Balthasar Gonzalez por igual trato quinientos reales; A Silvestre Christoval por igual trato consideran de utilidad al año quinientos reales; A Pedro Lopez Manero por el trato de recatonero[23] que tiene le consideran de utilidad al año mil y doscientos reales; A Francisco Narziso Alvarez por igual trato consideran de utilidad al año doscientos reales; A Magdalena Rodriguez, viuda, por igual trato consideran de utilidad al año cien reales; A Pheliciana Martinez por igual trato consideran de utilidad al año doscientos  reales; A Juan Baptista por igual trato consideran de utilidad trescientos reales; A Jazinto Gonzalez por igual trato consideran de utilidad al año doscientos reales; A Andres Gonzalez por igual trato consideran de utilidad al año trescientos y treinta reales; A Juan Cairon, Miguel Lozano, Manuel Alphonso, y Joseph Ramos por igual trato de recatoneros consideran a cada uno  de utilidad al año doscientos reales; A Bartholome Jimenez por igual trato de recatonero consideran de utilidad al año quatrocientos reales y a Francisco Gomez por igual trato consideran de utilidad al año trescientos reales; A Miguel Lozano Galvez por medidor de vino consideran de utilidad al año trescientos reales; A Juan del Mármol por guarda de las rentas generales consideran de utilidad al año seiscientos y cincuenta  reales que tiene de salario; A Lucas Garcia por regir el reloj consideran de utilidad al año ciento y cinquenta reales que le da el conzejo de la villa; A Santiago Dominguez por mandadero del combento de religiosas de Santa Clara consideran de utilidad al año trescientos y cinquenta reales; A Juan de Toro por mandadero del combento de religiosas del Espiritu Santo consideran de utilidad al año cuatrocientos y cincuenta reales; A Don Fernando Alvarez por el trato de mesonero regulan de utilidad al año mil y cien reales; A Joseph Garcia por igual trato regulan de utilidad al año ochocientos reales; A Manuel Garcia  por igual trato regulan de utilidad al año setecientos reales; A Pedro Romero por ser arriero con una cavalleria maior y dos menores consideran de utilidad al año mil ciento cincuenta reales; A Sevastian Falcon por ser arriero con una cavalleria mayor y cinco menores consideran de utilidad al año mil setecientos y cinquenta reales; A Thomas Arroyo por ser arriero con una cavalleria mayor y cuatro menores regulan de utilidad al año mil y quinientos y cinquenta reales;  A Agustin Moya por ser arriero con tres cavallerias menores regulan de utilidad al año mil y cien reales; A Diego Ruiz por ser arriero con una cavalleria mayor y seis menores regulan de utilidad al año mil novecientos y cinquenta reales; A Diego Garcia con una cavalleria mayor y quatro menores regulan de utilidad al año por el ejercicio de la arrieria mil quinientos y cinquenta reales; A Pedro Bazeta por ser arriero con una cavalleria mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos y cinquenta reales; A Pedro Fermin por ser arriero con una cavalleria mayor y tres cavallerias menores regulan de utilidad al año mil y cien reales; A Rodrigo Alvarez por ser arriero con dos cavallerias mayores y cinco menores regulan de utilidad al año dos mil reales; A Diego Ortiz Pinto por ser arriero con una cavalleria mayor y tres menores regulan de utilidad al año mil trescientos y cinquenta reales; A Francisco Espino por ser arriero con una cavalleria mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos y cinquenta reales; A Francisco Gonzalez por ser arriero con una cavalleria mayor y seis menores regulan de utilidad al año mil novecientos y cinquenta reales; A Joseph Romero por ser arriero con dos cavallerias mayores y cuatro menores regulan de utilidad al año mil y ochocientos reales; A Juan Ortiz por ser arriero con una cavalleria mayor y dos menores regulan de utilidad al año mil y cinquenta reales; A Juan Gomez por ser arriero con una cavalleria mayor y tres menores regulan de utilidad al año mil setecientos y cinquenta reales; A Juan Mathias por ser arriero con una cavalleria mayor y tres menores regulan de utilidad al año mil trescientos y cinquenta reales; A Miguel Alvarez por ser arriero con tres cavallerias mayores y cinco menores regulan de utilidad al año dos mil doscientos y cinquenta reales; A Pedro Rodríguez por ser arriero con tres cavallerias menores regulan de utilidad al año mil y cien reales; A Pedro Garcia por ser arriero con una cavalleria mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos y cinquenta reales; A Cristóbal de Burgos por ser arriero con una cavalleria mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos y cinquenta reales; A Christoval Villate por ser arriero con una cavalleria mayor y dos menores regulan de utilidad al año mil ciento y cinquenta reales; A Juan Calado por ser arriero con dos