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lunes, 13 de enero de 2020

La arquitectura de la orden de Santiago en Guadalcanal 4/6



Nuestro patrimonio monumental 4 
Iglesia de Santa Ana
Sobre la tercera parroquia de la villa, la de San Sebastián, algunos investiga­dores señalan que fue fundada por el maestre don Alonso de Cárdenas en los años ochenta del siglo XV (71). Por otra parte, Hernández Díaz, Sancho Corbacho y Collantes de Terán, apuntan que la parte más antigua del templo parece de un momento muy poco avanzado de ese siglo. Por todo ello, Mi­rón plantea la posibilidad de que el edificio se erigiese a principio» de dicha centuria y que la noticia sobre su fundación aluda a su conversión en parroquia (72). Podemos añadir que los visitadores de 1494 afirmaron que el cuerpo de la iglesia se estaba haciendo de nuevo "de tres naves con sus arcos de ladrillo, e en el, la capilla principal es de boueda, e esta por cubrir cierta parte de la dicha Yglesia". La techumbre se estaba haciendo con madera tosca y cañas, con barro y teja encima. Entonces en la iglesia no había campanas, salvo una esquila pequeña encima del arco toral. Sin embargo, en 1509 y 1515, ya se menciona que contaba con dos campanas en el campanario, además de con un esquilón (73),
A mediados del XVI se acometieron importantes reformas en este templo pues, además de cons­truirse entonces un nuevo presbiterio, pasó a tener una única nave sobre arcos transversales (74). Así, en 1549 los visitadores apuntaron que se estaba cubriendo con una techumbre de madera de castaño y ladrillo y que era una verdadera obra morisca con sus vigas talladas y racimos dorados (75). Posteriormente, en 1575 señalaron que tenía una capilla principal, de crucería de cantería, que se había hecho después de la visita anterior, a la que se accedía por nueve gradas de ladrillo, y que a sus lados había dos capillas pequeñas de particulares. En el lado de la epístola una puerta daba a la sacristía, que era pequeña. La iglesia tenía además otras puertas, de las que se apuntó que una era "de testero, entrando por la cual, a la mano derecha está la Pila del Bautismo; junto a ella una escalera de ladrillo por la cual se sube al coro, el cual es de madera, con su antepecho sobre dos pilares de piedra"; y otra estaba "en mitad de la iglesia, al mediodía (sur), entrando por la cual hay otra puerta que sale al hospital de Santiago”. (76) En 1575 también se abordó la ampliación del templo, cuyo ensanche tenía la problemática de la falta de espacio, ya que provocaría un estrechamiento excesivo de la calle contigua. Ello se solucionó abriendo los arcos que comunicaban la iglesia con el hospital de Santiago y cerrando la puerta de éste, incorporándola a la iglesia. Años después, en 1600, parece que se estaba labrando de nuevo en la torre. (77)  En el siglo XVIII a la iglesia se le adosó una nave en el lado izquierdo que ce cubrió con bóveda de ca­ñón y arcos fajones (78),
Ángulo Iñiguez describió la iglesia de San Sebastián también como de arcos transversales del tipo de la sierra, señalando que las pilastras, bastante elevadas, y los capite­les, muy sencillos, parecían ser del siglo XV. La cubierta era de carpintería de tres paños; y la capilla mayor, de planta cuadrada, con bóveda de crucería de ejecución "próxima a 1500". El edificio se encontraba, en 1932, en adecuadas condiciones (79). Por otra parte, Hernández Díaz y Sancho Corbacho consideraron el edificio como una "notabilísima" obra mude jarica y añadieron a lo ya apuntado que el primer tramo está desviado respecto al eje principal del templo, al igual que la capilla mayor (80). Destacaron, además, como elemento interesante y propio de la zona, la torre fachada inconclusa de época renacen­tista, que Ángulo describió como similar a la de Santa Ana, pero con columnas renacimien­to, que la hacían de muy avanzado el siglo XVI, y que estaba sin remate (81). En cuanto a la portada, la fecharon en el siglo XVIH, mientras que una portadilla lateral existente junto a la misma la calificaron de estilo Isabel (82)
El edificio fue saqueado en 1936, descubriéndose entonces el arco ojival de ladrillo en el frente norte de la capilla del Sagrario, perteneciente al núcleo primario de la edificación (83). A mediados del siglo XX fueron demolidas la torre "y parte de su arquitectura”, convirtiéndose en mercado de abastos en 1952 (84). Las fachadas están hoy muy modificadas, apareciendo en ellas una serie de huecos con formas y disposiciones ajenas a la arquitectura original del edificio, al igual que las pilastras y las bolas que la rematan. Hoy el edificio sigue siendo un mercado y, sin entrar en consideraciones sobre lo adecuado de su uso, presenta un buen estado de conservación.
Pero en Guadalcanal, además de las tres parroquias citadas, hubo otras iglesias. Una de ellas es la de San Vicente, ubicada en la misma plaza mayor de la villa. Se trata de un edificio barroco, del siglo XVIII, con planta de cruz latina, nave cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos y cúpula en el crucero (85). Al parecer, antes (en 1575) había sido una ermita (86). Según Salvador Hernández, el templo actual fue hecho por la Hermandad del Rosario y su construcción se finalizó en 1739. Tras pasar por diversos avatares en el siglo XIX, se cerró al culto en 1917, utilizán­dose a partir de entonces como almacén (87) Posteriormente tuvo varios usos (carpintería, emisora local de radio, alma­cén de pasos de Semana Santa,..), hasta 1977, cuando el arzobispado vendió el edificio. En 1980 los arquitectos José Núñez Castain y Pablo G. de Zúñiga Caravaca redactaron un proyecto de reutilización de la iglesia corno local para bar y lugar de reuniones, que se ejecutó en 1981(88) Actual­mente es sede de la Peña Bélica, uso para el que se realizó un proyecto de adecuación del edificio (89).
