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sábado, 3 de mayo de 2025

Un hombre con corazón de trovador

 


Rafael Rodríguez Márquez

         Este año se cumplen diez de la muerte de un Guadalcanalense ejemplar y uno de los impulsores de esta revista, con ese motivo me puse en contacto con su familia para que me autorizada a publicar en mi Blog “Guadalcanal punto de encuentro” su libro póstumo GUADALCANAL, un pueblo en la memoria.

      “Es el nexo de unión entre los dos mundos; es el puente que hace que hoy Rafael Rodríguez Márquez se haya convertido en inmortal, porque uno sólo se muere cuando se olvidan de él, y no sólo estará en nuestros pensamientos, sino que también lo tendremos a nuestra disposición y de las generaciones futuras en nuestras bibliotecas”.

      (Comentario de Alberto Bernabé en la presentación del libro Guadalcanal, un pueblo en la memoria, Guadalcanal, Cine Emperador, sábado 6 de diciembre de 2008).

      Aquel martes dos de enero de 2007, día de san Basilio Magno, apareció Guadalcanal frío e impregnado de una ligera niebla procedente de la Sierra del Agua, siempre presente en nuestro paisaje, altanera y velando por este pueblo serrano que tanto amó nuestro amigo Rafael.

      A pesar del frío reinante, transcurría la jornada casi lúdica por la recién pasada fiesta de fin de año y la proximidad de la festividad de los Reyes, por los Mesones y la calle Santiago bullía la gente organizando compras y saludando a paisanos que por estas fechas señaladas nos acercábamos en nuestro pueblo a pasar unas pequeñas vacaciones e impregnas de amistad y cariño de familiares y amigos, de pronto, parece que todo se detiene, la noticia va de boca en boca, ha muerto Rafael el de Electrovira, a pesar de que familiares y amigos eran conscientes de que el martillo de la vida estaba golpeando la salud de Rafael y que esto nunca resquebrajó su espíritu, la sombra de la muerte vino a buscar a este hombre noble y amigo de todos, para los que le conocimos, con solo el comentario de la lectura de un libro, el murmullo de unas palabras en una conversación de café, sus largos paseos por “su” paseo del Palacio con los amigos o el comentario sobre cualquier noticia de actualidad, te hacían entablar conversación con una de las persona más afable, sencilla, de gran corazón y culta que yo he conocido en Guadalcanal.

         Su nacimiento el 1 julio del 1938 fiesta de san Simeón, cuando España se encontraba inmersa en una fratricida guerra civil y más tarde, su difícil infancia debido a las condiciones familiares y una España devastada, forjaron a un hombre justo, honesto de trato entrañable y un amor y compromiso reconocido con su pueblo, pueblo al que encumbró a través de sus artículos en la revista de feria y en su libro legado “Guadalcanal, un pueblo en la memoria”, que fue presentado por su hija Mari Carmen en homenaje póstumo el sábado 6 de diciembre de 2008 en el cine Emperador (actual cine-teatro Municipal), libro que nos introduce y describe a través de la historia y la memoria de Guadalcanal desde la prehistoria hasta los personajes más ilustres de la villa, recreándonos en datos, fotos o curiosidades recogidas para la memoria.

         Memoria que en mi caso particular, me hace retroceder hasta el verano del año 1.994, cuando me lo encontré cerca de la Plaza de Abasto, curiosamente los dos llevábamos la revista de feria de ese año bajo el brazo, y me comentó que mi artículo Diccionario Humano (Bebeagua) transmitía nostalgia y amor por Guadalcanal, manifestándome lo que ambos amábamos el pueblo, paisanos independientemente que nos encantaramos en Guadalcanal o por la diáspora de la emigración, fuera de él, artículo que fue premiado como el mejor artículo de aquel año en la revista.

         Su amplio currículo no se limita solo a la participación en el aumento de la riqueza y la cultura de Guadalcanal con su contribución en diversas empresas locales, fue el caso del único cine de Guadalcanal de la época y la organización de diversos eventos y espectáculos, que recuerdos..., aquel cine de verano luego transformado en el Cine Emperador (considerado en su día como el más moderno de la comarca),

con sus películas punteras en la época y su finalización siempre con la música del pasodoble, creo recordar “en er mundo”; fue así mismo, socio fundador de la primera caseta particular en el Real de la feria, presidente del Guadalcanal C.D durante muchos años, relanzó la revista de feria y la enriqueció con sus artículos sobre el día a día de nuestro pueblo, fue mayordomo de la Hermandad de Guaditoca en momentos difíciles, formó parte de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús, de la que era gran devoto,

      Para terminar esta pequeña glosa sobre Rafael Rodríguez Márquez, hijo, padre y abuelo de guadalcanalenses y guadalcanalense de corazón, aun cuando por las circunstancias de la guerra naciera en Corral de Calatrava (Ciudad Real).

Reproduzco el prólogo que escribió su gran amigo José Fernando Titos Alfaro del libro editado en el año 2008 y que enardece la amistad y grandeza de corazón de su gran amigo Rafael:

Prólogo del libro.

Conociendo como creo conocer a Rafael Rodríguez Márquez —que bastantes años a que tuve la dicha de empezar a disfrutar de “la güena sombra” de tan leal y fiel amigo—, puedo decir que, ante todo y, sobre todo — porque así lo parió la santa mártir de su madre—, es un hombre con corazón de trovador, por lo que me sorprendió verle como historiador y cronista del que siempre fue el bendito pueblo de “su arma”. Y es que un trovador, por ser hombre, por lo común, de sentimientos tan delicados como frágiles, difícilmente se puede limitar a ser un simple historiador, por lo menos, en su sentido más académico.

