La vida de Luis Florencio Chamizo Trigueros estuvo vinculada a Guadalcanal por un largo periodo de su vida, Sobre esta época, hacemos una recopilación de datos que nos introducen en la vida y obra de este guarañense, que destacó en la primera mitad del siglo XX y dejó su legado como abogado, político, poeta y dramaturgo.
Luis Chamizo nació en el seno de una familia humilde de
Guareña, donde el padre tenía una tejera y se dedicaba al oficio de la
alfarería, oficio que con inteligencia y tesón habría convertido al cabo de algunos
años en un próspero negocio al modificar las líneas convencionales de las
tinajas para el vino y convertirlas en cilindros, mucho más práctico a la hora
de aprovechar los espacios de las bodegas.
Tras cursar su primera enseñanza en Guareña, se trasladó
posteriormente a Madrid para comenzar sus estudios y posteriormente se
trasladó a Sevilla donde cursó bachillerato y estudios de Perito Mercantil, a
la muerte de su padre en 1918 se trasladó a Guareña para hacerse cargo del
negocio familiar, Posteriormente, se doctoró en Derecho en la Universidad de
Murcia a los 24 años, licenciatura que había en la Universidad Central de Madrid.
Su padre, Joaquín Chamizo Guerrero, natural de Castuera,
se estableció siendo muy joven en la vecina localidad de Guareña, donde se
casó con Asunción Trigueros Bravo, formaron una familia humilde estableciéndose
en la localidad materna de Guareña. De este matrimonio nació Luís Chamizo
Trigueros el siete de noviembre del año 1894. Joaquín un hacendoso emprendedor,
trabajó en una tejería, y se dedicaba al oficio de alfarero, arte que
revolucionó en la fabricación de tinajas principalmente para el vino y el
aceite. Esta profesión y la venta del
producto elaborado por la comarca, le hizo establecer amistad con Gandida Gordo
de Guadalcanal, uno de sus mejores clientes.
La primera conexión de Chamizo con nuestro pueblo se
remonta al verano del año 1921, el mismo año que escribió su obra "El
miajón de los castúos” En este año, falleció Cándido Gordo y se trasladó a
Guadalcanal a asistir a las exequias en representación de su padre, fallecido
tres años antes. Aquí conoció a Virtudes Gordo Nogales, hija del cliente y
amigo de la familia, casándose el 18 de febrero del 1922 con ella en la Iglesia
de Santa María de la Asunción de Guadalcanal. De este matrimonio, nacieron
cinco hijas.
Después de su matrimonio se trasladó a Guadalcanal
viviendo en la casa familiar de su esposa, en el número 6 de la calle San
Bartolomé (actualmente
Costaleros y donde una placa colocada por el Ayuntamiento en 1994 recuerda el
centenario de su nacimiento). Durante su periodo de estancia en nuestra
localidad, siguió cultivando sus verdaderas aficiones, el estudio, la música,
la lectura y continuar escribiendo, dedicado a la administración de los
negocios de
su esposa, una bodega frente a la casa que habitaba, en la que Chamizo instaló en
la puerta dos grandes tinajas en forma de cono y a las dos fincas familiares,
ubicadas en el término de Cazalla, complementando estas actividades con la
representación de vinos y al alcoholes y la empresa familiar de alfarería de
Guareña.
En estas fincas, "La
Castaña" (conocida popularmente como "La Catana") y
"El Burgalés", Luís Chamizo pasaba largas temporadas en ellas, que,
de Hecho, están muy próxima, una de otra.
Pasó con su familia gran parte de la guerra civil en El
Burgalés, cuando vino a refugiarse de la contienda desde Guareña. En los
inviernos y coincidiendo con la recogida de la aceituna, daba clase y complementaba
los estudios de los hijos de las familias jornaleras que pasaban el periodo de
actividad en las fincas, durante el tiempo conocido como "dómia".
Aún se conservan el perfecto estado, las tinajas que en principio contenían el
famoso vino de Guadalcanal, y que, tras la filoxera, se dedicaron al almacenaje
del aceite que se producía con la recolección de la aceituna.
También hemos podido ver en una visita reciente a esta finca,
la mesa donde Chamizo pasaba mucho tiempo, componiendo sus poesías y un mueble
aparador. Desde aquí queremos dar las gracias a su actual propietario, Manuel
Pinelo, por las facilidades dada para visitar el cortijo.
Igualmente, eran frecuente en esta finca las llamadas "reuniones
literarias", en una de estas, conoció a Carlos Rein Segura,
malagueño, ingeniero agrónomo y político, desempeñó funciones en la Junta de
colonización y Repoblación en la colonia agrícola del Galeón en el término
municipal de Cazalla de la Sierra, fue alcalde de ésta durante el periodo de
1924 a 1926, asimismo, fue elegido ministro de Agricultura en la dictadura de
Franco. Carlos Rein en una entrevista en el diario ABC en el año 1926, dijo de
su amigo Chamizo: "... Es un castúo de ondas raíces extremeñas que ha
sembrado su germen literario, profesional y familiar en la Sierra Morena
Sevillana..."
También se reunía con amigos, entre ellos Federico
García Lorca y otros poetas de la zona, como el médico de Cazalla de la Sierra,
José María Osuna Jiménez
No era Chamizo un hombre especialmente dotado para los
negocios y administrador de la hacienda familiar, a pesar de sus estudios
mercantiles, Su carácter bohemio, literario y las largas ausencias de
Guadalcanal, hizo que realmente fuese su esposa la que administraba, Virtudes
controlaba los gastos y se dedicaba personalmente a contratar personal doméstico
y jornaleros en la época de cosecha. Era una mujer de gran cultura y entusiasta
de los viajes, estudió en Sevilla idiomas y aprendió a tocar el piano.
