Las primeras
noticias que tenemos sobre el significado de estas cargas tributarias en
Guadalcanal corresponden a 1536, de acuerdo con las pesquisas de Juan de Toro 19, comisario
real para averiguar el valor en venta de la parte de las rentas señoriales que
Carlos I enajenó de la Orden para venderlas al Hospital de las Cinco Llagas.
Cumpliendo su misión, el referido funcionario se personó en Llerena, donde
requirió de los administradores de la Mesa Maestral los datos relativos a
dichas rentas, las cuales, de acuerdo con el contenido de las Bulas papales que
autorizaban a Carlos I a enajenar estos bienes, debían calcularse en función de
la media de las rentas producidas entre 1535 y 1539. Asimismo, el comisario
requirió los datos correspondientes al administrador de la encomienda de Guadalcanal,
que no era otro que un sirviente de don Fadrique Enríquez, pues este primer
marqués de Tarifa había sido comendador de Guadalcanal entre 1493 y 1539. Como
ya se indicó, en uno de los pasajes de la Carta de Venta nos da cuenta del
importe de las rentas enajenadas:
... pareció que todas las dichas rentas (...) rentaron y
valieron los dichos cinco años pasados tres cuentos y doscientos noventa y ocho
mil trescientos cincuenta y un maravedíes y medio, (3.298.351,5 mrs) de que se
tomó por precio y valor de renta un año la quinta parte, que montan seiscientos
cincuenta y nueve mil seiscientos setenta maravedíes (659.670), los cuales
contados al dicho precio de cincuenta mil maravedíes (por) cada millar (de
renta) montan treinta y dos cuentos y novecientos ochenta y tres mil quinientos
maravedíes (32.983.500)...20
Más minuciosa fue
la información que los visitadores de 1575 dejaron recogida en sus libros 21. La
encomienda estaba entonces en manos de don Diego Hurtado de Mendoza, quien decía
tener la oportuna licencia para ausentarse de la villa sin necesidad de residir
en la misma los cuatro meses preceptivos. En su lugar había dejado a un
administrador con poderes para arrendar en subasta pública los beneficios de
las distintas parcelas impositivas, quien presentó la siguiente liquidación en
maravedíes:
Portazgo y veintena
|
82.150
|
Diezmo de pollos y molinos
|
20.910
|
Diezmo de huertas
|
28.000
|
Diezmo de hornos (teja y ladrillos)
|
27.750
|
Diezmo de cochinos
|
41.075
|
Diezmo de becerros
|
42.100
|
Diezmo de cabritos
|
35.804
|
Diezmo del queso
|
12.823
|
Diezmo de borregos
|
149.773
|
Diezmo de la lana
|
72.428
|
Diezmo de cera y miel
|
15.420
|
Diezmo del vino
|
79.639
|
Derechos de martiniega
|
6.000
|
Renta del baldío y cercado
|
10.250
|
Renta de la dehesa del Palacio
|
146.000
|
Juro en Fuente del Maestre
|
105.000
|
Juro en el reino de Granada
|
43.280
|
Total
|
918.402
|
También
correspondía a la encomienda la mitad de los diezmos de cereales, vino y zumaque,
representadas en 1574 por 1.140 fanegas de trigo, 800 de cebada, 5.500 arrobas
de vino y 2.600 de zumaque.
Tenemos otros
datos más tardíos (1638 a 1642) sobre el significado económico de estos
tributos. Se toman estas cifras del pleito que los párrocos sostuvieron con los
comendadores (el de Guadalcanal y el de los Bastimentos) y los administradores
del Hospital 22. Según las
testificaciones aportadas por una y otra parte, el valor y distribución de las
rentas de la encomienda en 1638, expresadas en maravedíes y en los distintos
ramos en que solía arrendarse, era el que sigue:
Veintena y portazgo
|
22.780
|
Huertas
|
32.300
|
Becerros
|
42.500
|
Molinos y pollos
|
30.124
|
Molinos del Sotillo
|
400
|
Cochinos
|
3.638
|
Borregos, chivos, queso y lana
|
204.000
|
Cera y miel
|
8.500
|
Cal
|
5.440
|
Hornos
|
3.400
|
Lino
|
28.356
|
Renta del baldío de la Orden
|
19.500
|
Renta de la viña de la Orden
|
53.448
|
Renta de la dehesa del Palacio
|
47.600
|
Un censo en Guadalcanal
|
466
|
Alcabalas de Fuentes del Maestre
|
105.000
|
Juro en alcabalas de Granada
|
43.280
|
Total
|
647.332
|
A las cantidades
anteriores hay que sumar lo cobrado en especie, es decir, los diezmos de
cereales, vino y zumaque, correspondiéndole sólo al comendador 264 fanegas de
trigo, 211 de cebada, 400 arrobas de vino y los 12.362 mrs. que había valido en
venta el zumaque correspondiente. Naturalmente, la otra mitad le correspondía
al Hospital de la Sangre, de acuerdo con la Carta de Venta firmada por Carlos
V.
