https://guadalcanalpuntodeencuentro1.blogspot.com/

lunes, 23 de marzo de 2020

Historia de las Minas de Plata de Guadalcanal 3/8

Mecanización de las minas. -

A) Ingenios accionados por el árbol de levas Según los datos que conocemos, estas minas fueron las primeras de la península Ibérica en sufrir un amplio proceso de mecanización en sus instalaciones.
En la Edad Media se descubre el árbol de levas, y gracias a él aparecen las ferrerías hidráulicas, donde fuelles y martinetes quedan accionados mecánicamente con importante incremento productivo. Rápidamente estas innovaciones pasan a otras industrias, como es el caso de las del metal.
Los fundidores sevillanos que había mandado traer Mendoza, señalaban a 31 de mayo de 1556 “que les parece que se hagan ingenios de caballos (…) para moler, fundir y afinar”, para ahorrar mano de obra. En octubre de 1556 el Mendoza, con oposición de los maestros alemanes: “tomó por opinión que los hornos de fundición se soplasen con unos ingenios que trujese un caballo, con unas lievas (árbol de levas) que meneasen los fuelles” (González, 1831, I: 299). Llama la atención
de la aplicación en las minas de España de artilugios mecánicos tales como los descritos por George Agrícola Diego López, en carta de 16 de junio de 1557, informa que “el ingenio de moler y lavar se acabará esta semana” (González, 1831, I: 467), aunque no sabemos exactamente de qué tipo era. Ahora ya sólo faltaban por montar otros ingenios, tal es el caso de los que accionaban los fuelles para el soplado de los hornos.
Juanes de Wittemberg, técnico alemán que había sido enviado por el Rey a estas minas, propuso otro tipo de ingenios, pero decía que en Guadalcanal no había maestros para hacer las invenciones que él proponía y: “que convenía el ir por ellos a Alemania”. Diego López contesta que no se habían hecho ingenios hidráulicos, como los que existen en la Nueva España, por falta de caudales hídricos en la zona (González, 1831, I: 472). En el Sur de España no llueve tanto como en Alemania.
Año Producción
Onzas de ag.
1555
 —-
1556
597.720
1557
427.496
1558
592.904
1559
542.048
1560
159.304
1561
67.688
1562
94.880
1563
125.224

