https://guadalcanalpuntodeencuentro1.blogspot.com/

domingo, 30 de octubre de 2022

GUADALCANAL EN EL CATASTRO DEL MARQUES DE LA ENSENADA/1

Fernando VI y la nueva ley de impuestos                                                                                                   Primera parte

            En el año 1749 el Rey Fernando VI mediante el Real Decreto de 10 de octubre, puso en marcha el llamado Catastro del Marqués de la Ensenada, como paso previo a una reforma fiscal que sustituyera el complicado sistema de rentas, unificándolos en un solo impuesto llamado Única Contribución.    

         Este impuesto no se llegó a implantar nunca, pero las indagaciones que se llevaron a cabo para su articulación dejaron un importante volumen de documentación.

         Gran parte de esta información es el resultado de un interrogatorio de cuarenta preguntas cuestionadas a las 13.000 localidades de la Corona de Castilla.

         Estos documentos están repartidos en varios archivos. En el Archivo General de Simancas[1] se custodian las respuestas, entre las que se encuentran las correspondientes a Guadalcanal.

         De la lectura de este interrogatorio con sus cuarenta respuestas, podemos vislumbrar el estado económico desde los puntos de vista comercial, agrícola, artesanal e industrial, así como de la política local y de la sociedad del Guadalcanal de mediados del siglo XVIII.

         He tratado de transcribir literalmente el documento original respetando al máximo su morfología y ortografía, tan solo he prescindido de poner las abreviaturas, que he sustituido por palabras completas, para facilitar la lectura. En el documento original solo aparecen las respuestas, las preguntas llegaron en un documento distinto que también transcribo, pero intercalándolas al inicio de cada respuesta (entre paréntesis y en negritas) para facilitar su lectura.

 Los textos de las preguntas y respuestas han sido transcritos respetando el contexto original 

“INTERROGATORIO a que han de satisfacer, bajo de Juramento, la Jufticias, y demàs Perfonas, que haràn comparecer los Intendentes en cada Pueblo.” (Sic)   

         “En la villa de Guadalcanal a treinta dias del mes de octubre de mil setecientos cincuenta y tres años: el Señor Don Juan de Santiago y Chinchilla cavallero del orden de Santiago, Coronel de Infantería, Governador y Superintendente de Rentas Reales de la Ciudad de Llerena, su partido y Tesorerías por S.M. y Subdelegado para el establecimiento y arreglo de la Real Unica Contribución en el departamiento de la villa de Verlanga, en que es comprendida esta otra villa, haviendo prezedido recado politico y citación, concurrieron a la sala capitular della el Licenziado Don Juan de Ortega Ponce de Leon del orden de Santiago Cura de la Iglesia Parrochial de Santa Maria la Mayor, el Doctor Don Manuel Gonzalez Trigueros Cura de la Parrochial de Santa Ana y Don Jose Bazquez como theniente del Lizenziado don Bartolome Diaz, Cura de la Parrochial de San Sebastian, Don Alonso Lopez y Don Antonio de Castilla Alcaldes ordinarios por uno y otro estado, Don Andres de Hortega y Diego Jiménez Cavallero Regidores perpetuos, Francisco Muñoz Duran escribano de Ayuntamiento, Miguel Alvarran, Cristhoval Remusgo Rico, Antonio Estevan y Francisco Luis y Juan de Espinola el mayor vezino y labradores de la villa, aquienes se han nombrado como personas de la mejor opinion e inteligenzia  en el número y calidad de tierras que ay en este término, sus frutas y cultura, personas del pueblo, sus artes, comerzio, granjerias, ocupaciones y utilidades, de los quales, excepto los señores Parrocos rezivio su Señoria juramento que hizieron a Dios y una Cruz por ante mi el escribano y socargo de el ofrecieron decir verdad en lo que supieren y siendo preguntados por el Interrogatorio impreso dijeron lo siguiente.. 

1ª      A la primera pregunta… (Como fe llama la Poblacion)… dijeron: que esta poblacion se llama villa de Guadalcanal por cuio nombre es conocida.

2ª     A la segunda pregunta(Si es de Realengo, ù de Señorìo: a quièn pertenece: què derechos percibe, y quanto producen)…dijeron: que este pueblo es de la Orden de Santiago y del Partido de la Ciudad de Llerena a cuia Justicia mayor toca el conocimiento en segunda instancia de las causas civiles y criminales, de que en la primera conocen a prevencion entre si los alcaldes desta villa y S.M.( Dios guarde) percive los derechos de alcabala, millones, cientos, y fiel medidor que todo importa cuarenta y ocho mil reales como tambien el servicio ordinario que importa dos mil novecientos cincuenta y ocho reales y veinte y dos maravedises[2] y el Hospital de la Sangre a  extramuros de la ciudad de Sevilla seiscientos y onze reales del pedido del gran Maestre. 

3ª     A la terzera pregunta…(Què territorio ocupa el Termino, quanto de Levante a Poniente, y del Norte al Sùr: y quanto de circunferencia, por horas, y leguas: què linderos, ò confrontaciones; y que figura tiene, poniendola al margen.)…dijeron: que en el termino dezmatorio y jurisdiccional de esta villa se extiende dos leguas[3] de Levante a Poniente y otras dos de Norte a Sur y de circunferencia seis leguas, todas castellanas, que en andarse a buen paso ocupara cada una el tiempo de una ora, y todo el referido territorio a excepcion del que comprenden los egidos, dehesas, viñas, olivares, huertas y cercados por lo respectivo al pasto en el intermedio de las lavores que queda se pone en comun a los ganados de los vecinos desta villa, los de Reina, Casas de Reina, Trasierra, Fuente del Arco, Verlanga y Valverde y reciprocamente son comunes las tierras de las otras villas que no se incluyen en egidos, dehesas, huertas, y cercados a sus vecinos y los de esta otra villa, en cuias tierras comunes de uno y otros pueblos referidos tienen sus respectivas Juntas jurisdiccion ordinaria acumulativa y preventiva y en la tierras que no son comunes que comprenden en egidos y dehesas la ejercen privativamente cada Junta en el termino de su territorio dezmatorio[4]; esta villa confronta a Levante con el termino de la villa de Alanis, a poniente con el termino de la villa de Valverde, al Sur tierras de la villa de Cazalla y su figura es la del margen. 

4ª    A la quarta pregunta…(Què especies de Tierra fe hallan en el Termino; fi de Regadio, y de Secano, distinguiendo fi fon de Hortaliza, Sembradura, Viñas, Paftos, Bosques, Matorrales, Montes, y demàs, que pudiere haver, explicando fi hay algunas,que produzcan mas de una Cosecha al  año, las que fructificaren fola una, y las que necefsitan de un año intermedio de defcanfo.)…dijeron: que en el termino dezmatorio desta villa ay tierra de regadio que se ortalizan y de secano de pasto y lavor y de plantio de viñas, olibos, zumaque y enzina y que en ellas no ay algunas que produzcan dos cosechas al año, y las de lavor de primera y segunda calidad cerradas producen todos los años sin interrupción de alguno y las que no lo citan ya sean de primera, segunda o terzera calidad necesitan de dos años de interrupción o descanso. 

5ª    A la quinta pregunta…(De quantas calidades de Tierra hay en cada una de las especies, que hayan declarado, fi de buena, mediana, e ìnferior)...dijeron: que la tierra de regadio que se hortaliza es cosa de buena lavor, los de verano de lavor que se siembra todos los años consistentes en cercados, son de buena y mediana calidad: los de secano de lavor que se siembran cada tres años son de buena, mediana e inferior calidad y en ellos ay algunos pedazos inútiles por naturaleza, los de pasto son tambien de buena, mediana e inferior calidad, igual el de viñas, olivares y zumaque y el de enzina es todo de buena calidad. 