Me explico. Quiero decir que me resulta muy difícil concebir a mi buen amigo Rafael caminando por las sendas de la historia o de la crónica como tales, por estar estas veredas, por lo general, tan desnudas de sueños, de colorido, de luz y de poesía. Para esta “güena gente” que, además de sencilla y espontánea, tiene alma de poeta, como es el caso del autor del presente libro, nada puede tener sentido, si es que no le hace vibrar por la emotividad que pueda conllevar en sí mismo, por lo que este o aquel hecho histórico o esta o aquella histórica reseña que, por su propia naturaleza de históricos precisamente, tan pegados han de estar siempre a la realidad de la vida y, consecuentemente, tan alejados de la fantasía del azul del cielo, nada extraño nos podría resultar que, cuanto menos, sospecháramos que casi obligaran al bueno de Rafael a poetizarlos, para elevarlos en lo posible a las estrellas y así poder sentir la dulce templanza que siempre anhela sentir el alma de un soñador ante lo que se ama.

En este sentido, y solo dentro de él, es en el que podemos valorar la historia que ha escrito Rafael de este, ciertamente que sí, tan idílico como montaraz y luminoso pueblo de la Sierra Norte de Sevilla, llamado Guadalcanal, por la sencilla razón de que es en este sentido, y solo dentro de él, en el que el autor se ha dejado el alma y el corazón escribiéndola, que eso otro de la ciencia y de la investigación es otro cantar para el bueno de Rafael, entre otras cosas porque como venimos diciendo— no pueden ser estas las flores que pueden adornar su camino, por lo que Rafael se limita tan solo a recoger — eso sí, con la delicadeza y el mimo que las cosas de su pueblo requieren— lo ya investigado por otros muchos historiadores e investigadores, procurando sublimarlas, sobre todo si es que ve que arañan un poco el alma.

Pero es que si, además y, por si fuera poco, añadimos que este hijo de Guadalcanal, por lo bien nacido que es, tan agradecido fue siempre, ya nos están sobrando todas las palabras con respectó a las susodichas ponderaciones, ya que caen por su propio peso.

Podríamos resumir diciendo, no obstante, que, siendo mi buen amigo Rafael un hombre tan profundamente humano y de convicciones tan hondas, no solo por ser el hombre de bien que es, sino por ser —¡ahí es nada!— ese castizo andaluz de ancestral estirpe y a la antigua usanza, tiene necesariamente no ya solo que amar al pueblo que le vio nacer, sino que venerarlo, por lo que .—vuelvo a repetir— tiene que dulcificar hasta la más cruda realidad histórica, con la idea de darle ese colorido, ese sentimiento y esa poesía que siempre anidan en el alma de un soñador. Cierro los ojos por ello y puedo ver diáfanamente a este trovador como extasiado ante la idílica belleza de este su pueblo, allá encumbrado en la mítica Sierra Morena.

¡Dios bendiga a esta mi tierra,

pues, como arrancando vuelo,

parece escapar del suelo

y allá encumbrarse en la sierra

para estar cerca del cielo!

         Lo termino de insinuar, pero creo que debo decirlo con la claridad con que el pueblo sencillo suele decir eso de que al pan se le llame pan y al vino se le llame vino, no vaya a ser que alguno confunda en mis dichos las churras con las merinas. Así pues, que sepan todos que jamás quise decir que los hechos puramente históricos que Rafael relata en su libro no sean historia en su sentido más estricto y, como tales, dignos de la mayor credibilidad. ¿Cómo voy a decir yo que los capítulos que tratan estrictamente de la historia y que escribe Rafael sean como un fantasioso castillo de fuegos artificiales, que solo en unos instantes puede convertirse en algo tan volátil y efímero como el humo? ¡Ni mucho menos! Lo que, en definitiva, yo he dicho o, cuanto menos, he querido decir es que cualquier hecho referente a la historia de este su pueblo, en manos de Rafael, por el amor y la veneración que le profesa a esta su tierra, lo suele adornar a guisa de cómo pudiera adornar el dosel de la santísima patrona de Guadalcanal, la Virgen de Guaditoca, por poner algún ejemplo, bien con las bellísimas flores que “suelen brotar en los idílicos campos de Guadalcanal o con esas otras flores que, por brotar del alma, solo pueden ser místicas, como son los requiebros que de una u otra manera puedan florecer en los labios de cualquier hijo de este pueblo ante la presencia de tan bellísima y querida Madre.

No quisiera terminar sin referir algo que quizás pudiera sorprender a cualquiera viendo a Rafael como autor de este primoroso libro que nos traemos entre manos, pensando que Rafael, no siendo “hombre de pluma y letra”, según el decir de los más castizos lugareños al referirse a un hombre que no ha vivido de los libros y entre los libros, se haya aventurado en esta hazaña, siempre tan delicada como apasionada y ardua, de escribir un libro, añorando a sus más entrañables ancestros. A esto he de contestar, sin embargo, que nada tiene de sorprendente —¿por qué? — tratándose de un guadalcanalense de bien, además de ser un hombre —vuelvo a reiterarme— de un corazón tan gigantesco como arrollador.

Quisiera poner el broche de oro a esta especie de homenaje de mi sincera amistad a mi muy estimado amigo Rafael contando una anécdota de aquellos nuestros ya tan remotos años del nacimiento de nuestra tan leal amistad, sobre todo p6íque nos viene —como dice el dicho popular—como anillo al dedo con respecto a las palabras que termino de escribir en el último párrafo. Viendo, cada vez más y más, las inquietudes y el talento que tenía Rafael, además de lo emprendedor que era en todo y para todo, me planté en un momento dado ante él y no se me ocurrió decirle otra cosa sino que, si él hubiera nacido en tiempos del descubrimiento de América, el que hubiera conquistado el imperio azteca, el imperio inca e, incluso, el que hubiera descubierto el Amazonas hubiera sido él y solo él, porque ni Hernán Cortés ni Francisco Pizarro ni Fernando de Orellana hubieran tenido nada que hacer en sus respectivas hazañas.

