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sábado, 23 de marzo de 2024

Historias de la historia 1

 

La partida de ajedrez

             Corría el año del señor de 1248, exactamente el 23 de noviembre, después de un largo asedio que duró más de un año, fue reconquistada Isbiliya (Sevilla), por las tropas cristianas del rey Fernando III capitaneadas por el entonces infante Alfonso. Después de largas deliberaciones y desacuerdos por ambas partes para firmar las Capitulaciones, finalmente, el caíd de la ciudad Abul Hasan Al Xataf Ben Abu Alí, conocido en Sevilla como Alxataf, accedió a firmar y abandonar la villa con sus súbditos con dos premisas.

         La primera, que sus súbditos podrían vender sus pertenencias y abandonar la población sin miedo a ser perseguidos o a represalias.

        La segunda, más curiosa e innegociable, que el futuro del alminar de la mezquita mayor (que hoy conocemos como la torre de la Giralda), se la jugarían los dos reinos al mejor de cinco partidas de ajedrez. Por la parte cristiana el jugador sería el infante Alfonso que posteriormente fue Alfonso X “el sabio” y por la parte musulmana el propio Alxataf. El ganador podría ser dueño del futuro de la torre y optar por destruirla o llevársela pieza a pieza en el caso del jugador árabe o conservarla si el ganador se decantaba por los cristianos.

        Estas partidas se jugaron enviándose los movimientos a través de palomas mensajeras y heraldos. Durante este periodo se jugaron cuatro partidas con un resultado de empate, siendo ganadas las dos primeras para el reino cristiano y las otras dos por Alxataf. Un año después fue asesinado en Ceuta Alxataf a manos de las hordas del alfaquí Al-Afaz. Enviando este al rey Fernando III un testigo de las piezas blancas del ajedrez, un elefante de marfil que equivalía al actual alfil y depositando otro alfil, el de las piezas negras, este de ébano fue enviado al califa Abasí Al-Musta´sin.

          Cinco siglos después, el sultán de marruecos Abdalá de la dinastía de los Alauí que era depositario del elefante de ébano, envío al rey de España, el borbón Fernando VI un embajador con una misiva junto con la pieza del ajedrez y un experto jugador para terminar el ciclo de las cinco partidas. El rey Fernando indagó sobre el tema en los escritos antiguos y descubrió que los depositarios de la pieza blanca de marfil eran los frieres del priorato de la orden de San Juan de Acres de Sevilla.

           Finalmente, se jugó la última partida en el patio de los Naranjos de la capital sevillana a la sombra de la majestuosa Giralda, por parte del rey Fernando fue designado un seglar de la citada orden y por parte alauita el jugador enviado con el embajador. Esta partida que se jugó sin testigos y con las dos piezas originales del tablero del siglo XIII presidiendo la partida, terminó después de una agotadora sesión de más de ocho horas en tablas, siendo verificado el resultado, certificado y dando fe los representantes de los dos linajes. Las dos partes aceptaron el resultado y la Giralda sigue presidiendo majestuosa la plaza de la Catedral.


Hemerotecas
Rafael Spínola R.

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