Mendoza, al inicio de 1558, señala que algunas personas “con deseos de servir hacen algunos ingenios” y que deben sacar provecho de ello (González, 1831, I: 514-515) y que el mineral se guardan en una casa “que hice para beneficiarlo con el ingenio de moler y lavar”, máquina que era movida por caballerías (González, 1831, I: 523, carta de Mendoza de 4 de febrero de 1558), aunque por entonces también había trituración y estrío manual.
En 1558, se mencionan ocho hornos de fundición, la mitad fundía una semana y la otra mitad la otra: “dos hornos andan con fuelles con ingenios de acémilas y losotros dos a mano” (González, 1831, I: 525). También se hizo un ingenio para moler la carbonilla. Por aquellas fechas, Mendoza escribe al Rey: “los ingenios de fundición andan buenos, y el de moler y lavar: mando hacer otros, porque es mucho el provecho que dellos se saca” (González, 1831, II: 22). En 1576 existían “dos ingenios de moler (ambos en la misma casa), que los trae de ordinario una acémila cada uno, y sufre moler con solo ella ocho horas, y molerá cada día 15 quintales cada uno con sola una negra (una mujer esclava) que lo rige” (González, 1831, II: 452)
En carta de Agustín de Zárate, de 5 de enero de 1571, a los oficiales de las minas se dice que el problema principal para trabajar en ellas “es el desaguar de los pozos”, por eso Mendoza trató de hacer un socavón, pero la roca era muy dura y pensó que esta obra llevaría muchos años, por lo cual contrató al maestre Han para que hiciese un ingenio de desagüe a través de un pozo donde se recogiesen todas las aguas (González, 1831, II: 357)
El 13 de septiembre de 1559, el maestro Han Aptos, natural de Malinas (Bélgica), se incorpora a las minas como carpintero y para construir ingenios (González, 1831, II: 44) e hizo la máquina para desaguarlas (González, 1831, II: 117) y parece ser que contó con la ayuda de Baltasar Jiménez, vecino de Toledo, contratado al efecto en 22 de julio hasta el 20 de septiembre de 1561 (González, 1831, II: 88). Han se encargaría de los desagües hasta diciembre de 1566, año que con el pretexto de la enfermedad de su mujer desaparece de las minas (González, 1831, II: 195)
En su ausencia se rompería la máquina y tuvieron que ir a buscarle para repararla. Vuelve en agosto de 1567, suponemos que, con paga ligeramente mejorada, tardando 64 días en poner la cadena al ingenio de desaguar y una vez realizado su trabajo se fue de nuevo, quedando al cuidado del ingenio Juan Quero, ademador (entibador) mayor (González, 1831, II: 214-215). El 8 de enero de 1568 los oficiales de las minas comunican que ha quebrado el árbol (el eje) de la cadena del ingenio del maestre Han y que no se podría arreglar hasta el verano.
De todas formas, en 1568 existían siete tornos para sacar agua, mediante zacas (González, 1831, II: 240). Aunque: “no basta el ingenio, ni los tornos ordinarios para sacar la mucha agua que mana en los pozos” (González, 1831, II: 241). Juan Quero fallecería en el verano de 1570 (González, 1831, II: 281) A través de textos sueltos de la obra de González (1831, II) podemos reconstruir la morfología del ingenio Era una máquina muy costosa (Zárate, a 5 de enero de 1571, evalúa el gasto de funcionamiento en más 1500 ducados/año). Subía el agua con gran fuerza y violencia, desde una profundidad de 40 estados = 47m (1 estado = 2 varas = 1,67m, el tamaño de un cuerpo humano) (González, 1831, II: 349). Se accionaba por medio de dos machos y en él trabajaban “ocho y algunas veces doce acémilas”, por turnos, con ayuda de dos acemileros (González, 1831, II: 419). El movimiento se transmitía a través de engranajes a un eje con dos cadenas en las que estaban fijadas ciertas ‘zacas’, hechas de herradas y tablas de álamo, y con ellas se sacaba agua en gran abundancia. Al tener el pozo una gran profundidad, debido al peso las cadenas, con sus zacas llenas de agua, estas se rompían con frecuencia, por eso siempre andaban de reparaciones: “con excesivo trabajo, la mayor parte del tiempo se ocupa un herrero de conectar y reparar el dicho ingenio, demás de la obra de carpintería” (González, 1831, II: 387). Pero eran poco hábiles en su arreglo. En 1571, Han residía en Almadén, donde los Fúcares le tenían contratado, suponemos que, con mayor sueldo, “en invenciones y labores que hace de gran importancia” (González, 1831, II: 358). Por aquellas
fechas Zárate solicita (y más tarde los oficiales de las minas hacen lo mismo) se le mande que vuelva a Guadalcanal, aunque su salario sea alto “porque es muy necesario para la sustentación deste ingenio”, antes de que las aguas hundan el pozo (González, 1831, II: 356)
Como Han no retorna, ni hay persona que pueda suplirle, la solución es desaguar por socavón. Por carta de los oficiales, de 24 de julio de1572, se pide abrir una contramina hacia el valle “por donde se podría desaguar con bombas, tornos ú otra manera más fácil, segura, y menos costosa” (González, 1831, II: 387). En carta de 18 de mayo de 1573 del tesorero de las minas, Gerónimo Anuncibay Bohórquez (†1577), vuelve a insistir en la necesidad de realizar una contramina de 53 estados, para mejorar el desagüe.
El 17 de marzo de 1576 con las minas en pleno debacle informan a S.M. que “era preciso renovar la cadena del ingenio y muchas piezas de las ruedas” (González, 1831, II: 474). En carta de 22 de mayo de 1576 se informa del quebramiento del ingenio de agua, así como de haberse hundido el pozo de la Mineta, donde estaba dicho ingenio, lo que en cierta medida era el fin de la mina, ya que sin desagüe esta perdía en gran parte su acceso. Y, por tanto, se convenía al servicio de S.M. que cesase la labor de los pozos añadiendo además otras razones, como la peligrosidad, costos de explotación, falta de recursos y otros.
En el inventario tras el cierre se habla de la “casa del ingenio, que es una pieza grande, alta y de buen edificio, con dos arcos, y una pieza dentro pequeña” (González, 1831, II: 482). El desagüe será la mayor dificultad técnica, en el laboreo de estas minas, a lo largo de la historia. Señala García Tapia (2001: 255) que “El problema de la inundación había llegado a ser tan angustioso, que tuvo que proponerse la presencia del propio Juanelo Turriano, para resolver el asunto”. El ingeniero italiano Turriano (1501-1585), había logrado el abastecimiento de aguas a Toledo, subiéndolas desde el río Tajo hasta el Alcázar, con un desnivel de 100m, mediante un curioso ingenio de cucharas.