La segunda faceta que conocemos de Luis Chamizo en
Guadalcanal es la política local durante la dictadura de Primo de Rivera, si
bien fue una faceta poco fructífera y no una elección voluntaria, nombrado
concejal el 1 de marzo de 1924, siendo alcalde Daniel Muñoz Vázquez y
sustituyendo a este el 7 de abril de este mismo año como primer edil. Él continua
con su actividad académica y contantes ausencias de la localidad, siendo
designado académico de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras,
coincidiendo en esta estepa con Antonio Muñoz Torrado, guadalcanalense y que
ejercita de primer secretario. Solicito varios permisos o excedencias
municipales y se ausentó repetidas veces del pueblo para atender sus negocios
en Guareña y viajes a Sevilla para cumplir como académico y reuniones
literarias, quedando como alcalde en funciones Daniel Muñoz. Finalmente, cesó
de sus funciones municipales el 4 de septiembre del 25, siendo sustituido
después de 515 días por Daniel Muñoz Vázquez hasta terminar la legislatura en
mayo de 1927.
Por último, queremos fijarnos en la faceta literaria que
cultivó en Guadalcanal, donde se encuentra parte del legado en su
despacho-biblioteca de la casa familiar, escribiendo varias de sus obras, dos
de ellas aun inéditas. Entre estas obras destacamos "Las Brujas",
que fue representada el 31 de enero en el teatro Cervantes de la ciudad
hispalense y en la noche de 10 de octubre de 1930 en Madrid, un mes después en
el teatro López de Ayala de Badajoz, entre otros, así mismo, en Guadalcanal
fue representada con carácter local en un recinto situado frente al Paseo de
El Palacio, conocido popularmente como "Trespalacios", lugar
en el que en los meses de veranos se instalaba un cinematógrafo y se exponían
obras de teatro y actuaciones de variedades.
Como hemos mencionado anteriormente, eran frecuentes las
reuniones literarias que se organizaban en las fincas de la familia o en otras
de los pueblos cercanos a los que era invitado. En el año anterior a
establecerse en nuestro pueblo, fue reconocido su gusto por la poesía
regionalista extremeña, obteniendo gran reconocimiento con la publicación de "El
Miajón de los Castúos" libro en el que refleja la esencia del pueblo
extremeño, saboreando las mieles del éxito en Guadalcanal cuando apenas contaba
con 24 años. .,
Durante la época que vivió en Guadalcanal colaboró en
periódicos y revistas, queremos destacar una poesía titulada "Los
héroes sin gloria", que publicó en la revista “El comercio de
Guadalcanal" en 1928:
I
Oh, los héroes sin
gloria;
los héroes del martillo
y del arado;
los que nunca tuvieron
más amigos
que el Dolor, la
Miseria y el Trabajo!
Los que nacieron en
jergones duros
y se nutrieron de los
senos flácidos;
los que al abrir los
ojos a la vida
no encontraron sonrisa,
si no llanto.
Los que no protestaron
del Destino;
los que nunca mintieron
ni adularon,
y a fuerza de decir la
verdad siempre
se hicieron hombres
libres, siendo esclavos.
¡Oh, lo héroes sin
gloría;
los buenos, los
humildes, ¡mis hermanos!
Los que sufren y rezan
y trabajan
con sonrisas muy dulces
en los labios!
II
La vieja aristocracia,
sin torneos,
sin cruzadas, sin
moros, sin vasallos,
se muere de nostalgia
en los salones
de sus viejos palacios.
La vieja aristocracia
nos mantiene
las flores enfermizas
del pantano:
pereza, laxitud,
desdén, abulia,
modorra, languidez,
esplín, cansancio...
de vivir eternamente,
sin tregua ni reposo
descansando!
los nietos de aquellos
invencibles guerreros
hijosdalgos!
Respetad los archivos
donde yacen
los viejos pergaminos
olvidados.
Aún hay trincheras que
ganar.
La Patria también hoy
necesita vuestro brazo.
Rasgad en submarinos el
misterio
del vientre colocal del
Océano.
Dominad cual cóndores
las alturas
En vuestros dirigibles
y aeroplanos.
Pero dejad la tierra a
los humildes
hijos de la Constancia
y del Trabajo:
que lleguen a ser
dueños de talleres
y lleguen a labrar sus
propios campos.
III
¡Oh, los héroes sin
gloria;
los héroes del martillo
y del arado;
los que nunca tuvieron
más amigos
que el Dolor, la
Miseria y el Trabajo!
Los que pobres nacieron
(vivieron) y murieron
porque nunca mintieron
ni adularon;
los que en lucha
continua con el hambre,
llevan dulces sonrisas
en los labios.
Los que todo lo sufre
con paciencia
y todo lo soportan
resignados.
¡Oh, mis héroes sin
gloría: los humildes!
Trabajar, esperar; y al
fin, hermanos...
Una vez terminada la guerra civil, la familia se trasladó
a Madrid, donde fijó su residencia, allí desempeñó un cargo en el Sindicato de
Espectáculos, consiguiendo un sueldo del estado que, unido a las rentas de su
negocios y fincas de Guareña y Guadalcanal, le permitió vivir desahogadamente.
Si bien conservó la casa familiar de en la actual calle Costaleros de Guadalcanal,
donde viajaba con la familia en varios periodos del año y aún se conserva su
despacho-biblioteca, muchos muebles y recuerdos de aquella época.
Publicado en el libro homenaje Luis Chamizo el año del centenario Guareña-Guadalcanal 2021/2022
Autor. - Rafael Spínola
Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario