La Capilla de San Vicente Ferrer de Guadalcanal y la antigua Hermandad del Rosario de la Aurora
https://guadalcanalpuntodeencuentro1.blogspot.com/
sábado, 21 de septiembre de 2024
Guadalcanal Monumental 2
sábado, 14 de septiembre de 2024
Reflexiones
Los niños de los años cincuenta de Guadalcanal
El agua se desparrama por el pretil de la ancha alberca de la huerta. Va calentar el sol cada vez más y la tierra, reseca, acoge agradecida el reguerito de agua fresca derrama la alberca.
A
las dos de la tarde, el campo en verano se deja aplastar por el calor y el silencio.
Sólo un moscardón o un gran abejorro zumba inquieto sin que sepamos nunca
dónde está. La calina derrite los sesos de un pollino, inmóvil como una gran figura
de peluche desvaído, que se acoge a la
sombra de una higuera enorme que hay unos pasos más No se inquieta el asno por los movimientos y las
voces estridentes del grupo de chavales que chapotean en la alberca redonda y grande. Ahora uno de ellos,
apoyándose en el borde salta fuera ágilmente. Lleva un bañador oscuro,
azul marino, con peto y tirantas. Es un bañador
de esos que eran comunes allá por los años cincuenta cuando apenas hacía poco más de diez años que había concluido la guerra
civil.
Entonces, todavía
nadie pensaba en democracias ni en políticas. España comenzaba a levantarse de una catástrofe espantosa que había costado las mejores
vidas de gente en uno y otro bando.
Comenzábamos a olvidar. Las heridas sanaban, quedaban cicatrices enormes en los
pueblos
y en las almas, pero el mundo entero estaba, por fin, en paz después de sufrimiento y de tanta locura, y las puertas de la
esperanza se nos iban abriendo poco a poco. Eran,
todavía, años de penuria, de escasez, con los cementerios demasiado llenos y
las despensas demasiado vacías. Se comía
mal y poco, se remendaban las camisas y los zapatos, se parcheaban las perolas y los cubos y se les
daba la vuelta a los abrigos y las chaquetas.
Los que entonces éramos niños nada sabíamos
de huelgas, ni de reivindicaciones laborales,
ni de injusticias sociales. Veíamos a nuestros padres luchar a brazo partido
con la vida para llevar un jornal al
hogar y les admirábamos por su tesón y su constancia. Oíamos que en Sevilla los estudiantes tumbaban tranvías,
en lucha con los “grises”, sin saber muy bien por qué lo hacían y nosotros, por solidaridad con ellos, hacíamos
novillos en la escuela. Pero nada más. Todo el que tenía un trabajo
procuraba cumplir y conservarlo sin querer pensar en más, porque apenas si
había derechos y sí muchas obligaciones...
Después, las hojas del
calendario fueron sucediéndose una a otra con vertiginosa rapidez. Los años, la
vida, volaban. Mil novecientos sesenta, sesenta y cinco, setenta... Francisco Franco, el Caudillo salvador de España
para unos, el tirano para otros, admirado y odiado
a un mismo tiempo, acaba sus días y se presenta ante el juicio de Dios a rendir cuentas de sus actos. Y ante los españoles
se abre un nuevo capítulo de la Historia. Muchos malintencionados y muchos oportunistas, que aguardaban su momento, salen a la luz. “Ahora somos libres” se
escucha por doquier. Pero la Libertad es un arma de doble filo, sirve para todo y para todos. Con ella y en su nombre,
se puede hacer el bien y el mal, se puede trabajar generosamente por los demás y se puede
trabajar egoístamente por uno mismo. Se puede jugar limpio y se puede mentir... Y, sin embargo, es
la gran riqueza del ser humano.
Ahora,
en mil novecientos noventa y cuatro, en la madurez de nuestras vidas, los niños
de los años cincuenta, que no fuimos educados en los difíciles vericuetos de la
política, nos encontramos,
tal vez, desorientados en lo más íntimo de nuestro ser.
Tenemos,
tiene España, la gran oportunidad de progresar en paz y en libertad y está quedando atrás ya el sarampión
desorientador de los primeros años de democracia.
No son estas páginas el lugar idóneo
para vaticinios políticos, ni para mostrar preferencias, y no voy a caer en ese ridículo, pero tengo derecho a
preguntarme a mí mismo y a todos,
noblemente, hasta dónde estamos dispuestos a dar para salir adelante. Sí, tengo
derecho, y lo tenemos todos los
españoles, a pedir que sean barridos todos los vividores y todos los
oportunistas, sean quienes sean y del color que sean, para que un viento de honradez y limpieza refresque nuestra patria, nuestras
ciudades, nuestros campos y nuestros pueblos
Para
que todos seamos uno solo, codo con codo, en el común afán de un futuro
mejor nuestros hijos.