 A la memoria de nuestro amigo Rafael

Rafael Spínola Rodríguez

Revista de Guadalcanal 2017

sábado, 26 de abril de 2025

Una Revista casi centenaria

El flaco caballo de cartón o la ruidosa chirriera,...         

        La Revista de Feria de Guadalcanal es prácticamente centenaria, el primer número que aparece en mis archivos es de 1928, pero creo que existen algunos anteriores, esta revista se llamaba “EL COMERCIO DE GUADALCANAL”, dirigida por Manuel Elena y estaba dedicada a las ferias y fiestas de la localidad.

                   En ella ya aparecían artículos de escritores locales y foráneos, algunos de ellos, como es el caso de una poesía de Luís Chamizo, insigne escritor y poeta de Guareña que se estableció en nuestra localidad al esposarse con Virtudes Cordo Nogales en 1921, Este artículo que contiene la poesía “HEROES SIN GLORIA”, es una oda dedicada a los héroes sin gloría, los héroes del martillo y del arado. Igualmente aparece en esta revista un curioso artículo como uno de Édouard Heliot, escritor y político francés de la época, titulado “EL PROBLEMA DEL ALCOHOL”.     

         Vemos el programa de la feria de ganado y fiestas del 1928, del 4 al siete de septiembre, organizados por la comisión de festejo, siendo presidente de la misma, Don Ignacio Vázquez, alcalde Don Guillermo Alvarado y actuando de secretario Don Adrián Salinas. La inauguración fue el día 4 a las 7,00 horas de la mañana con un pasacalles amenizado por la banda de música de la localidad dirigida por el profesor señor Escote, el día 6 a las 18,00 horas solemne procesión de Nuestra Señora de Guaditoca, patrona de la localidad, organizada por su Real Hermandad, con acompañamiento de las Autoridades, Banda Municipal de Música y de Tambores y Cornetas, durante el recorrido se dispararán numerosos cohetes y tracas. Por las noches, bailes de sociedad, conciertos, circo (Circo París), teatro, cinematógrafo, fuegos artificiales y otros festejos.

         Igualmente, se anunciaban el comercio de la localidad y la zona, como PURIFICACIÓN R. FRESNO -Fábrica de harinas y panificación esmerada-, ALBERTO DE LA HERA -Farmacia, droguería y perfumería-, JOAQUIN GARCÍA CALDERÓN -Transportes de mercancías y viajeros, servicio a la estación de tren-, CASA ROMERO – Bisutería, mercería y novedades-, FONDA DE MISERICORDIA -Casa especial para viajeros, amplías y ventiladas habitaciones, limpieza absoluta y cuarto de baños-, JULIO BARRAGAN CORDOBÉS -Paquetería, mercería, perfumería, ferretería, calzados y armas y explosivos de todas clases-, MANUEL NAVAS -Sombrearía-, SANTA CLARA – Molino de aceite, fábrica de harinas y panificación-, ADRIANO ATALAYA RIVERO -Almacén de calzado-, MARCOS ALVARADO Y TENA -Fabrica de aceite de oliva y orujos, jabones y sulfuros-, JUAN ATALAYA ROMERO -Colonias, paquearía, quincalla y vinos.- MANUEL BAÑOS MÁRQUEZ -fábrica de curtidos-. Y otros establecimientos, algunos de ellos han perdurado durante todo el siglo XX a través de sus sucesores.

         En esta canturía, la revista ha tenido diferentes nombres, como EL COMERCIO DE GUADALCANAL -Revista ilustrada-, FOTO Y LUZ -Revista de feria-, GUADALCANAL. Revista de feria o feria y fiestas-, PROGRAMA OFICIAL DE LOS FESTEJOS, REVISTA DE GUADALCANAL, y otras, simplemente ponían en su portada GUADALCANAL y el año. La revista durante tantos años ha pasado por varios estilos y contenidos, algunas de ellas, se limitaban simplemente al programa oficial de la feria, otras, la mayoría han contado con gran variedad de artículos y poesías, de guadalcanalenses y gente que ama Guadalcanal.

         La revista no siempre tuvo una cadencia anual, pero fue a partir de los años 70 cuando cogió su redacción y dirección Rafael Rodríguez Márquez, nuestro añorado amigo “Rafalito Electrovira” cuando realmente la edición tuvo continuidad hasta nuestros días, Rafael aparece por primera vez en el año 1969 con su artículo “REYES MAGOS”, en el reflejaba en aquella época los escasos juguetes que nos traían a los niños “el flaco caballo de cartón o la ruidosa chirriera,..” después siguen apareciendo sus artículos, año tras año, todos ellos relacionados con Guadalcanal, en el año 1973 aparece en el consejo de redacción de la revista, a partir del año siguiente coge la dirección hasta el 1985.

         Con Rafael a pesar de la diferencia de edad y que yo he vivido desde los nueve años fuera de Guadalcanal, me unía una amistad especial, tal vez nos unió nuestro amor por nuestra villa, como a tantos otros. Era la única persona que me llamaba en el pueblo Aguilar, mi segundo apellido por línea materna, tal vez por la amistad que le unía con mi tío Antonio, con el que compartía primer apellido y su gran pasión por el Guadalcanal CD, de los que ambos formaron parte de la directiva.

         Todos los veremos cuando iba a la feria me tenía guardada la revista, recuerdo que en el año 82 hablando con él en la puerta de la Puntilla, me comentó que estaba buscando un libro de poesía en las librerías de Sevilla y no lo encontraba de Agustín Capitán Álvarez, otro ilustre escritor Guadalcanalense poco conocido, le ofrecí que me diese el tirulo y yo se lo buscaba en Madrid, finalmente lo localicé en una librería de viejo de la Cuesta del Moyano de Madrid, se lo llevé en Navidades y me regaló un estuche con una pluma y un bolígrafo de la marca Inoxcrom, que guardo en mi escritorio como un tesoro.

