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lunes, 21 de septiembre de 2020

Aquella Mina de Pozo Rico

PRIMERA RESERVA MINERA DE ESPAÑA

HISTORIA

SIGLO XVI:
En Agosto de 1555 se recibieron avisos de que unos vecinos de la villa de Guadalcanal llamados Martín y Gonzalo Delgado, habían descubierto en el término del Molinillo, propio de dicha villa, unas minas abundantes de metal de plata, muy rico, y aún algunas cantidades de oro, con tales ponderaciones de importancia y rique­za, que la Princesa Doña Juana (pues el Rey Felipe II se encontraba en Flandes), oído el dictamen de sus ministros y consejeros, re­solvió tomar conocimientos y poner cubro y recaudo en ellas para ayuda en los gastos del Estado, pagando 33.500 ducados como in­demnización y encargando a Agustín de Zarate la administración de las explotacio­nes. Tras diversos conflictos, surgidos, al parecer, por la existencia de Reales Asientos anteriores sobre minas de la zona, otorgados a favor de particulares, compartió el go­bierno de las explotaciones el citado Agustín de Zarate, Juan de Xuren y Juan de Gilist.
Según los primeros avisos del admi­nistrador Agustín de Zarate, la plata que salía de los pozos de Guadalcanal, era de ley de 11 dineros y 20 gramos (6 % de plata), el plomo-plata afinado correspondía entre ter­cio y quinto de plata fina, cosa que apenas se vio en Potosí.
En 1556 en vista de la gran produc­ción y la gran cantidad de registros colindan­tes se nombró inspector general de minas a Francisco de Mendoza, hijo del virrey de las Indias.
A principios de 1557 se trabaja a 40 metros de profundidad, se habían instalado molinos de caballerías y sin previo lavado, el mineral se fundía, aunque enseguida se co­menzó a aplicar el proceso de amalgamación. Se empleaban esclavos negros en las labores de desagüe, comprados en Zafra donde exis­tía el principal mercado de Extremadura, pero fueron vendidos en 1576 por encontrar­se muy trabajados y cansados.
Una pragmática de 1559 establece la Prohibición de explotar yacimientos en una legua alrededor de Guadalcanal, por lo que esta mina cabe el honor de haber sido la Primera Reserva Minera de España.
Durante los 22 primeros años de su explotación parece ser que se obtuvo la prin­cipal producción, unos 320.000 marcos de plata (cerca de 75 toneladas), que fueron consumidas en paliar las innumerables deu­das y para el pago de las campañas militares. Agustín de Zarate, informa que en 1570 que la mina no cubre los gastos ocasiona y hasta 1584 no deja de trabajarse por cuenta oficial.
Como repercusión en Guadalcanal, cabe destacar la acción en 1559 de Juan Pérez de Mérida, vecino de Guadalcanal y mayordomo de la iglesia parroquial, el cual otorgó obligaciones de emplear en la torre de dicha iglesia 75.000 maravedís que la Prin­cesa gobernadora había librado en el produc­to de las minas para el mencionado objeto.

SIGLO XVII:
En el año 1632 se reanudan las labo­res bajo la propiedad de los banqueros ale­manes Fuggers, propietarios también a la sazón de las minas de mercurio de Almadén. La explotación sólo duró dos años y dio lugar a más leyendas y mitos que a verdadera ganancia, pues las dificultades fueron, al parecer, enormes.

SIGLO XVIII:
Ya en este siglo y existiendo adelan­tos tecnológicos tales como la utilización por primera vez de la pólvora en el arranque, la aplicación de la máquina de vapor al transporte y la mayor difusión de textos escritos, cabe destacar una licencia de treinta años, conseguida en 1725 por el súbdito sueco Liberto Wolters, para el beneficio de esta mina. Se formó, a tal fin, una compañía, en la que participaron varios nobles, y que fue duramente contestada por otros. Las des­avenencias entre los socios, y el deseo de eliminar al fundador extranjero, retrasaron los trabajos notablemente. A la muerte de Wolters, tras numerosos pleitos, la compa­ñía acaba disolviéndose.
En 1768, una empresa francesa tienta de nuevo la suerte, construyendo nuevos lavaderos e instalaciones. Tras muchas pér­didas, se contrató en 1775 al ingeniero ale­mán Juan Martín Hoppensak, que investigó el yacimiento y dio solución temporal a los problemas de desagüe. Sin embargo, éstos al fin vencieron, cerrándose de nuevo la mina en 1778.
El mismo Hoppensak en 1796, s arriesga a explotar por su cuenta las minas d Guadalcanal y Cazalla, siendo su concesión por tiempo limitado.

SIGLO XIX:
La renacida minería española de fina les del siglo XVIII sufre, a comienzos de XTX, el duro golpe de la guerra de la Inde­pendencia, con sus secuelas de hambre endeudamiento, falta de población activa y enfermedades. Por todo esto sólo cabe destacar car en este siglo, el reconocimiento de interior realizado por Robert Kith, el cual seña una dirección N35° y un buzamiento de SC con una longitud reconocida de unos 31 metros y una profundidad de 240 metros 11 pisos de los cuales los tres primeros indican un laboreo minero mientras que el resto son galerías de reconocimiento. Lanchura media es de unos 0,50 metros entre los límites de 5 centímetros a 1 metro.