REVISTA DE FERIA Y FIESTAS – 1994
sábado, 7 de septiembre de 2024
Guadalcanal monumental 1
Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción
sábado, 31 de agosto de 2024
¿Adiós barquitos hundidos?
Cartas desde Whuzland/cuarta
Whuzland, Abril 2024
Buen día Sr. Europeo,
Hoy quiero hacerle un análisis sobre los últimos diarios que amablemente me ha enviado y concentro la noticias sobre la migración de mis semejantes de continente, como ya le he mencionado en alguna anterior, mi pequeño poblado a contribuido con varios jóvenes, entre ellos mi nieta a crecentar esta lista.
Pero permítame, con el debido respeto
señor, que antes le haga una pequeña reflexión: “Si en algún lugar se
reunieran los mares y océanos para hablar, a buen seguro que habría mucho dolor
en sus conversaciones y que ese dolor sería un agua negra que empaparía a toda
la humanidad”.
Leo pomposos titulares en sus prestigiosos
diarios, hoy se celebra “El Día Internacional de los mares”, uno de
tantos días internacionales reivindicativos que no valen para nada, pienso,
sabido es que los mares son una de las vías con que la naturaleza nos envía
inequívocos mensajes de alerta de cómo va nuestra relación con ellos. Y esos
mensajes son tan rotundos en su forma y contenido, como reacios son muchos de vuestros
políticos en escucharlos y tomar las medidas oportunas.
Sigo leyendo, esta vez en un editorial
del periódico de mayor tirada de su quimérica nación las declaraciones de un
político, en este caso del de un partido que dice llamarse el “Partido
Popular”, no analizo sus tendencias, el color político es lo de menos, las
necedades no tienen color, decía textualmente “el tema de las pateras es
comparable a los trenes de inmigrantes españoles que iban a la vendimia
francesa allá por los años 60 del pasado siglo”, craso error, mi querido regente.
En una de sus cartas que conservo
señor, usted me comentaba: “Mi padre como tantos andaluces y extremeños fue
varios años en uno de estos trenes, “a ganarse unas perrillas para pasar el
invierno”, decía cuando se marchaba”, pero con una diferencia fundamental
sobre las pateras, ellos viajaban con billete de ida y vuelta y trabajo fijo, pensión
completa y horario y salarios “europeos”, terminada la vendimia, volvían
a España.
Permítame que le diga con todo respeto,
las peteras son el trampolín de miles de africanos hacia al mal bautizado “primer
mundo” construidas y tripuladas con la esperanza y la constancia de la
desesperación y recibidas con la incoherencia de Europa, abandonan el arraigo
de nuestra tierra y muchas veces, demasiadas, pierdan todo su equipaje (con
consiste solo en su vida) a bordo de los barquitos hundidos cerca de vuestras
costas, convirtiéndose éstas, en cementerios sumergidos de hambre, miseria y esperanza.
Y es que cada vez tienen ustedes más
faros apagados para no alertarnos de la presencia de arrecifes de piratas y
malos capitanes –unos varados en el velo anacrónico de los políticos y otros
disfrazados de peroratas, todos igualmente prisioneros de la desgracia ajena-
, que desde la frágil trinchera de la intolerancia se niegan a buscar
soluciones, son o mejor dicho, ignoran que todos cómplices, simplemente porque
hablando y lamentándose de los negritos que pululan por sus ciudades y curiosamente han denominados como nahuhtú (desheredado en nuestro dialecto) “ninis”, ¿han
pensado en dar soluciones para empuñar con firmeza la solución y concienciaros
con el timón de la responsabilidad?.
Me surgen muchas preguntas hacia sus
congeneres: ¿Cuántos barquitos hundidos más hacen falta para que vuestros
dirigentes comprendan que van por una singladura equivocada?, ¿Cuántos desvelos
de guardia civil, voluntariados, ONGs y patrones de pesca hacen falta para
evitar la muerte segura de esperanzas a la deriva?, ¿Cuánto dolor y olor a
muerte más tienen que sangrar vuestras playas?...
Demasiadas preguntas, ustedes señor,
piensan que no existe ninguna respuesta, sus políticos quizás con buena
voluntad, o no y poca eficacia se reúnen con otros políticos de países
exportadores de desesperanza para tomar soluciones, primero fue con Marruecos,
muchas concesiones por vuestra parte, poca eficacia por Marruecos, ahora
quieren reunirse con Mauritania y otros países del Magreb para “tomar soluciones”, pienso que al
final, más concesiones y poco o ningún medio por parte de Mauritania y otros países
exportadores de penurias, ya que éstos países nos encontramos entre los más
pobres del mundo y su renta per cápita se sustenta casi exclusivamente de “exportaciones
humanas” a Europa.
