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domingo, 26 de enero de 2020

La arquitectura de la orden de Santiago en Guadalcanal 5/6


Nuestro patrimonio monumental 5

Iglesia de la Concepción
El proceso para la recuperación del edificio se inició en 1987, cuando el arquitecto José Ma. Lerdo de Tejada y Pérez de Ayala realizó una ficha técnica donde señalaba las características generales de sus elementos constructivos (muros de piedra con algunos apilastrados de ladrillo, cubierta de teja sobre bóvedas de ladrillo y solería cerámica) y el estado del edificio. Las zonas deterioradas eran: la cubierta, que estaba retejada, pero con las bóvedas sin afianzar y con fisuras, debido al desplazamiento del muro del evangelio que estaba en ruina; el pórtico del lado de la epístola, que había perdido su cubierta y presentaba un importante desplome; el coro, que había perdido su acceso; y la espadaña, que estaba semiderruida. Las solerías, los enfoscados y las pinturas estaban en mal estado.  (97).
Ese mismo año el arquitecto redactó un proyecto de restauración de la ermita, que ha tardado tiempo en ejecutarse totalmente (98). En él aclara que entonces el conjunto lo componían la ermita y una vivienda adosada a la cabecera, que llegaba a ocupar in­cluso la planta baja del camarín y que debió de ser la casa del santero. En el lado norte quedaba el antiguo corral con su cercado y restos de arranques de muros. La actuación fundamental se centraría en el muro norte y en la cubierta de la nave. El primero requería el recalce de su cimentación y su reconstrucción; y la segunda, la ejecución de un refuerzo de ar­cos fajones y arcos de muros mediante nervios de hormigón armado, y de una losa del mismo material que uniese todas las bóvedas. También se proyectó la sustitución de la viguería del coro, cuidando conservar el espacio debajo del mis­mo, y la reconstrucción de su escalera de acceso (diseñada de caracol) y de la espadaña, basándose en los datos recogidos de los pocos restos que quedaban de ella y en la existente en la ermita de Guadítoca. En cuanto al pórtico del lado de la espadaña, se optó por abrir los arcos (que estaban cegados) y dejarlo sin cubrir, consolidando la ruina, de forma que, como un patio interior accesible desde el atrio de fachada, que también se restauraría
El estado actual de la ermita permite apreciar que se han realizado las obras proyectadas, con ligeras varia­ opciones en las soluciones dadas (por ejemplo, no existe una reja en el pórtico lateral).
La segunda ermita relevante de Guadalcanal es la de Santa María de Guadítoca, patrona de la villa. Aun­que hoy es de estilo barroco, su origen se remonta a una leyenda de mediados del siglo XIV, cuando se data la aparición de la imagen a un pastor en una peña a orillas del río homónimo. Poco tiempo después se labró una pequeña ermita, de sencilla construcción, que debe ser la que describen los visitadores a finales del siglo XV y comienzos del XVI (99).
A través de los primeros libros de visi­tas sabemos poca cosa: que el edificio de 1494 tenía un campanario hecho con dos postes de ladrillo y cal; y que en 1515 se estaban haciendo obras en la misma (100). Posterior­mente, en 1575, los visitadores amplían la información y dicen que era de "cuerpo mediano", hecho sobre tres arcos, cubier­to de madera de castaño y ripias de ma­droño, y con la entrada en poniente. Su capilla principal, que tenía delante una reja de madera, era pequeña y estaba cu­bierta de madera y alfajías y ladrillos por tabla. Junto a la ermita había un humi­lladero con una cruz de hierro (101) Muñoz Torrado, por otra visita de 1628, afirma que entonces parte de la ermita y la casilla del casero precisaban "recorrerse". No de­bía de estar entonces en buen estado por­que poco después, en 1638, se trabajaba en la construcción de una nueva ermita, ubicada junto a la antigua, que pervivió hasta 1913 convertida en casa de labor (102).
El actual santuario de Santa María de Guadítoca es un edificio de una sola nave, cubierta con bóve­das de cañón con lunetos y media naranja sobre pechinas, en el presbiterio. Tiene además un camarín copulado y una cripta rematada con bóveda de arista. Su decoración arquitectónica parece ser de fines del siglo XVIII o comienzos del XIX (103). Dispone de un pórtico cerrado con una reja que antecede la puerta a los pies. Antigua­mente contaba con otra puerta en el lado de la epís­tola que, según nos dijeron al visitar la ermita, fue cegada en la primera mitad del siglo XIX. Ello hace posible que el cuerpo hoy adosado al mismo lado del templo, que contiene cinco arcos cegados, fuese otro pórtico que antecediese a dicho acceso lateral.