Manuel Maldonado apunta que en la visita de la or­den realizada en 1575 figura otra iglesia denominada de la Mina, sita en el poblado de igual nombre. Era entonces nueva y se había construido para dar servicio religioso a los trabajadores de la rica mina de plata que se había descubierto en 1555. Tenía una nave mediana de piedra rajada, y techumbre de madera de castaño y alfarjías y ladrillos por tabla. A la capilla principal, que era de crucería de ladrillo, se subía por tres gradas de azulejos. Al cerrarse la mina, en 1645, la iglesia debió abandonarse, pues hoy no queda nada de ella (90).
Esta localidad tuvo también numerosas ermitas, la mayor parte de ellas desaparecidas. Sin embargo, conserva dos muy significativas, la de San Benito y la de la Virgen de Guadítoca. La de San Benito es hoy un edificio de una nave, cubierta con bóveda de cañón con lunetos, con una media naranja en el presbiterio y una cúpula pequeña en el camarín. Tiene gran parecido con la ermita de Guadítoca y es mayoritariamente de estilo barroco, aunque conserva interesantes restos de su primitiva traza. Cuenta con un porche de ingreso a los pies, que contiene la actual portada de la ermita (constituida por un arco rebajado sencillamente enmarcado), y restos de otro en el lado de la epístola. Presenta, además, dos portadas hoy cegadas; una pequeña con arco apuntado, apreciable en el paramento interior del lado del evangelio, y otra de mayor tamaño, mudéjar de época tardía, que clara­mente se manifiesta en el paramento exterior del lado epístola (91). También se observan en la fábrica unos tondos o me­dallones de piedra, que pueden proceder de las claves de la desaparecida bóveda gótica. La construcción original ha sido fechada entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV 295. 
Situada a media legua de villa fue visitada en 1494, por 1o que sabemos que estaba constituida por cuatro arcos de cal y ladrillo, y otro arco menor sito en la capilla del altar. Con dicha información podemos plantear que posiblemente sería similar a las igle­sias de arcos transversales de la sierra estudiadas por Ángulo. También conocemos que estaba cubierta con madera tosca y de zarzas de mora, barro y teja y que su suelo estaba enladrillado. La descripción reali­zada por los visitadores es bastante confusa y difícil de comprender, pero creemos poder aclararla. La er­mita contaba con dos portales: uno al mediodía, de ladrillo con arcos, cuyos pilares se apoyaban sobre un antepecho, y que tenía cubierta de madera (la visita lo señala como de entrada); y otro a los pies, con tres pilares que sostenían un muro de cerramiento superior, sobre el que se apoyaba y terminaba la cubierta del hastial de la ermita. Sobre el tejado, en un pilar de ladrillo, había una campana mediana. Los visitadores también apuntaron que a un lado de la iglesia había una casa tan larga como el cuerpo de la ermita, y que junto al portal de los pilares había un aposentamiento para los devotos, con un corral en cuyo fondo se situaba una casa "buena" donde moraba el ermitaño. Estos espacios parecen coincidir con restos constructivos existentes hoy en el lado norte del edificio. Los soportales que rodeaban a la ermita por el lateral y los pies la singularizan respecto a otros edificios de la zona y permiten relacionarla con la estética del mudéjar extremeño, en el que se localizan este tipo de arquerías En la misma visita se recogió que la ermita estaba razonablemente reparada y, también, que el mayordomo de la misma había comprado un millar de ladrillos para labrar en ella. Varios autores señalan esta fecha como en la que se empezó a reedificar la capilla mayor. De hecho, en 1509 los visitadores anotaron que la ermita estaba "bien rreparada y hecha una capilla que estaba prinçipiada.
Los textos de la visita efectuada en 1575 añaden que era "de cantería de piedra rosada", que tenía dos puertas, una a septentrión y otra al mediodía, delante de la que había un portal erigido sobre cuatro arcos de ladrillo. La descripción de la iglesia recoge que su cuerpo era de tres arcos (no de cuatro, por lo que se puede suponer que el más cercano a la cabecera pasó a formar parte de la misma), y que la capilla principal se cubría entonces con una bóveda de crucería de ladrillo y tenía delante una reja de madera. En mitad del cuerpo de la ermita había una puerta por la que se entraba a una pieza larga que la ermita quedó muy alterado con estas obras (92) De los mismos años deben ser la pequeña cúpula del camarín y la edificación adosada en la cabecera, que ocupaba la zona baja del mismo y que parece haber sido usada como vivienda.
En el siglo XÍX comenzaría la decadencia de la ermita, pues casi fue destruida por los franceses y sufrió posteriores incautaciones. Aun así, también hubo algunos intentos para revitalizar su uso, que se mantendría hasta entrado el siglo XX (93), La ermita fue saqueada en 1936 (94) posteriormente desacralizada. Finalmente, en 1977 la adquirió Antonio Fontán Pérez, marqués de Guadalcanal (95) Gracias al interés del propietario por conservar este edificio (ha costeado su restauración) y a las gestiones realizadas por su sobrino Antonio Fontán Meana, hoy se encuentra consolidado, aunque sin uso. (96)



