Desde México a Guatemala y las Antillas
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sábado, 30 de marzo de 2024
Indianos de Guadalcanal
sábado, 23 de marzo de 2024
Historias de la historia 1
La partida de ajedrez
La segunda, más curiosa e innegociable, que el
futuro del alminar de la mezquita mayor (que hoy conocemos como la torre de la
Giralda), se la jugarían los dos reinos al mejor de cinco partidas de ajedrez.
Por la parte cristiana el jugador sería el infante Alfonso que posteriormente
fue Alfonso X “el sabio” y por la parte musulmana el propio Alxataf. El
ganador podría ser dueño del futuro de la torre y optar por destruirla o
llevársela pieza a pieza en el caso del jugador árabe o conservarla si el
ganador se decantaba por los cristianos.
Hemerotecas
Rafael Spínola R.
domingo, 17 de marzo de 2024
Expolio o desamortización de edificios históricos de Guadalcanal (última parte)
Una pila bautismal renacentista de la Iglesia de la Concepción, utilizada como macetero en el colegio de monjas del Convento del Espíritu Santo.
En este artículo no incluimos los nombres de los vecinos o empresas que compraron los edificios, ellos simplemente se beneficiaron en aquel momento de la venta de unas “gangas” que se pusieron a la venta, sin embargo, la actuación del arzobispado, el poco celo del párroco de turno, alcaldes, resto de autoridades locales y la pasividad de los vecinos nos han llevado a una situación actualmente irreversible.
(Última parte).
“Intento de compra de San Vicente. Con fecha 29 de Julio de 1935, Rafael Cárdenas Ordoñez dirige un escrito al Arzobispado de Sevilla, en los siguientes términos: Rafael Cárdenas Ordoñez, natural y vecino de esta, casado a V.E.R. con el debido respeto, EXPONE: Que es dueño de una casa en esta villa calle San Sebastián, la cual habito y que linda en su parte derecha con la Ermita y dependencia de San Vicente. La referida Ermita al culto está cerrada al culto hace más de diez años y convertida en almacén de anda, pasos y trastos viejos, y si a eso se une que su techumbre está en mal estado, sobre todo las dependencias que lindan con la finca del dicente, al alto criterio de V.E. no se ocultará los graves perjuicios que a la propiedad particular se le ocasiona con este estado de cosas, aumentados conforme pasa el tiempo. Se hace precisa una urgente y costosa reparación en la referida Iglesia de San Vicente. Mas como el estado actual de la iglesia es bien patente, no es mi ánimo ponerla en grave trance por eso me permito proponerle a V.E. la enajenación de la repetida ermita, caso de que no pudieran hacerle las obras que necesita, en cuyo caso no tendría otro destino que demolerla y sobre su solar edificar dependencias con fines domésticos que se incorporarían a mi propiedad que con ella linda. Dios guarde a V.E. muchos años. Guadalcanal, veintinueve de Julio de mil novecientos treinta y cinco”.
No
se hizo esperar la contestación del Arzobispado, ya que en la parte inferior
del mismo escrito del Sr. Cárdenas, aparece esta coletilla: “Sevilla 3 de agosto
de 1935. Vistos los antecedentes de este asunto y especialmente lo actuado en
el año 1923, como motivo de una solicitud del Sr. Párroco de Guadalcanal,
decretamos que no ha lugar a lo solicitado en la instancia que nos ha dirigido
D. Rafael Cárdenas Ordóñez”.
A
principios de los años 70, una entidad bancaría a través de un vecino del
pueblo hizo un nuevo intento de compra o apropiación con la intención de poner
una oficina bancaria o cualquier otra intención de actividad en un edificio con
una situación privilegiada dentro del casco urbano. Finalmente, en el 1977 y
coincidiendo con la romería de nuestra patrona, una representación oficial del
Arzobispado de Sevilla, realiza un viaje a Guadalcanal y la zona de varios
días, quedando ubicado su hospedaje en Cazalla de la Sierra, durante esos días
y con el pueblo ajeno a ciertas reuniones clandestinas, se fraguan los tratos
de la venta de la Capilla de San Vicente, edificio emblemático situado en la
plaza de España. Esta capilla fue solicitada en cesión en repetidas ocasiones
al Arzobispado de Sevilla por los responsables de la Cofradía de Penitencia de
las Tres Horas, para instalar en ella sus imágenes titulares y abrirla al
culto, consultado a hermanos de aquella época, la respuesta fue una y otra vez
negativa. Poco después se ejecutó el acto de enajenación y venta por una
cantidad aproximada a 500.000 pesetas, unos 3000 € actuales, convirtiéndola su
nuevo propietario en un salón de juegos juveniles, con máquinas recreativas y
futbolines, posteriormente y hasta la actualidad en un bar, realizando en su
interior varias obras de acondicionamiento, aunque su empleo para usos profanos
se remonta mucho antes de su venta, sirviendo de carpintería, almacén de
materiales, almacén de andas y tratos viejos, cuadra de caballerías, salón de
juego, salón de baile y guateques para la juventud, emisora local de radio,
bar, etc., etc., en este trasiego de propietarios ocasionales, se ha cambiado
básicamente su interior con obras y modificaciones no autorizadas, el exterior
no ha sido básicamente modificado, (aun cuando cabe destacar un ventanal que se
abrió en la fachada principal con nocturnidad y alevosía), actualmente se
encuentra en buen estado.