         Cuantos y cuantos artículos, trabajos de personas de nuestro pueblo o muy amantes de él a través de los años, artículos que nos ha enseñado la historia de Guadalcanal, sus monumentos, sus hijos ilustres, el sentir y el pensar de nuestra gente, escritores, poetas e historiadores como los mencionados anteriormente Agustín Capitán y Luis Chamizo, u otros relevantes Manuel Maldonado Fernández, Antonio Gordón Bernabé, María Dolores Gordón Peral, Juan Collantes de Terán, Jesús Rubio, Antonio Fontán, Antonio Burgos, Andrés Mirón, Alberto Bernabé Salgueiro, Salvador Hernández González, y tanto otros, que unir a la lista interminable de Guadalcanalenses o foráneos, como José F. Titos Alfaro, Pedro Porras Ibáñez, Leopoldo Tena, Rafael Rodríguez Márquez, Ignacio Gómez Galván, José Baños Carmona, José María Álvarez, José Vázquez Márquez, Rafael A. Rivero del Castillo y un largo etcétera, entre los que humildemente me incluyo. Sin olvidar el último en esta larga lista a José Luis Ceballos y Antonio Murillo (Muri) que con sus historias futboleras nos han recordado las vicisitudes y anécdotas de nuestro equipo de futbol.

         La revista y el formato que actualmente conocemos se debe en parte a Ignacio Gómez Galván que en los dos periodos que ha estado en el ayuntamiento como concejal, ha llevado la dirección y le ha dado un formato más actual.

Rafael Spínola Rodríguez
Teruel, mayo 2021.
Revista de Guadalcanal 2021

sábado, 19 de abril de 2025

Pedro de Ortega Valencia suplica a su alteza

                                                                                                                                                                                                                                 


CARTA DE FELIPE II DANDO LAS INSTRUCCIONES A LOS PRESIDENTES Y OIDORES DE LA AUDIENCIA ACERCA DEL MODO EN QUE HAN DE HACER LAS INFORMACIONES POR LOS MÉRTOS DE LOS DE LOS QUE LE SIRVEN EN AQUELLA PROVINCIA.

El Rey

Presidentes y oidores de la nuestra audiencia real que residen en ciudad de los reyes de las provincias del perú ya sabéis como por çedulas nuestras vos esta mandado que cuando algunas personas de la que esas partes nos obieren servido e os pidiesen que nos informasedes sus servicios y calidades y de lo que querían pedir hubiesedes de oficio información secretamente de todo ello y hecha al pie de ella die sedes de vuestro parecer no determinado de la merced que merecía refiriéndose lo contenido en la dicha información y lo que obiese servido o desservido y cerrada y sellada sin entregarla a la parte la envíasedes al nuestro consejo de las indias para que vista mandasemos proveer lo que conviniese y fuese justicia por virtud de lo cual han veninido ante nos al dicho nuestro consejo algunas informaciones hechas en esa audiencia y por ellas ni en los pareceres que dais no parece que vienen averiguadoslos méritos dellas y por que para poder proveer acá quando se ven las dichas informaciones en lo que conviniere cereal dello es necesario que se sepa y entienda lo susudicho, vos mando que de aquí adelante cuando vieredes de hacer y recebir las dichas informaciones de oficio para algunas personas de las que en esas par­tes nos han servido pongáis muy gran cuidado y diligencia en averiguar y saber la verdad de los méritos y deméritos de cada uno de ellos y proveais que los testigos que se tomaren en las dichas informaciones los examinen por su persona uno de los oidores de esa audiencia el nuestro presidente de ella, y no consintáis ni deis lugar que se haga por otra persona alguna y enviareis de ello al dicho nuestro una fe de los escribanos ante quien paso de como los se examinaron principalmente con el dicho oidor y con y con ella venga el parecer que ansí dieredes escrita de letra de uno de vosotros por que nuestra voluntad es que ni los escribanos ni otra persona -entienda en parecer que vosotros dais en los cuales no os refarais a lo que en ella se prueba pues se ha de ver en nuestro concejo de las indias sino solo vuestro parecer ponéis lo que tenéis entendiendo vosotros que han servido tales personas y en que como o si han desservido y que gratificación se les ha hecho en dineros o ofrecios que se le ha y han proveído o ayudas de costa que se las hayan dado venga cerrado y sellado o que seria hacer bien con ellos, lo cual todo venga  sellado sin lo mostrar ni entregar ni consentir que se muestre ni entregue a la parte cuya fuere la dicha información para que no se sepa ni entienda lo que viene dentro y si de otra manera las dichas informaciones vinieren nos tenemos por desservido de ello. Hecha el bosque de Segovia a siete de agosto de mil e quiientos y sesenta y seis. (SIC)

Yo el Rey. Por mandado de su majestad, francisco de heraso.

 

 

CARTAS Y PROBANZAS DE PEDRO DE ORTEGA VALENCIA A FELIPE II SOLICITANDO MERCEDES POR LOS SERVICIOS PRESTADOS EN LOS DESCUBRIMIENTOS GEOGRÁFICOS.

