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lunes, 27 de julio de 2020

Curicheando en la Sierra Norte de Sevilla

"La perdiz alta, difícilmente ba­ja”

Nuestro término, en cuanto a caza se refiere, es, sin duda, el más apropiado para la caza con reclamo, dado a la abundancia de la codiciada "Perdiz Roja", objeto de líneas, dedicadas a la afición de Guadalcanal.
Afición "in crescendo" por la efectividad de sus puestos tan deliciosos y panorámicos, donde se contemplan las habilidades tan exquisitas que nuestro reclamo desarrolla al trabajar las campesinas, al transcurso de los cuarenta y dos días de la apertura de la veda nos ofrece en nuestra zona Norte de Sevilla.

Como pajaritero   empedernido, que  no  toda la  afición consiste en la preparación de: siento, puesto de tela, coche y otros secundarios, sino en el esmero de los reclamos basado en la continua labor de sus espe­cíficos cuidados, vigilancia cons­tante en todos sus aspectos, eli­giendo su colocación, combinada de tal manera que no falte luz, sol, abrigo y atmósfera, para conse­guir su sanidad, perfecto pelecho, y dejarlos en condiciones óptimas para soportar la dura batalla de la anhelada temporada de celo.

El criar pollos para, quizás, ob­tener buenos reclamos, es una aventura difícil y abnegada, ya que necesitan multitud de cuidados y mucha suerte, pero no siempre salen buenos, pudiendo compro­bar esta bondad soltando varios de ellos en una habitación con un reclamo enjaulado, aquilatando así su valentía y su buena sangre, al observar aquellos que le hacen cara, desafiando y curicheando que son los que hay que seguir cuidando hasta su prueba en el campo.

El procedimiento mejor para ob­tener buenos reclamos, es sencillo y hacedero, pues se trata de no dolerse de la cartera; no obstan­te, siempre hay que observar al nuevo "fenómeno" que se compra, en su sanidad, mansedumbre y buenos comportamiento en el pulpitillo, al hacerle las tres pruebas del reglamento pajaritero: sin perdices, con perdices y al matarle el macho primero, para ver cómo tra­baja a la hembra; creyendo inútil la prueba de errar de exprofeso la primera perdiz que entre en plaza.

Con qué entusiasmo se recuer­dan los buenos puestos dados en Los Olivos, Los Arrayanes, Los Ba­rrancos, La Varita, La Alcornocosa, Sierra del Agua, La Utrera y tantos otros que nos proporciona­ron esa inmensa vitalidad latente, que al transcurso del tiempo nos va impulsando esa gran esperanza para poder esperar la venida de un nuevo celo que nos coloque en nuestra salsa, esa salsa especial que necesitamos los buenos aficio­nados a la jaula.
No quiero terminar estos párra­fos sin antes consignar estas "Ad­vertencias" muy constructivas pa­ra todos los que se precien de pajariteros:
"Por San Antón, el capillo al perdigón, y si no están, por San Blas".
“Pájaro con tufo, casi nunca es cuco".
"Campesino que mucho curichea, poco se menea".
"Con heladas, lo probable es no hacer nada".
"Pájaro cobarde cantador, pue­de ser el mejor".
"Perdiz viuda, a los tres días es segura".
"Puesto repetido, es puesto per­dido".
"Pájaro aseador, no es el me­jor".
"Tarde tranquila y algo de calor casi siempre es la mejor".
"El puesto sin monte alrededor, nunca será el mejor".
"El pulpitillo en sitio pelado, es casi siempre un espantajo".
"El que primero llega a un pues­to, es el dueño para todo el tiem­po".
"La perdiz alta, difícilmente ba­ja".
"Cazar muchos compañeros, es estropear los cazaderos".
"Lo ideal, son dos para cazar".
"La perdiz para venir, pendiente tiene que subir".
"Campesino que más de una perdiz guarde, es pájaro cobar­de".
"Si este pájaro entrara, sería el primero que mataras".
"Siempre se tuvo consideración con el cazador de perdigón".
"Y si el cazador es cogido, de­be ser sufrido".

JOSÉ M.ª RIVERO SANZ
Revista de feria 1980

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