Como en el caso de D. Quijote, “claro que no
ha sido esta vez, amigo Sancho, con la iglesia con la que toparon”, unos y
otros quedaron sin poder de reacción, ya que los responsables del Ministerio de
Educación y Ciencia, cursaron un escrito con fecha 7 de julio siguiente a la
fecha de su venta a la Dirección General de Patrimonio Artístico y Cultural y a
la inmóvil hasta aquel momento Delegación de Sevilla para que por vía de
urgencia se haga saber al Ayuntamiento de Guadalcanal que “se declara
monumento histórico-artístico con carácter nacional iglesia de la Concepción de
dicha villa”, por lo cual, no podría realizarse modificación, proyecto de
cambio estructural, obra o cualquier otro movimiento que supusiese la
alteración de lo declarado por el Estado, y menos aún sin el estudio y
aprobación de la Dirección General correspondiente, así, se paralizó su inminente
derribo, no así, sin embargo el progresivo deterioro que ha sufrido año tras
año, por el abandono de su dueño y el olvido de todas las entidades estatales y
provinciales citadas, en la actualidad su interior se encuentra en ruina total
y el exterior fue limpiado y rehabilitado por la escuela taller de empleo “Corredor
Eco-patrimonial Sierra Morena” en el año 2010.
Las
actuales casas adosadas a la iglesia formaron parte del antiguo convento,
cenobio y subsistentes patios, corredores, acornado y otros elementos
arquitectónicos que formaban parte de un bellísimo conjunto, ya que después de
la exclaustración del siglo XIX y principio del XX fue vendiéndose por parte el
conjunto del convento y quedó reducido al edificio actual. En ella existía y
fueron arrancados en aquellos últimos meses antes de su venta, azulejos muy
antiguos que constituían un espléndido retablo y una pila bautismal de valor
incalculable (esta como hemos citado anteriormente, se convirtió en un macetero
con un ridículo cactus en un rincón del patio del Convento del Espíritu Santo).
No pasó mucho tiempo, apenas seis meses de la formalización de la venta cuando un nuevo sobresalto alertó a los vecinos de nuestro pueblo, a través de fundados rumores indicaban el peor destino posible para el emblemático edificio, una empresa de construcción pensaba transformarlo en un amplio solar diáfano para construir viviendas y se habían iniciado ya las gestiones, también se rumoreaba que el nuevo propietario instalaría en su interior un amplio supermercado, afortunadamente el tiempo corrió a favor y se evitó el derribo.
Datos. - Guadalcanal Siglo XX, - Apuntes sobre
la historia de Guadalcanal, Arte y religiosidad popular: las ermitas en la baja
Extremadura, Historia de Guadalcanal, Revistas de Feria, y Hemerotecas y
Autor. Rafael Spínola Rodríguez
domingo, 10 de marzo de 2024
El señor marqués de Guadalcanal y los amores de Juan Palomo
Don Fernando de Rivas y Luisita su hija casadera
domingo, 3 de marzo de 2024
Expolio o desamortización de edificios históricos de Guadalcanal (segunda parte)
1.- Conjunto del Cristo, Ya no acudo a merendar Chocolate y pan bendito Y hasta borraron lo escrito, Que son ganas de borrar. Ya puestos a profanar Un calvario y sus reflejos Cegaron los azulejos Y tapiaron la hornacina.
El valor cultural de algunos altares de cerámica trianera expoliados o destruidos era superior al valor de venta de todo el edificio Con este artículo queremos hacer una recopilación de datos y acontecimientos datados en los años setenta del pasado siglo sobre el expolio y la desamortización encubierta de una serie de edificios pertenecientes a la historia monumental de nuestro pueblo y hoy en manos de particulares (segunda parte).
2.- La Casa Rectoral, Aquí la cal obsesiva, gana castillos, leones. Campos de gules, florones, penachos a la deriva. La blancura sucesiva tras cinco siglos de brega a esta mansión solariega fue destruyendo a su modo. El tiempo lo vence todo. Si lo vieran los Ortega. Andrés Mirón. Este edificio que se encuentra frente al antiguo hospital de los Milagros, muy vinculado a la historia de Guadalcanal, fue vendido en parte a un vecino que posteriormente lo habilitó para vivienda, esta edificación fue la antigua casa solariega de la familia Ortega, de la que procede Pedro Ortega Valencia, ilustre personaje del pueblo y descubridor en el Pacifico de la isla que bautizó con el nombre de la villa, posteriormente por donación de la marquesa de San Antonio pasó a la administración y propiedad de la parroquia de Nuestra Sra. de Santa María de la Asunción, con la cláusula de “Se donaba para su perpetua memoria de la benefactora”, así fue durante varios siglo, utilizándose como casa rectoral hasta el citado año fue expoliada y vendida parcialmente. La parte vendida era la más interesante y de mayor valor, por su artesanado y arquitectura, en su en su interior hay un patio de dos pisos con arquería y un vestíbulo revestido de azulejos sevillanos tipo cuenca, de bellísimos bordados y vidriados, procedentes de la iglesia de Santa Ana, catalogados en la primera mitad del siglo XVI y difícil de valorar económicamente en la actualidad, por ser incontables en esta época. Esta edificación que se encuentra en la actual calle López de Ayala fue vendida por 300.000 pesetas, apenas 1800 € actuales.