El edificio actual fue mandado construir por Alonso Carraña» de Ortega, descendiente de conquistado­res extremeños, y su mujer Beatriz de la Rica (104). Con su aportación se costearon parte de las obras, siendo el resto sufragadas por la cofradía y los devotos de la Virgen, finalizándose los trabajos en 1647 (105) Un par de años después se trasladó Ntra. Sra. de Guadítoca al nuevo templo. Posteriormente, a finales del siglo XVII, se hicieron los portales; en 1718, se construyó el camarín; y en 1728, se reconstruyeron la bóveda de la iglesia, el coro y el campanario. Durante los siglos XIX y XX siguieron realizándose obras en la ermita, de importancia muy dispar: entre 1830 y 1832 se efectuaron reparaciones de carácter menor, entre 1845 y 1855 se reconstruyó la cubierta del presbiterio; en 1853 .se repararon los tejados de la iglesia; y finalmente, en 1913 se realizó una importante restauración en el edificio. En dicho año se resanaron bóvedas y cúpulas; se desmontaron y recolocaron armaduras; se arreglaron muros; se colocaron nuevas sillerías (de buena baldosa en la nave y de ladrillo y olambrilla en el presbiterio) y zócalos (de azulejos de cuenca en la nave y de reflejos metálicos en el altar mayor) en el interior; se dispuso un pavimento de cemento en el atrio; y se cerraron los cinco arcos del mismo con rejas de hierro. También entonces se arregló la casa para el santero y se dotó al templo de manteles y objetos necesarios para el culto (106) La ermita, que también fue saqueada en I936 (107),  hoy presenta buen estado de conservación y está abierta al culto.
Las ermitas que han desaparecido estaban dedicadas a San Bartolomé, Santa Marina, San Pedio, Ma­dre de Dios y Santa María de la Calera (o de los Remedios). De la ermita de San Bartolomé sabemos, por la visita de 1575, que estaba dentro de la villa, en la collación de Santa Ana (108). Se conoce su situación aproximada y es posible que restos de algunos de sus muros pervivan insertos entre edificaciones actua­les (109). La ermita de Santa Marina, que fue visitada ya en 1494 (110), la describen los visitadores en 1575 como una construcción hecha sobre tres arcos de ladrillo y cubierta de madera. Debía de tener algún tipo de pórtico alrededor y un aposento para el ermitaño (111). En 1628 ya debía de estar abandonada (112).
En cuanto a la ermita de San Pedro, sabemos que, en 1494, tras haberse caído, se estaba haciendo de nuevo, con arcos ladrillo v cal, y paredes de piedra, cal y barro. En dicha fecha la mayor parte de ella estaba va ya cubierta con madera tosca, cañas y teja, y tenía cerca una casilla pequeña en la que se alojaba el santero (113). Maldonado añade (por la visita de 1575) que su fábrica era sencilla y que en ella destacaba un portal grande, con una danza de arcos sobre cinco pilares; y también apunta que la ermita mantuvo el culto al menos hasta 1791 (114).
En 1509 y 1515 se inspeccionaron, además de las anteriores, la ermita de la Madre de Dios, situada cerca de la villa y que contaba con una casa para el ermitaño; y la de Santa María de la Calera, a una legua de la villa. Probablemente esta última sea la que los visitadores de 1515 llaman de Santa María de los Remedios, pues ambas estaban a una legua de la villa, se conformaban como un oratorio y tenían el mismo mayordomo, Juan Ximénez  (115) También cabe pensar que sea la misma que Maldonado denomina, por la visita de 1575, como de Ntra. Sra. de los Milagros, ya que la sitúa en el paraje conocido por la Calera y describe como pequeña, de una sola pieza y abierta al norte. En 1791 no que­daba rastro de esta última fábrica. (116)
Cabe también señalar una construcción singular de Guadalcanal, la actualmente denominada ermita del Cristo del Humilladero, situada a la entrada de la población y que parece ser obra del siglo XVIII. Probablemente tenga relación con el humilladero que, según recogen los visitadores de 1515, había mandado hacer Rodrigo Mata, vecino de la villa, a su mujer, tras su fallecimiento " con cuatro postes a la cruz del abad santo, y en la una parte pusyese el cruçifixo muy devoto, e de la otra la otra cruz con la quinta angustia” (117). Hernández Díaz, Sancho Corbacho y Collantes de Terán describen dicha ermita, sita junto a una fuente dedicada al Cristo del Humilladero (que fechan en 1770), como de una nave con arcos transversales de medio punto, cubierta de maderas, y presbiterio de bóveda vaída (118). También fue saqueada en 1936 (119) y hoy es de propiedad privada. (120).       '
A mediado, del siglo XIX, Madoz menciona como ermitas en la villa, la de los Milagros (debía referirse a la capilla del hospital del que luego trataremos), la de San Vicente (ya comentada como iglesia) y las de la Concepción y el Espíritu Santo (de las que no tenemos noticias y sospechamos puedan  tratarse de las capillas de los conventos homónimos) y fuera de la villa, las de Guadítoca, San Benito y el Cristo (Qué sería la del humilladero). (121)
Guadalcanal también destaca por el número de conventos que allí se fundaron entre los siglos XV y XVII. El Catastro de Ensenada da noticias de un convento de franciscanos y de tres conventos de religiosas: el del Espíritu Santo, de clarisas; el de Ntra. Sra. de la Concepción, de religiosas franciscanas; y el de Santa Clara. (122)
Varios autores atribuyen la fundación del convento de San Francisco a Enrique Enríquez, en 1489 (123). El edificio fue objeto de visitas por parte de la orden, por lo que se conoce que se estaba aún construyendo en 1494, y que en 1509 y 1515 los frailes estaban instalados en una casa prestada (124). Se­gún Madoz el convento de San Francisco, extramuros, "fue vendido por la nación y derribado por los compradores" (125) Sobre sus ruinas se edificó el actual cementerio de la población (126).



