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sábado, 18 de enero de 2025

Luis Chamizo y Guadalcanal, dos vías paralelas

 

 ...Es un castúo de ondas raíces extremeñas que ha sembrado su germen literario, profesional y fa­miliar en la Sierra Morena Sevillana...

            La vida de Luis Florencio Chamizo Trigueros estu­vo vinculada a Guadalcanal por un largo periodo de su vida, Sobre esta época, hacemos una recopilación de datos que nos introducen en la vida y obra de este guarañense, que destacó en la primera mitad del siglo XX y dejó su legado como abogado, político, poeta y dramaturgo.

            Luis Chamizo nació en el seno de una familia humilde de Guareña, donde el padre tenía una tejera y se dedicaba al oficio de la alfarería, oficio que con inteligencia y tesón habría convertido al cabo de al­gunos años en un próspero negocio al modificar las líneas convencionales de las tinajas para el vino y con­vertirlas en cilindros, mucho más práctico a la hora de aprovechar los espacios de las bodegas.

            Tras cursar su primera enseñanza en Gua­reña, se trasladó posteriormente a Madrid para co­menzar sus estudios y posteriormente se trasladó a Sevilla donde cursó bachillerato y estudios de Perito Mercantil, a la muerte de su padre en 1918 se trasla­dó a Guareña para hacerse cargo del negocio familiar, Posteriormente, se doctoró en Derecho en la Univer­sidad de Murcia a los 24 años, licenciatura que había en la Universidad Central de Madrid.

            Su padre, Joaquín Chamizo Guerrero, natural de Castuera, se estableció siendo muy joven en la veci­na localidad de Guareña, donde se casó con Asunción Trigueros Bravo, formaron una familia humilde esta­bleciéndose en la localidad materna de Guareña. De este matrimonio nació Luís Chamizo Trigueros el siete de noviembre del año 1894. Joaquín un hacendoso emprendedor, trabajó en una tejería, y se dedicaba al oficio de alfarero, arte que revolucionó en la fabricación de tinajas principalmente para el vino y el aceite.   Esta profesión y la venta del producto elaborado por la comarca, le hizo establecer amistad con Gandida Gordo de Guadalcanal, uno de sus mejores clientes.

            La primera conexión de Chamizo con nuestro pueblo se remonta al verano del año 1921, el mismo año que escribió su obra "El miajón de los castúos” En este año, falleció Cándido Gordo y se trasladó a Guadalcanal a asistir a las exequias en representación de su padre, fallecido tres años antes. Aquí conoció a Virtudes Gordo Nogales, hija del cliente y amigo de la familia, casándose el 18 de febrero del 1922 con ella en la Iglesia de Santa María de la Asunción de Guadalcanal. De este matrimonio, nacieron cinco hijas.

            Después de su matrimonio se trasladó a Guadalcanal viviendo en la casa familiar de su esposa, en el número 6 de la calle San Bartolomé (actualmente
Costaleros y donde una placa colocada por el Ayuntamiento en 1994 recuerda el centenario de su nacimiento).
Durante su periodo de estancia en nuestra
localidad, siguió cultivando sus verdaderas aficiones, el estudio, la música, la lectura y continuar escribien­do, dedicado a la administración de los negocios de
su esposa, una bodega frente a la casa que habitaba, en la que Chamizo instaló en la puerta dos grandes tinajas en forma de cono y a las dos fincas familiares,
ubicadas en el término de Cazalla, complementando estas actividades con la representación de vinos y al­ alcoholes y la empresa familiar de alfarería de Guareña.
            En estas fincas, "La Castaña" (conocida popularmente como "La Catana") y "El Burgalés", Luís Chamizo pasaba largas temporadas en ellas, que, de Hecho, están muy próxima, una de otra.

            Pasó con su familia gran parte de la guerra civil en El Burgalés, cuando vino a refugiarse de la contienda desde Guareña. En los inviernos y coin­cidiendo con la recogida de la aceituna, daba clase y complementaba los estudios de los hijos de las familias jornaleras que pasaban el periodo de actividad en las fincas, durante el tiempo conocido como "dómia". Aún se conservan el perfecto estado, las tinajas que en principio contenían el famoso vino de Guadalcanal, y que, tras la filoxera, se dedicaron al almacenaje del aceite que se producía con la recolección de la aceituna.

            También hemos podido ver en una visita reciente a esta finca, la mesa donde Chamizo pasaba mucho tiempo, com­poniendo sus poesías y un mueble aparador. Desde aquí queremos dar las gracias a su actual propietario, Manuel Pinelo, por las facilidades dada para visitar el cortijo.

            Igualmente, eran frecuente en esta finca las llamadas "reuniones literarias", en una de estas, cono­ció a Carlos Rein Segura, malagueño, ingeniero agró­nomo y político, desempeñó funciones en la Junta de colonización y Repoblación en la colonia agrícola del Galeón en el término municipal de Cazalla de la Sie­rra, fue alcalde de ésta durante el periodo de 1924 a 1926, asimismo, fue elegido ministro de Agricultura en la dictadura de Franco. Carlos Rein en una entre­vista en el diario ABC en el año 1926, dijo de su amigo Chamizo: "... Es un castúo de ondas raíces extremeñas que ha sembrado su germen literario, profesional y fa­miliar en la Sierra Morena Sevillana..."

            También se reunía con amigos, entre ellos Fe­derico García Lorca y otros poetas de la zona, como el médico de Cazalla de la Sierra, José María Osuna Jiménez

            No era Chamizo un hombre especialmente dotado para los negocios y administrador de la ha­cienda familiar, a pesar de sus estudios mercantiles, Su carácter bohemio, literario y las largas ausencias de Guadalcanal, hizo que realmente fuese su esposa la que administraba, Virtudes controlaba los gastos y se dedicaba personalmente a contratar personal domés­tico y jornaleros en la época de cosecha. Era una mujer de gran cultura y entusiasta de los viajes, estudió en Sevilla idiomas y aprendió a tocar el piano.