3.- Ermita de San Benito, fue el último edificio
que se vendió, adquirida por medio de una sociedad local el 25 de octubre de
1977, un año después y a iniciativa de varios vecinos, se incoó un expediente
de Declaración de Monumentos Histórico-Artístico de este edificio para
preservarlo. Situado a dos kilómetros de Guadalcanal por la carretera hacia
Alanís, dentro de la finca del mismo nombre, enclavada en una vía de
comunicación muy utilizada en la Edad Media y el siglo XVI, unía Castilla y
Extremadura con la Andalucía Atlántica y por ella transitaban mercancías,
comerciantes y peregrinos que se dirigían al Monasterio de Guadalupe, sirviendo
de morada en tránsito al igual que otros edificios religiosos de la zona. Con
una arquitectura muy similar a la ermita de Guaditoca, datada su construcción
entre finales del siglo XIII y mitad del XIV, compuesta en el primer periodo
por portadas laterales en la actualidad inutilizadas.
Obras
ejecutadas en ladrillos, con arcos ojivales y alfiz, todo de estilo
gótico-mudéjar, así como el pórtico de la epístola que presenta arcos de medio
punto elevados sobre pilares de tipo cuadrangulares, los de norte y sur de la
primitiva ermita dan idea de la altura que tuvo, con el eje este-oeste
ligeramente desviado del actual. En 1494 la visita de la Orden de Santiago
describía que constaba de cuatro arcos apuntados y otro menos prominente donde
se situaba el altar, toda la estructura se encontraba unida por tablas
cubiertas de jaras con barro y tejas sobre ellas, contenía utensilios “viejos
y abollados”, posteriormente en 1509, en otra visita hace contar que se
está contrayendo una bóveda sobre el altar y hacia 1550, en una nueva visita ya
describe que está construida dicha bóveda y el resto de la iglesia está sentada
en tres arcos. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XVII el conjunto del
edificio sufrió una profunda remodelación para adaptarla a los estilos de la
época, respetando las reformas barrocas exteriores los primitivos esquemas
mudéjares, visibles en la fachada principal , el muro de la epístola y las
galerías porticadas del norte y el oeste, ya que en la bóveda principal se dejó
el pórtico de los pies de la iglesia y en una obra posterior se cubrió con
bóvedas al estilo del resto del edificio y formar el coro alto.
Después
de las últimas obras, en la actualidad, la única nave se cubre con bóvedas de
cañón con lunetos y el Presbiterio s se cubre con bóveda semiesférica al igual
que el espacio que ocupa el camarín, que compone una excelente solución
exterior con cúpula de tambor octogonal. En su interior se encuentra la pila
bautismal procedente de la Iglesia de San Sebastián. En 1875 se hizo la primera
venta a un propietario colindante de los bajos de camarín para poder sufragar
los gastos de la cubierta que se encontraba en mal estado, acometiéndose dichas
obras y respetándose la cubierta original. En Noviembre de 1984 el nuevo
propietario, ante la necesidad de abordar obras de conservación, solicitó a la
Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, la redacción de un proyecto de
restauración y con fecha 25 de febrero del 1987 por encargo de la citada
Consejería, el arquitecto José María Lerdo de Tejada redacta el proyecto de
restauración, en Octubre de 1987 el propietario adquiere la casa colindante,
que ocupaba los bajos del camarín desde su venta a finales del siglo anterior,
finalmente, en 1989 y años sucesivos la empresa propietaria acometió las obras
sufragando los gastos y que la dejan en su estado actual. En tiempos había un
espléndido altar de azulejos de estilo clásico sevillano, igualmente de tipo
cuenca, que, según comentarios de los vecinos del pueblo, debieron de ser
arrancados en los últimos años antes de ser vendida, debido a su abandono y la
accesibilidad sin control de personas poco respetables con la historia.