6ª    A la sexta pregunta…(Si hay algún Plantio de Arboles en las Tierras, que han declarado, como Frutales, Moreras, Olivos, Higueras, Almendros, Parras, Algarrobos, &c.)…dijeron: que en la tierra que llevan declaradas ay plantio de frutales de hueso y sin el, de olivos, parras, zumaque y enzinas. 

7ª    A la septima pregunta…(En quales de las Tierras eftàn plantados los Arboles, que declararen)…dijeron que el plantio de frutales se halla en la tierra de regadio y tambien alguno en la de secano, el de olivos, viñas y zumaque en tierras de secano que solo se esquilman con el fruto respectivo de las tres referidas especies de plantio y el de las enzinas en la Dehesa Boyal de la villa. 

8ª     A la octava pregunta…(En què conformidad eftàn hechos los Plantios, fi extendidos en toda la tierra, ò a las margenes: en una, dos, tres hileras; ò en la forma que estuvieren)...dijeron: que los plantios explicados en las preguntas anteriores se hallan hechos en tierra de primera, segunda y tercera calidad a excepcion del de frutales que lo efta en la de primera y los que no tienen los arvoles correspondientes a su cavida se benefician con la lavor, y los que los tienen no pueden sembrarse por no dar mas fruto que el que da el arbol, como asi es practico en este pais, y se hallan hechos los plantios con regla y sin ella. 

9ª    A la novena pregunta…(De què medidas de Tierra fe ufa en aquel Pueblo: de quantos paffos,ò varas Castellanas en quadro fe compone: què cantidad de cada especie de Granos, de los que fe cogen en el Termino, fe siembra en cada una)…dijeron: que en esta villa se regula la fanega[5] de tierra por la cavida que haze de puño en sembradura y en lo que se siembra una fanega de trigo, se siembra una y media de zevada, tres quartillas de zenteno, una cuartilla de garbanzos, una fanega de abas, que son las semillas que se siembran en las tierras del termino. 

10ª   A la dezima pregunta…(Què numero de medidas de Tierra havrà en el Termino, diftinguiendo las de cada especie, y calidad: por ejemplo: Tantas fanegas, ò del nombre, que tuvieffe la medida de Tierra de sembradura, de la mejor calidad: tantas de mediana bondad,  tantas de inferior; y lo propio, en las demàs especies, que huvieren declarado.)…dijeron que en este termino dezmatorio se contienen veinte y siete mil quinientos  y diez fanegas y diez celemines[6] de trigo de puño en sembradura, que la componen sesenta y quatro fanegas y nueve celemines y medio de regadio de buena calidad que se hortalizan y riegan con agua de pie, en que se incluyen el plantio de frutales correspondiente a catorze fanegas y nueve celemines y medio de tierra; doscientas treze fanegas y cinco celemines de plantio de olivos; cincuenta y seis fanegas y seis celemines de buena calidad, ciento tres fanegas y onze celemines de mediana y cincuenta y seis fanegas de la inferior; ochocientas cinco fanegas y dos celemines de plantio de viña, quinze de buena calidad, quatrozientas cuarenta y ocho fanegas dos celemines y medio de mediana y trescientos cuarenta y una fanegas, onze celemines y medio de la inferior; trescientas cincuenta y quatro fanegas diez celemines y medio de plantio de zumaque, catorce fanegas y tres celemines de buena calidad, ciento cincuenta y ocho fanegas y tres celemines y medio de mediana, ciento ochenta y dos fanegas quatro celemines y medio de la inferior; ochocientas cinco fanegas y dos celemines de plantio de viña, quinze de buena calidad, quatrocientos quarenta y ocho fanegas dos celemines y medio de mediana y trescientos cuarenta y una fanegas, onze celemines y medio de la inferior; trescientos cincuenta y quatro fanegas diez celemines y medio de plantio de zumaque, ,catorze fanegas ,tres celemines de buena calidad, ciento cincuenta y ocho fanegas, tres celemines y medio de mediana, ciento ochenta y dos fanegas quatro celemines y medio de la inferior; veinte y tres fanegas y tres celemines de tierra de posio[7] que se contienen en los ejidos de la villa y aprovechan la tierra libremente los ganados de sus vecinos; siete de mediana calidad y diez y seis fanegas y tres celemines de la inferior; trece mil ochenta y nueve fanegas de tierra de posio que se contienen en dehesas y aprovechan de yerva; diez mil cinco y diez fanegas de buena calidad; mil trescientas quarenta y quatro fanegas de mediana y mil seiscientas treinta y cinco fanegas de la inferior; ciento veinte y tres fanegas y nueve celemines y medio de secano que se siembran todos los años de trigo o de zevada ; ciento tres fanegas tres celemines y medio de buena calidad y veinte fanegas y seis celemines de mediana; ocho mil ciento ochenta y una fanegas y medio celemin de siembra de secano de lavor que se siembra para grano cada tres años con intermedio de dos; parte de ellos se aban o garvanzan en los de buena y mediana calidad y levantado el fruto queda su pasto valdio y como tal lo aprovechan los ganados de vecinos desta villa y de los que en ella tienen comunidad de pastos; trescientas ochenta y tres fanegas y un celemin de buena calidad y dos mil nueve fanegas y nueve celemines de mediana; cinco mil setecientas ochenta y ocho fanegas dos celemines y medio de la inferior; dos mil ziento setenta fanegas en tierras valdias que no se siembran y aprovechan del pasto los ganados de los vecinos de la villa y demas que tienen comunidad; quinientas y veinte fanegas de mediana calidad y mil seiscientas y cincuenta fanegas de la inferior; tres mil cuatrocientas ochenta y cinco fanegas y seis celemines de tierra inútil por naturaleza. 

11ª A la undécima pregunta…(Què especies de Frutos fe cogen en el Termino)…dijeron: que en este termino se cogen frutos de trigo, zevada, centeno, abas, garvanzos, azeitunas, ubas, zumaque, frutas de hueso y sin el, bellota en corta cantidad, miel y cera. 

Notas.- 

[1] El Archivo General de Simancas llevó a cabo en los años 80 un proceso de microfilmación de estos fondos que posteriormente fueron digitalizados entre los años 2004 y 2005 gracias a lo cual pueden consultarse en el Portal de Archivos Españoles del Ministerio de Cultura.

[2] Maravedises o maravedíes: treinta y cuatro maravedíes equivalían a un real de plata.

[3] Legua castellana: La legua era la longitud que una persona o un caballo podían andar en una hora. La legua castellana se fijo en el siglo XVI en 20.000 pies castellanos, es decir, entre 5.573 y 5914 metros.

[4] Dezmatorio: Sitio o lugar donde se recogía el diezmo (diez por ciento de productos o frutos que se pagaban al Rey o a la Iglesia)

[5] Fanega: Medida de capacidad para áridos. En Castilla equivalía a 55,5 litros. Fanega de puño o de sembradura: Tierra que permite sembrar una fanega de trigo. En Castilla equivalía a 4.192,4 m2.

[6] Celemines: una fanega se dividía en 12 celemines.

[7] Posio: Término que, aunque no aparece en el Real Diccionario de la Lengua Española, sigue usándose en algunas zonas de Extremadura y hace referencia a la tierra de labor que se deja descansar sin ser labrada. 

Rafael Ángel Rivero del Castillo

Toledo, marzo de 2008

domingo, 23 de octubre de 2022

Guadalcanal cruce de caminos 2/3

 


Desde la Ruta Romana de Híspalis a Emérita hasta el Camino de Santiago de la Frontera

 Segunda parte,

Camino de Santiago de la frontera. -

La frontera de los reinos de Sevilla, Córdoba y Granada o la también llamada la Banda Morisca y el santiaguista del Priorato de San Marcos de León conformaron y establecieron la antigua ruta jacobea del Camino de la Frontera. En época medieval entre las dos Andalucía existía un elemento de separación político y físico: la frontera. Ésta formaba parte del complicado esquema militar y diplomático establecido entre los reinos cristiano de Sevilla y nazarí de Granada, en este sentido, no hay razón para pensar en una situación bélica permanente.