Notas. -

97) ACCC, JA, DA/3213, "Ficha técnica de estado constructivo de edificios", enero de 1987, La ficha es un cuestio­nario-informe previo a la redacción de proyectos.
(98) ACCC, JA, DA/7445- Este expediente contiene parte del "Proyecto de Restauración. Ermita de San Benito. Guadalcanal. Sevilla”, de mayo de 1987, que se hizo por encargo de la Consejería de Cultura de la Juma de Andalucía, Dirección General de Bienes Culturales, a propuesta del Servicio del Patrimonio Artístico; y el informe sobre el mismo, de noviembre de 1987. FIDAS, expte. 3882/89 n. 1, contiene el mismo proyecto, pero completo y visado por el Colegio de Andalucía Occidental, Delegación de Sevilla, el 24 de agosto de 1989. En ADPSCC, JA. puede consultarse el "Proyecto básico y de ejecución de restauración de la Ermita de San Benito. Guadalcanal (Sevilla)” del mismo arquitecto y fechado en abril de 1989, que es un segundo proyecto, surgido del primero, a modo de separata, con el que se pretendía ejecutar una primera fase de obras. Fue encargado por D. Antonio Fotón Meana, en representa­ción de la propiedad. Con él se pretendía ejecutar las obras, imprescindibles para asegurar la estabilidad del edificio. Este segundo proyecto se encuentra también en ACCC, JA, DB/10512.
(99)  MUÑOZ.TORRADO, Antonio, El Santuario... ob. ch., pp. 8-10 y 12.
(100) PEÍNADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden.,. ob. cit., apend. doc., t. III, pp. 835 y 960, y t. IV, p. 1304.
(101)  MALDONADO FERNANDEZ. Manuel, "El clero,..", ob. cit., p. 162.
(102) MUÑOZ TORRADO, Antonio, El Santuario... ob. cit., pp. 16-17 y 26, La publicación contiene dos interesan­tes fotografía de vistas exteriores de las ermitas antigua y actual.
(103)  HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERAN, Francisco, Ca­tálogo arqueológico... ob. cit., i. IV, pp. 226-227.
(104) MUÑOZ TORRADO, Antonio, El Santuario. . . ob, cit., pp. 26-28 y 32.
(105)  RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal. , . ob. cit., pp. 76-80. La publicación recoge imágenes de dos placas existentes en el templo que se refieren la inauguración de la ermita en 1647 y a la restauración de la misma llevada a cabo en 1913,
(106) MUÑOZ TORRADO, Antonio, El Santuario... ob. cit., pp. 30-32, 69-71, 88-89, 105-106, 232-233, 251-252, 255-256 y 261-263.
(107) HERNÁNDEZ DÍAZ, José y SANCHO CORBACHO, Antonio, Edificios religiosos. . . ob. cit,, p. 131.
(108) MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, "El clero...", ob, cit., p. 163. El culto se reducía a misa y procesión el día del santo. No contaba con bienes ni ermitaño y solo disponía de las limosnas de sus devotos.
(109)  En la visita efectuada a la población en diciembre de 2008 pudimos apreciar un remate sobre las cumbreras de las viviendas que ocupan actualmente el lugar, constituido por un sencillo pináculo que sustenta una veleta rematada con una cruz. Parece ser que dentro de las casas se conservan algunos arcos y, en la parte alta de una de ellas, una ventana de la ermita.
(110)  PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden... ob. cit., apénd. doc., t. III, pp. 837 y 962, y t. IV, p. 1 305. Las dos últimas referencias corresponden a las visitas efectuadas en 1 509 y 1515.
(111)  MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, "El clero...", ob. cit., pp. 162-163.
(112)  MUÑOZ TORRADO, Antonio, El Santuario.  .. ob. cit., p. 17. Los visitadores de dicho año la mencionan como una antigua ermita.
(113)  PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden... ob. cit., apénd. doc., t. III, pp. 835 y 961, y t. IV, p. 1 303; y MUÑOZ TORRADO, Antonio, El Santuario. . . ob. cit., p. 16. Este texto recoge la visita efectuada en 1 628.
(114) MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, "El clero...", ob. cit., p. 161.
(115)  PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Unten. . . ob. cit., apénd. doc., t. Ili, pp. 963-964, y t. IV, p. 1 305: y MUÑOZ TORRADO, Antonio, El Santuario.  .. ob. cit., p. 16. Esta publicación estudia la visita efectuada a la ermita de Santa María de los Remedios en 1628.
(116)  MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, , "El clero...", ob. cit., pp. 161.
(117)  PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden. . . ob. cit., apénd. doc., t. III, pp. 1325-1327. Queda re­cogido que los visitadores anteriores habían mandado su construcción, pero en 1515 no se había ejecutado, por lo que se mandó de nuevo hacer.
(118)  HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERAN, Francisco, Catalogo Arqueológico... ob. cit., t. IV, p. 226.
(119) HERNÁNDEZ DÍAZ, José y SANCHO CORBACHO, Antonio, “Edificios Religiosos…” ob. cit,p, 131.
(120) RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal… ob. cit., pp. 140.
(121) MADOZ, Pascual, Diccionario... ob. cit., p. 89.
(122) Catastro de Ensenada, consultado en http://parcs.mcu.es/Catastro.
(123) CORDÓN BERNABÉ, Antonio, "Convento de San Francisco", Guadalcanal, feria y fiestas (1987); del mismo autor “El convento de San Francisco…” Guadalcanal feria y fiestas (2005) pp. 159-162 y HERNANDEZ GÓNZALEZ, Salvador. “Convento de San Francisco…” Guadalcanal feria y fiestas (1998) Estos autores afirman que promovieron esta fundación en un viaje que hicieron a la población en 1489.
(124) PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden... ob. cit., apéd. doc., 1.111, pp. 848 y 971, y t, IV, p. 1516. Véanse también FLORES GUERRERO, Pilar, El arte del priorato... ob. cit., ¡vol. 1!, pp. 770.733, donde se recogen el documento de licencia del convento y algunos datos procedentes de las visitas del siglo XVI; y MIRÓN, Andrés, Historia... ob. cit,, p. 81.
(125) MADOZ, Pascual, Diccionario… ob. cit., p. 89.
(126)  MIRÓN, Andrés. Halaría... ob. cit., p. 81.