El
21 de noviembre de 1994 mediante acuerdo de la Dirección General de Bienes
Culturales se incoó expediente para inscribir esta ermita en el Catálogo
General del Patrimonio Histórico de Andalucía, siendo finalmente inscrita por
Resolución del 12 de diciembre del 1996. Era muy festejada la romería que se
celebraba en el fin de semana anterior al Domingo de Ramos en esta ermita para
trasladar las imágenes del Cristo de la Humildad y la Virgen de los Dolores a
la iglesia de la Concepción de Guadalcanal para procesional en Semana Santa. La
ermita fue adquirida por la empresa agrícola Villa Susana de la localidad, y posteriormente
restaurada y adecentado su entorno por los responsables de esta empresa, es el
monumento enajenado que mejor ha sido conservado. De esta venta, se ignora el
precio exacto, parece que fue la de mayor precio, si bien, con varios pagos a
cuenta. Esta ermita fue iluminada en su exterior en el 2009 con la colaboración
del Eximo. Ayuntamiento de Guadalcanal, ofreciendo una bella imagen desde la
carretera Guadalcanal-Alanís y se puede visitar con carácter gratuito el último
domingo de cada mes.
Datos- Apuntes sobre la historia de Guadalcanal, Arte y religiosidad popular: las ermitas en la baja Extremadura, Historia de Guadalcanal, Revistas de Feria, y Hemerotecas y Autor.
Rafael Spínola Rodríguez
domingo, 25 de febrero de 2024
Mi pueblo blanco
Y ¿dónde.., dónde fue mi niñez?
A veces unas simples frases, unas canciones o poemas te hacen reflexionar sobre la existencia que se te escapa de las manos como porciones de vidas encerradas en un frágil vaso de experiencias. En la soledad de mi recorrido casi diario por las calles de Guadalcanal cuando estoy allí de vacaciones, caminando lentamente para impregnarme de recuerdos de un pasado en blanco y negro, oigo a Juan Manuel Serrat en mis cascos, se me queda grabada la frase “Y ¿dónde, dónde fue mi niñez?, vuelvo al principio del poema y empiezo a seccionar frases y estrofas que se asimilan a mis primeros años de vida en Guadalcanal, aquella vida que recuerdo con fotos que se me antojan desenfocadas o en blanco y negro, acontecimientos y vivencias sucedidas antes que la diáspora de la emigración de los años sesentas del pasado siglo, me robara mi niñez para encuadrarme en el perfil de una gran metrópoli extraña y hostil para un niño que aún no había tenido la posibilidad de elegir su futuro o dejar a sus compañeros de juegos…
Calle Minas.-
Tenía diez años y un gato peludo,
funámbulo y necio, que me
esperaba en los alambres del
patio a la vuelta del colegio…
Barrio de Santa Ana.-
Era un bello jinete sobre mi patinete,
burlando cada esquina como una golondrina,
sin nada que olvidar porque ayer aprendí a volar…,
Y no volé, simplemente…,
emigramos, un doloroso adiós, un tren de tercera, una vieja maleta y un adiós a
la infancia precoz que con nueve años me hicieron mayor, ¿dónde.., dónde fue mi
niñez?...
Y en Madrid pasaron los años…
Mi madre crió canas pespunteando pijamas,
mi padre se hizo viejo sin mirarse al espejo…
Sigo caminando por las
blancas calles de mi pueblo cándido de paredes blanqueadas, calles vacías de
melancolía y repletas de nostalgia, y pienso… aquí, aquí quedó secuestrada mi
niñez…
Otra canción, otro poema
canta el mismo autor, salté de nuevo a mi adolescencia sin olvidar aquel pueblo
claro de luz y limpio de corazón…
Colgado de un barranco
duerme mi pueblo blanco,
bajo un cielo que,
a fuerza de no ver nunca el mar,
se olvidó de llorar…
Este pueblo que tanto sufrió en aquellos años
siniestros el abandono involuntario de sus hijos, al que se le vaciaron
colegios, se llenaron sus calles de ausencias, y se le olvidó llorar…
Me detengo en la puerta de
la que aquí fue mi última escuela, trato de razonar porqué mi familia como
tantas otras tuvo que abandonar nuestro hábitat natural, empezar una nueva vida
en tierras extrañas, insólitos trabajos, ajenos colegios, letras intrusas agregadas a
nuestro particular vocablo, za, ze, zi, zo, zu…
Quiero olvidar aquel
pasado, quiero disfrutar este presente, quiero fundirme de nuevo en el viejo
empedrado de la calle Minas, reencontrarme con mis amigos, pero, ¿dónde, donde
están mis amigos de la niñez ?...
Escapad gente tierna,
que esta tierra está enferma,
y no esperes mañana lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer…
¿Por qué hay que volver a
escapar?, esta tierra no está enferma, hoy quiero recuperar las sensaciones que
deje impregnadas en las calles aquel ayer, porque hoy es el mañana, ¿me siento
nuevamente niño?, ¿será que estoy recuperando el ayer y sí, sí algo hay que
hacer…?