Muy poderoso señor,

Pedro de ortega valencia en la dicha probança de mis servicios, digo, que tengo: necesidad de que se ponga en la dicha probança un testimonio sacado con citación de vuestro fiscal de cómo ninguna cosa socorro ayuda de costa ni emprestido en medio para la jornada del descubrimiento de las islas, ni tal parece en los libros reales en que esta el gasto que en ella hizo. A vuestra alteza pido y suplico me lo mande dar a vuestros oficiales reales y pido justicia, pedro ortega valencia (rubricado). (SIC)

En la ciudad de los reyes en veinte días del mes de octubre de mil quinientos y sesenta e nueve años los señores presi­dente e oidores en audiencia real la presento pedro ortega, y los dichos señores mandaron que se le de lo que pide, fran­cisco de cavijal. (Rubricado).(SIC)

Yo Joan de herrera, escribano de cuentas reales doy fe e veredeado testimonio a los   presente vieren como entre los libros y otras escrituras que esten en los archivos de la Real audedincia tocante a la Real hacienda en los gastos que se hicieron para el descubrimiento que fue a hacer el general alvaro de amendaña, no parece que el dicho pedro de ortega valencia haya recibido de la dicha hacienda ningunos pesos de oro de paga ni socorro ni empréstito ni otra manera como parece por las dichas cuentas a que me refiero en la fe de lo cual di la presente que es hecho en los reyes a veinte e cuatro días del mes de octubre de mil e quinientos sesenta e nueve años,  Joan de herrera escribano de cuentas. (SIC)

Muy poderoso señor,

Pedro de ortega valencia suplica a vuestra alteza mande que el comi­sario a quie se cometió el parecer de su probança de servicios que hizo de oficio se de en este acuerdo conforme a esta cédula real que pre­senta de la forma como se ha de dar y a este testimonio de cómo no recibido nada por vía de paga socorro ni ayuda de costa para la dicha jornada d e/as islas e pide justicia. E otrosí suplica a vuestra alteza mande que no se halle presente el doctor cuenca vuestro oidor por que esta por el recusado y dado por tal para este efeto y pide justicia, pedro de ortega valencia. (Rubricado). (SIC)

Muy poderoso señor,

pedro de ortega valencia en la probança de sus servicios digo que tentó necesidad que se ponga en la dicha probança un testimonio sacado contestación de vuestro fiscal de cómo ninguna cosa soscorro ni ayuda de costa ni emprestido se me dio para la jornada del descu­brimiento de las islas ni aparece en los libros reales en que esta el gas­to que en ello se hizo a vuestra alteza pido y suplico mande dar a vues­tros oficiales reales e pido justicia para ello, pedro ortega valencia. (Rubricado). (SIC)

En la ciudad de los reyes en veinte dos del mes octubre de mil e quinientos y sesenta y nueve años ante los señores presidentes e oidores en audiencia real se presentó el dicho pedro de ortega e los dichos oidores mandanron que se le de lo que pide, francisco de cavijal. (Rubricado). (SIC)

Yo Joan de herrera escribano de cuentas reales doy fe e ver­dadero testimonio a los señores que la presente vieren como entre los libros y otras excripturas están en los archivos de la real audiencia to­cantes a la real hacienda en los gastos que se hicieron para descubrimiento que fue a hacer pedro de ortega valencia haya recebido de la dicha real hacienda ningunos pesos de oro de paga ni socorro ni empréstito ni en otra manera como parece por las dichas cuentas a que refiero enfe lo cual di la presente que es hecha en los Reyes a veinte e cuatro de el dicho mes de octubre de mil e quinientos sesenta e nueve años. Juan de herrera escribano de cuentas. (SIC)

De la cual dicha probança yo álvaro Ruis Denabamuel escribano de cámara de su majestad en la real audiencia e chancillería que por mandato reside en esta dicha ciudad de los reyes, ennombre de la gobernación ede este reino de la nueva castilla hice sacar trasla­ta probança original que queda en mi poder con la cual se corrigió e concerto e presentes a corregir e conertar francisco de los ríos e Felie león e hice aquí mi signo. (SIC)

En testimonio de verdad. Alvaro Ruis Denabamuel (signado y rubricado)

Al margen dice:

Derecho de este traslado treinta y nueve pesos a razón de peso por. (mutilado).

 

Hemerotecas

sábado, 12 de abril de 2025

Guadalcanal siglo XV 2/2

Datos demográficos

Segunda parte

CARGOS Y OFICIOS QUE SE DESEMPEÑAN EN ESTA VILLA Y SALARIOS O EMOLUMENTOS QUE PERCIBEN.

>   Alcaldes ordinarios, por las firmas, derechos y gastos de viaje, 300 reales.

>   Regidores, 100 reales.

>   Mayordomo del Concejo, 150 reales.

>   Alguaciles ordinarios, que lo son Francisco Villegas y Juan Belloso los cuales además desempeñan la alcaldía, 600 reales cada uno.

>   Escribanos públicos y del Ayuntamiento, que lo son Miguel Jerónimo Escutia y Francisco Muñoz Duran, 1.050 reales cada uno, rebajados los 1.500 reales que la escribanía pública y del Juzgado viene obligado a pagar al hospital de la Sangre, de Sevilla.

>   Escribano de la ronda del tabaco, Juan Esteban Fernández,4.400 reales.

>   Abogados de los Reales Consejos: don Cristóbal García Calvo de la Banda, presbítero, 550 reales y don Juan Francisco de Valenciaclérigo de menores, 1.100 reales.

>   Médicos: don Cristóbal Moreno, presbítero, 1.300 reales, en el que se incluyen 200 que por iguala le abona la comunidad de religiosos del Espíritu Santo; don Pedro José de Cote, presbítero, 300 reí don Francisco Espejo, 2.000 reales.

>   Boticarios: don Antonio Andrés Montero, presbítero, 2.200 reales y Miguel Guzmán, 3.000 reales. Y los mancebos Alonso de Montemayor Lorca y Joaquín Pineda, 450 reales cada uno.           j

>   Cirujanos: Antonio Díaz, 300 reales, y Fernando Vargas, 400 reales.

