El mecenazgo de Alonso González de la Pava
Tercera parte
Así pues, aunque el retablo del Espíritu Santo arquitectónicamente
sigue el esquema de la Profesa, algunos de sus elementos estructurales y
decorativos proceden del lenguaje empleado durante estos años por Juan de
Oviedo el Mozo y sobre todo por Martínez Montañés, como se aprecia en el
frontón partido que corona el núcleo central, o las columnas entorchadas o melcochabas.
Sin embargo, el vocabulario ornamental purista debido a la influencia ejercida
por los tratadistas se aprecia en las afiladas agujas sobre bolas en los
tímpanos de los partidos frontones o en las bolas sobre pirámides truncadas.
De sus pinturas se conservan las siguientes: el retrato del donante en
el banco, seguido en el primer cuerpo de los lienzos de la Imposición de la
Casulla a San Ildefonso, Pentecostés y Santa Clara y en el ático el Nacimiento
de Cristo y de la Virgen y Coronación de María.
A partir de esta obra que resultaría del agrado de patrocinadores y
vecinos, le surgen nuevos clientes a Mateo Méndez: por un lado, la nobleza, que
solicita retablos para sus capillas, como es el que en 1635 le encarga
Francisco de Rojas Bastida; (18)
y por otro, las parroquias, que, bajo el beneplácito del Provisor de la Orden
de San Marcos, contrataron con él la ejecución de sus retablos mayores —primero
el de Santa María en 1638 (19)
y un año después el de San Sebastián. (20) Nos sorprende, sin embargo, la ausencia de
documentos que atestigüen su labor en Llerena, ciudad donde vivió y tuvo su
taller. El precio convenido con Mateo Méndez para el retablo del Espíritu Santo
fue de 8.300 reales, desglosados de la siguiente manera: dos partidas iniciales
de 650 reales cada una, que corresponderían a los años 1632 y 1633, y los siete
mil reales restantes en siete años consecutivos, a razón de 1.000 reales
anuales. La primera carta de pago, según el libro de fábrica del convento se
realiza en Llerena en el año 1633 por valor de 2.200 reales, (21) efectuándose la
siguiente en 1636 por 1.137; (22)
otra más en 1639 por 1.200 reales (23) y finalmente en 1644 se le termina de pagar la cantidad
estipulada otorgándole 3.736 reales de finiquito, aunque ya en esta fecha Mateo
Méndez había muerto pues la libranza se hace a sus herederos. (24)
El dorado y pintura del retablo corre a cargo de Manuel Rodríguez,
contratándose el 5 de julio de 1632, paralelo a su arquitectura, ante el
escribano Diego Ortiz del Águila, por el patrono del convento Juan González de
la Pava. (25) Y en
junio de 1635 Alonso de Bonilla le otorgaba una escritura de fianza para poder
pintarlo y dorarlo, (26)
prueba inequívoca de que en esta fecha el ensamblaje y talla estaba ultimado y
Manuel Rodríguez comenzaría ahora la pintura de sus lienzos y la policromía del
conjunto.
La cantidad acordada con Manuel Rodríguez por la pintura del retablo
fue de 5.000 reales y su cobranza se debla de realizar de la siguiente manera:
600 reales al entregar las fianzas, otros 600 cuando se hubiera construido la
mitad del retablo y el resto en pagas anuales de 1.000 reales, a partir de su
conclusión. Las pagas, sin embargo, se realizaron de diferente forma según las
cuentas del libro de fábrica del convento. Ya en 1633 recibía 1.500 reales a
cuenta, dando una carta de pago en Llerena ante el escribano Francisco Sánchez
Trexo. (27) En 1635
dio carta de pago por 1.479 reales ante Juan Sánchez, escribano de Guadalcanal.
(28) Además en
abril de 1636 recibió 500 reales más, (29) y otros 356 en 1639, (30) efectuándose la última con
anterioridad a 1644, por la cantidad de 1.167 (31) reales Las sumas de estas pagas concuerdan con la
cantidad estipulada en el contrato. Para financiar las obras del retablo, el
patrono y la abadesa del convento, tuvieron que recurrir a un préstamo de los
capitales del mismo. (32).
En el friso del banco del retablo se lee una inscripción que dice: «Este
convento fundó y dotó Alonso González de la Pava, a honra y gloria de Dios y de
su Bendita Madre... (falta por destrozo) ...de Noviembre, siendo patrono Juan
González de la Pava. Año de 1639». En 1936 sufrió algunos destrozos,
perdiéndose las pinturas de la predella, y actualmente el retablo y, sobre
todo, las pinturas se encuentran en total estado de abandono. (33)
Notas.-
18 A.M.G. Libro de
Escrituras Públicas, años 1635, 1636 y 1633. Escribano Juan Sánchez Montejo,
fols. 431r.-431v.
19 Ibídem, años 1637 y 1638,
fols. 224r.-225v.
20 Ibídem, años 1639, 1640 y
1641. Escribano Juan Vázquez Tamayo, fols. 216r,-217v.
21 A.P.G. Libro de Fábrica
de] convento del Espíritu Santo de los años 1621 a 1695. Lib.
1, fol. 142r.
22 Ibídem, fol. 141v.
23 Ibídem, fol. 173r.
24 Ibídem, fol. 209v.
25 A.M.G. Libro de
Escrituras Públicas. Año 1632. Escribano Diego Ortiz del Águila, fols.
577r.-578v., Ap. D1. núms. 11 y 12.
26 Ibídem, año 1635.
Escribano Juan Sánchez Montejo, fol. 254v.
27 A.P.G. Libro de fábrica
del convento del Espíritu Santo de los años 1621 a 1695. Lib.
1, fols. 141r.-142r.
28 Ibídem, foI. 141v. (5)
29 Ibídem, fol. 142r.
30 Ibídem, fol. 173r.
31 Ibídem, foI. 21r.
32 Ibídem, fol. 150r. y
150v.
33 Hernández Díaz, José y
Sancho Corbacho, Antonio: Edificios religiosos y objetos de culto saqueados y
destruidos por marxistas en los pueblos de la provincia de Sevilla, Sevilla,
1937, pág. 130 Se hace relación del estado deplorable en que quedó la iglesia.
EL MECENAZGO
ARTISTICO DEL INDIANO ALONSO GONZALEZ DE LA PAVA EN GUADALCANAL
Por Julia
Mensaque Urbano
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