Ausencias, soledades,
recuerdos… me llevaron inevitablemente al final de la calle Cervantes, otro
cambio de mí niñez, ya no existe aquella centenaria casa de mis abuelos
paternos, me detengo frente a la calle Juan Pérez para recordar el viejo
postigo que daba a la parte trasera de la casa por el enorme corral…, que
horror ya no existen, la casa, el corral, el pozo, la deforme higuera, la vieja
puerta, ahora todo es nuevo, distinto, impersonal…
Ello me hace repasar, poner
en orden mis pensamientos y sentarme en un umbral del pequeño jardín que hay
justo enfrente y reconstruir con recuerdos y llenar vacíos, cualquier
conversación que bien se podría haber originado a la sombra de la higuera de
aquel corral con mi abuelo Frasco, en este hermoso pueblo, en aquella vieja
casa blanca de un enorme corral y un viejo postigo, muchas palabras y frases
lamentablemente desaparecidas de nuestro peculiar diccionario de la Sierra
Norte y que hoy las generaciones posteriores no conocen y necesitan traducción.
Canete (niño de pelo
claro, casi rubio). algofifando el saguán (fregando el suelo de la
entrada a la casa), cagarrutas (excremento de ovejas), arrengao (cansado),
talega (bolsa para portar alimentos), a atente bonete (llenar a
rebosar), de bolín bolán (escaqueado), gasapo con frigiones (conejo
con alubias),una alferesía (ataque). garrotaso (golpe con el
bastón), le ha causao un bochinche (disgusto), dómia (pasar unos días en el campo
trabajando), antié (anteayer), angarillas (serón para llevar
cosas en las caballerías), la jaqueta (ropa de campo), luria(defenderse
a pedradas), …
Qué bonito era el seseo que
me hizo perder D. Cirilo, mi primer maestro en el colegio de Madrid, que
peculiar aquella jerga casi olvidada que fluye de nuevo en mi particular
diccionario.
El ruido de un coche,
inevitable sonido estridente de los tiempos modernos me saca de mi abstracción,
vuelvo a la realidad, me siento bienaventurado y con una extraña paz interior,
pienso… ahora si he contestado a mi pregunta, ¿dónde.., dónde fue mi
niñez?...
Aquí, aquí he recuperado mi
niñez.
A mi amigo Bautista
Guerrero, único componente de la banda de la Alcazailla que en aquellos años
sobrevivió a la diáspora y se quedó en el pueblo para recibirnos de vez en
cuando para recordar el pasado a los
que allí dejamos la niñez.
domingo, 18 de febrero de 2024
Expolio o desamortización de edificios históricos de Guadalcanal (primera parte)
Veinte mil duros por una ermita, un huerto y un humilladero con azulejos del siglo XVIII
Con este artículo queremos hacer una recopilación de datos y acontecimientos datados en los años setenta del pasado siglo sobre el expolio y la desamortización encubierta de una serie de edificios pertenecientes a la historia monumental de nuestro pueblo y hoy en manos de particulares (primera parte).
Hace
sesenta años que la noticia irrumpió en las radios, los diarios de la provincia
y alguno con tirada nacional, circulando por toda la villa con gran
preocupación e indignación de sus habitantes:
“Un pueblo serrano en los confines de la
provincia de Sevilla, de gran esplendor de antaño en la provincia de León de
Extremadura de la Orden de Santiago, conocida por su riqueza y posición
económica dentro de la estructura de nuestro suelo patrio y ahora maltratada
por las circunstancias, disminución de su población en algo más de una década
en un cincuenta por ciento, una emigración masiva en busca de trabajo y futuro
para ellos y sus hijos a poblaciones importantes, Sevilla, Madrid, Barcelona,
Bilbao… y otras ciudades de menor rango, aceptando diversos y duros trabajos a
los que se tuvieron que adaptar, hombres y mujeres temporeros, la mayoría de
ellos procedentes de la agricultura.
Arruinadas y
abandonadas sus viejas minas de plata de gran riqueza en la época Santiaguista,
que se han intentado en siglos sucesivos su puestas en marcha nuevamente por
distintas empresas sin éxito, un campo rico en recurso y pobre para los
jornaleros…, un pueblo olvidado por entidades locales, provinciales y
nacionales en el corazón de Sierra Morena, es testigo ahora de la destrucción y
expoliación en una decadencia de mezquinas especulaciones de parte de su
patrimonio histórico y artístico heredado en su mayoría de las aportaciones y
dedicación de ilustres hijos indianos del pueblo o legados de una época de gran
esplendor, cuando esta población pertenecía en la ordenación territorial a la
Provincia de León de Extremadura y en lo eclesiástico al Priorato de San Marco
de León con dependencia del Gobernador eclesiástico de Llerena.
Cinco edificios y
conjuntos eclesiásticos han sido vendidos recientemente por el Arzobispado de
Sevilla, con el beneplácito del arzobispo diócesis José María Bueno Monreal y
la complicidad y pasividad para reaccionar del párroco de la localidad Antonio
Espinosa Torre, el alcalde presidente Antonio Nogales Delgado y resto de la
corporación municipal.