SIGLO XX:
En 1911 volvió a desaguarse, trabajo que pudo realizarse en su totalidad, aunque con dificultades y el intento de ampliar las instalaciones para proseguir bores de interior se vio truncado por la primera Guerra Mundial, momento en que se paralizó la explotación. Los diversos grupos mineros que tuvieron posteriormente titularidad de las concesiones no siguieron las labores.     
La empresa nacional Adaro de inversiones Mineras realizó en 1978 una campaña de investigación, realizando mineralógicos de detalle (microscopía, transmisión y reflexión, DRX, microanálisis por microsonda electrónica y MEBL) que, realizando incluso sondeos mecánicos, pero al parecer los trabajos no han alcanzado una segunda fase por sus resultados negativos.

GEOLOGÍA.- 
ENCUADRE GEOLÓGICO:
La zona de Pozo Rico y sus inmedia­ciones se localiza geológicamente dentro de la Fase de Transición, de edad infracrámbrica, integrada por lavas, tobas, esquistos, esquistos tobáceos y conglomerados volcánicos, con direcciones NO-SE que hacia él y hacia el Este se ponen en contacto, cárneamente por fallas, con las Formaciones de Campoallá y Tambor de direccio­nes NNO y NO que constituyen el flanco sur de un anticlinal cuyo núcleo está integrado por el complejo vulcano sedimentario de Transición y cuya litología es principalmen­te de calizas más o menos compactas en feúcos de hasta 100 metros de potencia intercaladas en tramos pizarrosos con algún paso de cuarcitas de  poca importancia.
El sistema de fracturas principal es de dirección NNO que separa las formaciones la parte meridional con levantamientos del bloque norte donde se sitúa el área de Pozo Rico. Otras fracturas, también importantes son de dirección N a NE y compartimentan en bloques la Formación vulcano sedimentaria. Una fractura de este tipo es probablemente la que alberga la mineralización de Pozo Rico.

GÉNESIS MINERAL:
Se trata de mineralizaciones filonianas arman en terrenos metamórficos hercínicos y presentan enriquecimientos con un marcado control litológico: bonanzas en zonas de intersección con niveles de metavolcanitas básicas intensamente altera­das y ricas en sulfures. Se distinguen, pues, dos tipos de asociaciones minerales:
A.- La del encaje alterado.
B.- la de las estructuras filonianas (N 140° E) productivas.
Las volcanitas (A) contienen dise­minaciones tempranas, de probable origen magmático (óxidos) o exhalativo volcanosedimentario (sulfuros), constituidas por:
- Ilmenita.       - Hematites.
-Magnetita.     -Pirrotina.
- Pentlandita.  - Esfalerita.
En los filones productivos (B), con ganga de cuarzo, barita y carbonatos (calcita), se han observado los siguientes minerales hipogénicos:
- Loellingita.   - Safforita.
- Arsénico nativo.       - Allemontita.
- Stefanita.       - Plata nativa.
- Plata antimonial.      - Plata mercurial (25 % Hg).
- Discrasita.    - Miargirita.
- Pirargirita.   - Estibina.
- Galena.         - Pirita.
- Calcopirita.  - Esfalerita.
- Bismuto nativo.        - Argentita.
Como minerales supergénicos:
- Calcosina.    - Covellina.
- Yeso.   - Cerusita.
- Malaquita.        - Siderita.
Las relaciones texturales son compli­cadas, con frecuentes reemplazamientos y especies recurrentes, evidenciando una se­cuencia de cristalización compleja, a menudo en desequilibrio físico químico, en condiciones meso epitermales. La génesis, que ha de precisarse por estudios en curso, podría explicarse por procesos de movilización metamórfica y precipitación selectiva, con un fuerte componente de control topomineral de tipo “Fahlband”. Existen similitudes con otros conocidos distritos (Cobalt, Ontario, Kongsberg, Noruega), sin llegar a una idéntica tipología completa.

CONCLUSIONES
Este conjunto de consideraciones hace arriesgado el abandono total de la zona sin tener una información completa de su esteri­lidad, lo que puede realizarse con una discre­ta prospección de la zona de Pozo Rico y su entorno para lo cual se estima como método idóneo la geoquímica de suelos seguida en caso necesario de prospección geofísica por métodos eléctricos y labores mineras de su­perficie, del tipo de calicatas y perforacio­nes, si los resultados fueran positivos.
La zona seleccionada tiene una exten­sión de 400 hectáreas y está situada al NE de Guadalcanal con las siguientes coordena­das:
Paralelos ...... 36° 05' 50" a 36° 06' 50", Meridianos .... 2°04'50"a 2°07'40", según el meridiano de Madrid.
Se propone la confección de:
1.- Una cartografía de detalle a escala 1:10.000.
2.- Prospección geoquímica de suelos si­guiendo 21 perfiles de dirección E-O separa­dos entre sí 50 metros y con intervalos de toma de muestras sobre perfil a 25 metros en una longitud de 2 Km. Este dispositivo liza 3.400 muestras.
Se realizará:
- las determinaciones normales de barrido de plomo, zinc y cobre y además de cobalto y níquel alternativamente para el total del desmuestre.
- el tratamiento estadístico de los datos, de forma que queden plasmados en los diversos planos de geoquímica, con curvas de. isocontenido.
- la oportuna correlación geológica geoquímica con aperturas de calicatas mineras si las anomalías fueran de interés
- una campaña de prospección geofísica por el método más adecuado que permita comprobar la continuidad y profundidad de las anomalías.
Siendo positivos los resultados de las diferentes actuaciones se recomendará y planeará la campaña de perforaciones más adecuada.

J. MEDINA ALEJANDRO Y M. MADRID CHAVES

REVISTA FERIA Y FIESTAS 1994

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