Instituciones típicas de la frontera eran los “alfaqueques” y los “fieles del rastro”, dedicados al rescate de los cautivos y esclavos, los primeros, y a la persecución de forajidos, los segundos. Al parecer, ambas corporaciones medievales custodiaban los caminos entre fortalezas y protegían a los viajeros y caminantes. Las leyendas jacobeas de la Frontera están vinculadas con la villa de Guadalcanal, ya que durante mucho tiempo fue frontera entre la antigua Banda Morisca y el Priorato Leonés de Santiago, con encomienda propia y un comercio floreciente, que hacía que los caminantes repusieran sus víveres o vendieran sus excedentes en el mercado de la villa.

 El Camino de la Frontera confluye en Olvera (Cádiz) con la Vía Serrana y en Los Santos de Maimona (Badajoz) con la Vía de la Plata, Guadalcanal es el final de la etapa de la zona de Andalucía y el principio de la siguiente de este camino santiaguista hacia tierras extremeñas, el epicentro es la Iglesia de Santa María de la Asunción de la localidad.

La etapa Alanis- Guadalcanal consta de 17,6 kilómetros, iniciando su recorrido en la plaza consistorial y siguiendo por la Casa del Cura, Los Barriales, La Rivera, La Hoya, Tinajero, Setenil, Cuatro Genales, El Postigo, Huertas de la Parra, y Cerro de Escutia hasta la plaza de España de la antigua encomienda de Guadalcanal.

La siguiente etapa Guadalcanal a Fuente del Arco, consta de 14,3 kilómetros, deja la provincia de Sevilla y se adentra en la vecina Extremadura, tras dejar el punto de partida, la Iglesia de Santa María de la Asunción, recorre el antiguo camino que unía las localidades de Guadalcanal y Fuente del Arco, recorriendo los vellos pagos rústicos del Alamillo, Aranda, la cara sur del Cerro de la Capitana, La Solinera, Cerro del Rincón, Estacada de Boceta, Cerro de la Sierra y Los Monederos hasta divisar la ermita de la Virgen del Ara  y la villa pacense de Fuente del Arco.

Rutas de la Junta de Andalucía y Diputación de Sevilla. -

Montes, arroyos y valles. La Sierra Norte de Sevilla es un paraje natural con gran riqueza medioambiental que, además, posee numerosos caminos y senderos que discurren por sus rincones milenarios.

En la actualidad hay varias rutas que se pueden hacer caminando o a caballo que está promocionando la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente y la DPS a través de su departamento de Turismo Rural. que confluyen en Guadalcanal, cabe destacar:

La ruta por el Geoparque de la Sierra Norte de Sevilla (Sierra Morena). -

Estos recorridos cortos, que parten de una población del Geoparque, surgen de una convocatoria de ayudas de la Consejería de Turismo y Deporte que solicitaron los municipios del territorio en los años 2019 y 2020. Desde los ayuntamientos, y con el apoyo técnico y científico del personal del Parque Natural y Geoparque Mundial de UNESCO Sierra Norte de Sevilla, se diseñaron los recorridos de cada geo-ruta, los lugares que visitar (geositios y elementos del patrimonio histórico, etnográfico, etc.), la información complementaria y el equipamiento de uso público necesario para el disfrute de cada recorrido. Posteriormente, se procedió a la instalación de la señalización: panel de inicio, paneles temáticos, varios hitos divulgativos y las señales orientativas necesarias.

Los Geoparques Mundiales de la UNESCO son áreas geográficas especiales donde lugares y paisajes de importancia geológica internacional se gestionan con un concepto holístico de protección, educación y desarrollo sostenible. Un Geoparque Mundial de la UNESCO utiliza su patrimonio geológico, en relación con todos los demás aspectos del patrimonio natural y cultural de la zona, para mejorar la conciencia y la comprensión de los problemas claves que enfrentan la sociedad, como el uso sostenible de los recursos de nuestra tierra, la mitigación de los efectos del cambio climático y la reducción de riesgos relacionados con desastres naturales. Al concienciar sobre la importancia del patrimonio geológico de la zona en la historia y la sociedad actual, los Geoparques Mundiales de la UNESCO dan a las comunidades locales un sentido de orgullo en su región y fortalecen su identificación con el territorio.

En el caso de este geoparque que se unió en el 2011 a la Red Europea de Geoparques y desde 2015 es considerado Geoparque Mundial por la UNESCO. Dentro de este territorio, en la ruta Ruta Cazalla de la Sierra- San Nicolás del Puerto - Alanís y finalizando en Guadalcanal, se encuentra nuestra villa. En este peculiar recorrido para descubrir qué es el Geoparque Mundial de la Sierra Norte de Sevilla nos adentramos en cuatro localidades que funden también geología, gastronomía e historia. Huellas de la vida de hace millones de años. En Guadalcanal la minería tenía una protagonista clara: la plata. Igualmente es conocida la Cueva de San Francisco o Potosí que ya se explotó en tiempos romanos. Aunque el pasado de la minería en Guadalcanal, como en otros puntos de la comarca, se remonta a la prehistoria. Desde el Mirador del Cerro La Capitana se consigue una panorámica única del Geoparque al ser su punto más alto.        


Ruta se las Ermitas de La Sierra Norte. –

la Diputación de Sevilla, propone una forma diferente de conocer esta parte de la provincia sevillana: un itinerario que recorre los diez municipios de la comarca y que acaba y empieza cada etapa en una ermita, lugares sacros donde se unen las tradiciones de los pueblos sevillanos con el espíritu de la naturaleza.

Esta ruta comienza por Guadalcanal y en su primera etapa termina en Alanís donde, en pleno casco urbano, se ubica la ermita de Jesús Nazareno. El punto de partida de la ruta es la ermita del Cristo de la Salud, en Guadalcanal. Situada a las afueras de la localidad, se trata de una construcción del siglo XVIII donde los antiguos viajeros solían detenerse para implorar suerte en el camino que emprendían y dar las gracias por los que regresan. A 11 kilómetros del pueblo se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Guaditoca, patrona de la localidad. El santuario posee una riqueza decorativa excepcional con murales de principios del siglo XVIII. Antes de salir de Guadalcanal hay que visitar, también, la ermita de San Benito Abad y el Humilladero del Cristo, unas construcciones que actualmente está en manos privadas.

         Nota del autor. -

En este mundo globalizado, de prontitud en aviones que rompen la velocidad del sonido, vehículos diversos a motor y velocidad de crucero…, existe una manera de viajar diferente, única. Es aquella en la que caminando o a caballo como hicieron nuestros antepasados desde tiempos ancestrales, en que el trayecto forma parte de la experiencia, en la que el viaje cobra un valor singular desde el primer minuto. Y es que a veces el destino buscado aparece ante nosotros a cada paso.

