El mecenazgo de Alonso González de la Pava
Primera parte.-
En el archivo parroquial de Guadalcanal
(Sevilla), se encuentran datos que atestiguan una importante emigración de
vecinos a Indias en los siglos XVI y XVII, los cuales una vez acomodados en el
Nuevo Mundo, enviaban limosnas y donaciones para fundaciones de capellanías,
hospitales y conventos a su ciudad natal. 1 Prueba inequívoca de ello fue la proliferación de edificios que
se levantaron en esta época, dando una configuración distinta al pueblo. 2 Mención especial
merecen algunos de estos indianos como Jerónimo González de Alanís, el cual
otorgó testamento en 1582 en la ciudad de La Plata en el Perú, disponiendo que
se tomasen de su hacienda 30.000 pesos de plata corriente, se pusieran a renta
y se fundase un convento de monjas de Santa Clara, una capellanía y un pósito. Álvaro
de Castilla y Ramos, estando en Guanajuato, dispuso en su testamento, fechado
en 1614, la fundación de un hospital y convento de Religiosas de la Concepción,
señalándoles 500 ducados de renta. Uno más de estos ejemplos de emigrantes a
Indias lo tenemos en Teresa de Morales, vecina de Panamá, que legó 3.000
ducados para establecer una capellanía en la iglesia mayor de Santa María. (3)
Aunque sin duda el más generoso de estos piadosos hombres y mujeres
fue Alonso González de la Pava, que imbuido del sentimiento religioso de la
época siguió la misma línea de mecenazgo providencialista que sus coetáneos al
fundar el convento y hospital del Espíritu Santo. «Yo —manifiesta en la carta de
dotación— hice donación entre vivos, y revocable, en la villa Imperial de
Potosí, su fecha en cuatro días del mes de junio del año pasado de mil y
seiscientos y doce, de cincuenta mil pesos, de a ocho reales cada uno, ...
hasta sacarlos de la Casa de la Contratación de la ciudad de Sevilla, los
quales fue Dios servido de que viniesen en salvamento, sin que dellos se
perdiese cosa alguna antes, por ser las barras de plata en que vinieron de
buena y subida ley». (4)
Fue en esta ciudad de Potosí donde Alonso González de la Pava hizo su
fortuna en el negocio de la extracción de la plata Era por estos años de
finales del XVI y principios del XVII una ciudad bien distinta del tipo clásico
de ciudad colonial, pues contaba con una población heterogénea y numerosa entre
las que se encontraban un gran número de personas ansiosas de enriquecerse con
las minas de plata de «el Cerro», montaña de 4.890 metros
sobre el nivel del mar en cuyas faldas se emplazaba. Buscadores de tesoros
llegaban a la Villa Imperial de todas partes de América y España, dando lugar a
un número considerable de ociosos que esperaban la fortuna y la suerte. En 1596
escribía Juan Pérez de Valenzuela al Rey que en Potosí «hay tres mil personas entre
españoles, portugueses y de otras naciones, los dos mil gente moza, baldía y
desocupada que no tiene otro oficio que jugar, beber, adulterar, robar y matar».
(5)
Otro sector numeroso e indigente de la población de la villa eran los
indios, que s oportaban el peso del trabajo de las minas en condiciones
laborales a veces infrahumanas. Esto unido al clima crudo de Potosí que no eran
capaces de sopor los indios traídos de comarcas más bajas, daba lugar a untar
alto grado de mortandad, (6) y sin duda esta vivencia preocupó hondamente
a Alonso González de la Pava, pues en una cláusula de la escritura fundacional
del convento pide al capellán del mismo rece por los indios que han muerto «en
la Villa Imperial de Potosí en el ministerio de labrar metales y beneficio de
la plata». (7)
Notas.-
1.- El presente trabajo es
una parte de mi memoria de licenciatura, inédita, El retablo del Renacimiento
en la antigua Provincia de León de Extremadura: La comarca de Llerena.
Sustentada en la Facultad de Geografía e Historia de Sevilla (8-VIII-1982). 1
Ortiz de la Tabla Ducasse, Javier: Emigración a Indias y fundación de
capellanías in Guadalcanal, siglos XVI y XVII, en «I Jornadas de Andalucía y
América», Huelva, 1981, t. I, ofrece un interesante estudio sobre la
precaria situación que por estos años padecían las tierras de la Baja
Extremadura, concretamente el triángulo formado por las poblaciones de Guadal
consecuentemente el alto porcentaje de sus vecinos que emigraron-canal, Llerena
y Azuaga, y a América y una vez enriquecidos allí, legaron parte de sus bienes
para fundaciones de capellanías.
2.- En relación con el empobrecimiento
de la población extremeña que motivó tina gran emigración a Indias
Cardalliaguet Quirant, M.: Estimación de los ¡actores de la emigración
extremeña en el siglo XVI, «Revista Estudios Extremeños »,
Badajoz, 1978, t. XXXIV, aduce una serie de factores causantes de este hecho
como son las presiones fiscales de la hacienda real, así como las continuas
enajenaciones de las encomiendas de las Ordenes Militares para subsanar la
política bélica de los Austrias, además de la serie de contribuciones que por
su parte imponía la iglesia, que recaían en los mismos sectores medios y bajos
de la región, aumentando la indigencia y los deseos de emigrar para encontrar
condiciones de vida más favorables.
3 Muñoz Torrado, Antonio:
Santuario de Nuestra Señora de Guaditoca, patrona de Guadalcanal, Sevilla,
1918, págs. 22-24. De mis sondeos por los archivos de Guadalcanal he encontrado
también algunos datos referentes a obras pías y capellanías, como son el
testamento de María Páez, Vda. de Alonso Sánchez, fechado en 1613, en el que
hace constancia de su fundación del convento de San Sebastián de Llerena, o la
obra pía de los hermanos Freire Gálvez, uno Vicario General y otro Prior de la
Provincia de León, que mandaron erigir una capilla en el altar mayor de Santa
María, con capellanía servidera. Francisco de Rojas Bastída mandó también
levantar una capilla en la parroquial de Santa María y contrató su retablo en
1635 según la escritura contractual que se conserva en el archivo de protocolos
de Guadalcanal, al igual que el contrato fechado en 1636 entre Alonso Carranco
Ortega y el mayordomo de la ermita de Ntra. Sra. de Guaditoca para edificar a
su costa la nueva iglesia.
4 (A)rchivo (Parroquial de
(G)uadalcanal. Libro de Fábrica del convento del Espíritu Santo de los
años 1621 a 1695, lib. I, fol. 4v.-16r. Ap. Dl. núm.
5 Helmer, M.: Luchas entre
Vascongados y Vicuñas en Potosí, en «Revista de Indias», Madrid, 1960, año XX,
pág. 186. Para darnos una idea del tipo de español ocioso, buscador de fortuna,
llamado «soldado», nos da esta cita de la época bien ilustrativa del momento.
6 Capoche, Luis: Relación
general de la Villa Imperial de Potosí, Ed. L. Hanke, (B.A.E., CXXII), Madrid,
1959, pág. 25. Hanke, L.: La Villa Imperial de Potosí, Sucre, 1954.
7 A.P.G. Libro de fábrica
del convento del Espíritu Santo de los años 1621 a 1695, lib. 1, fol. 5r.-6r.,
Ap. Dl. núm. 2.
EL MECENAZGO ARTISTICO DEL INDIANO ALONSO GONZALEZ
DE LA PAVA EN GUADALCANAL
Por Julia Mensaque Urbano
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