¿Soluciones?, yo no las tengo, pero
pienso que su país señor y la Unión Europea tampoco las busca o no le interesa “hincarle
el diente”, y ahí es donde tienen que ponerse a trabajar, basta ya de bla,
bla, bla..., tomen conciencia para dar esperanza y vida a éstos mal llamados migrantes.
No soy demasiado optimista en este
tema. Es más, creo que mi análisis es demasiado escéptico y usted desde la
frontera del bienestar tampoco, pero me pregunto, por qué no ser un poco
optimista y pensar que algún año podremos celebrar “El Día Internacional del
Adiós de los barquitos hundidos”.
Rafael Candelario Repisa
La fragua del pensamientosábado, 24 de agosto de 2024
Nuestra Historia 4
Recopilación Revistas de Guadalcanal. Años 1960 - 1969 - 1972 - 1988 Asociación Cultural Benalixa |
sábado, 17 de agosto de 2024
Rafael García Plata de Osma
Un extremeño nacido en Guadalcanal
Nacido en Guadalcanal 1870
Falleció
en Cáceres 1918
Este ilustre paisano que casi todos los
anales le consideran como extremeño, nació y vivió sus primeros años en
Guadalcanal, localidad en la que su padre regentaba una farmacia, tal vez sus
raíces no sean de nuestro pueblo, su padre Antonio García Plata era sevillano y
su madre Francisca de Osma de la localidad de Valdefuentes (Cáceres).
Cursa sus estudios de bachiller en
Sevilla y siguiendo la tradición familiar se matricula en farmacia, pero esta
carrera la deja en el segundo año y se traslada a Madrid, decide seguir la
carrera de leyes y entrar en círculos literarios su verdadera vocación.
En el último curso de carrera cae
enfermo de pulmonía y apenas superada la enfermedad vuelve a recaer de la
misma, deteriorando y marcando su salud para el resto de su vida, por lo que
decide trasladarse a Alcuéscar (Cáceres), zona más apropiada que el clima de
Madrid para su débil salud.
En este localidad se instala y vive
gran parte de su vida, contrae matrimonio con Aurelia Parra Bravo, fruto se
este matrimonio nacieron cuatro hijos, ejerció y vivió como extremeño, según palabras
de José María Cacho “se convirtió en defensor de
todo lo típicamente extremeño laborando más en pro de la región que le acogió
que muchas otras personas nacidas en Extremadura”, ejerciendo de
historiador, etnólogo, y sobre todo, folklorista, recuperando la realidad
extremeña, sus costumbres, canciones y folklore, recogidos de las bocas de los
lugareños.
Sus inicios literarias le llevaron a
publicar en la revista cacereña “Revista Cacereña”
diferente artículos de opinión, que fueron considerados por Pulido Cordero y
Nogales Flores como “elemento bibliográfico y de
referencia imprescindible para el estudio de la historia de Extremadura,
destacando títulos como: Melitonada geográfica de la provincia de Cáceres” o “Cacerías de gazapos geográficos en la provincia de
Badajoz”, posteriormente colaboró en El
Noticiario y Diario de Cáceres, El Ideal, El Heraldo y El Globo de Madrid,
Hojas Selectas y La Semana Cómica de Barcelona y en otros
muchos diarios y revistas nacionales y publico tres libros asumiendo el mismo
el coste de su edición, dejando un importante legado escrito inédito a sus
herederos, que posteriormente han sido publicados.
Otras citas importantes a destacar
son: (1899). - “Geografía popular de Extremadura”. Revista de
Extremadura. Cáceres, Vol. I, pp. 320-325, (1903). - “Primavera popular”,
Revista de Extremadura II, pp. 260-267, (1903). - Geografía popular de
Alcuéscar. en Rev. de Extremadura”, t. V., (1903): Geografía popular de
Alcuéscar. en Rev. de Extremadura”, t. V., (1904): El librillo de la jambre o
Juan de Mera, el zapatero perdío. Sobre temas extremeños. en Rev. de Extremadura,
t. VI. o. (1906): Dos glosas religiosas populares. Apuntes recogidos en
Alcuéscar. en Rev. de Extremadura, t. VII.
Entabló amistad con Ramón Menéndez
Pidal, que publicó algunos de sus trabajos y gracias a su intersección fue
nombrado Académico Correspondiente en Extremadura de la Real Academia Española, en 1918 poco antes de su fallecimiento y también
fue honrado con el nombramiento como Académico Sevillano de las
Buenas Letras.
Descansa en paz en el Cementerio de
Cáceres, donde falleció a la temprana edad de 48 años, el 19 de noviembre de
1918, a consecuencia de su débil salud y de la epidemia de gripe que asolaba a
Europa, dejando un importante legado para la cultura Extremera.
sábado, 10 de agosto de 2024
Historia de la historia 5
Año del Señor de 1954
Rafael Spínola Rodríguez