María Gracia y María del Valle Gómez Terreros Guardiola

lunes, 20 de enero de 2020

Guadalcanal en los documentos de Perú

Una pipa de vino de Guadalcanal

Diego Gavilán, conquistador y natural de Guadalcanal partió hacia el reino de Nueva Castilla (actualmente Perú) en la Carabela Santa Cruz, de la que era maestre Diego García, en la expedición del 30 de marzo de 1530, se convirtió en un notable hombre de aquellas tierras y rico encomendero.
Formó parte de la expedición de Pizarro, recibiendo del contador del Rey como hombre de a pie 3884 castellanos y 181 marcos de plata,  conquistando las tierras de Puna, San Miguel y Cajamarca, donde fue hecho prisionero por el Inca Atahualpa en la expedición que dirigía Hernando, hermano de padre del Francisco Pizarro, el 16 de Noviembre de 1532 fue liberado por una expedición capitaneada por Francisco de Pizarro, con un reducido ejército de 168 soldados y 37 caballos, exterminando a gran parte del pueblo Inca que le recibió desarmado y tomando como prisioneros a un reducido grupo de indígenas, entre los que se encontraba el propio Atahualpa,
Este guadalcanalense de oficio curtidor por tradición familiar, hijo de Pedro López Gavilán natural igualmente de esta villa, comenzó a amasar fortuna antes de su partida al nuevo mundo, con algo más de 20 años empezó de mercader en Sevilla, según data en 1501 su actividad principal era la venta de lana de merino y quesos.
Se estableció en tierras en Nombre de Dios primero en Cuzco, ciudad que conquistó con Pizarro y posteriormente se estableció en la Ciudad de los Reyes, de la que fue uno de los fundadores y ocupó el cargo de Regidor de esta ciudad y otros varios cargos, atesorando grandes riquezas, según reza:

Otrosí.- ...E agora vuestras mercedes sepan que de la dicha contía que para serviçio de Sus Magestades se me tomó e por que me fue dado el dicho juro hera e pertenecía a Diego Gavilán, natural de la villa de Guadalcanal, conquistador en la provinçia del Perú e vezino que agora es en la çibdad de Los Reyes d’ella, dos quentos e seteçientas e treinta mill mrs. que valieron el oro e plata que a la sazón en las dichas naos yo truxe, por razón de los quales a de aver al dicho preçio de treinta mill mrs., como me fue vendido e tengo el dicho juro, noventa e un mill mrs. de juro de heredad de cada un año del dicho juro que yo así tengo. Por ende yo, por esta presente carta, de mi propia voluntad otorgo que renunçio, çedo e traspaso en el dicho Diego Gavilán y en sus herederos e subçesores los dichos noventa e un mill mrs. del dicho juro de cada un año, los quales le do y aplico en pago e por razón de los dichos sus dos quentos e seteçientas e treinta mill mrs. que para serviçio de Su Magestad me fueron tomados, e se los señalo en los çient mill mrs. que por la dicha carta de previllegio yo tengo en la renta del alcavala del azeite e algodón de la dicha çibdad de Éçija
Como anda en renta, esto usando del poder e facultad que Sus Magestades me tienen dado por la dicha carta de previllegio de lo poder renunçiar e traspasar en las personas que quisiere. Por que pido e suplico a vuestras mercedes quiten e tiesten a mí, el dicho Antonio de Vergara, de los libros e nóminas de Sus Magestades que vuestras mercedes tienen los dichos noventa e un mill mrs. del dicho juro de cada un año de los dichos çient mill mrs. que yo así tengo en la dicha renta del alcavala del azeite e algodón de la dicha çibdad de Éçija e pongan e asienten en ellos al dicho Diego
Gavilán para que goze d’ellos desde primero día d’este mes de enero en que estamos de mill e quinientos e quarenta e tres años en adelante, para que los aya e goze d’ellos con las mismas facultades e condiçiones e segund que yo los tengo por la dicha carta de previllegio, e los reçiba a los mismos plazos de cada un año que yo por ella los he de aver e reçibir; que si neçesario es, yo por esta presente carta me doy por contento, satisfecho e pagado a mi voluntad del dicho Diego Gavilán de los dichos dos quentos e seteçientas e treinta mill mrs., porque le çedo e traspaso el dicho juro, e çerca del reçibo d’ellos renunçio la esebçión de la pecunia como en ella se contiene; e rasguen e manden rasgar el previllegio que yo dicho juro tengo e me den e manden dar a mí previllegio nuevo del juro que a mí me queda e al dicho Diego Gavilán de los dichos sus noventa e un mill mrs del juro, en lo qual yo reçibiré merçed. En firmeza de lo qual otorgué la presente suplicaçión e renunçiaçión ant’el escribano presente e testigos de yuso escritos, qu’es fecha en Sevilla en las casas de la morada del liçençiado Antonio de Illescas, que son en la calle de la Sierpe, sábado, treze días del mes de enero, año del naçimiento del nuestro salvador Jesucristo de mill e quinientos e cuarenta e tres años, e lo firmé de mi nonbre en el registro. E juro a Dios e a Santa María e a los santos Evangelios e a la señal de la Cruz que con mis dedos fago ant’el escribano público e testigos yusoescritos, ante quien la otorgué, que los dichos dos quentos e seteçientas e treinta mill mrs. perteneçieron al dicho Diego Gavilán por razón de tres mill pesos de oro e ochoçientos marcos de plata que d’él reçebí en la dicha provinçia e truxe por él a esta çibdad y entró en lo que así Su Magestad me tomó. Testigos que fueron presentes: el dicho liçençiado Antonio de Illescas, escrivano de Sevilla e Fernando de Cazalla, escrivano de Sevilla. (sic).