cavallerias mayores y cinco menores regulan de utilidad al año dos mil reales; A Salvador Viejo por ser arriero con cinco cavallerias menores regulan de utilidad al año mil y quinientos reales; A Christoval Muñoz por ser arriero con tres cavallerias mayores y cuatro menores regulan de utilidad al año dos mil y cinquenta reales; A Christoval Pinelo por ser arriero con dos cavallerias menores regulan de utilidad al año novecientos reales; A Cayetano de Heredia por ser arriero con cinco cavallerias menores regulan de utilidad al año mil y quinientos reales; A Diego Alvarez por ser arriero con una cavalleria mayor y siete menores regulan de utilidad al año dos ciento y cinquenta reales; A Francisco Cantero por ser arriero con  tres cavallerias menores regulan de utilidad al año mil y cien reales; A Francisco Silvestre Villate por ser arriero con seis cavallerias  menores regulan de utilidad al año mil setecientos reales; A Joseph Gutierrez Guindanda por ser arriero con una cavalleria mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos y cinquenta reales; A Antonio Zerezo por ser arriero con una cavalleria mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos y cinquenta reales; A Francisco Sayazo por ser arriero con cuatro  cavallerias menores regulan de utilidad al año mil y trescientos  reales; A Francisco Utrion por ser arriero con dos cavallerias mayores y siete menores regulan de utilidad al año dos mil y cuatrocientos reales; A Francisco Lozano por ser arriero con dos cavallerias menores regulan de utilidad al año novecientos  reales; A Gregorio Ruiz por ser arriero con una cavalleria mayor regulan de utilidad al año setecientos y cinquenta reales; A Francisco Alvarez por ser arriero con dos cavallerias mayores y cinco menores regulan de utilidad al año dos mil reales; A Joachin Gomez por ser arriero con una cavalleria mayor y cuatro menores regulan de utilidad al año mil quinientos y cinquenta reales; A Joseph del Rey por ser arriero con una cavalleria mayor y seis menores regulan de utilidad al año mil novecientos y cinquenta reales; A Pedro Lopez Manero por ser arriero con tres cavallerias menores regulan de utilidad al año mil y cien reales; A Luis Rodríguez por ser arriero con una cavalleria mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos y cinquenta reales; A Don Joseph Marquez por ser arriero con cuatro cavallerias  menores regulan de utilidad al año mil trescientos reales; A Joseph de Espinola por ser arriero con dos cavallerias mayores y cinco menores regulan de utilidad al año dos mil reales; A Juan Lozano con una cavalleria mayor y cinco menores regula de utilidad al año mil setecientos y cincuenta reales reales; Cristóbal Alva es arriero por medio de un hijo con una caballería mayor y tres menores, regulan de utilidad al año mil trescientos y cincuenta reales; A Don Francisco de Castilla y Monsalve por comerciar en el ejercicio de la arrieria por medio de un criado con dos cavallerias mayores y cuatro menores le regulan de utilidad al año mil trescientos  reales; A Joseph Bazquez por ser arriero por medio de un criado o un hijo con una cavalleria mayor y quatro menores le regula de utilidad al año mil y cincuenta reales; A Isabel Ortiz, viuda, por comerziar en el ejercicio de la arrieria por medio de un hijo con seis cavallerias menores regulan de utilidad al año mil setecientos reales; A Barbara Chavez, viuda, por comerciar en la arrieria por medio de un hijo con una caballería mayor y tres menores regula de utilidad al año mil trescientos y cincuenta reales; A Ana Robledo, viuda, por comerciar en el ejercicio de la arrieria por medio de un hijo con una cavalleria mayor y cinco menores regulan de utilidad al año mil setecientos y cincuenta reales; A Domingo Sanchez por peon publico incluso el salario de ziento treinta y dos reales que le da el conzejo desta villa, regula de utilidad al año quinientos reales; A Pablo de Bejar por contador de carne regulan de utilidad al año mil y doscientos reales; igual cantidad a Blas de Bejar por la misma razon.

Notas.-

 [16] Vajados: rebajados: descontados.

[17] Obenciones: obvenciones: retribución fija o eventual, además del sueldo que se disfruta.

[18] Tercenista: persona encargada de la tercena, almacén del Estado para vender al por mayor tabaco y otros efectos

[19] Fiel del estanquillo: persona encargada de vender los objetos cuya elaboración y venta se reserva al estado en exclusiva.

[20] Voto de Santiago: impuesto eclesiástico.

[21] Minucia: Diezmo de las frutas y producciones de poca importancia.

[22] Truquero: el que administraba una mesa de trucos, juego de destreza y habilidad, parecido al billar

[23] Recatonero: Regatonero: que compra al por mayor para revender al por menor.

 Rafael Ángel Rivero del Castillo

Toledo, marzo de 2008