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lunes, 2 de diciembre de 2019

La arquitectura de la orden de Santiago en Guadalcanal 1/6

Nuestro patrimonio monumental 1
Vista de Guadalcanal

Las localidades de la orden en Sevilla fueron, en general, difíciles de repoblar. Lugares como Mures, Villanueva y Castilleja, tuvieron escasos habitantes hasta el siglo XIV, teniendo la última villa pro­blemas, en dicho sentido, hasta el siglo XVI. Por otra parte, Estepa, como lugar de frontera que era, tampoco creció ampliamente hasta que se tomó Granada. Además, el tipo de poblamiento que se dio en la zona difiere del de otros territorios santiaguistas andaluces: todas las poblaciones fueron cabezas de su encomienda y las únicas de las mismas (salvo Estepa). Así, la organización territorial resultó muy distinta a la de, por ejemplo, la Sierra de Segura, donde proliferaron los núcleos menores.
Otro de los condicionantes que afecta a la arquitectura a estudiar es que casi todas las encomiendas sevillanas Rieron vendidas en el siglo XVI, aunque la orden de Santiago conservó la jurisdicción ecle­siástica en algunas de ellas (las del Aljarafe). La excepción fue Guadalcanal, que entonces tan sólo perdió buena parte de sus rentas.
Todo ello justifica que en algunas de las poblaciones, sobre todo en las del Aljarafe, sean escasos los edificios conservados que se pueden vincular a los santiaguistas. No es el caso de Estepa y, aún menos, el de Guadalcanal, que sobresalen indiscutiblemente por la calidad, cantidad y variedad de las cons­trucciones subsistentes.
Como rasgo diferenciador, es preciso señalar la vinculación de Guadalcanal a Extremadura hasta el siglo XIX, hecho que, junto a. su lejanía del resto de las propiedades santiaguistas sevillanas y a su propio desarrollo histórico, parece proporcionar a su arquitectura rasgos singulares y en conexión con los de la zona geográfica en la que se ubica.
En los territorios santiaguistas de Sevilla, a diferencia de lo que hemos podido constatar en Jaén, no abundan los castillos ni las construcciones fortificadas. Destaca tan sólo el recinto de Estepa, importan­te conjunto que culmina una villa amurallada y en el que han efectuado significativas intervenciones en las últimas décadas. En el caso de Guadalcanal, que enseguida queda en la retaguardia, dudamos, como tales a su uso por los lugareños cuando venían "los moros".
Por lo dicho, las casas de las encomiendas debieron suplir pronto la función administrativa y re­sidencial que las fortalezas cumplieron inicialmente en otros territorios. Es evidente que tuvo que existir este tipo de edificios en todas las localidades, puesto que fueron, como se ha referido, cabezas de encomiendas. Sin embargo, apenas hemos encontrado referencias a la de Estepa (quizás por tener un importante castillo). Las demás, parece que eran buenas casas y que es posible que pudieran también servir, además de como viviendas, como lugares de almacenaje, lo que está claro en el caso de Guadalcanal. Bodegas, lagares, caballerizas, corrales... son mencionados como partes de ellas en los libros de visitas. Quizás por ello apenas hay datos sobre casas tercias o de bastimento en la provincia de Sevilla, excepción hecha de Guadalcanal, donde se conserva aún hoy un interesantísimo bastimento de la mesa maestral fechado en el siglo XIV, además de una casa que pudo ser la última que tuvo allí la encomien­da. En lo que se refiere a su ubicación, solían estar situadas en las plazas principales de las poblaciones o junto a las parroquias. También presentan ciertas peculiaridades. Por ejemplo, la de Castilleja fue comprada a fines del siglo XV; la de Guadalcanal estaba rodeada por un "circuito” o "cortijo"; y la de Mures estaba ya arruinada a comienzos del siglo XVI (quizás por la existencia de aposentamientos en Benazuza). Gabe señalar que en Villanueva del Ariscal se menciona una "casa de la vicaría" y, también, un corral que servía corno casa de bastimento. Por lo demás, es difícil, con las descripciones de las mis­mas que hemos podido conocer; apuntar otras características tipológicas comunes.