>   Barberos y Sangradores: Fernando Vargas, Pedro Vázquez, Miguel Vázquez, José Pizarro y Manuel Núñez, 600 reales cada uno y José Vázquez, Sebastián Delgado, Juan Bernal y Tomás Ruiz 300 reales cada uno.

>   Maestros de primeras letras: don Cristóbal Jiménez del Castillo y don Fernando Alba, 600 reales cada uno.      j

>   Preceptos de Gramática: don Agustín Medina Aguilar y Cejuela, presbítero, 100 reales.

>   Administrador de la Encomienda de esta villa: don Francisco Bolaños, 3.300 reales.

>   Administrador del hospital de la Sangre, de Sevilla: don Antonio Murillo Casaus, 1.100 reales.

>    Administrador de las rentas del tabaco: don Juan Antonio García del Regato, 3.300 reales.

>     Tercenista, Diego Ruiz, 1.100 reales.

>     Fiel del estanquillo, Pedro Sánchez Maroto, 1.100 reales.

>     Arrendador del derecho del Voto de Santiago: Pedro López Palomo,300   reales.

>    Recaudador de los diezmos de la Encomienda de esta villa: don Francisco Bolaños, 1.450 reales.

>    Recaudador de los diezmos pertenecientes al hospital de la Sangre Antonio Murillo Casaus, 800 reales.

>   Recaudador de las primicias pertenecientes a la Encomienda de Bastimentos: Juan de Burgos, 200 reales.

>    Veedor y obrero mayor de castillos y casas fuertes de las encomiendas de esta provincia de León: don Melchor de Ayala y Sotomayor, 2.941 reales.

>    Arrendador del derecho de veintene: Bartolomé Rodríguez, 200 reales.

>    Arrendador de las minucias de la Encomienda: Miguel Parrón Piñero, 600 reales.

>   Administrador del convento de la Concepción, don José Cabrera Maldonado, presbítero, 1.100 reales.

<   Administrador del convento de Santa Clara, Pedro López Palomo, 300 reales >   Administrador del convento del Espíritu Santo, Francisco Robledo, 300 reales

>    Administrador de la obra pía que fundó Diego García de la Rubia, Juan Pérez Carrasco, presbítero, 160 reales.

>    Administrador de la obra pía de doña Isabel de Gojarzo, don Cristóbal de Castilla Gojarzo, 100 reales.

>   Administrador de la obra pía de Juan López, don Francisco González Trigueros, presbítero, vecino de Madrid, 142 reales.

>   Administrador de la obra pía de Juan González Rubio, don Juan Pérez Carrasco, 29 reales.

>   Administrador de la obra pía de Antón Lucas, Cristóbal González Zancada, 94 reales.

>   Administrador de la obra pía que fundaron los hermanos Freire de Gálvez, Francisco Muños Duran, escribano público, 550 reales

>    Recadero del convento de la Concepción, Santiago José de Acuña, 400 reales.     

>   Recadero del convento de Santa Clara, Pedro Domínguez, 350 reales.

> Recadero del convento del Espíritu Santo, Juan de toro, 450 r > Guarda de las rentas generales: Juan del Mármol, 3.650 reales

>   Medidor del vino, Miguel Lozano de Gálvez, 300 reales.

>   Regente del reloj, Lucas Cárnica, 150 reales.

>   Peón público, Domingo Sánchez, 500 reales.

>   Mesoneros: Fernando Álvarez, 1.100 reales: José García, 800 reales y Manuel García, 700 reales.

>   Mercaderes: don Bernardo Pérez, 6.000 reales; don Félix Martínez 4.000 reales; Francisco Rodríguez, 1.100 reales; Juan de Recio, 1.100 reales, y Luis Francisco Pinto, 700 reales.

>   Merceros: don Juan del Mármol, 1.100 reales, Antonio Díaz, 1.000 reales; don Narciso del Mármol, 800 reales; José Cristóbal González 500 reales; Francisco Rodríguez Merino, 500 reales; Baltasar González, 500 reales, y Silvestre Cristóbal, 500 reales.

>    Regatoneros: Pedro López Mañero, 1.200 reales; Francisco Narciso Álvarez, 200 reales; Magdalena Rodríguez, 100 reales; Feliciana Martínez, 200 reales, Juan Bautista, 330 reales; Jacinto Gómez, 200 reales; Andrés González, 330 reales; Bartolomé Jiménez 400 reales; Francisco Gómez, 300 reales; Juan Cairón, Miguel Manuel Álvarez y José Ramos, 200 reales cada uno.

>   Comerciantes en vino, aguardiente y zumaque: don Antonio de Castilla, 1.500 reales; don Nicolás de Ortega y Toledo, 3.000 reales; don Francisco de Monsalve, 1.500 reales; don Francisco de Castilla y Miranda, 2.500 reales; la marquesa de San Antonio, 1.000 reales; doña María de Cervantes, 1.100 reales, don Javier de Morales, 2.000 reales; Pedro Heredia, 3.000 reales, Juan          Sánchez, 600 reales; Pedro García, 300 reales; Francisco García 100 reales,  Juan Calado, 100 reales; José Vázquez, 100 reales; Francisco de Medina y Cejuela, 600 reales; don Pedro José de Cote. presbítero, 600 reales; don Tomás Vicente Escutia, presbíte­ro. 300 reales; don Francisco Morales Cejuela, 300 reales; don Francisco Jiménez-Lucas Requelo, clérigo de menores, 100 reales, y don Luis Hidalgo, clérigo de menores, 500 reales.


Artesanos

Ø  Pintores-doradores: José Rodríguez Mendoza y Francisco Ribera, a los que se regula un jornal de 6 reales.

Ø  Escultor Francisco Ribera Antúnez, 6 reales diarios.