            La segunda faceta que conocemos de Luis Chamizo en Guadalcanal es la política local durante la dictadura de Primo de Rivera, si bien fue una faceta poco fructífera y no una elección voluntaria, nombra­do concejal el 1 de marzo de 1924, siendo alcalde Da­niel Muñoz Vázquez y sustituyendo a este el 7 de abril de este mismo año como primer edil. Él continua con su actividad académica y contantes ausencias de la lo­calidad, siendo designado académico de la Real Aca­demia Sevillana de las Buenas Letras, coincidiendo en esta estepa con Antonio Muñoz Torrado, guadalcanalense y que ejercita de primer secretario. Solicito va­rios permisos o excedencias municipales y se ausentó repetidas veces del pueblo para atender sus negocios en Guareña y viajes a Sevilla para cumplir como aca­démico y reuniones literarias, quedando como alcal­de en funciones Daniel Muñoz. Finalmente, cesó de sus funciones municipales el 4 de septiembre del 25, siendo sustituido después de 515 días por Daniel Mu­ñoz Vázquez hasta terminar la legislatura en mayo de 1927.

            Por último, queremos fijarnos en la faceta lite­raria que cultivó en Guadalcanal, donde se encuentra parte del legado en su despacho-biblioteca de la casa familiar, escribiendo varias de sus obras, dos de ellas aun inéditas. Entre estas obras destacamos "Las Bru­jas", que fue representada el 31 de enero en el teatro Cervantes de la ciudad hispalense y en la noche de 10 de octubre de 1930 en Madrid, un mes después en el teatro López de Ayala de Badajoz, entre otros, así mis­mo, en Guadalcanal fue representada con carácter lo­cal en un recinto situado frente al Paseo de El Palacio, conocido popularmente como "Trespalacios", lugar en el que en los meses de veranos se instalaba un cinema­tógrafo y se exponían obras de teatro y actuaciones de variedades.

            Como hemos mencionado anteriormente, eran frecuentes las reuniones literarias que se organi­zaban en las fincas de la familia o en otras de los pueblos cercanos a los que era invitado. En el año anterior a establecerse en nuestro pueblo, fue reconocido su gusto por la poesía regionalista extremeña, obteniendo gran reconocimiento con la publicación de "El Miajón de los Castúos" libro en el que refleja la esen­cia del pueblo extremeño, saboreando las mieles del éxito en Guadalcanal cuando apenas contaba con 24 años.    .,

            Durante la época que vivió en Guadalcanal colaboró en periódicos y revistas, queremos destacar una poesía titulada "Los héroes sin gloria", que publi­có en la revista “El comercio de Guadalcanal" en 1928:

I

Oh, los héroes sin gloria;

los héroes del martillo y del arado;

los que nunca tuvieron más amigos

que el Dolor, la Miseria y el Trabajo!

Los que nacieron en jergones duros

y se nutrieron de los senos flácidos;

los que al abrir los ojos a la vida

no encontraron sonrisa, si no llanto.

Los que no protestaron del Destino;

los que nunca mintieron ni adularon,

y a fuerza de decir la verdad siempre

se hicieron hombres libres, siendo esclavos.

¡Oh, lo héroes sin gloría;

los buenos, los humildes, ¡mis hermanos!

Los que sufren y rezan y trabajan

con sonrisas muy dulces en los labios!

II

La vieja aristocracia, sin torneos,

sin cruzadas, sin moros, sin vasallos,

se muere de nostalgia en los salones

de sus viejos palacios.

La vieja aristocracia nos mantiene

las flores enfermizas del pantano:

pereza, laxitud, desdén, abulia,

modorra, languidez, esplín, cansancio...

de vivir eternamente,

sin tregua ni reposo descansando!

los nietos de aquellos

invencibles guerreros hijosdalgos!

Respetad los archivos donde yacen

los viejos pergaminos olvidados.

Aún hay trincheras que ganar.

La Patria también hoy necesita vuestro brazo.

Rasgad en submarinos el misterio

del vientre colocal del Océano.

Dominad cual cóndores las alturas

En vuestros dirigibles y aeroplanos.

Pero dejad la tierra a los humildes

hijos de la Constancia y del Trabajo:

que lleguen a ser dueños de talleres

y lleguen a labrar sus propios campos.

III

¡Oh, los héroes sin gloria;

los héroes del martillo y del arado;

los que nunca tuvieron más amigos

que el Dolor, la Miseria y el Trabajo!

Los que pobres nacieron (vivieron) y murieron

porque nunca mintieron ni adularon;

los que en lucha continua con el hambre,

llevan dulces sonrisas en los labios.

Los que todo lo sufre con paciencia

y todo lo soportan resignados.

¡Oh, mis héroes sin gloría: los humildes!

Trabajar, esperar; y al fin, hermanos...

            Una vez terminada la guerra civil, la familia se trasladó a Madrid, donde fijó su residencia, allí desem­peñó un cargo en el Sindicato de Espectáculos, consi­guiendo un sueldo del estado que, unido a las rentas de su negocios y fincas de Guareña y Guadalcanal, le permitió vivir desahogadamente. Si bien conservó la casa familiar de en la actual calle Costaleros de Gua­dalcanal, donde viajaba con la familia en varios perio­dos del año y aún se conserva su despacho-biblioteca, muchos muebles y recuerdos de aquella época.

Publicado en el libro homenaje Luis Chamizo el año del centenario Guareña-Guadalcanal 2021/2022

Autor. - Rafael Spínola Rodríguez

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