Desde la Ruta Romana de Híspalis a Emérita hasta el Camino de Santiago de la Frontera.
Guadalcanal, La mesta y
caminos de cañadas
En la
edad media, a partir de mediados del siglo XIV, una vez unificada la Corona de
Castilla, nuestro término municipal tuvo gran importancia como parte de las
rutas o caminos sorianos, siendo la más utilizadas sus cañadas por el llamado
Camino Soriano Oriental. Era la unión de cañadas más larga de la península
ibérica, pues contaba con más de 170 leguas castellanas, unos 800 km. actuales,
que, una vez llegado a tierras de Azuaga y Guadalcanal, enlazaba con los que se
dirigían a la campiña sevillana y las tierras de pastos de Córdoba.
Después de la
reconquista, la comarca sur de Extremadura y norte de Andalucía tuvo la
particularidad de ser tierra de lindes, donde confluían intereses de distintas
organizaciones de poder de la época, como son los obispados de Córdoba, de
Sevilla, o el fin de la provincia de León de Extremadura de las tierras
castellanas de la Orden de Santiago y las tierras de Al-Ándalus, frontera esta
de la que formaba parte nuestra villa.
La presencia de la feria de Guaditoca, que junto a la
de Zafra, ambas bien comunicadas entre sí por la “cañada de las merinas” que,
hacia el oeste, a través de las actuales fincas de Santamarina y La Torrecilla,
enlazaba “la Vega del Encinar” con los términos de Fuente del Arco
y Llerena, ya que en aquella época Malcocinado era
una pedanía de Guadalcanal, siguiendo hacia Campillo de Llerena y
posteriormente a las comarcas de la Serena y Tentudía, hasta Fuente de Cantos
(allí cruza con la “leonesa” que bajaba desde León hasta
la comarca de Aracena.
Lamentablemente, en el caso de
Guadalcanal, desapareció la feria ganadera a principio de los años ochenta como
tal y en la actualidad se ha convertido en una feria lúdica la última semana de
agosto, en el caso de Zafra, queda una minúscula representación ganadera y hoy
todo está desvirtuado por la presencia de la economía global y la entrada de
los productos procedentes de China.
Las ferias surgieron
para controlar legalmente el comercio de ganados, aprovechándose de inmediato
para la venta de mercancías; con dicho comercio se intentaba evitar la venta de
ganado robado, ya que estaban más controladas, incluso desde el punto de vista
censal y fiscal, de este modo con los controles de la trashumancia se evitaba
la exportación no permitida de las merinas a otros países interesados. Las
ferias en el siglo XIX cambiaron sus finalidades, y al mismo tiempo, las
transacciones comerciales se efectuaban durante todo el año, no necesariamente
durante las ferias.
La Mesta como tal, estaba regulada por el Honrado Consejo de
la Mesta, que tuvo su nacimiento
en la época de Alfonso X, pero su agonía comenzó y entró en crisis por los decretos de Campomanes y Floridablanca en tiempos
de la Ilustración,
a finales del XVIII, en la década de 1775-85, y al poco desapareció en el
primer tercio del XIX, dejándose queda vez más reducida la cabaña
trashumante. Pero la crisis era anterior, ya desde
los años 30 del siglo XVIII, que se autorizaron las exportaciones de ganados
merinos, a Suecia y posteriormente a Francia, Alemania e Italia. Ello supuso el
fin definitivo de la organización, luego vino el desastre administrativo citado
de Campomanes por el cual desaparecen los privilegios. Curiosamente pocos años
después y unido a la casi desaparición de la ruta del mercurio, desviada hacia
el recién creado camino de Despeñaperros, muere la Feria en Guaditoca para
asentarse definitivamente en el pueblo.
Estas dos
ferias principalmente del comercio lanar y ganadero (ganado ovino y caprino, sobre todo en “merinas”). Se intercambiaban productos del pastoreo con provisiones
y productos artesanales de la época y oriundas de la región: el intercambio era
a base de, lanas, quesos, aceite, vino, cereales, harinas, pan, tijeras,
cencerros, calderería, caballerías, cordales para redes, y en general todos los
productos que intervienen en las producciones
pecuarias, llegando a ser las dos ferias más importantes en el mercado nacional
y de enorme influencia en la economía de Guadalcanal. En el caso de
ésta, se celebraba en la denominada “vega de
Guaditoca y dehesa del encinar”, todos los años durante los tres días
de la Pascua de Pentecostés, la actividad comercial y otras coincidencias nos
lleva a relacionar la gran cantidad de vías pecuarias o cañadas en nuestro
término, que tan importante fueron en su época y hoy prácticamente perdidas por
el avance de la naturaleza y la codicia de los humanos.
Caben destacar
las siguientes que sobreviven en la actualidad, aun cuando son de difícil o
imposible accesos por algunas fincas que la actual oligarquía de sus dueños y
la dejadez de las administraciones han desviado o simplemente vallado y
anexionándolas a dichas fincas.