         Imagina un sendero casi olvidado, que transcurre por montes, arroyos y valles tomados por la encina, la jara, el águila o el zorro, ermitas y cortijos. Un camino milenario usado por el hombre desde el despertar de los tiempos. Aquí los sonidos de la naturaleza despiertan en tu interior un recóndito lugar de la memoria y te transporta al origen de todo, a tu propio origen. En este sentido, el grupo “Buen camino, senderos de Guadalcanal”, está recuperando viejos senderos y caminos convirtiéndolo en rutas idílicas que estaban olvidadas, como Las de las Eras, la de las Lapas y el Cordel de los Caleros, Cuevas de la Sierra del Agua, el Alcornoque Milenario, Camino alternativo a la Ermita de Guaditoca, Ruta circular de la Sierra del Agua, Arroyo Tres Bodegas y la Urbana, La Capitana, Las Laderas de Hamapega ay San Benito, de la Piedra Corcovada y Circular de la Zarza, Subida a Hamapega, Subida a la Sierra del Agua y otras que estamos trazando. Todas estas rutas se pueden consultar su trazado y fotos en la Guía de Patrimonio Natural y Cultural de Guadalcanal, editada en 2021.

         Difícilmente encontrarás un lugar mejor: El Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. Aquí la naturaleza virgen convive con el hombre y sus labores. Los pequeños pueblos que se reparten por el territorio deben su razón de ser a la misma sierra, a Sierra Morena. Este binomio: hombre y naturaleza, define el recorrido. El hombre es la ermita. Está presente en los pueblos, los cortijos, el ganado, las huertas, modificando el entorno con su afán de progreso. Sus acciones a lo largo de los siglos salpicarán el camino a tu paso.

Fuentes. - De Carcalla a Odón Vías Romanas (Saavedra y Blázquez), Viaje de los Reyes Católicos a través de la ruta de Guadalcanal (Rafael A. Rivero), Guía del Camino de Guadalupe por la Provincia de Sevilla (DPS), Rutas Geoparques de la Sierra Norte de Sevilla (Junta de Andalucía), Ermitas, Caminos y Rutas de la Sierra Norte (DPS), https://caminodelafrontera.es/ y archivos del autor.

Rafael Spínola Rodríguez.

domingo, 16 de octubre de 2022

Crònicas de una añoranza y 9

Apuntes de Diego “El Sereno”

Novena parte 

    La Bellísima Patrona de Guadalcanal Santísima Virgen María de Guaditoca

   Sería imperdonable para mí como guadalcanalense, y muy devoto de la Santísima Virgen, que no la mencionara en el presente libro.
    Desde que era muy joven, cuando venía de Navaldurazno con mi yegua para la Feria, traía mi ilusión puesta en acompañar a tan Celestial Señora en su salida procesional el sábado por el Real de la Feria.
    Nunca lo hice como promesa, es más bien un compromiso el que tengo creado desde siempre, de acompañarla en todas sus salidas. Mi tío Martín, al que nunca lo vi en la iglesia, tenía la misma costumbre, y todos los años hacíamos el recorrido los dos en la fila, desde la salida hasta la entrada.
    La calle Concepción, siempre se engalana para el paso de nuestra Señora. El membrillo del huerto de mi casa vertía sus frondosas ramas a la calle, y era un motivo a tener en cuenta a la hora de pasar la Virgen, pues se paraban los de la procesión para verlo. Yo quise en alguna ocasión cortarle alguna rama para facilitar el paso a nuestra Señora, pero los propios costaleros me dijeron que no, que así se lucían haciendo las maniobras correspondientes, para que la corona de la Virgen no se enganchara en el árbol, así que todos los años se esperaba el paso de la Virgen por el árbol como un pequeño acontecimiento.
    Pasó el tiempo y el árbol se secó, y no pocas personas me preguntaron por él, lamentándose de la pérdida. Ahora tengo puesto otro en el mismo lugar y de la misma especie, y espero que con el paso del tiempo se vuelva a repetir la misma historia, y sea un aliciente más para la calle Concepción, el poder ofrecer al paso de nuestra Patrona, los amarillos y olorosos frutos de tan generoso árbol.
    En las soledades de su Santuario, en un pintoresco rincón, a orillas del arroyo de Guaditoca, también me gusta hacerle alguna visita, aunque sea a través del ojo de la cerradura, si es que no está abierta la puerta de la ermita.
    En el interesante libro “El Santuario de nuestra Señora de Guaditoca”, de Antonio Muñoz Torrado, hace la siguiente descripción de nuestra santa Patrona, que por ser bella y hermosa me ha parecido bien, reflejarla en el presenta comentario:
    “La venerada imagen es una hermosa escultura de vestir, de rostro un poco alargado; tiene una gravedad severa al par que dulce, que atrae reverente a quien la mira, infundiendo respeto, amor y confianza filial; la frente es ancha y despejada, las cejas menudas, negras y arqueadas; los ojos negros y grandes con mirada tan agradable y serena que subyuga y llega hasta lo hondo del alma; la nariz larga y afilada; la boca pequeña y los labios finos y encendidos; teniendo junto a la vaca en el lado izquierdo un lunar, que da expresión de singular belleza a todo el rostro.”

