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lunes, 13 de abril de 2020

La próxima vez te traes la fiambrera

Puente de San Benito. Foto Santi

Lento pero seguro


Amigo Pepe:
Te envío esta carta para darte las gracias por tu invitación a la Semana Santa de Guadalcanal, por cierto, joder que lejos queda tu pueblo.
Te voy a contar mi experiencia para llegar a tu pueblo desde Sevilla, como me dijiste, para aprovechar el día hay que madrugar, así lo hice, a las 7,00 de la mañana estaba ya en la Estación de Córdoba de Sevilla con mi maleta para ir a tu encuentro, a las 7,10 horas había anunciado un tren con destino a Mérida que tú me aconsejaste, un llamado tren correo, vi la hora de llegada a Guadalcanal, a las 11,46 horas, “lento pero seguro”, me dije, monté y le pregunté al revisor si esa era realmente la hora de llegada, este me respondió: “joven este tren es lento por circunstancias de servicio, puede que lleguemos a su hora o tal vez un poco más tarde, nunca se adelanta a su horario”
                Durante cinco horas disfruté de la compañía de gente variopinta en el vagón, todos me comentaban que este tren esperaba a todos los empleados de correos y cosarios de la zona, a veces se para en mitad de la vía me dijo un hombre mayor. Contemplé con paciencia los maravillosos paisajes de la vega sevillana y las no menos espectaculares dehesas y montes de la Sierra Morena, a esta celeridad como vengan los bandoleros a galope de sus caballos, se montan, nos roban y siguen su camino sin parar el tren, pensé.
         Por fin, a las 12,10 horas llegó a la estación de Guadalcanal, eché un vistazo al maravilloso paisaje y monté en el llamado coche correos, un vehículo de los que ya están retirados de la circulación en Sevilla y objeto de museo, no viene mal de hora hoy el correo, comentó un hombre muy simpático que los viajeros identificaban como Carmelo.
         ¿Dónde va el joven?, me preguntó el hombre al montar, a Guadalcanal le dije a casa de un amigo Pepe, me sonrió y me dijo, vale pues le dejo en La Puntilla, el pueblo no es muy grande, espero que sepa el mote, aquí hay muchos Pepes.
Por fin, a las 12,30 del Domingo de Ramos llegué a La Puntilla, última parada joven me dijo Carmelo, me recibió un repique de campanas y no muy lejos se oía la música que acompañaba a la procesión, allí estabas esperándome para ofrecerme tu hospitalidad, recuerdo que me preguntaste si quería un café y jeringos del Calé, vale porque vengo con más hambre que un soldado de provincias, “la próxima vez te traes la fiambrera”, me dijo mi amigo Pepe y su novia entre sonrisas, ya aprenderás que cuando sales de Sevilla hay que ir preparado para un largo camino hasta llegar a Guadalcanal, acoso pensabas que cuando vamos nosotros a Sevilla no vamos preparados con paciencia y viandas.
Por cierto, sé que te llamas Pepe y conozco tu apellido, pero me gusta más llamarte por tu mote, es gracioso, me gustó la frase de tu abuelo cuando me dijo que en Guadalcanal el que no tenía mote no era nadie.

Juan Carlos Mena Osorio
Revista de Feria 1968


Amigo Juan Carlos, tuviste suerte de llegar a Guadalcanal con hora de ver la procesión aun madrugando hace más de medio siglo, en la actualidad en tren no hubieses llegado, solo hay uno y llega a la hora de la merienda.

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