Por otros presentes recibió de del mayordomo de Rodrigo Roxo de Capillas: 

    declaró el dicho mayordomo que en la nao de Juan Gallego, donde iva el dicho Pero Ançures, ay ocho barriles de viscocho blanco.
— un capote colorado.
— dixo que çiertas sávanas y almohadas e una colcha e otras cosillas de poca sustançia se dio por Dios.
— un negro Jorge, que dize el dicho Capillas que era de Pero Sanches de Valladolid, y es de sus herederos del dicho Pero Sánchez.
Y Hallóse en dos caxas la plata siguiente
— quatro arrovas de plata blanc’açendrada marcada e sin ley en seis pedaços.
    dos arrovas e seis libras de plata blanca marcada en tres pedaços de plancha; la mayor es de ley de dos mill e dozientos e ochenta, e la segunda de ley de dos mill e dozientos e sesenta, e la otra de ley de dos mill e dozientos e çinquenta. (sic).

Diego Gavilán murió en torno a 1558/60, dejando una gran decadencia de hijos naturales y extramatrimoniales, entre los que se encontraban varios mestizos de su amancebía con una Inca.

Por Créspulo del Corral Huancayo Departamento de Junín (Perú)
Fuentes. -  Anuario de Estudios Americanos, Los Mercenarios en el Perú en el Siglo XVI y Sevilla y sus Mercaderes a Fines de La Edad Medía.