NOTAS. -

(71) CORDÓN BERNABÉ, Antonio, "La iglesia de San Sebastián", Historia de Guadalcanal (1985); HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, "Apuntes históricos cobre la antigua Iglesia de San Sebastián de Guadalcanal” Guadalcanal Feria y fiestas (2002), p. 57; y MIRÓN, Andrés, Historia.... ob. cii., pp. 58 y 60.
(72)  HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERÁN, Francisco, Ca­talogo arqueológico... oh. cit., t. IV, pp. 220 y 232; y MIRÓN, Andrés, Historia... ob. cit., p, 60.
(73) PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden... ob. ch., apénd. doc., t, 1II. pp. 800^801 y 952 y t IV p. 1289.
(74) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, "Apuntes histórico-artísticos...”, ob. cit., p. 58.
(75) FLORES GUERRERO, Pilar, El arte del Priorato... ob. cit., vol. I, p. 480.
(76) MALDONADO FERNANDEZ. Manuel, "El clero y...”, ob. cit., pp. 158-J 59. Las capillas particulares, latera­les a la capilla principal, pertenecían, la del lado de la epístola a los Funes y la del fado de evangelio, a Gonzalo Suarez y herederos.
(77) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, '"Apuntes histórico-artísticos...", ob. cit,, p. 58; y PLORES GUERRE­RO, Pilar, El arte del Priorato, ob. cit., vol. I, pp. 480-482. Esta investigadora apunta que en la visita de 1600 se recoge la existencia de una capilla de buen tamaño ubicada junto al arco toral, en el lado del evangelio, mandada hacer por Diego Ramos en su testamento, otorgado en 1573,
(78) FLORES GUERRERO, Pitar, El arte del Priorato... ob. cit., vol. 1, p. 480; y MORALES, Alfredo José, SANZ, María Jesús. SERRERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique, Guía artistita... ob. cit,. p. 390. La guía también señala que la iglesia era originariamente de una nave, a la que se le adosó otra en el lado izquierdo en eli siglo XVIII.
(79) ÁNGULO ÍÑIGUEZ, Diego, Arquitectura mudéjar... ob. cit,, p. 130. Véase también Edificios de tradición mudéjar... ob- cit., pp. 85-86.
(80) HERNÁNDEZ DÍAZ, José y SANCHO CORBACHO, Antonio, Edificios religiosos... ob. cit., pp. 126-128; y HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLEANTES DE TERÁN, Francisco. Catalogo Arqueológico... ob, cit., t. LV, pp. 220-223.
(81) ÁNGULO ÍÑ1GUEZ, Diego, Arquitectura mudéjar... ob. cit., p. 157.
(82) HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLEANTES DE TERÁN, Francisco, Catalogo Arqueológico... ob. cit., t. IV, p. 223.
(83) RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal... ob. cit., p. 132; MIRÓN, Andrés, Historia... ob. cit., p. 60; MORALES, Alfredo José, SANZ. María Jesús, SERRERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique, Guía artistita... ob. cit., p. 390. La guía recoge aún la torre-tachada, carente de remate, de la que señala que está muy enmascarada por adiciones posteriores.
(84) HERNÁNDEZ DIAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERAN, Francisco, Catalogo Arqueológico... ob. cil,,t. IV, p. 224. Véase también RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal... ob. cit. p.133.
(85) MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, “EI clero…”, ob. cit,, p. 163. La ermita se abría al culto diariamente para el rosario y para las celebraciones propias del santo titular.
(86) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, "La Capilla de San Vicente Ferrer de Guadalcanal y la antigua Her­mandad del Rosario de la Aurora", Guadalcanal Feria y fiestas (2000), pp. 17-21. En 1868 fue incautada por la Junta Revolucionaria. Fue devuelta en 1874. y se restauró y bendijo en 1875. Volvió a ser incautada por el Ayuntamiento en 1876 y nuevamente devuelta al año siguiente.
(87) NÜÑEZ CASTAIN, José y GARCÍA DE ZÚÑIGA CARAVACA, Pablo, "Reutilización de la iglesia de San Vicente. Guadalcanal", Revista Anuario (1982), pp. 58-59. Los arquitectos apuntan en esta publicación la necesidad de rehabilitación del importante patrimonio de la localidad, y justifican el uso al que se va a destinar el edificio como la única posibilidad de salvaguardarlo.
(88) El proyecto, presentado al Ayuntamiento, es de adecuación de la peña existente a la normativa vigente para la consecución de la licencia de apertura del local,
(89) Véase http://milksci.unizar.es/miner/biblio/labantil.html, documento consultado en septiembre de 2010; y MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, "El clero...", ob. cit., p. 160.
(90) HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLEANTES DETERÁN, Francisco, Catalogo Arqueológico... ob. cit., t. IV, p. 226.
 (91)  RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal., ob. cit., p. 139.
(92)  HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador Notas...”, ob. cit., pp. 172-173.
 (93)'Ibíd., pp. 170-171.
(94) HERNÁNDEZ DÍAZ, José y SANCHO CORBACHO, Antonio, Edificios religiosos... ob. cit., p. 131.
(95) GORDÓN BERNABÉ, Antonio "Ermita de.," ,ob. cit,
(96) RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal. ob. cit., p, 139- Quisiéramos agradecer a D. José María Lerdo de Tejada y Pérez de Ayala la ayuda que nos ha prestado para el estudio de esta intervención.


María Gracia y María del Valle Gómez Terreros Guardiola

lunes, 6 de enero de 2020

Esbozo de un sentir andaluz

la siega se cobra tu viejo sudor

A ti, Andalucía, que lloras anodada tu sueño ancestral de gloria.
Aquella gloriosa Al-Andalus, cri­sol de culturas, tradiciones y razas, que aún perviven en lo grandioso de su arquitectura, cargada de siglos y de estilos, en lo singular de su lengua, cargada de raíces políglotas. En ese próvido carácter andaluz que no cambió, ni el tiempo ni los avalares de la historia.
Tierra que conoció multitud de invasiones extranjeras en distintas “cocas históricas”, pueblos que establecidos en ella se contagiaron de su duende y tomáronia como propia. La amaron, engrandecieron y lloraron el día en que vencidos hubieron de abandonarla.
Piedras milenarias que desde los minaretes y atalayas de mezquitas y catedrales, nos gritan su antiguo abolengo.
A esta Andalucía tan cantada por tantos poetas, me dirijo desde la sencillez de mi torpe pluma ¡no con la brillantez que propor­ciona el saber! Cuya semilla no germinó mi tierra. Pero sí con el sentimiento que es el único vehículo del amor.
De entre tus hijas. Sevilla mi favorita. Y de Sevilla, su Sierra Norte, donde entre sierras y valles, verde olivar y trigales, se levanta como espuma el pueblo donde nací, Guadalcanal, pueblo de hondas raíces y tradiciones, justo marco para vivir en paz. Donde la prisa muere en cordiales tertulias, don­de el alma se crece en el sosiego de sus calles, todas engalanadas de blanco como en un eterno com­promiso de pureza. Reposar en su plaza bordeada de naranjos bor­dando el marco de lo que es nues­tro centro religioso: la iglesia de Santa María de la Asunción.
Respirar allá por los albores del Agosto en ese balcón de la sierra, llamado Palacio. Vivir la embria­guez popular de nuestras fiestas, conglomerado de complejos sen­timientos. De euforia y alegría en nuestra feria. De emocionada fe, en nuestra Semana Santa. Cuando Jesús, a golpe de hombros rotos, es llevado a su calvario por los costaleros. Poema vivo al "paso" de la Virgen de la Soledad; lloran los corazones y ríen las palmas, que sin duda llevarán hasta el cie­lo un mensaje de colectiva plega­ria.
La vida de nuestro pueblo no se esconde tras lujosas cristaleras ciudadanas, ni se apaga bajo el tumulto de los motores. En él aún no se ha perdido la armonía eco­lógica y cada amanecer trinan los pájaros y se escucha el trote de las caballerías confundiendo la voz sosegada del campesino y el ladrido de algún perro callejero, a lo lejos un gallo se despierta pe­rezoso.
El alma de una comunidad agrí­cola es el agricultor, trabajador sin asueto que exprime su sudor sobre la tierra, siempre la mirada al cielo y la esperanza en el alma, la humildad surca su rostro y pone rúbrica a un largo caminar de si­glos por los senderos del esfuerzo nunca recompensado.
Campesino errante,
pordiosero eterno de un mundo mejor;
poema sangrante
que susurra al viento mil temores viejos, mil quejas de amor.
Prendida a tu alma
la esperanza espera tejiendo un dolor,
mil años a cuesta
otro Agosto nuevo
la siega se cobra tu viejo sudor.
Sabe Dios qué penas,
qué hondas miserias templaron tu hoz,
las manos abiertas
a ese mundo nuevo
que vista tu cuerpo de gloria y amor
Campesino nuevo
que clama justicia
y un mundo mejor.
Si mi pluma toma los derroteros de la poesía, habrán de disculpar aquellos que la consideren cursi, pero en ese subjetivo sentir andaluz está, siempre está presente ya un a riesgo de caer en el más absoluto tedio, insisto en que An­dalucía es poesía, y poeta cada andaluz.
Porque poesía es la tierra moldea por lo azada,
la copla rota queda en medio del olivar,
la mula torda en la trilla,
la tarde allí en el pilar, cuandojuntos la esperamos.
Andalucía es poesía
y vive Dios que en el alma mía
impregnada de ella está,
pues siento gloria y agonía
si dicen Andalucía...
yo grito: TIERRA SIN PAR.

A. Chaves
Revista de Feria 1980


lunes, 30 de diciembre de 2019

La arquitectura de la orden de Santiago en Guadalcanal 3/6


 Nuestro patrimonio monumental 3 
Santa María de la Asunción
Por la visita de 1494 sabemos de la iglesia parroquial de Santa María (hoy de Santa María de la Asunción) que su altar contaba con unas gradas ante él y que estaba ricamente guarnecido de azu­lejos de colores muy bien labrados. La capilla principal era de bóveda, hecha de piedra en sus claves y cruceros, y en el arco toral había una viga atravesada, sobre la que asentaba un crucifijo y dos imágenes de madera antiguas. El cuerpo de la iglesia era de tres naves sobre arcos de ladrillo y cal, y su cubierta era de madera tosca y vieja. Tenía dos campanas mayores en el campanario (47). Como señala Hernández González, la estructura descrita se corresponde con la iglesia actual, si se abstraen las reformas y añadidos posteriores como, por ejemplo, las bóvedas de cañón que sustituyeron las techumbres de madera (48).
Posteriormente, en 1508 los visitadores hicieron referencia a una portada que se había man­dado hacer para la entrada que daba a la plaza y que aún no se había hecho. Aún en 1515 no se habían realizado las puertas de la iglesia "que el concejo avia de hazer", y se mandaron realizar bajo pena de multa. También se ordenó labrar el "armaderamiento" de la nave mayor, porque era de gran necesidad (49).
Según Maldonado Fernández, basándose en los textos de la visita de 1575, el cuerpo de la iglesia era "de obra morisca pintada de lazos con sus bullones y racimos dorados". La bóveda de la capilla mayor se decoraba "con doblones y dos escudos dorados". Se subía al altar mayor por seis gradas de azulejos. Bajando del mismo, en el lado derecho estaba la sacristía, dividida en dos piezas, y en el izquierdo, una capilla con bóveda mediana y reja de hierro. Existían algunas capillas menores, que no se ubicaron con claridad, y un coro de madera de pino bien labrado, erigido sobre un pilar de mármol y con antepecho de pino. A un lado de éste, en una pieza posterior, estaban los órganos y, debajo del mismo, se encon­traba la pila de bautismo. La iglesia disponía de una torre con campanas (50). Mirón señala además que la iglesia debió estar exenta originariamente (hoy integrada en una manzana), como demuestran los modillones mude jaricos en forma de caveto y unas pequeñas ventanas con arcos de herradura existentes en el lado de la epístola (51).
Hernández Díaz, Sancho Corbacho y Callantes de Terán, califican la iglesia de mude jarica y afir­man que en su construcción se aprovechó el muro de una edificación militar para apoyar sobre él su lado norte y la torre. Añaden a las descripciones ya anotadas, que las cabeceras laterales son planas, el presbiterio ochavado, los arcos apuntados, los pilares cruciformes y torre fachada desplazada hacia el lado del evangelio, de ladrillo. También datan el origen de la construcción a comienzos del siglo XIV (quizás finales del siglo XIII), aunque lo prolongan hasta el siglo XV, de cuando parece ser la bóveda estrellada de la capilla sacramental y un ventanal del presbítero, del lado de la epístola. (52)
Por otra parte, Ángulo Iñiguez con­sidera la torre de finales del XV o co­mienzos del XVI, destacando en ella que no dibuja en planta un rectángulo, como era frecuente, sino que tiene en uno de sus lados "un entrante oblicuo en el que se acusa la escalera lateral"; y los arcos conopiales decorativos del cuerpo de campanas, que demuestran que es obra de concepción gótica y que no se corresponden con los frontones renacentistas del cuerpo inferior inmediato. (53)
A comienzos del siglo XVI se siguieron efectuando obras en el templo, entre las que destacan la portada, en la que aún persisten elementos del gótico tardío, los arcos de varios vanos y los venta­nales superiores de la torre. De la misma centuria, pero ya de es­tilo renacentista, son la bóveda rebajada y casetonada de la capilla colateral de la epístola, la oval de la capilla colateral del testero del evangelio, los ventanales de la antigua capilla sacramental y los del cuerpo intermedio de la torre. Además, en la portadilla de acceso a la sacristía una inscripción data la misma en 1600. Posteriormente, en el siglo XVIÍI y aún más adelante, se efectuaron otras interven­ciones como la construcción de algunas capillas, el coro, que es obra moderna, y la torre del reloj que da a la plaza, fechada en 1931 (54). Cabe añadir que la iglesia fue saqueada en 1936, lo que afectó a sus bienes muebles (55), y que en un azulejo consta la rehabilitación de la fachada lateral de la iglesia (de la zona de la sacristía) efectuada por el taller de empleo interregional Al-Ándalus en 2006.
La segunda parroquia de esta villa, la iglesia de Santa Ana, es una construcción mudéjar de arcos transversales, del tipo denominado de la sierra (56), que ha sido muy reformada en siglos posteriores. Fue declarada Monumento en 1979 (57). Algunos autores apun­tan que en su solar había una mezquita que fue bendecida como iglesia cristiana en 1241, lo que la convertiría en el templo más antiguo de la localidad (58). Tabales Rodríguez y Romero Paredes, que han realizado un exhaustivo análisis arqueológico del edificio, creen poder argumen­tar (a pesar de no haberse localizado materiales arqueológicos anteriores al siglo XV) la existencia de tal mez­quita y sitúan sus posibles restos en el muro de los pies del edificio. Se­gún los mismos autores, las primeras obras cristianas se realizaron entre los siglos XIII y XV, y comenzaron por la cabecera de un templo del que poco ha quedado en el edificio ac­tual (59).
En 1494 los visitadores de la or­den apuntaron que no había en ella "hedifiçio de bóveda salvo los arcos por capilla e cubiertos de madera tosca e de cannas con su barro e teja encima, e de esta manera está cubierto todo el cuerpo de la yglesia, salvo que los arcos están prolongados por medio de la yglesia e las maderas cuelgan desde los arcos están los arcos fasta las paredes cubiertas por cima (sic) como dicho es". La iglesia tenía ya un portal en su entrada, con arcos de cal y ladrillo, y cubierto también de madera tosca, y un campanario con dos campanas (60). Posteriormente, en 1575, los visitadores señalaron que el edificio era muy antiguo y que tenía dos puertas, una al norte y otra al mediodía, con el ya citado portal. Entrando en el mismo, quedaban a la izquierda la pila bautismal y el coro, que era de madera de pino y estaba apoyado sobre un pilar grande de piedra. El techo de la capilla principal era de crucería de ladrillo y así altar se subía por sie­te gradas de azulejos (61).
A mediados del siglo XVII la igle­sia se adaptó al gusto barroco, deco­rándose con pinturas, construyéndo­se nuevas bóvedas (vaídas y semiesféricas) en las capillas laterales de la cabecera y reformándose las porta­das. También entonces se sustituyó la cabecera gótica por un nuevo presbi­terio de planta cuadrada, de grandes dimensiones, y cubierto con bóve­da semiesférica (62). A partir del siglo XVIII se ejecutaron obras de menor importancia, como la erección de la tribuna del coro (hoy desaparecida} y reformas de cubiertas (63).
En cuanto a la torre, que Ángulo consideraba de finales del gótico y principios del renacimiento, ha sido datada a finales del siglo XV (64). . El citado historiador señaló en 1932 que el edificio conservaba entonces la pri­mitiva cubierta de madera con sus paños originales, en uno de sus tramos (65) Hernández Díaz y Sancho Corbacho apuntaron además, en 1937, que los dos tramos de los pies estaban en dicho año cubiertos con madera moderna; que el inmediato, también techado con madera, conservaba elementos de la primitiva Corbacho apuntaron además, en 1937 que los dos tramos de los pies estaban en dicho año cubiertos con madera moderna; que el inmediato, también techado con madera, conservaba elementos de la época de la fábrica; que el siguiente estaba abovedado en forma de cañón ligeramente apuntado; y que "la capilla mayor tenía una gran cúpula que apeaba sobre arcadas ojivales. Las capillas laterales contaban con bóvedas de media naranja o vaídas. Señalaron además que tanto los arcos como las molduras de sentido clásico repartidos por el edificio eran roscos, lo que parecía evidenciar la intervención de maes­tros locales. La iglesia fue saqueada en 1936 y el edificio se convirtió, durante un tiempo, en granero (66). Posteriormente quedó sin uso, llegando a fines del siglo XX en muy mal estado.
En 1996 los arqueólogos Miguel Ángel Tabales Rodríguez y Carmen Romero Paredes efectuaron la ya referida intervención arqueológica en el edificio (67)  tras la que determinaron las diversas fases cons­tructivas de la iglesia: en los siglos XV y XVI datan la nave, las capillas laterales, el ábside primitivo y la torre; en el XVII, la capilla mayor actual y la transformación de las puertas laterales; y en los siglos XVIII y XIX, la tribuna de los pies y las dependencias laterales del ábside (68) También descubrieron la existencia de pintaras murales en el interior de la nave y una rica armadura de tres paños de gran interés artístico, aunque en mal estado de conservación. Ello motivó de elaboración, también en 1996, de un proyecto de intervención de urgencia en dichos elementos, que fue redactado por el restaurador Blas Calero Ramos y los mismos arqueólogos (69)
También conocemos un proyecto de restauración de esta iglesia, del arquitecto Oscar Gil Delgado, de 2005 (con un reformado de 2008) (70) en el que se recogen otras intervenciones anteriores al mismo. Así sabemos que en 1997 se había redactado un informe de obras de emergencia que contem­plaba fa protección de las pinturas murales, el apeo de las cabezas de vigas de la cubierta, el destejado de la misma y la colocación de otra provisional sobre estructura metálica; y que, por disconformidad con el Ayuntamiento, que dudaba de la provisionalidad de dicha cubierta, ésta no se colocó, aunque sí se intervino en la techumbre, hasta agotar el presupuesto. Durante la realización de dichos trabajos se detectaron una serie de daños estructurales y en la cubierta de la zona del presbiterio, lo que dio lugar a otra intervención de emergencia que abordó el desmonte del tambor y de las cubiertas de las cúpulas del crucero y laterales del transepto, el trasdosado de cúpulas y zunchado con estructura de hormigón armado, y el grapado de grietas y fisuras en paramentos verticales del muro de la cabecera. El Ayunta­miento, por su parte, se encargó de la realización de las obras de revoco de fachadas y de sustitución de la cubierta de tejas y parte de su estructura.
Tras dichas obras de emergen­cia se habían resuelto los principales problemas estructurales de bóvedas, muros y cubiertas, además de los de filtraciones y de protección de las fachadas. Así, en el nuevo proyecto de 2005, el arquitecto planteó primor-dialmente intervenir en el interior del templo y en su entorno, para culminar la restauración y adecuar d edificio para un uso polivalente, sin modificar sus espa­cios fundamentales. Las obras previstas fueron: levantar roda la solería y colocar un suelo radian­te; pavimentar la logia y la escalinata de acceso del lado de la epístola con solería de mármol; picar los restos de revocos en toda la superficie de la corre y en los paramentos interiores de la iglesia (incluyendo tratamien­to singular si se localizaban pinturas murales); y aplicar terminaciones de mortero de  cal y arena (y enjalbega­do en el interior con pintura a la cal). Además, se proyectó el cubrimiento (desaparecido) de dos dependencias situadas a ambos lados de la cabecera y dotar al edificio de las instalaciones precisas (aseos, saneamiento, electri­cidad, sonido).
El reformado de proyecto, del mis­mo arquitecto y de 2008, se redactó con el fin de complementar el ante­rior, del que quedaban algunas obras por hacer, y de acometer reparaciones antes imprevistas. Así, se pretendía re­parar un arco transversal de la nave de la iglesia, resanar fisuras en distintas bóvedas y las cubiertas, y realizar otras obras de albañilería. Entre ellas destaca que, "tras la demolición del antiguo acceso al cuerpo de la torre, por la debilidad y ruina y falta de seguridad que se presentaba", era necesario rehacer un tramo de solería en el acceso desde la nave al primer cuerpo de la torre del campanario. La iglesia, en 2010, está completamente restaurada.

NOTAS. - 
(47) PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden... ob. cit., apend. doc., t. III, pp. 817y 819-820,
(48) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ. Salvador, "La Parroquia de Santa María de la Asunción de Guadalcanal a fines del siglo XV, a través de la visita canónica de la Orden de Santiago en 1494", Revista de Guadalcanal (200l), pp. 86-87.
(49) PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden... ob. cit., apénd. doc., c. III, pp. 944, 946-947, y t. IV, pp. 1282-l283y 1285-
(50) MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, "El clero y la religiosidad en el Guadalcanal del Antiguo Régimen", Guadalcanal y Feria Fiestas (2004), pp, 156-157. (51) MIRÓN, Andrés, Historia... ob. cit., p. 59.
(52)  HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERÁN, Francisco, Ca­tálogo arqueológico... ob. cit., t. IV, pp. 210-211.
(53) ÁNGULO ÍÑIGUEZ, Diego, Arquitectura mudéjar... ob. cit., p, 157; véase también Edificios de tradición mudéjar en Sevilla, ob. cit., pp. 81-82.
(54) HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERÁN, Francisco, Catálogo arqueológico., oh. cit., t. IV, pp. 212-213- Véase también MORALES, Alfredo José, SANZ, María Jesús, SERKERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique, Guía artística... ob. cit., pp. 386-387; y HERNÁNDEZ GON­ZÁLEZ, Salvador, "La Parroquia de Santa María de la Asunción de Guadalcanal y su patrimonio artístico", Guadalcanal (1999), pp. 57-61.
(55) HERNÁNDEZ DÍAZ, José y SANCHO CORBACHO, Antonio, Edificios religiosos y objetos de caíto saqueados y destruidos per los marxistas en los pueblos de la provincia de Sevilla, Sevilla, 1937, pp. 118-121.
(56) ÁNGULO ÍÑIGUEZ, Diego, Arquitectura mudéjar... ob, cit., p. 13«.
(57)  BOE de 9 de abril de 1979.
(58) CORDÓN BERNABÉ, Antonio, "iglesia de Santa Ana", Revista de Guadalcanal (1981); MIRÓN, Andrés, Historia.,.ob. cit., pp. 5? y 59-60; y RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal... ob. cit.. p. 131, La bendijo el obispo de Coria, Jaime Sanguineto, acompañado por el maestre Rodrigo Iñiguez.
(59) TABALES RODRIGUEZ, Miguel Ángel y ROMERO PAREDES, Carmen, "La iglesia mudéjar de Santa Ana de Guadalcanal (Sevilla). Análisis constructivo". Actas del V Congreso de Arqueología Medieval Española (Valladolid), 1999), Valladolid, 2001, pp. 879-882 y 893; y de los mismos autores, "Investigación arqueológica de la iglesia de Santa Ana de Guadalcanal". Anuario Arqueológico de Andalucía 1996, pp. 486-505. Esta investigación fue realizada en 1996 a instaría del Servicio de Conservación y Obras del Patrimonio Histórico de la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, con la colaboración del Ayuntamiento de Guadalcanal y de la Escuela Taller de Restauración de la Iglesia de Santa Ana.
(60) PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden, ob. cit., apead, doc,, t. 111, pp, 806, 807 y 956 y t. IV, p. 1297; GORDÓN BERNABÉ, Antonio, "Visita canónica de la Orden de Santiago Guadalcanal en el año 1494", Revista de Feria y fiestas (2002), pp. 99-104.
(61) MALDONADO FERNANDEZ, Manuel, "El clero...", ob. cit., p. 159; FLORES GUERRERO, Pilar, El Arte del Patrimonio… ob cit. Vol. I pp 482 y 483
(62) MALDONADO FERNANDEZ, Manuel, "La encomienda santiaguista...", oh. «rit., p. 42.
(63) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ. Salvador, "La iglesia de Santa Ana", Guadalcanal Feria y Fiestas (2003), pp. 143-147.
(64) HERNÁNDEZ DÍAZ, José SANCHO CORBACHO, Antonio, Edificios religiosos... ob. cit., pp. 129-130; de los mismos autores y COLLANTES DE TERAN, Francisco, Catálogo Arqueológico.,ob. cit., t. IV, p. 218.  y MO­RALES, Alfredo J., SANZ, María Jesús. SERRERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique, Guía Artística., ob. cit, pp. 388-389.
(64)  ANGULO IÑIGUEZ, Diego. Arquitectura mudéjar... ob. cit.. p. 157; y MORALES, Alfredo J., SANZ, María Jesús, SERRERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique, Guía Artística... ob. cit., pp. 388-389- Véase también Edificios de tradición Mudéjar, ob, cit., vol. I, pp. 87 y 88
 (65) ANGULO IÑIGUEZ, Diego, Arquitectura mudéjar... ob. cit.. p. 130.
(66) HERNÁNDEZ DÍAZ, José y SANCHO CORBACHO. Antonio, Edificios Religiosos... ob. cit., pp. 129-130; de los mismos autores y COLLANTES DE TFRÁN, Francisco, Catálogo arqueológico... ob. cit, t. IV, p. 218;
(67) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, "la iglesia de Santa Ana", Guadalcanal feria y fiestas (2003), pp. 143-147,
(68) ACCC, JA, DA/438, "Proyecto de actuación. Intervención arqueológica en la iglesia de Santa Ana. Guadalcanal. Sevilla", 1996, e "Informe provisional. Intervención arqueológica en la iglesia de Santa Ana Guadalcanal. Sevilla", 1996. La intervención se hizo por encargo del Servicio de Protección de la Delegación Provincial de Sevilla de la Consejería de Cultura, Junta de Andalucía, en el marco de los contratos suscritos por el Servicio de Conservación y Obras del Patri­monio Histórico de la Dirección General de Bienes Culturales bajo la denominación de "Estudios arqueológicos previos a los proyectos de conservación".
TABALES RODRÍGUEZ, Miguel Ángel y ROMERO PAREDES, Carmen, "La Iglesia pp. 882-887 y 893.
(69) ADPSCC, JA “Proyecto de intervención de urgencia en las pinturas, murales y armaduras. Iglesia de Santa Ana: Guadalcanal, Sevilla” 1996. En el se describen los elementos afectados, la problemática y el tratamiento propuesto.
(70) Archivo del Servicio de Conservación y Obras del Patrimonio Histórico, Dirección General de Bienes Cultura­les, Consejería de Cultura, Junta de Andalucía, caja 720. "Proyecto de obras de restauración en la iglesia de Santa Ana de Guadalcanal. Sevilla", abril-agosto de 2005. La descripción de obras ejecutadas anteriores al proyecto no recoge la autoría de las mismas. En el mismo expediente y del mismo arquitecto, "Reformado de proyecto de ejecución de obras de restauración en la iglesia de Santa Ana de Guadalcanal. Sevilla", junio de 2008. Fueron realizados por encargo de la Delegación Provincial de Sevilla de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 

María Gracia y María del Valle Gómez Terreros Guardiola

lunes, 23 de diciembre de 2019

Las islas Salomón y España, una visión reciproca


Guadalcanal dos nombres, choque de culturas 

Por Eximo. Sr. D. Juan Carlos Rey Embajador de la Unión Europea en Papua Nueva Guinea y las Islas Salomón (1996-2000)

Excelentísimo Sr. Alcalde, miembros de la corporación municipal, honorables invitados de la isla de Guadalcanal, vecinos de Guadalcanal
En primer lugar, quisiera felicitar a este ayuntamiento y la corporación de festejos por esta iniciativa de hermanamiento entre la distante isla de Guadalcanal, donde se sitúa la capital de las Islas Salomón – Honiara – la isla homónima.
El descubrimiento de la mayor parte de las islas del pacifico fue fruto de la audacia, arrojo y el tesón de marinos intrépidos que sin conocimiento alguno de lo que podían encontrar, se lanzaron a la exploración del océano Pacifico descubierto por Balboa en 1513, hace ahora exactamente 500 años, un océano casi 400 veces la superficie de España y el mayor de los cinco Océanos.
Pedro de Ortega y Valencia, vecino de Guadalcanal, hace parte de esos marinos y exploradores intrépidos que han quedado en la historia de la más grande epopeya de todos los tiempos, como su jefe de expedición, Álvaro de Mendaña, o como otros marinos ilustres como Juan Sebastián del Cano, Loaisa, Fernández de Quirós, Vaez de Torres, Villalobos y tantos otros excepcionales marinos que surcaron mares desconocidos, contribuyendo de una forma única al desarrollo del conocimiento cartográficos, náuticos, astronómicos y, en general a todos los aspectos de las artes de la navegación, además de la cartografía y descubrimientos en el océano Pacifico. Y todo esto 200 años antes que otros países europeos, sobre todo ingleses y franceses, se lanzaran a redescubrir lo que los españoles ya habían hecho con anterioridad, tratando de dejar en el olvido, de forma intencionada, toda la hazaña marítima española.
Evidentemente estas expediciones, que eran muy costosas para la Corona española, tenían un objetivo, la búsqueda de nuevas riquezas y la conquista de nuevos territorios. Entre la riqueza más buscada estaba las especias, como la pimienta, el clavo la canela o la nuez moscada, que constituían un codiciado producto y también el acceso a los lucrativos mercados de sedas y porcelanas orientales, de China y otros países.
La primera expedición de Álvaro de Mendaña, en la que participó Pedro de Ortega Valiente junto con su hijo Jerónimo, buscaba el Ofir, lugar bíblico de donde provenían las riquezas empleadas por el rey Salomón para la edificación de su templo.
Esta expedición marcaría para siempre la toponimia de las Islas Salomón, dando nombres a islas y accidentes geográficos de este país, que después de más de casi 500 años aún perduran. Tan solo y a título de ejemplo citaré, además de la isla de Guadalcanal, las islas de Santa Isabel, San Cristóbal, Santa Ana, Santa Cruz, San Jorge, Florida (pues los expedicionarios llegaron el día de la Pascua Florida) el arrecife del Roncador, la bahía de la Estrella o bahía Graciosa.
Mi buen amigo Francisco Mellen, gran historiador y conocedor de la historia de los descubrimientos españoles del Pacifico ya ha expuesto los detalles del descubrimiento de la isla de Guadalcanal descrita por el hijo de esta villa de Guadalcanal, la llegada de las naves españolas, los primeros contactos con los pobladores de las islas y como se desarrollaron estos contactos, los encuentros amistosos y los conflictos que estallaron, etc... todo aquello quedó narrado con precisión en las numerosos informes, memoriales, cartas y otras descripciones que hicieron los expedicionarios españoles a su regreso de la expedición.
Pero apenas quedan referencias de cómo fue percibida la llegada de aquellos extraños e inesperados navegantes por parte de los nativos de las islas que visitaron, es decir una imagen especular, desde el otro lado del espejo de este encuentro. Y es precisamente es sobre este aspecto que trataré de aportar alguna luz.
En cualquier caso, el impacto debió ser muy importante por dos motivos principales, la rotura del aislamiento por la llegada de unos hombres desconocidos y el choque de culturas, simbolizado por una tecnología superior y desconocida, en la que citaremos el acero y las armas de fuego.
Este contraste debió dejar una profunda impronta en las poblaciones autóctonas, pero no se preservó entre otras razones por la ausencia de escritura, pues la memoria histórica en los pueblos del Pacifico se hace por tradición oral, y está en numerosas ocasiones, sobre todo en el caso de los pueblos melanesios, se limita a unas 5 generaciones, lo que supone a grandes rasgos unos 200 años. Así, la tradición oral de la llegada de los españoles debió ser mantenida hasta finales del siglo XVIII o a lo más inicios del XIX.
Durante mis numerosas vistas a las islas Salomón, tuve la ocasión de tomar referencias de la tradición oral en los lugares en donde desembarcaron los españoles, añadiéndolas a las referencias de antropólogos y misioneros.
En unos de los relatos, que describe la llegada de los hombres blancos por los nativos, la tradición oral nos se dice:
Tan pronto como vieron al hombre blanco acercarse a la costa pensaron que debían ser fantasmas. El hombre blanco los llamo a gritos, pero por su terror corrieron hacia el bosque. Durante días, a escondidas, llegaron a saber qué clase de seres eran esos hombres blancos, si se trataba de hombres reales o de fantasmas. Durante días no pudieron establecer contacto con el hombre blanco, pero poco a poco se acercaron al demostrar el hombre blanco signos de amistad. Uno de los nativos caminó hacia el hombre blanco y fue tratado con amabilidad. No solo eran amistosos, sino que le dieron algunas de sus pertenencias, le dieron espejos y abalorios y piezas de paño. Por último, Belenbangara hizo aparición y les hizo saber por signos que él era el jefe.
Este relato coincide en el fondo con los de los españoles, si bien hay ciertas discrepancias, ya que según la tradición oral el encuentro se hizo en la playa y según los españoles se hizo en un barco.
En otro de los relatos obtenidos, la tradición oral nos dice que:
El hombre blanco permaneció en la isla por al menos 10 lunas. La gente llamaba a los barcos “nguanguao” (Nuguan-Nuguao) y decían que eran manipuladas por fantasmas y transportaban enfermedades. Mas tarde, siempre que la gente veía un barco aproximándose decían a sus mujeres e hijos que se escondieran y el hombre rezaba a los espíritus para que estos se llevaran al Nguan-Nuguao que transportaba enfermedades.
Las relaciones entre visitantes y las poblaciones locales conocieron diferentes evoluciones. De forma general los inicios eran amistosos con intercambio de objetos por comida, pero siempre con una cierta desconfianza mutua. El uso de armas de fuego atemorizó a las poblaciones locales y esto contribuyó a una relación de prudencia, sin embargo, las tropas españolas cometieron desmanes y actos injustificados que enturbiaron las buenas relaciones, si bien en ciertas ocasiones fueron debido a lo que consideraron una mala conducta de los nativos (un robo, por ejemplo), terminando en la mayor parte de las ocasiones en un conflicto mortal, tanto para los españoles como para la población local.
Después de la segunda expedición de Mendaña en 1595 al archipiélago de las Salomón y tras el fracaso del asentamiento en Bahía Graciosa, en la isla de Santa Cruz, la presencia española se desvanecería durante siglos.
Ya en tiempos modernos, y justo después de la independencia de las Islas Salomón se establecieron relaciones diplomáticas con el Reino de España el 8 de agosto de 1980.
Pocas han sido los contactos posteriores, salvo alguna rara excepción, como es el caso de la creación de la empresa pesquera mixta Mendaña Fishing Industry, establecida entre el grupo Calvo y operadores locales.
En las relaciones comerciales España se situaba en el 4° puesto de los clientes de las islas Salomón, con un 5,3% de los intercambios, con la importación de aceite de palma y pescado. Las exportaciones desde España consisten en aparatos de electrónicos, y productos farmacéuticos.
Con la entrada de España en la UE, se establece nuevo lazo, aunque sea indirecto, entre las islas Salomón y España, en el contexto de la Convención de Cotonou, por él que Salomón Islands es parte de la familia ACP (constituida por 96 países en vías de desarrollo de tres regiones del mundo: África, Caribe y Pacifico) y tiene derecho al acceso de los Fondos Europeos de Desarrollo de la Unión Europea, a los cuales España contribuye con un porcentaje.
Las relaciones también se hacen a través del Forum de las islas del Pacifico (Pacific Island Forum) que engloba los países del área pacífico y sus socios y parteners, entre los que se encuentra España, así como la Unión Europea.
Ahora permítanme dirigirme en su propia lengua a los ilustres invitados venidos desde la lejana Guadalcanal, en las islas Salomón.
Oketa mison from Gudalcanal, mifala welkamin ufala long Gudalcanal.
My barava happy tumas for shea wetem ufala long disfala taem, wetem honorable representatives blong Gudalcanal wetem umi long hia today.
Today hem wanfala historical time highlightim nara historical time wea arrived 445 years ago, time wea wanfala Spanish sailor hem born lo disfala biutiful village long Guadalcanal.
Long team blong mi osen Abasada blo European Union lo Port Moresby, acrediated long Salomon, lomg 1996-2000, mi barava harem gud taem for visitim staka diferen Plessis long Happy Islands ia.
Mi mitin staka different pipol from different plesis, and tok wetem oketa
An mi barava enjoyim tumas hao oketa keepim mi, welkamim mi and care for mi.
Mi visitim staka provinieses Central, an from Choisel, new Georgia, gogo kasim kam long Pigeon Islands long Santa Cruz. Mi passim Makira, Malaita an Renell tu.
Mi also very happy for garem contribution long development blomg okela samfala important numbers of projects, wea hem financed by European Development Funds, an wanfala na disfala contruction blong Ministry of Finance lo Honiara.
Speech blong mi long Spanish language ia, mi trae for showm noma what luklukan tinting blo oketa local pipol taem oketa Spanish pipol arrive long Solomon islands.
Once again, mi laik for tenkim ufala an mi hapi tumas for time blong ufala lomg hia wetem mifala.

Tagio tumas.

Jornadas Patrimoniales de Guadalcanal
Hermanamiento entre la isla de Guadalcanal (Islas Salomón) y el municipio de Guadalcanal (Sevilla – España). 26 de Julio de 2013