Pelay Pérez Correa |
Santa María de Tentudía
Corría el siglo XIII acercándose a su mitad, cuando
aconteció uno de los sucesos más memorables que recuerdan los siglos en el sur
de Extremadura. El milagro de Tentudía acaecido al Gran Maestre de la Orden de Santiago Pelay
Pérez Correa. Antes de describirlo, pasemos a situarnos en la historia y en esa
época.
Este Maestre, de origen portugués, cuando era
comendador de Portugal, participó en la conquista de Guadalcanal con
el Maestre Rodrigo Iñiguez, al que sustituyó a su muerte en 1242. Bajo su
dirección cayeron Usagre, Llerena y otros pueblos, mandando poblar de
cristianos a Guadalcanal al fuero de Usagre.
En el Capítulo General que la Orden hubo en Mérida en
1254, el Gran Maestre creó la provincia de San Marcos de León, fijando la
residencia del Maestrazgo en el castillo viejo de Llerena, fundando un priorato
y un provisorato en el que estaba incluida la Vicaría de Tentudía y
Reina, que así se llamaba, y componiendo las encomiendas de la Orden. Vemos más
tarde, en 1395, como el Maestre Lorenzo Suárez de Figueroa dispuso que el
vicario de Guadalcanal fuese lugarteniente del de
Tudía.
Era Pelay Correa caudillo de San Fernando y por sus
hechos de armas ha sido llamado el Cid extremeño. Tras batir a los moros del
Aljarafe, prosiguió sierra arriba y dioles la definitiva batalla de Tentudía y
puso la santa cruz en lo más alto. Un cronicón de la Orden dice:
Mostró
Dios su poder y bondad más en Extremadura que en otra parte, con aquel tan
extraordinario milagro que hizo en tiempo del Maestre de Santiago D. Pelay
Pérez Correa, el cual haciendo guerra a los moros por la parte de Llerena, hubo
con ellos una batalla, junto a la
Calera ; y peleando muchas horas sin conocerse la victoria,
pues desde los primeros momentos la lucha se presentó desigual y el resultado
incierto, habiendo ya muy poco tiempo de sol y siendo día de Nuestra Señora,
con deseo de vencer aquella batalla, suplicó a Dios fuese servido de hacer que
el sol se detuviese, como en otro tiempo había hecho con Josué; y poniendo a
Ntra. Sra. por intercesora, dijo aquellas palabras "Santa María detén
tu día". Dícese en los memoriales antiguos de la Orden , que milagrosamente se
detuvo el sol por espacio de tiempo muy notable.
Alfonso X el Sabio en su Cántiga 325 dice: Et daquesta razón vos contarei un gran
miragre...que fer hua vez en Tudía. En la 347: Desto direi un miragre que en
Tudía aveo.
En otras memorias se halla lo que sigue: El Maestre con 270 caballeros marchó a
Aznalfarache, de allí a Gélvez y a Triana, atacándola. Desde allí hacía salidas
contra los moros de Sierra Morena y en una faltándole día a la pelea porque la
noche apriesa desplegaba sus sombras y ayudaba a enemigos a escaparse, cual
otro Josué, hizo detener su curso al sol invocando a Ntra. Sra. con aquellas
célebres palabras: Santa María detén tu día; a que concediendo la piedad
divina, duró la luz sobrenaturalmente hasta que acabó de triunfar, en tanto que
en oración, San Fernando lo auxilió mejor con clamores al cielo que pudiera con
las más bizarras tropas; y a que añaden otros de haber al impulso de su voz
dado una seca peña fuente de agua que satisfizo la sed de su gente que parecía
abrasada.
La historia cuenta que esto sucedió el día 8 de
septiembre de 1247 contra las tropas de Almafot y que la invocación la hizo el
Maestre puesto de rodillas al sitio que hoy llaman el Humilladero, y en la
cumbre más alta, mandó levantar un monasterio.
La
tradición popular le atribuye dos batallas milagrosas más. La de la Virgen Zapatera ,
por la lezna con que arregló la brida del caballo, donde hoy está Santa María
de Nava, cerca de Guadalcanal, y la de la Virgen de la Granada de Llerena, apareciéndose la Virgen a un clérigo del
Maestre con una granada en la mano, que por eso lo tienen por conquistador y
fundador de su parroquia de este nombre.
Después de esto marchó a Sevilla para ayudar a San
Fernando en el cerco de la ciudad y poniendo su campamento en Aznalfarache.
En
la Baja Extremadura ,
en el término de Calera de León, próximo a Monesterio, lindando con la
provincia de Huelva, se alza la sierra de Tudía con una altura de 1104 m . con espesos
matorrales de jaras y romero, con encinas y robles centenarios. Yo estuve allí
en la primavera de 1970 y desde su altura se ve como un rebaño de montes de las
sierras de Guadalcanal, de Cazalla, de Extremadura y de Huelva. También
desde Guadalcanal, en los días claros y desde un punto alto, puede
divisarse hacia el poniente, la sierra de Tudía.
Se penetra en el templo por un atrio; está formado por
cuatro bóvedas de crucería sostenidas por tres arcos de medio punto y ábside
con arco apuntado y ventana rasgada. A los lados del ábside hay dos capillas de
cúpulas octogonales. En la de Santiago se ven dos sepulcros, cada uno tiene dos
estatuas yacentes, dos de granito de dos maestres de Santiago y en mármol una
dama y un caballero. En un muro que da al altar mayor, hay un sepulcro y sobre
sus azulejos una inscripción gótica con estas palabras: Aquí Iaze el Gran Maestre de Santiago Pelay Pérez Correa.
Abundan por el templo la azulejería y en los retablos
como el altar mayor y otros dos dedicados a Santiago y San Agustín. La firma es
del italiano Niculoso Pisano, año 1518, que fue un famoso azulejero de Sevilla.
El templo se comunica con el monasterio, que está en estado ruinoso, por una
puerta que se abre en el lado derecho. El claustro es de dos plantas, de
ladrillos y sus arcidas son mudejáricas. En el interior hay una cámara
octogonal. Es de tipo de fortaleza medieval.
Murió
el Maestre el 10 de febrero de 1275 mandándose enterrar allí. También mandó se
leyese en el colegio de Tentudía, Gramática, Artes y Teología y puso frailes de
la Orden.
Hubo dos calles en Guadalcanal, relacionadas con
éstos: el nombre de Pérez Correa, la hoy llamada Gran Maestre, y Tentudía, la
actual Dr. Antonio Porras.
Dr.
ANTONIO GORDON BERNABE
Revista de Feria 1989