lunes, 13 de enero de 2020

La arquitectura de la orden de Santiago en Guadalcanal 4/6



Nuestro patrimonio monumental 4 
Iglesia de Santa Ana
Sobre la tercera parroquia de la villa, la de San Sebastián, algunos investiga­dores señalan que fue fundada por el maestre don Alonso de Cárdenas en los años ochenta del siglo XV (71). Por otra parte, Hernández Díaz, Sancho Corbacho y Collantes de Terán, apuntan que la parte más antigua del templo parece de un momento muy poco avanzado de ese siglo. Por todo ello, Mi­rón plantea la posibilidad de que el edificio se erigiese a principio» de dicha centuria y que la noticia sobre su fundación aluda a su conversión en parroquia (72). Podemos añadir que los visitadores de 1494 afirmaron que el cuerpo de la iglesia se estaba haciendo de nuevo "de tres naves con sus arcos de ladrillo, e en el, la capilla principal es de boueda, e esta por cubrir cierta parte de la dicha Yglesia". La techumbre se estaba haciendo con madera tosca y cañas, con barro y teja encima. Entonces en la iglesia no había campanas, salvo una esquila pequeña encima del arco toral. Sin embargo, en 1509 y 1515, ya se menciona que contaba con dos campanas en el campanario, además de con un esquilón (73),
A mediados del XVI se acometieron importantes reformas en este templo pues, además de cons­truirse entonces un nuevo presbiterio, pasó a tener una única nave sobre arcos transversales (74). Así, en 1549 los visitadores apuntaron que se estaba cubriendo con una techumbre de madera de castaño y ladrillo y que era una verdadera obra morisca con sus vigas talladas y racimos dorados (75). Posteriormente, en 1575 señalaron que tenía una capilla principal, de crucería de cantería, que se había hecho después de la visita anterior, a la que se accedía por nueve gradas de ladrillo, y que a sus lados había dos capillas pequeñas de particulares. En el lado de la epístola una puerta daba a la sacristía, que era pequeña. La iglesia tenía además otras puertas, de las que se apuntó que una era "de testero, entrando por la cual, a la mano derecha está la Pila del Bautismo; junto a ella una escalera de ladrillo por la cual se sube al coro, el cual es de madera, con su antepecho sobre dos pilares de piedra"; y otra estaba "en mitad de la iglesia, al mediodía (sur), entrando por la cual hay otra puerta que sale al hospital de Santiago”. (76) En 1575 también se abordó la ampliación del templo, cuyo ensanche tenía la problemática de la falta de espacio, ya que provocaría un estrechamiento excesivo de la calle contigua. Ello se solucionó abriendo los arcos que comunicaban la iglesia con el hospital de Santiago y cerrando la puerta de éste, incorporándola a la iglesia. Años después, en 1600, parece que se estaba labrando de nuevo en la torre. (77)  En el siglo XVIII a la iglesia se le adosó una nave en el lado izquierdo que ce cubrió con bóveda de ca­ñón y arcos fajones (78),