Como se aprecia,
los beneficios de la encomienda oscilaban en función de la bonanza de los años
y del remate de la subasta a la que se sometían los distintos ramos
arrendables, que se ajustaban a lo contemplado en la tabla anterior. En el
cuadro que sigue se muestran comparativamente estas cifras en los años 1575,
1638 a 1642 y 1750:
Años
|
Maravedís
|
Fgas. trigo
|
Fgas. Cebada
|
1575
|
918.402
|
1.140
|
800
|
1638
|
647.332
|
264
|
211
|
1639
|
631.364
|
400
|
300
|
1640
|
634.038
|
392
|
413
|
1641
|
633.658
|
150
|
170
|
1642
|
815.142
|
213
|
224
|
1750
|
638.350
|
325
|
325
|
La tabla anterior
también sirve para conocer parte de la carga fiscal que afectaba al vecindario
de Guadalcanal sólo a favor de la Orden, quedando por considerar otras partidas
importantes:
- La mitad del diezmo del vino y
del zumaque, que también correspondía al comendador (1.100 arrobas de vino en
1574 y 400 en 1638).
- Otra mitad de los diezmos de cereales,
vino y zumaque, que correspondían al Hospital de las Cinco Llagas.
- La renta del monopolio del jabón,
el pedido de maestre y los derechos de escribanía, que también pertenecían al
citado Hospital.
- La décima parte del total de los
diezmos, que se repartían entre las tres parroquias de la villa.
- Otra décima parte que
correspondía al convento de San Marcos de León, sede oficial del prior de la
provincia.
- Finalmente las primicias, que
pertenecían al comendador de los bastimentos de la provincia y que podría
representar un incremento del 5% sobre lo hasta ahora considerado.
VI. LA VECINDAD
Los datos
socioeconómicos expuestos adquieren mayor significado conociendo el número de
vecinos y su evolución. No tenemos ninguna referencia sobre el vecindario de
Guadalcanal en tiempos medievales, pues las primeras noticias que disponemos
sobre este particular ya corresponden a los últimos años del siglo XV. A partir
de estas fechas sí se han localizado distintos censos y recuentos, aunque
resulta complicado estudiarlos comparativamente, dado que eran diferentes los
objetivos que perseguían. Aparte, hay que añadir otras complicaciones, como
establecer el coeficiente de habitantes por vecino o averiguar si en las cifras
contempladas se incluía o no a todo el vecindario, pues era frecuente
establecer censos independientes para cada estamento social. En cuanto a la
distribución del vecindario por actividades productivas, las dificultades no
son menores, pues las fuentes consultadas establecen distintos criterios de agrupación.
Con estas limitaciones, abordamos el estudio analizando distintas fuentes y su
fiabilidad.
Los datos de
finales del XV y todo el XVI se toman fundamentalmente de los Libros de Visitas
de la Orden de Santiago, sabiendo de su escasa fiabilidad, que queda patente en
el redondeo de cifras o en la repetición de las mismas de una a otra visita. 23. No obstante,
nos aferramos a esta fuente como única referencia disponible, completándola con
dos recuentos del XVI: el primero, de 1571, promovido por la Corona para la
distribución de los moriscos del Reino de Granada; el segundo de 1591, también
a propuesta de la Corona para el reparto del servicio de millones. En el cuadro
que sigue se reflejan estas cifras, comparándolas con las de otros pueblos del
entorno administrativo y jurisdiccional:
Pueblos/año
|
1494
|
1498
|
1515
|
1571
|
1591
|
Guadalcanal
|
1370
|
1000
|
1000
|
1200
|
1055
|
Llerena
|
1110
|
1100
|
1030
|
1400
|
2066
|
Ahillones
|
101
|
100
|
100
|
200
|
315
|
Berlanga
|
200
|
250
|
200
|
480
|
257
|
Las Casas
|
120
|
150
|
80
|
160
|
185
|
Fuente Arco
|
210
|
250
|
151
|
375
|
265
|
Reina
|
240
|
200
|
120
|
150
|
227
|
Trasierra
|
60
|
80
|
55
|
120
|
174
|
Valverde
|
120
|
150
|
150
|
213
|
232
|
Sobre el XVII
disponemos de varios censos, también poco fiables, pues mayoritariamente se
establecieron para repartir impuestos, aplicar levas de soldados o con fines
eclesiásticos, circunstancias que disuadían a los concejos a la hora de
comunicar sus vecindades, con independencia de que, en efecto, la población fue
disminuyendo en estos años de crisis y decadencia generalizada, alcanzando en
algunos pueblos cifras dramáticas 24. Se completan estos censos y recuentos oficiales con
otras referencias tomadas de nuestro Archivo Municipal que, entiendo, son más
fiables. En el cuadro siguiente, que incluye a algunos de los pueblos
contemplados en la relación anterior 25, se da cuenta de estas cifras:
Pueblo/año
|
1612 26
|
1639 27
|
1646 28
|
1670 29
|
1689 30
|
Guadalcanal 31
|
1000
|
1000
|
480
|
591
|
638
|
Llerena 32
|
1500
|
1430
|
1400
|
1128
|
s/d
|
Ahillones
|
300
|
300
|
250
|
250
|
s/d
|
Las Casas
|
200
|
200
|
150
|
81
|
s/d
|
Fuente Arco
|
200
|
200
|
120
|
114
|
s/d
|
Reina 33
|
50
|
80
|
30
|
5
|
s/d
|
Trasierra
|
50
|
50
|
30
|
s/d
|
s/d
|
Azuaga
|
1000
|
1000
|
500
|
544
|
s/d
|
Usagre
|
480
|
400
|
350
|
215
|
s/d
|
De 1646 tenemos
una referencia local más precisa que la expuesta. Se toma de un censo aportado
como prueba en el pleito que los párrocos de Guadalcanal sostuvieron con la encomienda
y el Hospital, instituciones de las que solicitaban un incremento de salarios.
