Guadalcanal, valió un Potosí
“Vale un Potosí”, así se dice en
España para referirse a riquezas inmensas y casi inaccesibles. Muchos españoles
saben dónde estaba este famoso monte de plata (hoy, propiedad del Estado de
Bolivia) el cual tuvo tanta importancia para la Hacienda Real de Felipe II,
pero, por el contrario, a veces, ni aún historiadores españoles están
informados de que durante los años 1555-1565, hubo otra mina de plata de
importancia grandísima, pero no en las Indias, sino en España, en el término de
Molinillo, a unos cinco kilómetros de distancia de Guadalcanal.
En agosto del año 1555, un vecino de
Guadalcanal, de nombre. Martín Delgado, un hombre pobre, de poca suerte en su
vida (murió en 1556), descubrió una veta de plata muy rica y según las
leyes dio cuenta de su existencia a las autoridades de su pueblo. Al poco
tiempo fueron descubiertas otras ricas vetas. Cuando
la Corona se halló informada de los grandes tesoros de Guadalcanal, actuó en
seguida: “las minas fueron declaradas propiedad del rey y se nombró un
administrador real, Agustín de Zárate, que se puso en marcha hacia Guadalcanal
para reservar los derechos del rey (no encontrándose en España en esta época,
sino en Flandes, en su ausencia gobernó la princesa doña Juana de Portugal)”.
El día 7 de noviembre de 1555 se
empezó con la producción. A los descubridores, así como los hombres que
hubieran podido demandar derecho en las minas, teniendo en sus manos cartas de
merced, se les forzó a renunciar a todos los derechos en favor de la Corona,
dándoles indemnizaciones muy escasas.
El fundamento legislativo de esta
expropiación por la Corona, fue el antiguo Ordenamiento de Alcalá de 1316, en
el que el rey Alfonso XI había declarado categóricamente: “Todas las mineras
de oro é de plata, é de plomo, é de otra guisa cualquier que minera sea en el
Sennorio del Rey ninguno non sea osado de labrar en ella sin mandado del
Rey". Pero, sin embargo, del dicho ordenamiento, esta privación fue una gran
injusticia, porque el rey Juan I en 1387, había renunciado a este regalo y
constituido que todos los súbditos "de los dichos nuestros Reynos puedan
buscar, y catar, y cavar en sus tierras y heredades de las dichas mineras de
oro y plata y de otros metales”.
En recompensa por la dicha renuncia
a su regalo, el rey sólo demandó dos tercios de cualquier metal sacado. Cuando
fueron descubiertas las minas de Guadalcanal, estuvo aún en vigor esta ley de
Juan I, según la cual los descubridores hubieran tenido derecho en un tercio de
la plata producida. Los argumentos de los juristas de Felipe II para justificar
la no observación de la ley de Juan I, fueron demasiados dudosos, explicando,
por ejemplo, que, si el rey hubiera sabido en 1387 que en tiempos futuros
serían descubiertas minas de tanta riqueza como las de Guadalcanal, él de
seguro no hubiera querido renunciar a la tercera parte de su derecho. Felipe II
sabiendo muy bien lo dudoso de los argumentos de sus juristas en los pleitos
con los descubridores en 10 de enero de 1559, pasó un fuero minero nuevo,
ordenando otra vez la incorporación de todas las minas de oro, plata y azogue y
poniendo en un radio de una legua, alrededor de las minas de Molinillo, un
círculo prohibiendo el acceso a cualquier persona no autorizada por los
oficiales del rey. Las minas fueron explotadas por cuenta del rey.
En los pozos de las minas de
Guadalcanal, trabajaron en los años 1556 1561 hasta 300 personas, no sólo
españoles (algunos vecinos de Guadalcanal, Cazalla, Constantina y Azuaga), sino
también franceses, italianos, alemanes, flamencos, ingleses, judíos y, sobre
todo, los esclavos negros comprados en Zafra, mercado central Extremadura para
el comercio con esclavos importados de Portugal.
En los primeros años de su
producción, las minas de Guadalcanal han sido más ricas que las de Potosí.
Desde el 7 de noviembre de 1555 hasta el 12 de noviembre de 1563, se sacaron de
los pozos de Guadalcanal, 319.23 marcos, una onza y seis ochavas de plata.
Valió la plata producida a razón de 2.320 maravedíes cada marco, por ser plata
muy buena y fina 740.133.867 maravedíes, de los cuales descontados 134.069.568
que fue todo lo que se gastó en dicha fábrica de Guadalcanal.
¿Qué se hizo con la plata de las
minas de Guadalcanal?. Se entregó la plata a los oficiales de la Casa de la
Contratación de Sevilla y después se llevó a la Casa de la Moneda de esa ciudad
“para labrar dela moneda para pagar las libranzas que en ella se hazen”.
Es quizás interesante saber que no sólo los prestamistas extranjeros de la Corona
(que rogaron ser pagados con la moneda procedente de las minas de
Guadalcanal), recibieron asignaciones de esa plata, sino que también los
almirantes de la Armada y los generales de los Ejércitos españoles en Italia,
los Países Bajos y África (Melilla).
Además; se pagó con la plata de
Guadalcanal sustento del Emperador Carlos I en Yuste durante los últimos años
de su vida. Pero sólo durante 10 años las minas de Guadalcanal, fueron muy
ricas; entonces, desde el año 1565, el beneficio legó a ser muy escaso y se
estima que desde el año 1567, la plata sacada de la mina no bastó ni aún para
los gastos efectuados.
En una carta del año 1570, que
Felipe II escribió al primer administrador de mina, Agustín de Zárate, el rey
siente mucho la disminución de la producción de mina y le da orden de regresar
otra vez a Guadalcanal para volver a administrarla. Pero esta vez tampoco
Zárate tuvo éxito, la mina nunca más dio tantas riquezas como en los primeros
años de su explotación.
En 1584 dejó de labrarse las minas
por cuenta de la Real Hacienda. Sin embargo, el recuerdo de los tesoros
legendarios que tuvo la mina los primeros diez años de su producción, estimuló
también en los siglos próximos XVL XV I y XIX a los reyes y a las grandes
empresas mineras españolas y también extranjeras (Fúcares 1632-38, Conde de
Clandord), muchos trataron de explotar otra vez los pozos antiguos y
gastaron mucho dinero para desaguar y reedificar la mine No estoy seguro de
cuáles han sido las causas del declinar de la mina. Quizá las vetas se agotaron
entonces, aunque podría ser que todavía en la actualidad hay plata rica en Molinillo,
pero los yacimientos están muy hondos y por eso sería muy difícil y costoso
explotarlos
GEORGE BRAUN, M. A. Licenciado en Historia y Becario del C. I. S.
Revista de feria 1972
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