Azulejos bellísimos del
siglo XVIII expoliados, pila bautismal sirviendo de macetero, en el patio del
convento de monjas, ermitas utilizadas como graneros o cuadras para animales,
capillas convertidas en salón de juegos juveniles con negocio de futbolines
incluidos y posteriormente en un bar, sin respetar su estructura primitiva
interior, edificios vendidos por debajo de su precio; Por veinte mil duros de
la época, así se vendió el lote de una ermita, un huerto y un humilladero con
azulejos del siglo XVIII”.
Pero
curiosamente no fue una desamortización, ni tampoco las furias revolucionarias
de los acontecimientos del 32 al 36 del pasado siglo, época ya superada y que
todo español con sus facultades mentales normales ha pasado página de aquello,
hoy cualquiera de nosotros, aun sintiéndose ateos o alejados de la iglesia es
lo suficiente culto como para desechar la idea de destruir, alterar o malvender
el legado que un día constituyó el patrimonio levantado para la historia de
nuestra villa y de su habitantes.
Existen
otros antecedentes de la época que afortunadamente no fueron ejecutados, en un
artículo de Andrés Mirón en el ABC de Sevilla el 19 de enero de 1977, puso
sobre la pista del intento de venta de otro monumento histórico. “La
Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural acaba de incoar
expediente de declaración de monumento histórico-artístico, con carácter
nacional, de la iglesia de Santa Ana, antigua parroquia de la villa, hoy
cerrada; Unos años antes se había intentado vender y fracasado el intento pese
a la infidencia de ciertas autoridades locales”. Afortunadamente en la
actualidad este magnífico edificio donde muchos santaneros y santaneras fueron
bautizados, se casaron o tomaron la primera comunión (entre los que me
incluyo), se encuentra restaurado y convertido en un centro cívico para actividades
culturales y que tiene su esplendor en Julio de cada año con las Jornadas
Patrimoniales y la Velá en homenaje a sus santos patronos.
Se
deben citar otras aberraciones y transformaciones cometidas o intentadas con
los monumentos de Guadalcanal, la Almona, el edificio más antiguo de la zona,
vendido a un particular, convertido en parte en un bar y el resto en estado de
abandono, la única iglesia de estilo mudéjar de la localidad, arquitectura
magnifica, que sin el más mínimo decoro y ante la pasividad de las autoridades
fue convertida en plaza de abastos en los años cincuenta, que un vecino
vinculado a una entidad bancaria, gestionaba con el Arzobispado que se
declarara en ruina la espadaña de la Concepción para facilitar su venta, esto
último fue denunciado por el citado Andrés Mirón con un telegrama que fue
cursado a la Delegación Provincial del Patrimonio Artístico con el siguiente
texto:
“En nombre del vecindario y propio, pongo
en su conocimiento hecho lamentable, venta e inminente destrucción Iglesia
Siglo XVII. Desmontaron importantísimo retablo de azulejos primitivos y
trasladaron lugar desconocido pila bautismal renacentista. Suplicamos
conservación del templo, Respetuosamente”
El
seis de junio de 1977, se ponía en marcha una operación oficial ante las
entidades que competen los asuntos histórico-artísticos. La Delegación
Provincial sevillana del Patrimonio telegrafió al comisario general, en Madrid,
rogándole detener el posible derribo de iglesias, poco después la Comisión
Provincial de Monumentos Históricos y la Real Academia de Bellas Artes se
sumaron a esta petición dirigiéndose al Ministerio de Educación y Ciencia en el
mismo sentido, así, con estos antecedentes, Guadalcanal se convirtió
lamentablemente en un símbolo de estos y otros muchos expolios históricos y
artísticos que sufrió nuestra región año tras año.
Poco después se materializó y fue conocido por
la población la venta por el Arzobispado
de cinco edificios, sin incluir el Convento de Santa Clara, que hacía ya
bastantes años que se consumó la venta silenciosa, transformado primero en una
fábrica de harina, hasta que cerrada ésta fue comprado para construir
viviendas, albergando sucesivamente almacenes, taller, fábrica de gaseosas y
otros usos por todos conocidos y actualmente en lamentable estado de
conservación.
Describimos los datos y situación de los cinco
edificios vendidos:
1.- Conjunto del Cristo
2.- Casa Rectoral
3.- Ermita de San Benito
4.- Capilla de San Vicente
5.- Iglesia de la Concepción.
1.- Conjunto del Cristo, Ya no acudo a merendar Chocolate y pan bendito Y hasta borraron lo escrito, Que son ganas de borrar. Ya puestos a profanar Un calvario y sus reflejos Cegaron los azulejos Y tapiaron la hornacina.