Dichos clérigos, con el testimonio de numerosos vecinos citados al efecto,
manifestaban que la población había quedado reducida a sólo 639 vecinos -frente
a los 480 contemplados en la tabla anterior-, advirtiendo, además, sobre el
empobrecimiento de los vecinos que quedaban 34.
Las cifras del
XVIII son ya más fiables. En esta centuria contamos con las tres referencias
usuales parta estos casos: -el Catastro de Ensenada (1752), el Censo de
Floridablanca (1787) y las respuestas al Interrogatorio de la Real Audiencia de
Extremadura (1791). Aparte disponemos de abundantes referencias tomadas en
nuestro Archivo Municipal, seleccionando las correspondientes a 1707, 1709,
1719, 1724, 1791, 1792, 1793 y 1799. Los datos que siguen muestran la evolución
del vecindario en Guadalcanal y en la aldea de Malcocinado:
Años
|
Total concejo
|
Guadalcanal
|
Malcocinado
|
1707
|
346
|
s/d
|
s/d
|
1709
|
392
|
s/d
|
s/d
|
1719
|
425
|
s/d
|
s/d
|
1724
|
656
|
651
|
5
|
1752
|
1.050
|
1.042
|
8
|
1787
|
950
|
s/d
|
s/d
|
1791
|
1.036
|
988
|
48
|
1792
|
1.073
|
1.027
|
46
|
1793
|
1.120
|
s/d
|
s/d
|
1799
|
1.071
|
s/d
|
s/d
|
Notas.-
19
ADPS, Sec. Hospital de la Sangre, lg. 10.
20
ADPS, Sec. Hospital de la Sangre, leg. 11.
21
AHN, Sec. OO.MM., lib. 1112 C.
22
ADPS, Sec, Hospital de la Sangre, lgs. 10 al 15 y 101.
23
Se toman estos datos del profesor RODRÍGUEZ BLANCO (La Orden de Santiago en
Extremadura. Siglos XIV y XV. Badajoz, 1985), pionero y maestro en los
estudios santiaguistas.
24 PÉREZ
MARÍN, T.: Historia rural de Extremadura (Crisis, decadencia y presión fiscal
en el XVII. El partido de Llerena). Badajoz, 1993.
25
Con la excepción de Berlanga y Valverde, fuera del señorío santiaguista desde
1586, tras la venta de ambos pueblos a la marquesa de Villanueva del Río.
26 Según
un censo de la Inquisición de Llerena.
27
En una relación de los oficios añales del partido de Llerena.
28
A. G. de Simancas, diversos de Castilla, leg. 23, fol. 1.
29 Según
una relación de las iglesias del provisorato de Llerena. Datos de PEREZ MARÍN
(ob. cit.), como en las notas anteriores.
30 A.
M. de Guadalcanal, leg. 334.
31
Incluye al vecindario del cortijo o aldea de Malcocinado, donde solían residir
entre cinco y diez vecinos.
32
Con las aldeas de Cantalgallo, Higuera y Maguilla.
33
Confusas estas cifras de vecindad. El concejo estaba dividido entre la villa,
en el castillo, y su arrabal o actual emplazamiento. Las cifras contempladas
deben corresponder al vecindario del castillo.
34
Traslado a la letra, sacado en virtud de Letras Apostólicas de la Sacra Rota,
del proceso y autos que sigue el Hospital de la Sangre, extramuros de la ciudad
de Sevilla, contra los curas de las iglesias de Guadalcanal, sobre pretender el
aumento de la renta que los dichos curas pretenden. A. D. P. de Sevilla, Sec.
Hospital de la Sangre, carp. 10, doc. 12. Los clérigos alegaban pérdida de
beneficios de pie de altar (misas y administración de sacramentos),
precisamente derivada del elevado despoblamiento que padecía la villa.
MANUEL MALDONADO FERNÁNDEZ
www.manuelmaldonadofernandez.blogspot.com
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