Hablando de Guadalcanal

“Es Guadalcanal su nombre; su población, la primera de la Extremadura, yendo de la Andalucía a ella”.
    Esas son las palabras que dedicó Lope de Vega a esta localidad, blanca de cal, enclavada entre la Sierra del Agua y la Sierra del Viento, al filo de las tierras extremeñas.
    Este bonito pueblo serrano, de ribazos y olivares, tan vinculado en la antigüedad a las tierras extremeñas; no le falta cada año el olor a cirios penitentes, que van ardiendo por sus calles, al ritmo de tambores y trompetas, toda una legión de voluntarios costaleros, con paso firme y seguro, ponen todo su empeño en esa labor conjunta de llevar a las imágenes de su pueblo y demostrar que lo llevan en la sangre como buenos guadalcanalenses.
    Da la sensación de que el otoño y la primavera dan un rodeo por Guadalcanal, mientras que el invierno y el verano, entran triunfantes por sus calles. El viento de arriba, en invierno, te deja helado cuando cruzas por la calle Concepción; mientras que en verano el de abajo, te reconforta y te acaricia cuando entras en el paseo del Palacio, y cuando llegas a la Poza, te crees que estás en Biarritz.
    Los jóvenes en invierno dábamos los primeros paseos por la plaza, para ir abriendo boca. Luego, según entraba el mal tiempo, a sacar agua dando vueltas en los Mesones, las muchachas lo hacían en un sentido y nosotros en otro, (siempre igual), para vernos las caras cada vez que nos cruzábamos, y así era más fácil, si te gustaba alguna no tenías más que cambiar de sentido.
    El invierno aquí es largo y frío. Había que buscar alguna distracción, así que lo mejor que podías hacer era echarte una novia, y te reservabas un poco detrás de la puerta, porque más para dentro, no te dejaban pasar. El verano es otra cosa en Guadalcanal, aquí hay para todos.
    La feria cierra las puertas del verano. Es como la clausura de la temporada veraniega, luego ya quedamos los de siempre, con la lluvia, el frío, y el aburrimiento por compañía, pero las migas, el mosto, y las sardinas asadas al amor de la lumbre en las casitas de campo, nos ayudan a dar una de cal y otra de arena a las inclemencias atmosféricas.
    En las tibias tardes de otoño, nos íbamos a pelar la pava a la “Piedra de Santiago”, o a “El Cristo”, o a “El Coso”, o a la “Estación”. Ahora no veo a nadie por estos lugares pelando la pava, ¿o es que las de ahora no tienen plumas?, ¿o es que se las comen con plumas y todo?
    Venían muchos veraneantes por entonces a Guadalcanal y algunos de ellos eran clientes asiduos de todos los años. Les encantaba leer la prensa en el Palacio, y tomarse un tintito de Usagre, en la “Cantina del Campiñerín”, que la montaba detrás del Ayuntamiento. Allí paseaba todo el mundo por las noches, y los domingos tocaba la Banda Municipal en el tablado que había en el centro del paseo, y tocaban muy bien, porque aquí de siempre ha habido muy buenos músicos. Un tío de mi padre fue muchos años el maestro de música, luego quedo su hijo, “El Musiquín”. Aunque nunca supe porque le decían este apodo.
    Ya no se pone la jarra de agua y el vaso encima de la mesa-camilla, con sendos pañitos de encaje como tapaderas, ¿es que bebemos menos agua?
    Desde que dejó de caer por su pie en la fuente de la plaza, o en el pilar de la “Cava”, o en el pozo de mi casa, que se bebía sin ganas cuando Mari mi esposa, ¿la sacaba con el cubo tirando de la cuerda?
    El agua de Guadalcanal se pregonaba en el tren hasta que llegabas a Sevilla, en el botijo de barro colorado que hacía mi amigo Pepe, el alfarero con su padre Segundo un extremeño de Salvatierra de los Barros, que sentó cátedra aquí con el oficio bien aprendido, allá por el año 1919. También vendían carbón en la calle Las Sánchez para alimentar las cocinas de entonces.
    Ahora no se toma el aguardiente de Cazalla, en la Puntilla. Entonces los mayores se levantaban muy temprano a fumar y tomar el aguardiente, mientras que charlaban con los viajeros del ómnibus que salía a las seis de la mañana para Sevilla.
    El chofer del coche-correos era Carmelo, un hombre algo primitivo, pero agradable y bromista, que manejaba con cierta destreza la desvencijada guagua, por la carretera de la estación.
    El chofer de la Bética era “Sanani”, y Cote, el cobrador, que también tenían su puntito cuando les llegaba la ocasión. Cote tenía una escopetilla que llevaba en el coche, para ir tirándoles a las liebres que saltaban a la carretera por las madrugadas camino de Constantina, y cuando mataba alguna los propios viajeros les ayudábamos a cobrarla, luego se la comían entre los amiguetes los domingos con arroz en casa Granaito.
    Juan Berza y su madre Manuela, pregonaban los bollos de pan recién hechos al amanecer por todas las calles para desayunar las gentes de campo, y los molineros, antes de hacer el relevo, se tomaban su bollo mojado en aceite de él que salía por las torvas, que era el mejor y no sabía a alpechín, y además no costaba nada.
    Funcionaban cuatro o cinco almazaras de aceite en el pueblo y las gentes por las mañanas solían ir por allí a calentarse las manos en el calderín. Las mujeres cogían agua caliente, de la que usaban los molineros para lavar los capachos al salir de las prensas.
    Entre la gente menuda se ha perdido la costumbre de jugar a las canicas (los bolis), con lo buenas que las hay ahora en las tiendas de todo a cien, no como antes que teníamos que esperar a que se rompiera una botella de gaseosa de las de Perelló, que las tenían de tapón. En el Coso los hacían de barro, pero no eran del todo esféricos y chocaban muy mal.
    Y las trompas de encina, cuando Matarriñas, les echaba las púas en la fragua, capaz de partir por medio la del más apuesto rival, con el cordel de cáñamo que comprábamos en casa de Julio el del estanco, un metro era la medida, Carmelita la dependienta lo sabía muy bien.
    Su madre también se llamaba Carmelita, y confeccionaba muy bien las camisas de caballero a medida, en la calle Espíritu Santo, y había que encargarlas con mucha anticipación. Y el sastre, el Sr. Silva de Constantina, nos hacia los trajes a toda la trinca. Las niñas que tenía cosiendo en el taller se lo pasaban muy bien cuando teníamos que ir a las pruebas, estaba la sastrería en una esquina de la plaza de España.
    En la calle, Santa Clara, arrendaban bicicletas, y era un regocijo para cualquier chaval de entonces darse un paseo en bici. Así aprendimos a montar la mayoría de nosotros,
    El circuito era el Palacio, aunque también dábamos alguna vuelta por la Plaza, que estaba prohibido, y había que tener cuidado con “Pípoles”, el jefe de los municipales, un señor cojo, pero que andaba más de prisa que los que no lo eran. De aspecto agrio y cascarrabias, pero que no se la daba ningún pollo, por muy hábil que fuera.
    En las ferias siempre había peleas entre gitanos, que comenzaban con los tratos de las bestias que se vendían y compraban. Él siempre las disolvía a sablazo limpio, con el sable que tenía para aquellas ocasiones; sin pensar en el peligro que corría metiéndose entre navajas gitanas.
    Ramón Fernández, tenía una bici envidiable, con cambio y todo, era el único que le daba la vuelta al Palacio por encima del poyete, sin apearse de la bici, en tres o cuatro minutos se ponía en la estación.
    Era radioaficionado y operaba con una emisora que él mismo se construyó, con las válvulas de los aparatos de radio, y otros componentes que él hacía, como bobinas, resistencias, antenas, entre otros, que soldaba con soldador de latonero que calentaba en el anafe de carbón.
    Marchó a Venezuela y no sé si volvió alguna vez por Guadalcanal; hace unos años tuve ocasión de conocer a uno de sus hijos, que también era radioaficionado, y hablamos largo y tendido de la radioafición como colegas.
    Exploro las cuevas de Santiago que están al borde de la rivera. Todos los que bajaban al abismal laberinto lo hacían con una cuerda para no perderse a la hora de regresar, pero había cierta dificultad para encontrar cuerdas tan largas, pero este hombre resolvió ese problema con paja, que iba dejando poco a poco, y así no tuvo ninguna dificultad para volver por el mismo sitio.
    Estas cuevas por entonces eran muy visitadas por mucha gente, que no tenían otra cosa que hacer, ya que de antemano se sabía que no tenían ningún interés, aunque cuenta la historia que debido a ellas y a los restos arqueológicos del paleolítico encontrados allí, se pudo saber de los asentamientos de fenicios y romanos, y que cruzaban estas tierras por la vía, “Híspalis” y “Emérita Augusta”, en época posterior, (musulmana), llevó el nombre de Guad al Kanal, o Río de Creación.
    Los Reyes Católicos, podrían haber seguido esta vía cuando viajaron, desde Sevilla a Madrid. Cazalla, Guadalcanal, Llerena, Guadalupe; en los primeros días de marzo de 1502.
    Nunca anidó en mí la idea de bajar a esos abismos oscuros y fríos, por el contrario, la altura sí que me gustó de siempre, quizás sea porque la conozco mejor.

Despedida

    Antes de cerrar página, quisiera dar cabida en este libro, a todos los aromas campestres, tomillos, lentiscos, juagarzos, romeros, almoradux y adherirlos a cada página con las resinas de las jaras, para dar la sensación de estar asomado al brocal de la umbría, y volver a recordar todos esos incomparables aromas que la sierra sabe poner graciosamente en el aire sutil de aquellas montañas; que por mi torpeza no fui capaz de describir esos prodigios de la naturaleza que aquí se dan cita, a pesar de haber sentido como nadie el latido del corazón en Sierra Morena, pero que siguen estando ahí como mudos testigos de una eterna realidad, mientras que yo me rindo como un fracasado, antes lo que no fui capaz de conquistar con mi modesta filosofía.

Isidro Escote Gallego.

domingo, 9 de octubre de 2022

Guadalcanal cruce de caminos 1/3

Desde la Ruta Romana de Híspalis a Emérita hasta el Camino de Santiago de la Frontera

          Primera parte.-

          Guadalcanal debido a su situación geográfica y su importancia en la historia a través de los tiempos ha sido una confluencia de caminos y rutas que a continuación analizaremos.

 Ruta Romana de Híspalis a Emérita. -

         La ruta décima del recorrido ibérico de la Vía Romana del itinerario de Antonino Augusto Caracalla transitaba por la parte de la península ibérica entre Híspalis (Sevilla) y Emérita (Mérida), que recorría una distancia de 162 ó 155 millas romanas (según autores)

         En aquella época Guadalcanal estaba enclavada en el amplio territorio

de la península ibérica conocida como Beturía. Esta zona comprendida entre los cursos medios e inferiores de los ríos Guadiana (en latín Ana) y Guadalquivir (en latín Baetis), siendo anexionado por los romanos en los albores del siglo 27 antes de C. e incluido en la provincia de Hispania Ulterior.