En cuanto a las parroquias, se convirtieron en los edificios que, junto con las casas de encomiendas y ante la ausencia casi generalizada de fortalezas, marcaban el centro urbano en tomo al que se desa­rrollaba el caserío. Entre las tardo medievales nos encontramos fundamentalmente dos tipos: primero, el de los edificios con cubiertas de madera sobre arcos diafragmas o transversales (Santa Ana y San Se­bastián en Guadalcanal o la primitiva parroquia de Estepa); y segundo, el de los templos de tres naves separadas por arcos y cubiertas de madera, con posibles cabeceras góticas (Santa María de la Asunción de Guadalcanal o posiblemente las iglesias del Aljarafe en su origen, puesto que han sido reconstruidas posteriormente). Completamente abovedada, de cantería, sólo encontramos una, la inacabada de Santa María de Estepa, hecha en un gótico tardío de gran calidad y en consonancia con el giro artístico que se impuso en la zona tras la construcción en Sevilla de su enorme catedral, aunque puede tener tam­bién características comunes con obras extremeñas del momento. Igualmente se puede apuntar que la primitiva iglesia de Castilleja de la Cuesta era de dos naves, siendo posteriormente ampliada en el siglo XVI. Así que encontramos en Andalucía Occidental algunos tipos edificatorios similares a los existentes en Jaén, como los templos construidos con arcos transversales, seguramente (dada la inexistente preten­sión de unidad de criterios estilísticos en la orden) por coincidencia cronológica y funcional, además de por la austeridad y la economía habituales en las edificaciones santiaguistas en sus primeros tiempos y en poblaciones menores 11. También hay que señalar que los templos presentan características comunes.
Nos ocupamos de Guadalcanal fue reconquistada en 1241 por los caballeros sampaguitas, bajo el mando del maestre don Rodrigo Iñiguez (1) Posteriormente, en 1246, Fernando III se la cedió a la orden, quedando bajo su jurisdicción hasta el siglo XIX, La villa perteneció eclesiásticamente a la vicaría de Tentudía, dependien­te del priorato de San Marcos de León, con sede judicial en Llerena. A finales del siglo XIII o principios del XIV se constituyó como una de las encomiendas desdobladas de las tierras de Reina (2) y en 1395 se convirtió en vicaría independiente, gracias a un privilegio concedido por el maestre Lorenzo Suárez de Figueroa (3). Posteriormente, en 1540, los administradores del Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, cumpliendo una de las mandas testamentarias de don Fabrique Enríquez de Ribera, adquirieron para el citado Hospital la mitad de los derechos de la encomienda y todas las rentas que la mesa maestral poseía en Guadalcanal (4), sin que ello desvinculara a la localidad de la orden. También hay que resaltar que durante los siglos XVI y XVII hubo un importante éxodo de vecinos hacia el Nuevo Mundo, quienes realizaron numerosas donaciones y fundaciones en la localidad (5). Por último, produciéndose por las mismas fechas que la finalización de la encomienda, en 1833 Guadalcanal, históricamente vinculada a Extremadura, pasó a pertenecer a la provincia de Sevilla (6)
Esta población destaca por el rico patrimonio que conserva: varias parroquias, ermitas, conventos, edificios civiles... (7). De hecho, su centro histórico fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico el 2 de marzo de 2004 (8), aunque ya contaba con algunos edificios declarados individualmente (9).