Ø  Herreros: Francisco Hernández, Francisco Sabido, Pedro Bernabé, Francisco Fajardo y Manuel Velásquez, 4 reales.

Ø  Cerrajeros: Mateo Caballero y Pedro Cordero, 4 reales, y Juan Cordero, 2 reales.

Ø  Carpinteros: Juan Caballero Reina, Luis Fernández Abulagas, Diego José Robledo, Sebastián Rodríguez, Andrés Espino de la Peña, Juan de Dios, Santiago Antonio Robledo, Agustín Santiago Guerrero, Pedro de Lara, José Núñez y Jerónimo de la Peña, 5 reales.

Ø  Caldereros: Manuel Picón y Manuel Rosilla, 5 reales.

Ø  Herradores: José Miguel, Juan de Dios Fonseca, Miguel Sánchez, Andrés Jiménez Requelo, Juan Rodríguez Penquillo y Diego Martín Luengo, 5 reales.

Ø  Alerifes.- Antonio Martín Fornarino, Domingo de Aposta, Juan Alonso, Julián Domínguez, Manuel Yanes, Domingo Rodríguez, Juan Alonso, Juan Boceta, Juan Yanes Álvarez, Manuel Cordero y José Serrano, 4 reales.

Ø  Sastres: Antonio Rodríguez, Antonio Márquez, Cristóbal Robledo, José Robledo, Diego Rodríguez, Diego Ruiz, Eusebio Ugía, Francisco Robledo, Francisco Narciso Álvarez, Francisco Ponce, Joa­quín Robledo, José del Castillo, Juan García Robledo, Nicolás Ál­varez, Pedro de los Ríos, Pedro Robledo, Miguel Fernández, Bartolomé Moreno, José Ugía, Juan Ponce, Joaquín Ponce y Antonio Vicente, 4 reales.

Ø  Tejedores de lienzo: Antonio Rodríguez, Alonso Márquez, Pedro Márquez, Fernando Burgos, Juan Chaves, Francisco Chaves, Juan Guernica, Juan Vázquez, Jerónimo Chaves Vera, Joaquín Arcos, Pedro Fernández, Pedro López Palomo, Cristóbal Joaquín Roble­do, Cristóbal Carrascal Espino, Nicolás Arenas, Francisco Márquez,  Sebastián Sánchez, Lucas Garnica, Antonio Victorio, J. Martín Luengo, Pedro Burgos, Bartolomé Arcos, Valentín Are; Miguel Francisco de la Parra, Miguel Clavijo, Francisco Nieves, sé Rodríguez, Pedro de Lara, Vicente Yanes y José de la Peña, 4 reales.

Ø  Ollero, Sebastián Rosales, 4 reales.

Ø  Cardador, Francisco García, 3 reales.

Ø  Odreros: Nicolás de León, Bernardo Guerrero y José de León 4 reales.

Ø  Zapateros: Antonio Agudo, José Sánchez, Juan Gordillo, Miguel Sánchez, Vicente Morente, José Moreno, Manuel de la Peña, Pedro Díaz, Bartolomé Sánchez Manso, Vicente Pulgarín, Francisco Aposta, Cristóbal Huerta, Diego Trigo, Diego García, Fernando Álvarez, Francisco Pérez, Francisco Cendón, Francisco Crespo Iglesias, José Sánchez, José Román, José del Barco, Miguel Rodríguez, Nicolás Suárez, Pedro Fontán, Pedro de Ortega, Antonio Sánchez, Pedro Fuentes, Alonso Jiménez, Alonso Cabrera, Alonso Jiménez, Alonso del Olmo, Miguel Jiménez, Vicente García y Cristóbal García, 4 reales.

Ø  Curtidores: José Valcáceres, Manuel Fernández Recuerda, Martin Delgado y Juan Antonio Álvarez, 4 reales.                         Obreros agrícolas

Ø  Mayorales: 25 de ganado lanar, 4 de ganado vacuno, 16 de ganado cabrío, 4 de ganado yeguar y 8 de ganado de cerda, los cuales, entre los cuales el jornal, hateo y otras obvenciones, ganan anualmente 700 reales.

Ø  Manaderos: 15 de ganado vacuno, 32 de ganado lanar, 25 de ganado cabrío y 9 de ganado de cerda, 500 reales cada uno.

Ø  Aperadores: 16, que ganan 800 reales anuales.

Ø  Mozos, gañanes y sirvientes: 116, que tienen cada uno de una utilidad anual de 760 reales.

Ø  Labradores: 50, que perciben un jornal de 3 reales.

Ø  Braceros: 562, entre los que se cuentan nueve soldados milicia 3 reales diarios.

Ø  Vaquero del Concejo: existe uno, que gana 900 reales al año.

Clero:

Ø  Párrocos: don Juan de Ortega Ponce de León, caballero de la Orden de Santiago, de Santa María la Mayor; don Manuel González Trigueros, de Santa Ana, y don Bartolomé Díaz, de San Sebastián.

Ø  Notarios apostólicos: don Juan Ignacio de Burgos, don Francisco ales Cejuela y don Diego Medina.

Ø  Sacristanes: don Francisco Santiago Rodríguez y don Sebastián Sánchez, de Santa María; don Andrés de Albarrán, Juan Sánchez, don Lorenzo de Albarrán, Juan Delgado, de Santa Ana, y don Cristóbal Prieto y don Bartolomé Ruiz, de San Sebastián.

Ø  Acólitos: Rodrigo Yanes, Francisco Caballero y Pedro Núñez, de Santa María; Andrés Albarrán y Francisco Guzmán, de Santa Ana, Álvaro Gálvez y Bartolomé Vázquez, de San Sebastián.

Ø  Organistas: don Francisco Medina Cejuela, de Santa María; don Francisco de Alba, de Santa Ana, y don Agustín Medina Aguilar y Cejuela, de San Sebastián.

