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lunes, 2 de noviembre de 2020

Guadalcanal y la Vicaría de Tentudía

Pelay Pérez  Correa
Santa María de Tentudía

Corría el siglo XIII acercándose a su mitad, cuando aconteció uno de los sucesos más memorables que recuerdan los siglos en el sur de Extremadura. El milagro de Tentudía acaecido al Gran Maestre de la Orden de Santiago Pelay Pérez Correa. Antes de describirlo, pasemos a situarnos en la historia y en esa época.
Este Maestre, de origen portugués, cuando era comendador de Portugal, participó en la conquista de Guadalcanal con el Maestre Rodrigo Iñiguez, al que sustituyó a su muerte en 1242. Bajo su dirección cayeron Usagre, Llerena y otros pueblos, mandando poblar de cristianos a Guadalcanal al fuero de Usagre.
En el Capítulo General que la Orden hubo en Mérida en 1254, el Gran Maestre creó la provincia de San Marcos de León, fijando la residencia del Maestrazgo en el castillo viejo de Llerena, fundando un priorato y un provisorato en el que estaba incluida la Vicaría de Tentudía y Reina, que así se llamaba, y componiendo las encomiendas de la Orden. Vemos más tarde, en 1395, como el Maestre Lorenzo Suárez de Figueroa dispuso que el vicario de Guadalcanal fuese lugarteniente del de Tudía.
Era Pelay Correa caudillo de San Fernando y por sus hechos de armas ha sido llamado el Cid extremeño. Tras batir a los moros del Aljarafe, prosiguió sierra arriba y dioles la definitiva batalla de Tentudía y puso la santa cruz en lo más alto. Un cronicón de la Orden dice:
Mostró Dios su poder y bondad más en Extremadura que en otra parte, con aquel tan extraordinario milagro que hizo en tiempo del Maestre de Santiago D. Pelay Pérez Correa, el cual haciendo guerra a los moros por la parte de Llerena, hubo con ellos una batalla, junto a la Calera; y peleando muchas horas sin conocerse la victoria, pues desde los primeros momentos la lucha se presentó desigual y el resultado incierto, habiendo ya muy poco tiempo de sol y siendo día de Nuestra Señora, con deseo de vencer aquella batalla, suplicó a Dios fuese servido de hacer que el sol se detuviese, como en otro tiempo había hecho con Josué; y poniendo a Ntra. Sra. por intercesora, dijo aquellas palabras "Santa María detén tu día". Dícese en los memoriales antiguos de la Orden, que milagrosamente se detuvo el sol por espacio de tiempo muy notable.
Alfonso X el Sabio en su Cántiga 325 dice: Et daquesta razón vos contarei un gran miragre...que fer hua vez en Tudía. En la 347: Desto direi un miragre que en Tudía aveo.
En otras memorias se halla lo que sigue: El Maestre con 270 caballeros marchó a Aznalfarache, de allí a Gélvez y a Triana, atacándola. Desde allí hacía salidas contra los moros de Sierra Morena y en una faltándole día a la pelea porque la noche apriesa desplegaba sus sombras y ayudaba a enemigos a escaparse, cual otro Josué, hizo detener su curso al sol invocando a Ntra. Sra. con aquellas célebres palabras: Santa María detén tu día; a que concediendo la piedad divina, duró la luz sobrenaturalmente hasta que acabó de triunfar, en tanto que en oración, San Fernando lo auxilió mejor con clamores al cielo que pudiera con las más bizarras tropas; y a que añaden otros de haber al impulso de su voz dado una seca peña fuente de agua que satisfizo la sed de su gente que parecía abrasada.
La historia cuenta que esto sucedió el día 8 de septiembre de 1247 contra las tropas de Almafot y que la invocación la hizo el Maestre puesto de rodillas al sitio que hoy llaman el Humilladero, y en la cumbre más alta, mandó levantar un monasterio.
La tradición popular le atribuye dos batallas milagrosas más. La de la Virgen Zapatera, por la lezna con que arregló la brida del caballo, donde hoy está Santa María de Nava, cerca de Guadalcanal, y la de la Virgen de la Granada de Llerena, apareciéndose la Virgen a un clérigo del Maestre con una granada en la mano, que por eso lo tienen por conquistador y fundador de su parroquia de este nombre.
Después de esto marchó a Sevilla para ayudar a San Fernando en el cerco de la ciudad y poniendo su campamento en Aznalfarache.
En la Baja Extremadura, en el término de Calera de León, próximo a Monesterio, lindando con la provincia de Huelva, se alza la sierra de Tudía con una altura de 1104 m. con espesos matorrales de jaras y romero, con encinas y robles centenarios. Yo estuve allí en la primavera de 1970 y desde su altura se ve como un rebaño de montes de las sierras de Guadalcanal, de Cazalla, de Extremadura y de Huelva. También desde Guadalcanal, en los días claros y desde un punto alto, puede divisarse hacia el poniente, la sierra de Tudía.
Se penetra en el templo por un atrio; está formado por cuatro bóvedas de crucería sostenidas por tres arcos de medio punto y ábside con arco apuntado y ventana rasgada. A los lados del ábside hay dos capillas de cúpulas octogonales. En la de Santiago se ven dos sepulcros, cada uno tiene dos estatuas yacentes, dos de granito de dos maestres de Santiago y en mármol una dama y un caballero. En un muro que da al altar mayor, hay un sepulcro y sobre sus azulejos una inscripción gótica con estas palabras: Aquí Iaze el Gran Maestre de Santiago Pelay Pérez Correa.
Abundan por el templo la azulejería y en los retablos como el altar mayor y otros dos dedicados a Santiago y San Agustín. La firma es del italiano Niculoso Pisano, año 1518, que fue un famoso azulejero de Sevilla. El templo se comunica con el monasterio, que está en estado ruinoso, por una puerta que se abre en el lado derecho. El claustro es de dos plantas, de ladrillos y sus arcidas son mudejáricas. En el interior hay una cámara octogonal. Es de tipo de fortaleza medieval.
Murió el Maestre el 10 de febrero de 1275 mandándose enterrar allí. También mandó se leyese en el colegio de Tentudía, Gramática, Artes y Teología y puso frailes de la Orden.
Hubo dos calles en Guadalcanal, relacionadas con éstos: el nombre de Pérez Correa, la hoy llamada Gran Maestre, y Tentudía, la actual Dr. Antonio Porras.