La situación estratégica de Guadalcanal dio lugar a la existencia en sus alrededores de un gran nú­mero de castillos y fortalezas (10), de los que hoy quedan pocos restos (11). La villa, según afirman Hernán­dez Díaz, Sancho Corbacho, Callantes de Terán y Rodríguez Márquez, estaba rodeada por una muralla que Cordón Bernabé data en la segunda mitad del siglo XII  (12). No se conoce con certeza la delimitación del recinto, pero sí señalan los anteriores autores que contó con cuatro puertas (la de Sevilla, la de Llerena, la del Jurado y la de los Molinos) e indican la situación de las mismas. Además mencionan que estaba rodeado por un foso conocido como "la cava" y que tenía una alcazaba situada al sur, que fue el denominado castillo de la orden, en cuyo interior estuvieron las casas de los comendadores, conocidas con el nombre de "el palacio" (13). Según Mirón, las edificaciones de la población, como era común, aprovechaban los lienzos de la muralla en sus construcciones, como también hizo el supuesto castillo de la localidad (14). Aunque dicha muralla se mandó derrocar en el siglo XVI, por orden de Carlos I tras haberse sumado Guadalcanal a la sublevación de las Comunidades, su demolición no debió de efectuarse (o sólo lo fue parcialmente), ya que hasta tiempos "relativamente recientes" se conservaban tramos aislados de la misma y tres de sus puertas (15). Cordón Bernabé considera que saldría de la del alcázar, que rodearía la población y que seguramente sería de tapial, reforzado con ladrillo en esquinas de torres y arcos, y con piedra, como la de Llerena (16).
La primera noticia documental localizada sobre el recinto de Guadalcanal data de 1313, cuando D. Arias Gómez, nombrado comendador de la villa, se comprometió a no labrar ni fortalecer "el cortijo" de Guadalcanal sin licencia del maestre (17), ignoramos de qué recinto se trataba, si del de la muralla o del menor que debía de constituir el supuesto alcázar, posteriormente denominado casa de palacio. En este sentido hemos de manifestar que las fuentes utilizadas son confusas y en numerosas ocasiones parecen hacer referencia a ambos circuitos de forma indiferenciada, siendo los historiadores contemporáneos los únicos que mencionan las murallas, mientras que los textos más antiguos, medievales y modernos, suelen aludir a un "cortijo", "castillo" o "palacio". De hecho, incluso Peinado Santaella duda de la enti­dad como castillo de esta fortaleza, señalando que en la provincia de Sevilla la única realmente existente era la Estepa. (18). Cabe suponer que quizás el denominado castillo de Guadalcanal fuera en realidad un recinto cercado por un muro almenado de poca entidad. Podríamos pensar entonces lo mismo que Garrido Santiago sobre la fortaleza del Puebla del Maestre, que no fuera un “auténtico castillo”, aunque así la denominan las fuentes. Afirma el mismo autor que en los siglos XV y XVI se denominan castillo o fortaleza, indistintamente, al prototipo de castillo medieval, a torres, como la de Valencia de las Torres, o a casas fuertes como la de Valencia del Ventoso. (19)
El texto de la visita de 1494 recoge que en la casa de la orden, '"con el çircuyto que llaman el castillo", había una huerta y que los aposentamientos estaban bien reparados. Los visitadores mandaron entonces alzar parte de la cerca del castillo que estaba derribada "hazla la parte del bastimento del maestre", de forma que se igualase con lo más alto del muro, y que se reparasen algunos cimientos de la misma. Por el exterior del castillo, a las espaldas del mismo, hallaron una casa "poblada de mugeres del partido" que mandaron situar fuera de la villa. También trataron sobre la situación de unas tenerías situadas "en torno de la cava del castillo de la dicha horden que rrodea la casa del dicho comendador" (20). Ruiz Mateos   describe el muro del castillo, indicando que estaba todo almenado y tenía saeteras en la zona norte, donde se situaba la puerta principal. Disponía de otras puertas, al sur y al oeste y, además, de una coracha, un torreón y un pasadizo. Entre la muralla y las distintas partes del palacio había un espacio que las rodea­ba y comunicaba sus distintas zonas. La misma autora añade que en 1549 tenía el palacio una portada de cantería y que la puerta de la muralla del castillo, separada de aquel por un pasillo o espacio, era un simple vano. También apunta que en 1604 se cerró ésta para hacer una nueva entrada más al este, más grande y lujosa, y que el castillo sufrió una reforma entre 1604 y 1690 en la que se abrió un corredor de arcos pequeños que comunicaba con la capilla mayor de Santa María mediante una terraza (21).