         Ya en aquella época y según el historiador Rodrigo Caro y citando a Plinio, nombra a Guadalcanal como Tereses, zona de gran importancia minero metalúrgica, enclavada en el cerro de Monforte (Mons Fortis), estando en el intermedio de la ruta entre Celti y Regina, en su trazado común de la ruta hasta Constantina. 

Ruta de Al Ándalus a los Reinos Cristianos. –

         La mayor época de esplendor de Guadalcanal fue sin duda en las diferentes etapas de la Edad media y principios de la Edad Moderna. Su situación natural como parte y frontera de la provincia de León de la Baja Extremadura y el Priorato de San Marcos, llegando a ser Encomienda de la Orden de Santiago, hizo descanso y morada de reyes, y grandes señores.

         Era camino natural del que partía de Sevilla y se extendía hasta Toledo, Madrid, Burgos y la ruta alternativa hasta Medina del Campo.

         De hecho, Los Reyes Católicos atravesaron esta ruta y pasaron por Guadalcanal cuatro veces. Así, el primer viaje lo hicieron por separado en 1477, ya que la reina Isabel se encontraba en Toledo y partió hacía Sevilla, se calcula que pasó el dia 15 de Julio por nuestra villa, continuando a Sevilla, pasando entre otras por las localidades de Cazalla, Lora del Río y Cantillana. El rey Fernando partió de Medina del Campo hacia la ciudad Hispalense ese mismo año, pasó por Guadalcanal el día 2 de septiembre del citado año 1477. El tercer viaje lo hicieron junto los Reyes Católicos en 1502, se encontraban los monarcas en Sevilla e hicieron el viaje hacía Toledo, parten de Sevilla el 22 de febrero, a través de Constantina, El Pedroso y Cazalla, llegando a Guadalcanal el martes 11 de marzo. El último viaje del que se tiene fe de su paso por Guadalcanal, está datado en 1511, este viaje lo hizo Fernando de ida y vuelta, ya que partió de Madrid el día 7 de enero, pasó por Guadalcanal el día 27 del mismo mes, pernoctando en la villa los días 27 y 28 y llegando a la ciudad de Sevilla el 1 de febrero. Allí permanece hasta el 21 de junio, esta vez partió en dirección a Burgos. De este viaje hay un documento firmado por el rey Fernando en Guadalcanal el 27 de junio, este documento llamado Sobrecarta de Naturaleza (título que se utilizaba para reconocer la nacionalidad de un extranjero como castellano), dirigida al genovés Francisco de Riberol, amigo íntimo y colaborador de Cristóbal Colón (almirante de las indias).

 Camino Colombino o camino Real de la provincia de Sevilla. –


El Camino Real de Sevilla, transcurría por otros pasos naturales de Sierra Morena. Si la corriente del Guadalquivir no permitía cruzarlo en las cercanías de Sevilla, los peregrinos debían remontar el río hasta el primer vado posible. El camino puede variar según los vados y la época del año, para confluir en Alanís. Éste fue el camino que siguió Cristóbal Colón en 1493 y en Guadalupe se bautizaron los primeros nativos americanos llegados a Europa. También fue el camino de muchos españoles y más de 500 Guadalcanalenses que dejaron su tierra para embarcarse a América y el de los que regresaron a dar gracias a la patrona. Por ello, la ruta se denomina “Camino Colombino de Guadalupe”. La Vía Colombina parte de Sevilla por el antiguo monasterio de San Jerónimo de Buenavista, llega a La Rinconada, sigue por Brenes y cruza el Guadalquivir en Villanueva del Río. Continua por la Sierra Morena se franquea por El Pedroso, Cazalla de la Sierra, Alanís y Guadalcanal.

Este camino ha sido actualizado y dividido en rutas, así, la etapa 6 recorre los términos de Alanis hasta Guadalcanal (pasando por la ermita de Guaditoca), aprovechan antiguas vías romanas y cañadas pecuarias, esta ruta que consta de 28,5 Km. y se puede recorrer a pie o a caballo, mezclando trayecto urbano, asfalto y carril de tierra compactada. En parte seguiremos la antigua cañada de las Merinas, que discurre tanto por áridos paisajes esteparios como por frondosos parajes serranos. Partimos del casco urbano de Alanís seguimos por la A-477, dirección este, tomamos el camino de la Cuesta Blanca, seguiremos hasta el camino Viejo del Oreganal, que llega desde Fuenteovejuna. Seguimos en dirección norte hasta encontrarnos con la carretera SE-165 en dirección oeste, volvemos a retomar la senda que sigue en dirección Guadalcanal. Una vez visitada la localidad, continuamos el Camino Colombino de la provincia de Sevilla tomamos el antiguo camino de la ermita de la Virgen de Guaditoca, patrona de Guadalcanal, donde concluye en el hermoso paisaje de la Vega del Encinar.

Ruta del Azogue. –

La ruta del azogue o Caminos del Azogue partían de Almadén de la Plata y terminaban en las Atarazanas del Puerto de Sevilla. Tenía un camino común que partiendo de la citada localidad Castellana de Almaden pasaba por Hinojosa del Duque hasta Azuaga, de esta localidad vecina se dividía en dos rutas principales y otras de confluencia, la ruta llamada de Camino Carretero Occidental llegaba a Guadalcanal, desde nuestra villa y pasando por Lora del Rio y Cantillana, bordeaba el Guadalquivir por la margen occidental y llagaba hasta las Atarazanas del puerto de Sevilla donde se cargaba en grandes cantidades de este mineral con destino a América, a las minas de plata, principalmente a la de Potosí, pues se utilizaba para tratar la plata.

         El azogue era un material líquido que una vez tratado se convertía en mercurio. Durante la época floreciente de la explotación y extracción de plata de las minas de Guadalcanal en el siglo XVI, explotadas por la Hacienda Real, siendo su principal administrador Agustín de Zarate, tuvo su mayor auge el llamado camino occidental.

Ruta del aceite o camino de los mercaderes. –

Bajo la dominación de ruta del aceite o camino de los mercaderes, trascurría por las provincias de Ciudad Real, Jaén, Córdoba, Badajoz y Sevilla, utilizaba la ruta del azogue desde Azuaga a Sevilla y desde esta seguía por vía fluvial su camino hasta Sanlúcar de Barrameda, para iniciar la travesía atlántica de las mercancías hacía las americanas. Esta ruta igualmente era utilizada en sentido contrario por mercaderes y arrieros para distribuir la mercadería procedente de las colonias de las Indias conquistadas y colonizadas por los españoles. En Monesterío se unía otro ramal llamado el Lusitano que procedente de Lisboa recorría la parte central de Portugal.

         Este camino ya lo citan en un informe de los Visitadores de la Orden de Santiago a Guadalcanal en el año de 1494, en ella se dice:

“en esta ermita llamada de San Benito Abad, enclavada en los extramuros de la villa existe una cofradía de ambos sexos con el título de Ntra. Sra. de la Consolación y San Benito, que son benefactores de los arrieros que utilizan la ruta del aceite y tienen en ella es utilizada como morada de descanso”.