Y a fuente cristalina No canta ya ni de lejos. Andrés Mirón En el último trimestre de 1976 fue realizada la venta del llamado Humilladero del Cristo de la Salud, situado cerca del convento del Espíritu Santo que a albergó a las hermanas de la doctrina cristiana, en el antiguo camino que conducía a Llerena, cabeza de distrito santiaguista desde 1241, a la que pertenecía la villa, y que en el siglo XV pasó este conjunto a propiedad de la parroquia de Santa María de la Asunción con el nombre de“Cruz Abad del Santo”. La ermita y humilladero del Cristo de la Salud, es uno de los monumentos de menor valor artístico dentro del conjunto de la villa, siendo parte del antiguo camino real que partía desde la calle del Berrocal Grande por el lateral del convento del Espíritu Santo y que conducía a Llerena, se dice que era lugar de gran devoción entre los viajeros que transitaban por este camino y en él se detenían para implorar al Cristo allí venerado y pedir suerte en el viaje o dar gracias cuando regresaban. Tanto la ermita como el humilladero anejo datan del siglo XVIII, si bien alguna edificación se fechan en el siglo XV, ya que en un escrito de los visitadores de 1481 consta: Humilladero de la Cruz del Abad Santo.- El vecino de esta villa Rodrigo Mata, difunto, ordenó en su testamento a su mujer Catalina Ramírez a quien nombró por albacea y heredera universal de sus bienes, que erigiese un Humilladero al sitio llamado de la Cruz del Abad del Santo, consistente en un templete con cuatro postes, en cuyo frontal debería figurar el misterio de la Quinta Angustia, para la que destinó el testador 10.000 maravedíes. Como aún no se había ejecutado dicha voluntad, la visita pidió el testimonio a Catalina Ramírez y ordenó al alcalde don Juan Sánchez de Bonilla que cumplimentara esta disposición a la mayor brevedad posible. Comprendía este conjunto, un huerto de aproximadamente una fanega de tierra, una pequeña vivienda, la capilla o ermita del Cristo y un templete con una fuente en el centro, terminada con azulejos de estilo trianeros de finales del siglo XVIII. En resumen, una edificación iniciada en el siglo XV y catalogada en 1770 y que fue vendida en su conjunto por cien mil pesetas, apenas 600 € actuales, que sin control alguno fue transformada, la puerta principal tapiada por su nuevo dueño, utilizándola como granero y la huerta cultivada. En este lugar se celebraba la tercera semana de Septiembre o veintiún días después de finalizar la feria y una semana antes de la romería de Ntra. Sra. de Guaditoca, la velada del Cristo, que luego pasó su celebración a la plaza de España de la localidad por acuerdo de la hermandad y la corporación municipal. En este articulo no incluimos los nombres de los vecinos o empresas que compraron los edificios, ellos simplemente se beneficiaron en aquel momento de la venta de unas “gangas” que se pusieron a la venta, sin embargo la actuación del arzobispado, el poco celo del párroco de turno, alcaldes, resto de autoridades locales y la pasividad de los vecinos nos han llevado a una situación actualmente irreversible.
Datos.- Apuntes sobre la historia de Guadalcanal, Arte y religiosidad popular: las ermitas en la baja Extremadura, Historia de Guadalcanal, Revistas de Feria, y Hemerotecas y Autor Rafael
Spínola Rodríguez
sábado, 10 de febrero de 2024
La ascendencia Guadalcanalense del Rey Fernando II
Un rey llamado “El Católico” y su procedencia judía
La identidad de la madre de Alfonso
Enríquez, bisabuelo por parte materna del Rey aragonés y del noble castellano,
ha estado siempre envuelta en el misterio y ha sido evitada por los cronistas
reales. La respuesta más probable es que fuera Doña Paloma, una mujer judía
procedente de Guadalcanal (Sevilla).
A principios de la Edad Moderna, la
obsesión por la “pureza de sangre” (tener una larga ascendencia
cristiana) inundó las sociedades castellana y aragonesa hasta un punto
desconocido. Ni siquiera el bautismo lavaba por completo los pecados de los
individuos en estas sociedades, algo completamente opuesto a la doctrina
cristiana, que situaban a los judeoconversos y sus descendientes en una escala
social inferior a los llamados cristianos viejos. Tener ascendencia cristiana
era más importante que los méritos o las riquezas a la hora de acceder a
ciertos puestos en la Corte y entrar en órdenes militares como la de Santiago;
“lo cual no evitó que hubiera muchos casos de descendientes de
judeoconversos, como el inquisidor Tomás de Torquemada, o directamente de
conversos, como Andrés de Cabrera, que ocuparon cargos destacados”.
Paradójicamente, dos de los
protagonistas de esta Corte llena de prejuicios, el mismísimo Rey Fernando “El
Católico” y su primo el poderoso noble castellano Fadrique Álvarez de
Toledo, II Duque de Alba, portaban una remota ascendencia judía. La expulsión
de los judíos de 1492 ordenada por los Reyes Católicos fue el episodio final a
una convivencia entre cristianos y judíos que se había deteriorado gravemente
en poco tiempo. Aunque entre las clases populares las tensiones religiosas
fueron una constante durante la Edad Media, en la Corte y en los ambientes
aristocráticos de Castilla no habían existido altos niveles de antisemitismo
durante el siglo XIV ni en el XV.