Notas.-

(1)  MIRÓN, Andrés, Historia de Guadalcanal, Sevilla, 2006, p. 41.
(2) MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, "La encomienda santiaguista de Guadalcanal", Archivo Hispalense 258 (2002), pp. 59-40.
(3) MIRÓN, Andrés, Historia, cit., p. 57; HERNÁNDEZ DÍAZ» José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DETERAN, Francisco, Catalogo arqueológico, ob, cit., t. IV, p. 206.
(4) MALDONADO FERNANDEZ, Manuel, "La encomienda...", ob. cit,, p. 42.
(5) HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DETERAN, Francisco, Catalogo arqueológico ... ob. cita., t, IV, p. 206
(6) MALDÜNADO FERNÁNDEZ, Manuel, "La encomienda...*', ob. cit., pp, 58-59.
(7) Queremos expresar nuestra más sincera gratitud al Ayuntamiento de Guadalcanal, especialmente al concejal de Patrimonio, D. Eduardo Cordobés Chaves, y al presidente de la Asociación Cultural Benalixa, D. Ignacio Gómez Galván, quienes generosamente nos acompañaron en nuestras visitas a Guadalcanal y nos facilitaron datos y documentación de gran interés. Su ayuda ha sido fundamental para la realización de esta parte del trabajo,
(8) BOE de 28 de abril de 2004. Cabe destacar también los numerosos estudios histórico-artísticos que tratan sobre esta localidad. Véase a este respecto: HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, "El patrimonio monumental de Guadal­canal a través de la historiografía artística: aproximación bibliográfica”. Guadalcanal Feria y Fiesta (2004), pp, 171-188.
(9) Véase http://ww\v.mcu.cs/bienes/BienesInmuebles. La base de datos de bienes inmuebles protegidos del Ministe­rio de Cultura incluye: la muralla urbana, el arco integrado en la iglesia de Sta. María de la Asunción, la iglesia de Santa Ana, la ermita de San Benito y los restos de los castillos de Monforte y de Ventosilla.
(10) HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERÁN. Francisco, Ca­tálogo arqueológico... ob. cit., t. IV, pp. 227-228. Gran parte de los castillos se construyeron entre los siglos XI y XII y debieron ser edificaciones de poca importancia. Una vez reconquistada la zona, la orden debió establecerse en algunos de ellos, y con seguridad en el de la villa.
(11) Véase http://www.mcu.es/bienes/BienesInrnuebles. Hoy sólo quedan restos de dos de ellos: el de Ventosilla, que conserva aún parte de un costado de la fortaleza y de una torre, de fábrica de mampostería; y el de Monforte, que parece ser el más antiguo de la zona. Véase también MIRÓN. Andrés. Historia... ob. cit., pp. 43-44.
(12) CORDÓN BERNABÉ, Amonio, "Las murallas de Guadalcanal", Guadalcanal, Feria y Fiestas (1996).
(13) HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERAN, Francisco, Ca­tálogo arqueológica... ob. cit., t. IV, p. 228; y RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal. Un pueblo en la memo­ria, Sevilla, 2006, pp. 52-53. Este autor traza sobre un plano actual de la población, un recorrido de las antiguas murallas de Guadalcanal, en el que ubica sus cuatro puertas.
(14) MIRÓN, Andrés, Historia... ob, cit., p. 38.
(15) HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERAN, Francisco, Ca­tálogo arqueológico... ob. cit., t. IV, p. 228; y MIRÓN, Andrés, Historia... db. ck., p. 38.
(16) CORDÓN BERNABÉ, Antonio, "Las murallas...", ob. cit.
(17) RU1Z MATEOS, Aurora, "Encomienda de Guadalcanal", Guadalcanal feria y fiestas (1994); de la misma autora, Arquitectura civil de la Orden de Santiago en Extremadura: la casa de encomienda. Su proyección en Hispano América, Badajoz, 1985, p. 91; y MIRÓN, Andrés, Historia... ob. cit., p. 52. Este autor apunta la fecha de 1351, que es coincidente con la anterior sí le son restados los correspondientes 38 años a la segunda fecha, que debe responder a la era hispánica. Un dato que corrobora este planteamiento es que Diego Muñiz fue maestre de la orden de Santiago entre los años 1311 y 1318,
(18) PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden... ob, cit.» t II, pp. 393 y 742.
(19) GARRIDO SANTIAGO, Manuel, Arquitectura militar de la Orden de Santiago en Extremadura, Mérida, 2006, pp. 148-149.
(20) PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden... ob. cit., apénd. doc., t. III, pp. 871-S74. El problema de la situación de las tenerías realmente lo constituía el uso del agua de la fuente que utilizaban tanto los curtidores como el comendador para el riego de su huerta. Véanse MIRÓN, Andrés, Historia... ob. cit., p. 74; y MUÑOZ TORRADO, Antonio, "Visitas hechas a los pueblos de Andalucía, León y Extremadura de la referida Orden de Santiago)", Boletín de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, t. IX, 47 (1925), pp. 81 -100; y t. X, 52 (1926), pp. 25-40, y 53 (1926), pp. 62-80.

 (21) RUIZ MATEOS, Aurora, Arquitectura civil... ob. cit., pp. 92-93; de la misma autora "Encomienda...", ob. Cit. Señala que al corredor que comunicaba con la capilla mayor de Santa María se accedía por una escalera situada espacio comprendido entre la muralla y la fachada del palacio.

María Gracia y María del Valle Gómez Terreros Guardiola

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