En 1553, Bartolomé de Medina (1497-1585) había inventado en las minas Pachuca (México) el método de patio, para extraer mediante amalgamación metales preciosos. Rápidamente se incrementó la producción de plata y las noticias de dicho procedimiento extractivo llegaron a la Península. En carta de Felipe II, de 15 de febrero de 1557, remitida desde Bruselas al Consejo de Hacienda, hablando sobre Guadalcanal, se señala: “acá parece que no se debería vender el azogue, por que sería más provechoso así para lo de la Nueva España” (González, 1931, I: 386). Almadén no tenía una producción suficiente para surtir a las minas españolas y mexicanas a la vez, optándose por el envío del mercurio al Nuevo Mundo.
Desde 1557, hasta el cierre de las minas en 1576, vamos a encontrar a una serie de personajes que intentaron introducir estas innovaciones en Guadalcanal. En carta de Mendoza, de 10 de junio de 1557, se menciona a un tal Rivas (desconocemos si este coincide con un tal Pedro de la Rivas, testigo de Bartolomé de Medina el 26 de enero de 1557 en México, citado por Castillo Martos, 2006): “que es la persona con quien V.M. mandó tomar asiento para sacar plata sin fuego, no à comenzado a usar de su invención” (González, 1831, I: 416) aunque se duda del procedimiento. En el Memorial que dirige, ese mismo año, al Consejero Real para temas de Minas, el Dr. Velasco, señala: “El sacar metal con azogue, se tiene en la Nueva España por muy acertado, porque se labran minas que se tenían perdidas, y no se sufría entender en ellas por ser metal muy pobre, y en España creo que será lo mismo” (González, 1831, I: 437) y pide se busque un experto en Italia. En carta de Mendoza a Felipe II, de 29 de octubre, se dice: “De la Nueva España me escriben que se aprovechan mucho del azogue, y que sacan la plata con él de todos los metales, tengo la relación de cómo se hace, y pienso proballo, aunque estoy tan incrédulo de esto, como de que se puede sacar la plata sin fuego”. La Corona le pide que se informe bien y haga las pruebas necesarias, también que señale que cuanto azogue necesita para que se lo manden desde Almadén (González, 1831, I: 437 y 496) y en carta de 17 de septiembre de 1758, Mendoza señala: “lo del azogue probé, y tengo muy particular relación de cómo se hace en la Nueva España: para el metal de Guadalcanal no es bueno” (González, 1831, I: 555). Es, que sepamos, el primer intento práctico de introducir la amalgamación en la Península.

ETSI Minas y Energía, Ríos Rosas 21, 28003 Madrid

No hay comentarios:

Publicar un comentario