Fue con la unión dinástica entre
Fernando e Isabel cuando regresó a la Corte la importancia de acabar con lo que
se estimaba un estado dentro del estado. Tradicionalmente
se ha creído, y así se ha escenificado en cuadros y obras literarias, que fue
la Reina quien tomó la decisión influida por el padre Hernando de Talavera y
por el oscuro Tomás de Torquemada, pero en realidad Fernando no solo no hizo
nada para evitarlo, sino que estaba plenamente de acuerdo con una medida que le
rozaba a nivel familiar. Los Enríquez, el linaje del hermano gemelo del Rey
Fernando “El Católico” era hijo de Juan II “El Grande”, quien a
su vez era descendiente de Fernando de Trastámara, el primer Rey de Aragón
procedente de la célebre dinastía castellana que Isabel “La Católica”
compartía con su marido. Por su parte, la madre de Fernando, doña Juana
Enríquez, también era Trastámara, pero procedía de una rama derivada de ésta: los
Enríquez. Iniciada en la persona del Infante Fadrique de Castilla — hermano
gemelo del Rey Enrique II “El Fratricida”, quien asesinó a Pedro “El Cruel”
para hacerse con la Corona—, los Enríquez llegaron a ser una de las
familias más poderosas de Castilla, ostentando la dignidad de Almirantes de
Castilla durante cerca de 200 años. El Infante Fadrique de Castilla, que era
hijo ilegitimo del Rey Alfonso XI como también lo era su hermano Enrique “El
Fratricida”, combatió hasta su muerte en la larga guerra civil castellana
contra Pedro I “El Cruel” ·.
En 1358, acudió a Sevilla en busca
del perdón real, como había hecho en otras ocasiones, pero fue prendido por
sorpresa. El hijo bastardo de Alfonso XI logró huir hasta el patio del Alcázar,
pero allí fue alcanzado por los soldados del Rey, quien, según algunas
crónicas, dio muerte a su hermanastro con sus propias manos. Con el
fallecimiento del patriarca, el hijo mayor, Alfonso Enríquez, le sucedió al frente
del almirantazgo de Castilla. Pese a la larga descendencia que Fadrique de
Castilla había engendrado con la noble castellana Juana de Mendoza, Alfonso era
fruto de una relación fuera del matrimonio, donde la identidad de la madre
nunca fue revelada. Un secreto que todos conocían La identidad de la madre de
Alfonso Enríquez ha estado desde entonces envuelta en el misterio. Los
genealogistas reales evitaron mencionarlo y la mayoría de cronistas se pierden
en suposiciones interesadas. Los partidarios de Pedro “El Cruel” le
consideraron fruto de los amores adúlteros de Fadrique con la esposa del Rey,
la inocente Blanca de Borbón, queriendo justificar así la conducta criminal y
desatentada del Monarca, quien abandonó a su mujer dos días después de casarse
provocando la furia de Francia.
Asimismo, el cronista portugués Fernao Lopes fue uno de los primeros en apuntar la teoría más aceptada hoy en día por los historiadores: el almirante fue hijo de una judía. Así, la madre sería Doña Paloma, una mujer judía nacida en la población sevillana de Guadalcanal, aunque otros autores como el historiador Diego Ortiz de Zúñiga afirman que vivía de una forma u otra, la creencia extendida de que los Enríquez tenían ascendencia judía, a razón de la madre de Alfonso Enríquez, sobrevivió hasta tiempos de Fernando “El Católico”. Cuenta una anécdota que, estando el Rey de caza, un halcón se alejó persiguiendo a una garza hasta perderse en el bosque. Preguntando el Monarca a uno de sus acompañantes, Martín de Rojas, por su halcón, el noble le respondió: “Señor, allá va tras nuestra abuela”, en referencia a que el pájaro había preferido finalmente perseguir a una paloma. Martín de Rojas era, como otros muchos nobles castellanos de la época, sospechoso también de proceder de la ilustre sevillana, cuyo linaje se había bifurcado en una Castilla donde “casi no hay señor que no descienda de Doña Paloma”, como cantaba un romancero del periodo.
Por su parte, Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez, II
Duque de Alba, estaba emparentado con doña Paloma por las mismas vías que su
primo Fernando “El Católico”. Así, Fadrique que influyó en que su nieto,
el Gran Duque de Alba, fuera bautizado como Fernando Álvarez de Toledo en honor
a su primo y Monarca era hijo de María Enríquez de Quiñones y Toledo, la tía
materna del Rey. Cuando los Reyes Católicos buscaron el apoyo de la revoltosa
nobleza castellana, tuvieron en Fadrique a uno de sus principales aliados. Sus
habilidades como general, sobre todo en lo que hoy podría llamarse contrainsurgencia,
fueron puestas a disposición real durante el asedio a Granada y, en -1514,
para la conquista de Navarra-. Y cuando la mayoría de nobles se unieron a
Felipe “El Hermoso” en su lucha por el trono, Fadrique fue de los pocos
que se mantuvo fiel al Monarca aragonés, y fue quien años después “cerró
sus ojos muertos” en Llerena (Badajoz).