Igualmente, en otro informe de dichos visitadores hablan de la explanada del Humilladero del Cristo, donde moraban los mercaderes y arrieros en sus idas y venidas, daban gracias y pedían bienestar y buen camino para finalizar sus quehaceres. Desde esta explanada en la que posteriormente se construyó una ermita, el camino seguía o procedía según sentido de la ruta de Azuaga y transcurría por el antiguo camino de Guaditoca, en ella había una cruz (que aún existe) llamada del Aceite. Nombrada así porque los arrieros que utilizaban esta ruta para transportar su mercancía, echaban una cantidad de aceite en la hornacina que existía en la misma. Este aceite era recogido posteriormente por el ermitaño del santuario para mantener encendidas permanentemente las lámparas que iluminaban la imagen de la Virgen.

 

Fuentes. - De Carcalla a Odón Vías Romanas (Saavedra y Blázquez), Viaje de los Reyes Católicos a través de la ruta de Guadalcanal (Rafael A. Rivero), Guía del Camino de Guadalupe por la Provincia de Sevilla (DPS), Rutas Geoparques de la Sierra Norte de Sevilla (Junta de Andalucía), Ermitas, Caminos y Rutas de la Sierra Norte (DPS), https://caminodelafrontera.es/ y archivos de autor.

 Rafael Spínola Rodríguez.

domingo, 2 de octubre de 2022

Crónicas de una añoranza 8

Apuntes de Diego “El Sereno”

Octava  parte

El lobo protagonista de mil historias

    Legendario, calculador, estratega, siempre perseguidor y siempre perseguido, el Lobo constituye, dentro de nuestra fauna, uno de los singulares y controvertidos depredadores.
    No puedo pasar por alto, ni dejar en el olvido a un animal tan bello como el lobo, el que fue en todos los tiempos motivo de historias y cuentos que a todos los niños nos gustaba oír antes de irnos a la cama, por ser protagonista de largos cuentos narrados por los más viejos al amor de la lumbre en las largas y lluviosas noches de invierno, mientras las mujeres daban los últimos toque por la cocina, poniendo a remojar los garbanzos para el día siguiente, a veces contaban hechos verídicos según decían ellos que les pasara cuando iban de un lugar a otro para ver a la novia o cuando volvían de verla. A menudo se contaban historias tétricas y exageradas. Algunos decían que habían visto cuatro o cinco lobos, luego entraba la rebaja y se quedaba en un par de ellos, y si se le apretaba un poco terminaban diciendo que le parecía haber visto un lobo pero que no estaba seguro.
    Entonces era normal encontrarse con los lobos en la sierra y más aún por la noche que solían salir a los caminos para darse un paseo y acceder a las majadas por si había algún descuido para poder llenar la barriga. Yo tuve ocasión de verlos varias veces incluso de quitarle alguna res acosada y mal herida por ellos. Los lobos atajan a las reses y las persiguen sin llegar a matarlas hasta llegar al lugar que ellos creen más seguro para devorarlas.
    Nosotros teníamos unas yeguas que siempre andaban sueltas, y algunas veces encontrábamos unos picaderos enormes de haber estado toda la noche defendiéndose de los lobos. Según dicen, las yeguas hacen un corro con las cabezas para dentro y ahí meten a las crías para defenderlas de los ataques de las fieras. En las umbrías buscaban un rellano, o una carbonera para hacer el corro y defenderse mejor, (una carbonera es un pequeño rellano donde se hacía el horno para el carbón).
    Estas cosas daban tema de conversación y se ponderaban largamente, todo lo referente al lobo siempre se exageraba unas veces como anécdota, otras como verídicas. Era un tema casi obligado entre las gentes del campo preguntarse por los lobos, y siempre había alguno que los había visto, aunque fuera por seguir el tema de la conversación, tan tétrico como misterioso.
    El ganado en la sierra era escaso y las reses de caza mayor tampoco abundaban mucho entonces, así que los lobos no tenían las cosas muy claras para llenar la panza y sobrevivir, y más aun tratándose de un animal al que todos, de siempre han querido mantener a raya.
    Juan Barahona, era un prestigioso pintor y taxidermista cordobés, y tenía dado el encargo a todo el cuerpo de guardería, de un lobo de los que capturaban en los cepos, para llevárselo vivo a Córdoba y estudiar sus actitudes de fiereza. No tardó el señor Barazona, en recibir el aviso de que ya tenía el encargo, así que partió hacia Hornachuelos decidido a recoger el lobo.
    Llegado el momento lo anestesió como pudo, ofreciéndole un algodón empapado en cloroformo y en la punta de un palo largo, y así lo dejó fuera de combate. Pero parece ser que el animal no tomaría lo suficiente, y antes de llegar a Córdoba, la furgoneta se convertía en la sala de despertar, como se dice ahora en los medios hospitalarios.
    El hombre tuvo que acelerar al máximo, ya por dentro de Córdoba, para llegar cuanto antes a su casa y quitarse el regalito de encima, porque la convivencia en la furgoneta se hacía peligrosa por momentos.
    El corzo creo yo que fue presa fácil para ellos, sobre todo en sus primeros días de vida, y supondría su desaparición en la zona de Hornachuelos, donde nunca fue abundante, pero tampoco era extraño encontrarse con algún ejemplar sobre todo en los cotos, de Navaldurazno, Santa María, y los dos Rincones, y sobre todo en la parte de umbría.
En el año 1962, en una de mis visitas a Navaldurazno, me tropecé con una collera de corzos en la “Fuente de Alcornocoso”, precisamente donde no los había visto nunca, porque esto es parte de solana. Esta sería seguramente la última collera de corzos que se vería por aquella zona. Ya hacía unos años que no se mataba ninguno en montería, incluso estaba prohibido tirarlos como res de montería dada la escasez que presentaba la especie.
    Por entonces se hacían muchas labores en el campo, y todo eso era bueno para las reses. Hoy por el contrario no se siembra nada, y todo se quiere arreglar con lo de echar algo en los comederos por las tardes para entretener las reses hasta la hora de montear, y luego que Dios reparta suerte.
    Si yo pudiera contarle a mi abuelo la cantidad de maíz que se encuentra uno cuando abre el vientre de una res. Es todo un episodio ver por las tardes como las gallinas de la casera dan buena cuenta de todo aquello, en lo que se dado en llamar junta de la carne.
    Pero todo esto se ve tan normal que ya lo extraño es encontrar tallos de lentisco y bellotas en el bandullo de los ciervos. Es difícil imaginar el comentario que de todo esto haría mi abuelo Diego, según su manera de ver todo lo referente a la caza como buen conocedor de ella, pero sí que me gustaría conocer su opinión. No cabe duda de que para aquellos hombres que vivieron y amaron la caza como algo suyo, les resultaría muy desagradable ver la transformación que ha sufrido en todos estos aspectos.
La sierra y sus penalidades