Ø  Capellán del convento de la Concepción, don Antonio de Ortega y capellán del convento del Espíritu Santo, don Cristóbal Riaño Calvo de la Banda.

Ø  Además presbíteros: don Alonso Yanes de la Pava, don Antonio Blanco, don Antonio Andrés Montero, don Andrés Gómez, don Beni­to de Arana, don Carlos Francisco de Alba, don Cristóbal Ramos Caballero, don Diego Rodríguez Prieto, don Francisco Albarranca Caballero, don Francisco de Vargas, don Francisco Muñoz de Burgos, don Francisco Antón Espínola, don Jerónimo de la Fuente, don Juran Joaquín Sayago, don José Martínez, don José Yanes de la Rocha, don Juan Pérez Carrasco, don José Cabrera Maldonado, don Juan Jiménez Canato, don Juan Díaz Serrano, don Melchor Maldonado Cabrera, don Pedro José de Cote, don Pedro López, don Ramón Sánchez Perozo, don Rodrigo de Ayala, don Tomás Vicente Escutia, don Agustín Guzmán, don Alonso Gómez, don Joaquín Roncero, don Antonio Canterero, don Cristóbal Lucas Jiménez Caballero, don Diego de Gálvez, don Estaban González Millán, don Francisco Jiménez Camacho, don Francisco Rico Ortega, don Francisco Calderón, don Juan Delgado de la Peña, don Juan Rico Morillo, don Miguel de Gálvez, don Rafael Aguión, don Rodrigo Yanes de la Rocha, don Cristóbal Moreno y don José Vázquez.

Comunidades religiosas.           

>   Convento de San Francisco, o de la Piedad, de frailes franciscanos compuesto por 25 sacerdotes, 3 coristas, 7 legos y 5 donados.

> Convento de la Concepción, de religiosas franciscanas, cuya munidad la integran 23 monjas profesas.

>   Convento de Santa Clara, o de San José, de monjas clarisas que se compone de 22 profesas y una novicia.  |

>   Convento del Espíritu Santo, también de la orden de Santa Clara compuesto de 24 religiosas profesas y 2 novicias.

Hospitales. 

>   La Caridad: que acoge a los enfermos pobres de la localidad y se vale de sus rentas y algunas limosnas.     

>   Santiago: que sirve para hospedaje de pobres mendigos pasa

Hospicio.

>   San Miguel de la Breña, en los extramuros de la población, a cargo de monjes basilios del Tardón.

La Encomienda de la villa.         

Propios y rentas. -

>   Casa de dos pisos en la calle Granillos, de 20 varas de frente y 14 de fondo, haciendo esquina por la derecha y confrontando izquierda con la de Joaquín Román; arrendada por 20 ducados anuales.

>   Bodega sita en la calle de Granillos, de 8 varas de frente por 6 de fondo, frontera con la casa de don Álvaro de Ayala; está alquilada en 6 ducados anuales.

>   Suerte de tierra cercada de pared (como manda el Fuero), de 11 fanegas de cabida, de ellas 9 de regadío y el resto de secano primera calidad, al sitio del Prado de Santiago, quinientos pasos de la población; limitada por el camino de Las Erillas, huerta de Antonio Andrés Montero, presbítero; olivar de don Francisco Larios y tierra de don Francisco Abarranca, presbítero. Está arrendada a Judas Tadeo en 2.000 reales al año.

>    Pieza de tierra, cercada, de 16 fanegas de cabida, 5 de regadío y 11 de secano, al sitio de San Pedro, lindante con el olivar de don José Vélez-Moro, ejido de Las Bolas, ejido de Las Erillas y tierra Luis Hidalgo, arrendada a José Capanegra por 1.300 reales

>   Terreno de secano, con su correspondiente cerca, de una fanega de cabida, al sitio de El Palacio, entre el llamado callejón del Matadero y la Plaza Mayor.

> La mitad de los diezmos de trigo, cebada y vino que se producen en el término (la otra mitad pertenece al hospital de la Sangre, de Sevilla); y por entero, los diezmos de los demás géneros y especies, deducida la décima parte que corresponde al Real convento San Marcos. Regulados por quinquenios, estos productos montan anualmente: trigo, 255 fanegas, 11 celemines y 2 cuartillos; cebada, 260 fanegas, 7 celemines y 4/5 de otros; habas 7 fanegas, 2 celemines y 3 cuartillos, y los demás géneros, 15.723 reales y 2 maravedíes

> Derechos de portazgo y veintena, que anualmente importan 460 reales.

< Lanzas: 1.840 reales anuales.

< Medias lanzas: 924 reales.

< Subsidio y escusado: 2.655 reales y 10 mrs.

f> Ayuda de costa al curato; al párroco de Santa María, 666 reales; al de Santa Ana, 667 reales, y al de San Sebastián, 144 reales.

EMCOMIENDA DE BASTIMENTOS.

Rentas-

> Primicias de trigo y cebada, que montan anualmente 68 fanegas, 2 celemines y 2/4 de otros, y 53 fanegas, 7 celemines, 2 cuartillos y I/5 de otro, respectivamente.

Cargas-

> Ayuda de costa al curato; 105 reales, 121 reales y 48 reales y 24 mrs., respectivamente, a los curas de Santa María, Sana Ana y San Sebastián.

Hospital de la Sangre.

Rentas-

> La mitad de los diezmos de trigo, cebada y vino, según se dijo.

> Escribanías-públicas, del Juzgado y del Ayuntamiento- y millones, que rentúan anualmente 1.500 reales.

> El abasto del jabón, 1.500 reales.
> El pedido del maestre, 611 reales.
> Un censo de 116 reales anuales, que paga el convento de la Concepción.

 Hemerotecas