Dr. ANTONIO GORDON BERNABE

 Revista de Feria 1989

lunes, 26 de octubre de 2020

La villa y encomienda santiaguista y extremeña de Guadalcanal (4)

Cuarta parte

Las primeras noticias que tenemos sobre el significado de estas cargas tributarias en Guadalcanal corresponden a 1536, de acuerdo con las pesquisas de Juan de Toro 19, comisario real para averiguar el valor en venta de la parte de las rentas señoriales que Carlos I enajenó de la Orden para venderlas al Hospital de las Cinco Llagas. Cumpliendo su misión, el referido funcionario se personó en Llerena, donde requirió de los administradores de la Mesa Maestral los datos relativos a dichas rentas, las cuales, de acuerdo con el contenido de las Bulas papales que autorizaban a Carlos I a enajenar estos bienes, debían calcularse en función de la media de las rentas producidas entre 1535 y 1539. Asimismo, el comisario requirió los datos correspondientes al administrador de la encomienda de Guadalcanal, que no era otro que un sirviente de don Fadrique Enríquez, pues este primer marqués de Tarifa había sido comendador de Guadalcanal entre 1493 y 1539. Como ya se indicó, en uno de los pasajes de la Carta de Venta nos da cuenta del importe de las rentas enajenadas:
... pareció  que todas las dichas rentas (...) rentaron y valieron los dichos cinco años pasados tres cuentos y doscientos noventa y ocho mil trescientos cincuenta y un maravedíes y medio, (3.298.351,5 mrs) de que se tomó por precio y valor de renta un año la quinta parte, que montan seiscientos cincuenta y nueve mil seiscientos setenta maravedíes (659.670), los cuales contados al dicho precio de cincuenta mil maravedíes (por) cada millar (de renta) montan treinta y dos cuentos y novecientos ochenta y tres mil quinientos maravedíes (32.983.500)...20
Más minuciosa fue la información que los visitadores de 1575 dejaron recogida en sus libros 21. La encomienda estaba entonces en manos de don Diego Hurtado de Mendoza, quien decía tener la oportuna licencia para ausentarse de la villa sin necesidad de residir en la misma los cuatro meses preceptivos. En su lugar había dejado a un administrador con poderes para arrendar en subasta pública los beneficios de las distintas parcelas impositivas, quien presentó la siguiente liquidación en maravedíes:

Portazgo y veintena
82.150
Diezmo de pollos y molinos
20.910
Diezmo de huertas
28.000
Diezmo de hornos (teja y ladrillos)
27.750
Diezmo de cochinos
41.075
Diezmo de becerros
42.100
Diezmo de cabritos
35.804
Diezmo del queso
12.823
Diezmo de borregos
149.773
Diezmo de la lana
72.428
Diezmo de cera y miel
15.420
Diezmo del vino
79.639
Derechos de martiniega
6.000
Renta del baldío y cercado
10.250
Renta de la dehesa del Palacio
146.000
Juro en Fuente del Maestre
105.000
Juro en el reino de Granada
43.280
Total
918.402
También correspondía a la encomienda la mitad de los diezmos de cereales, vino y zumaque, representadas en 1574 por 1.140 fanegas de trigo, 800 de cebada, 5.500 arrobas de vino y 2.600 de zumaque.
Tenemos otros datos más tardíos (1638 a 1642) sobre el significado económico de estos tributos. Se toman estas cifras del pleito que los párrocos sostuvieron con los comendadores (el de Guadalcanal y el de los Bastimentos) y los administradores del Hospital 22. Según las testificaciones aportadas por una y otra parte, el valor y distribución de las rentas de la encomienda en 1638, expresadas en maravedíes y en los distintos ramos en que solía arrendarse, era el que sigue:
Veintena y portazgo
22.780
Huertas
32.300
Becerros
42.500
Molinos y pollos
30.124
Molinos del Sotillo
400
Cochinos
3.638
Borregos, chivos, queso y lana
204.000
Cera y miel
8.500
Cal
5.440
Hornos
3.400
Lino
28.356
Renta del baldío de la Orden
19.500
Renta de la viña de la Orden
53.448
Renta de la dehesa del Palacio
47.600
Un censo en Guadalcanal
466
Alcabalas de Fuentes del Maestre
105.000
Juro en alcabalas de Granada
43.280
Total
647.332

A las cantidades anteriores hay que sumar lo cobrado en especie, es decir, los diezmos de cereales, vino y zumaque, correspondiéndole sólo al comendador 264 fanegas de trigo, 211 de cebada, 400 arrobas de vino y los 12.362 mrs. que había valido en venta el zumaque correspondiente. Naturalmente, la otra mitad le correspondía al Hospital de la Sangre, de acuerdo con la Carta de Venta firmada por Carlos V.
Como se aprecia, los beneficios de la encomienda oscilaban en función de la bonanza de los años y del remate de la subasta a la que se sometían los distintos ramos arrendables, que se ajustaban a lo contemplado en la tabla anterior. En el cuadro que sigue se muestran comparativamente estas cifras en los años 1575, 1638 a 1642 y 1750:
Años
Maravedís
Fgas.  trigo
Fgas. Cebada
1575
918.402
1.140
800
1638
647.332
264
211
1639
631.364
400
300
1640
634.038
392
413
1641
633.658
150
170
1642
815.142
213
224
1750
638.350
325
325
La tabla anterior también sirve para conocer parte de la carga fiscal que afectaba al vecindario de Guadalcanal sólo a favor de la Orden, quedando por considerar otras partidas importantes:
- La mitad del diezmo del vino y del zumaque, que también correspondía al comendador (1.100 arrobas de vino en 1574 y 400 en 1638).
- Otra mitad de los diezmos de cereales, vino y zumaque, que correspondían al Hospital de las Cinco Llagas.
- La renta del monopolio del jabón, el pedido de maestre y los derechos de escribanía, que también pertenecían al citado Hospital.
- La décima parte del total de los diezmos, que se repartían entre las tres parroquias de la villa.
- Otra décima parte que correspondía al convento de San Marcos de León, sede oficial del prior de la provincia.
- Finalmente las primicias, que pertenecían al comendador de los bastimentos de la provincia y que podría representar un incremento del 5% sobre lo hasta ahora considerado.

VI. LA VECINDAD
Los datos socioeconómicos expuestos adquieren mayor significado conociendo el número de vecinos y su evolución. No tenemos ninguna referencia sobre el vecindario de Guadalcanal en tiempos medievales, pues las primeras noticias que disponemos sobre este particular ya corresponden a los últimos años del siglo XV. A partir de estas fechas sí se han localizado distintos censos y recuentos, aunque resulta complicado estudiarlos comparativamente, dado que eran diferentes los objetivos que perseguían. Aparte, hay que añadir otras complicaciones, como establecer el coeficiente de habitantes por vecino o averiguar si en las cifras contempladas se incluía o no a todo el vecindario, pues era frecuente establecer censos independientes para cada estamento social. En cuanto a la distribución del vecindario por actividades productivas, las dificultades no son menores, pues las fuentes consultadas establecen distintos criterios de agrupación. Con estas limitaciones, abordamos el estudio analizando distintas fuentes y su fiabilidad.
Los datos de finales del XV y todo el XVI se toman fundamentalmente de los Libros de Visitas de la Orden de Santiago, sabiendo de su escasa fiabilidad, que queda patente en el redondeo de cifras o en la repetición de las mismas de una a otra visita. 23. No obstante, nos aferramos a esta fuente como única referencia disponible, completándola con dos recuentos del XVI: el primero, de 1571, promovido por la Corona para la distribución de los moriscos del Reino de Granada; el segundo de 1591, también a propuesta de la Corona para el reparto del servicio de millones. En el cuadro que sigue se reflejan estas cifras, comparándolas con las de otros pueblos del entorno administrativo y jurisdiccional:

Pueblos/año
1494
1498
1515
1571
1591
Guadalcanal
1370
1000
1000
1200
1055
Llerena
1110
1100
1030
1400
2066
Ahillones
101
100
100
200
315
Berlanga
200
250
200
480
257
Las Casas
120
150
80
160
185
Fuente Arco
210
250
151
375
265
Reina
240
200
120
150
227
Trasierra
60
80
55
120
174
Valverde
120
150
150
213
232


Sobre el XVII disponemos de varios censos, también poco fiables, pues mayoritariamente se establecieron para repartir impuestos, aplicar levas de soldados o con fines eclesiásticos, circunstancias que disuadían a los concejos a la hora de comunicar sus vecindades, con independencia de que, en efecto, la población fue disminuyendo en estos años de crisis y decadencia generalizada, alcanzando en algunos pueblos cifras dramáticas 24. Se completan estos censos y recuentos oficiales con otras referencias tomadas de nuestro Archivo Municipal que, entiendo, son más fiables. En el cuadro siguiente, que incluye a algunos de los pueblos contemplados en la relación anterior 25, se da cuenta de estas cifras:
Pueblo/año
1612 26
1639 27
1646 28
1670 29
1689 30
Guadalcanal 31
1000
1000
480
591
638
Llerena 32
1500
1430
1400
1128
s/d
Ahillones
300
300
250
250
s/d
Las Casas
200
200
150
81
s/d
Fuente Arco
200
200
120
114
s/d
Reina 33
50
80
30
5
s/d
Trasierra
50
50
30
s/d
s/d
Azuaga
1000
1000
500
544
s/d
Usagre
480
400
350
215
s/d

De 1646 tenemos una referencia local más precisa que la expuesta. Se toma de un censo aportado como prueba en el pleito que los párrocos de Guadalcanal sostuvieron con la encomienda y el Hospital, instituciones de las que solicitaban un incremento de salarios. Dichos clérigos, con el testimonio de numerosos vecinos citados al efecto, manifestaban que la población había quedado reducida a sólo 639 vecinos -frente a los 480 contemplados en la tabla anterior-, advirtiendo, además, sobre el empobrecimiento de los vecinos que quedaban 34.
Las cifras del XVIII son ya más fiables. En esta centuria contamos con las tres referencias usuales parta estos casos: -el Catastro de Ensenada (1752), el Censo de Floridablanca (1787) y las respuestas al Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura (1791). Aparte disponemos de abundantes referencias tomadas en nuestro Archivo Municipal, seleccionando las correspondientes a 1707, 1709, 1719, 1724, 1791, 1792, 1793 y 1799. Los datos que siguen muestran la evolución del vecindario en Guadalcanal y en la aldea de Malcocinado:
Años
Total concejo
Guadalcanal
Malcocinado
1707
346
s/d
s/d
1709
392
s/d
s/d
1719
425
s/d
s/d
1724
656
651
5
1752
1.050
1.042
8
1787
950
s/d
s/d
1791
1.036
988
48
1792
1.073
1.027
46
1793
1.120
s/d
s/d
1799
1.071
s/d
s/d

Notas.-
19 ADPS, Sec. Hospital de la Sangre, lg. 10.
20 ADPS, Sec. Hospital de la Sangre, leg. 11.
21 AHN, Sec. OO.MM., lib. 1112 C.
22 ADPS, Sec, Hospital de la Sangre, lgs. 10 al 15 y 101.
23 Se toman estos datos del profesor RODRÍGUEZ BLANCO (La Orden de Santiago en Extremadura. Siglos XIV y XV. Badajoz, 1985), pionero y maestro en los estudios santiaguistas.
24 PÉREZ MARÍN, T.: Historia rural de Extremadura (Crisis, decadencia y presión fiscal en el XVII. El partido de Llerena). Badajoz, 1993.
25 Con la excepción de Berlanga y Valverde, fuera del señorío santiaguista desde 1586, tras la venta de ambos pueblos a la marquesa de Villanueva del Río.
26 Según un censo de la Inquisición de Llerena.
27 En una relación de los oficios añales del partido de Llerena.
28 A. G. de Simancas, diversos de Castilla, leg. 23, fol. 1.
29 Según una relación de las iglesias del provisorato de Llerena. Datos de PEREZ MARÍN (ob. cit.), como en las notas anteriores.
30 A. M. de Guadalcanal, leg. 334.
31 Incluye al vecindario del cortijo o aldea de Malcocinado, donde solían residir entre cinco y diez vecinos.
32 Con las aldeas de Cantalgallo, Higuera y Maguilla.
33 Confusas estas cifras de vecindad. El concejo estaba dividido entre la villa, en el castillo, y su arrabal o actual emplazamiento. Las cifras contempladas deben corresponder al vecindario del castillo.
34 Traslado a la letra, sacado en virtud de Letras Apostólicas de la Sacra Rota, del proceso y autos que sigue el Hospital de la Sangre, extramuros de la ciudad de Sevilla, contra los curas de las iglesias de Guadalcanal, sobre pretender el aumento de la renta que los dichos curas pretenden. A. D. P. de Sevilla, Sec. Hospital de la Sangre, carp. 10, doc. 12. Los clérigos alegaban pérdida de beneficios de pie de altar (misas y administración de sacramentos), precisamente derivada del elevado despoblamiento que padecía la villa. 

MANUEL MALDONADO FERNÁNDEZ
www.manuelmaldonadofernandez.blogspot.com