    Había mucha gente en el campo entonces, sobre todo rancheros que tomaban las leñas por cuenta para hacer carbón y sembrar después pequeñas parcelas de las que tenían que pagar el terrazgo a la hora de la recolección. Era este un impuesto o renta que pagaban al propietario en especie por la utilización del terreno que ocupaban con la siembra.
    Las mujeres eran las encargadas de ir al pueblo más cercano a lomos de una burra para recoger los comestibles y demás enseres que hacían falta para subsistir.
    Por los intrincados caminos de la sierra estas mujeres eran las únicas recaderas que llevaban y traían de todo dos veces al mes. El serón de la burra se convertía en una especie de trastienda donde cabía toda la compra, herramientas, cacharros, botijos, medicamentos y había que dejar un hueco para el crío lactante que tenían que llevar consigo para darle el pecho cuando le llegara la hora.
    Los niños nacían en cualquier lugar, sin ninguna asistencia si es que no era la de una mujer mayor que se encontrara por aquellos alrededores.
    En una fría madrugada, cuando buscaba las yeguas para ir al pueblo, me sorprendió oír llorar a un niño en plena oscuridad de la sierra. Yo no sabía que pensar, ni a que sería debido el llanto de un crío en aquel lugar y a aquellas horas.
    Cuando me acerqué, tomando mis precauciones comprendí todo cuanto vi. Que sus padres rendidos por el duro trabajo de toda la jornada dormían profundamente, en un camastro que habían improvisado para vigilar el carbón, sacado de la tarde anterior, para que no se le quemara.
    Aquel niño semidesnudo y helado de frío seguía llorando desesperadamente. Clareaba el día cuando pude observar que la madre se daba la vuelta y lo tomaba en su regazo.
    Yo seguía buscando las yeguas, mientras guardaba aquella historia, para contarla aquí muchos años después, para que puedan leerla, si a alguien le interesa conocer estos hechos que tuvieron lugar un lejano día en un inhóspito rincón de la hermosa Sierra Morena.
    Estas faenas de rancherías eran realizadas siempre en la temporada de otoño e invierno, por evitar incendios a consecuencia de quemar los desbroces, por lo que estas mujeres tenían que soportar grandes aguaceros a lo largo de las caminatas de dos y tres horas que les costaba llegar al pueblo, y siempre tras la burra con una vara en la mano para avivar el paso del jumento.
    Cuando llegaban al pueblo, ataban la burra a la reja de una ventana, y tomaban al pequeño en los brazos para seguir andando de tienda en tienda y hacer sus recados, y los de los demás que le habían hecho por el camino al pasar por otros ranchos.
    Luego cuando terminaban se despedían de los familiares y conocidos y se disponían a regresar, siempre andando detrás de la burra ahora cargada hasta los topes. Cuando llegaban a su destino cansada y agotada, pero siempre con una sonrisa a flor de labios, y con unos caramelillos como único obsequio para el resto de la prole que esperaban pacientes todo el día en la puerta de la humilde morada
    Que felicidad se podía ver en el rostro de aquella gente sin tener nada. Solo tenían trabajo, trabajo muy duro sin descanso, no había sábado ni domingo, y los días de lluvia los aprovechaban para preparar las herramientas o la techumbre de la vivienda o cosas por el estilo.
    De Hornachuelos subían casi a diario las recuas de burros, para trasportar el carbón hasta la estación de RENFE de Hornachuelos unas veces, y otras lo sacaban a cargadero para los camiones. Los camiones siempre se demoraban mucho, unas veces por averías y otras por el mal tiempo, que hacía imposible entrar por los carriles a cargar.
    Eran cacharros muy viejos y siempre tenían problemas mecánicos, cuando no eran los neumáticos mil veces recauchutados, que reventaban cuando menos lo esperabas. Estos medios de trasporte también se aprovechaban para traer pan, aceite, legumbres, y artículos de primera necesidad, Había veces que se esperaba el camión como agua de mayo porque ya se habían agotado todas las existencias.

Cazaderos reales

    La sierra de Hornachuelos hoy parque natural, fue de siempre un paraíso de la caza mayor y muy deseado por nobles y aristócratas, para celebrar sus cacerías.
    A varios reyes de España, no les faltaron motivos para visitar alguno de estos pintorescos rincones de la sierra de Hornachuelos, bien por motivos religiosos o cinegéticos, dándose la paradoja el caso del Monasterio de los Ángeles, su bello entorno campestre, entre los que se pueden encontrar, el “Salto del Fraile”, o la “Cueva de la Mujer Penitente”.
    La mujer penitente, fue según el libro, la Montaña de los Ángeles, una doncella de Felipe, II que después de la visita del monarca al Monasterio, decidió quedarse allí escondida en una cueva, para hacer penitencia el resto de sus días. Falleció el año mil quinientos nueve.
    Esta mujer cambió todo el esplendor de su belleza y juventud, por la paz y soledades de aquel inhóspito lugar de rocas enmantadas, al paso del angosto río Bembézar.
    La carta de la reina Doña Isabel la católica, que, teniendo noticias de la perfección evangélica del Monasterio, y la de virtud y santidad de su fundador, consultaban con él los sucesos del reino y tenían fe en sus oraciones rogadas con repetidas cartas para que pidiese a Dios la total victoria contra los moros.
    Así es que, tomada la ciudad de Granada, la Reina envió una carta a Fray Juan de la Puebla, fundador del Monasterio que decía así.
“La Reina. Devoto padre Fray Juan de la Puebla, ya sabéis, como vos fize saber muchas vezes la entrada del Rey mi señor a conquistar el reino de Granada; porque rogasedes a nuestro Señor le dieses de aquellos enemigos de nuestra Santa Fe Católica. Ahora vos fago saber, como ya vendito nuestro Señor le plugo dar al Rey mi Señor esta victoria; que hoy dos días de enero se entregó la ciudad de Granada con todas sus fuercas, y de sus tierras".
    Lo cual os escribo, porque fugáis gracias a nuestro Señor, que tuvo por bien de vos en esto el fin deseado.
    De la ciudad de Granada a dos de enero de mil cuatrocientos y noventa y dos años.”
    El rey D. Alfonso XIII, hizo un total de veinte visitas a Hornachuelos, para celebrar otras tantas monterías por todo su término.
    Entre las más notables expediciones venatorias realizadas a las Mezquetillas de los Sres. Calvo de León, de Palma del Río, hay una descrita por el propio rey, que está fechada el 9 de marzo de 1882.
    El autor, dice de sí mismo que condenado por su oficio a saber de todo un poco, nunca tuvo tiempo bastante para perfeccionarse en nada en particular. Describe la montería en forma llana y a veces con descuidos de redacción.
    El Rey dirige a cada de sus acompañantes una frase intencionada, de buen género; llamándolos a todos verdaderos toreros de invierno, para cuya montería se prepararon muchos batidores y ciento catorce perros, y agrega que tal vez había tantos perros por merecerlos (ello) según (se portaron) en la lidia. Estuvieron tan desacertados los tiradores, que debieron haberse suprimido las balas en sus cartuchos, pues, dada la mala puntería, (el sitio más seguro era montarse en un venado). Tal fue la cacería que el mismo descriptor intituló: Montería de los chambones.
    El Gobernador Civil de Córdoba, era un montero asiduo al noventa por ciento de las monterías que se celebran en el término de Hornachuelos.
    En una ocasión, monteando la mancha de las escobas, de la finca Navas de los Corchos, el Gobernador mató una cochina hermosísima, y todos los monteros le daban la enhorabuena y tal, hasta que llegó la hora de recoger las reses, pero la cochina del Gobernador no aparecía por ninguna parte, y como es de suponer allí andaban todos de cabeza, para encontrar la ya famosa cochina.
    El guarda volvía muy preocupado, para preguntar al señor Gobernador, por donde había tirado la cochina. Pero hombre si la han cargado dos muchachos en un burro delante de mí, -respondió el Gobernador-, y hasta les he hecho unas fotos y todo.
    A esto que llegaba mi hermano Antonio, que conocía al Gobernador, y fue el primero en comunicarle que, para aquellas horas, la cochina ya habría sufrido los necesarios quebrantos para aplacar el hambre de alguna familia meloja. (Melojas son los de Hornachuelos). La Guardia Civil se puso en marcha para hacer las primeras pesquisas, pero el Gobernador que ya sabía por mi hermano de qué se trataba, ordenó a la Guardia Civil, que no se preocuparan y que se olvidaran de aquel asunto.
    Todo esto se comentó largamente durante mucho tiempo, y siempre se tomó como anécdota, para contar cada vez que salía la conversación.
    En algunos casos el furtivo ha sido comprendido y considerado, pero eso fue antaño cuando cazaba para poder sobrevivir, él y los suyos en el medio hostil como entonces eran las zonas rurales, sobre todo para los que sobrevivían alejados allá en los confines de la sierra.

Isidro Escote Gallego.