La Feria en el Coso |
Esos palos "borrachos"
Sí. Nuestro Real de la Feria de 1901
¡Ese es!
¿Así?
Sí, así. Que este actual siglo XX aún estaba con
baba, pues era el año 1901 —el arte fotográfico todavía muy joven— cuando quien
fuere sube a esa atalaya que es el COSO ALTO y enfoca su cámara hacía la
SIERRA DEL AGUA, la Sierra más pintoresca de las nuestras próximas,
recogiendo, en primer término, el paraje que, desde poco, se hallaba dedicado a
instalación del ferial.
Desde hacía muy poco, ya que nuestra Feria, la Feria
de fama nacional, la que acogía personas de todos los rincones de España, fue
la Feria de Guaditoca. Una Feria que se celebraba en el Santuario los días de la
Pascua de Pentecostés, teniendo afluencia de fieles como hoy el Rocío.
Sólo hacía tres años que el COSO se engalanaba de ferial. Desde la
traída de la Feria, de la Ermita al pueblo, lo estuvo haciendo la PLAZA DE LOS
NARANJOS.
A la sazón feria de ganados, buscando amplitud para
éstos, se trasladó al COSO, donde se les dedicaba mucho terreno y en éste se
fraguaban esas casetas que, en el lado izquierdo de la fotografía, aparecen
alineadas.
La presencia de reses nos dice a las claras que se
fotografía cuando ya había empezado el mercado y, con él, las fiestas. Que lo sino
la incipiente actividad de los "caballitos" del centro de la foto.
Esos palos "borrachos" sostienen la
iluminación de cabos de cera dentro de vistosos farolillos de papel rizado,
como el carburo daba luminaria a los puestos de chucherías y juguetes.
Son de acusar, entre otras, dos transformaciones
habidas de aquel año a éste:
Una, el traslado del pilar, que ahora se encuentra
colocado más abajo.
Otra, la pérdida de plantaciones de árboles, por
aquellos día cien hechas.
Pese a todo, cuanto se ve nos es sumamente familiar
y querido, y nos mueve a haber tenido la oportunidad de asomarnos, si quisiera
con la brevedad del toma una copa, a ese esplendoroso campo
"enteriado".
Enternece
contemplar este ferial de
principios de siglo. Uno se figura cuanto regocijo anegaría el alma del (por
sin medios ágiles de comunicación) casi confinado muchachuelo de calzón,
entonces, de "pirata", presto a no perder nada del sonido inhabitual -música , bullicio—,
del fulgor infrecuente y fantasmagórico de fuegos artificiales - cuyas
"ruletas" se ven ya colocadas—
de esos días feriados.
Revista de Feria
1980
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