A continuación,
trasladamos los datos facilitados por un informe de la Junta de Andalucía del
año 2015 en el que se reflejaba la situación de los diferentes tramos de las
cañadas y veradas que afectan al término municipal de Guadalcanal, curiosamente
no hay ninguna que afecte a la finca de los Altarejos, por ejemplo, la cañada
que va de Guadalcanal a Azuaga, ¿casualidad u olvido?, yo hay lo dejo. Estas
son:
Nombre Ancho Estado
Vereda o colada de Llerena o del
Túnel 21 m. Deslinde iniciado 3,9 Km
Cordel o colada Travesía Trapos
de Arrope 38 m Deslinde iniciado 6,9 Km.
Cañada Real o Cordel Esteban Núñez
o Merinas 75 m. Deslinde iniciado 28 km.
Cordel de los Molinos o de la Sierra del Viento 38 m. Deslinde
iniciado 6,4 km.
Cordel o colada de La Hoya de Los Caleros 21 m. Deslinde
iniciado 11,7 km.
Cañada Real O Cordel Salvales o Senda 75
m. Deslinde iniciado 18,5 km.
Vereda o colada de Constantina 21
m. Deslinde iniciado 8,8 km.
Vereda o colada de Cabeza Sancha 21
m. Deslinde iniciado 3 km.
Vereda o cañada de Cazalla 21
m. Deslinde iniciado 6 km.
Vereda o cañada de la Almolareda 21
m. Clasificada
Vereda o cañada del Madrigal 21
m. Deslinde
iniciado 6 km.
Colada de Los Molinos 21
m. Deslinde iniciado 2,3 km.
Vereda de Guadalcanal (Alanis) nuestro término 21 m. Deslinde
iniciado 2,5 km.
Este proyecto que cuenta con 106 kilómetros aproximadamente,
se empezó a ejecutar hace más de 7 años, en la actualidad se encuentra
parcialmente realizado.
Fue nuestra villa santiaguista durante
cuatro siglos un centro neurálgico muy importante en la trashumancia ganadera.
Así lo prueba la existencia en nuestra localidad de autoridades que velaban por
el cumplimiento de sus normas. Existía el Alcalde Entregador
(persona responsable del amojamamiento, cobrar las rentas de la Mesa Maestral y
la defensa de los espacios dedicados al reposo y abrevaderos del ganado), o el Alcalde
de Alzadas (responsable del cobro de impuestos por pasos de cañadas y
cobro e imposición de sanciones por incumplimiento de pastar fueras de las
lindes).
En
Guadalcanal existían varios descansaderos del llamado “ganado menor”,
como el del Cristo, San Benito, en el Coso donde se encuentra la actual piscina
municipal, en algunas fincas de paso y en el llamado posteriormente Huerto de
los Gitanos. y abrevaderos en estas zonas, en varias fincas, dos en el Coso,
uno en el actual recinto ferial y el único que subsiste cerca del matadero.
De
la importancia del ganado lanar que tuvo en su época cabe destacar varias
referencias: (1568: Solo Manuel
Cerezo de Guadalcanal posee una cabaña de 3.948 cabezas de ovino y 66 bueyes y
vacas ” Las ovejas todas ellas merinas pastan en trashumancia en tierras de Al-Anadalus,
en La Lentejuela, Lebrija, El Madroño y Tomares, de las reses vacunas pastan en todo el tiempo en
la dicha Extremadura”, en la Serena, Cáceres, Castuera, y otros “pastan con su
ama”),
(1697: Una cabaña formada por 8.330 ovejas de
los ganaderos Pedro Ramos, Alonso Carranza, Ceferino Morente y López Rocha de
Guadalcanal en la baja Extremadura emprenden la trashumancia hacia tierras del
noroeste de Cáceres en los alrededores del Tajo).
En el vocablo de
Guadalcanal existen muchas palabras, algunas de ellas en deshuso relacionadas
con el pastoreo y la trashumacia, entre ellas citamos:
Acostaero o agostadero, Agarro. Aguaera, Ahijar, Amanear, Borra, Caldero, Calostro, Carrancas. Cascarria, Chozas, Chozos, Chozo de arreo, Cincho, Colleras, Cuarteño, Desviejar, Enramá, Esquila, Esquilar, Estribas, Majá, Renegar, Herrar, Truco, Piqueta, Preciso, Vellón, Red, Roña, Ubrero, Vasqullla, Remobeo, Panderones, Romana, Ramantones, Cuajo, La saca, Pelliza, Surreta, Vlchera, Ubrero y Resalto.
Como curiosidad
destacamos que la llamada antigua Cruz del Aceite en el viejo camino de
Guaditoca debe su nombre a que los pastores trashumantes dejaban una pequeña
ánfora de aceite en el lugar, que posteriormente recogía el ermitaño de
Guaditoca y servía para mantener siempre encendidas las “candelillas o
mariposas” que alumbraban a la Virgen.
Rafael Spínola R. (Guadalcanal 2022)