Ángulo Iñiguez describió la iglesia de San Sebastián también como de arcos transversales del tipo de la sierra, señalando que las pilastras, bastante elevadas, y los capite­les, muy sencillos, parecían ser del siglo XV. La cubierta era de carpintería de tres paños; y la capilla mayor, de planta cuadrada, con bóveda de crucería de ejecución "próxima a 1500". El edificio se encontraba, en 1932, en adecuadas condiciones (79). Por otra parte, Hernández Díaz y Sancho Corbacho consideraron el edificio como una "notabilísima" obra mude jarica y añadieron a lo ya apuntado que el primer tramo está desviado respecto al eje principal del templo, al igual que la capilla mayor (80). Destacaron, además, como elemento interesante y propio de la zona, la torre fachada inconclusa de época renacen­tista, que Ángulo describió como similar a la de Santa Ana, pero con columnas renacimien­to, que la hacían de muy avanzado el siglo XVI, y que estaba sin remate (81). En cuanto a la portada, la fecharon en el siglo XVIH, mientras que una portadilla lateral existente junto a la misma la calificaron de estilo Isabel (82)
El edificio fue saqueado en 1936, descubriéndose entonces el arco ojival de ladrillo en el frente norte de la capilla del Sagrario, perteneciente al núcleo primario de la edificación (83). A mediados del siglo XX fueron demolidas la torre "y parte de su arquitectura”, convirtiéndose en mercado de abastos en 1952 (84). Las fachadas están hoy muy modificadas, apareciendo en ellas una serie de huecos con formas y disposiciones ajenas a la arquitectura original del edificio, al igual que las pilastras y las bolas que la rematan. Hoy el edificio sigue siendo un mercado y, sin entrar en consideraciones sobre lo adecuado de su uso, presenta un buen estado de conservación.
Pero en Guadalcanal, además de las tres parroquias citadas, hubo otras iglesias. Una de ellas es la de San Vicente, ubicada en la misma plaza mayor de la villa. Se trata de un edificio barroco, del siglo XVIII, con planta de cruz latina, nave cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos y cúpula en el crucero (85). Al parecer, antes (en 1575) había sido una ermita (86). Según Salvador Hernández, el templo actual fue hecho por la Hermandad del Rosario y su construcción se finalizó en 1739. Tras pasar por diversos avatares en el siglo XIX, se cerró al culto en 1917, utilizán­dose a partir de entonces como almacén (87) Posteriormente tuvo varios usos (carpintería, emisora local de radio, alma­cén de pasos de Semana Santa,..), hasta 1977, cuando el arzobispado vendió el edificio. En 1980 los arquitectos José Núñez Castain y Pablo G. de Zúñiga Caravaca redactaron un proyecto de reutilización de la iglesia corno local para bar y lugar de reuniones, que se ejecutó en 1981(88) Actual­mente es sede de la Peña Bélica, uso para el que se realizó un proyecto de adecuación del edificio (89).
Manuel Maldonado apunta que en la visita de la or­den realizada en 1575 figura otra iglesia denominada de la Mina, sita en el poblado de igual nombre. Era entonces nueva y se había construido para dar servicio religioso a los trabajadores de la rica mina de plata que se había descubierto en 1555. Tenía una nave mediana de piedra rajada, y techumbre de madera de castaño y alfarjías y ladrillos por tabla. A la capilla principal, que era de crucería de ladrillo, se subía por tres gradas de azulejos. Al cerrarse la mina, en 1645, la iglesia debió abandonarse, pues hoy no queda nada de ella (90).
Esta localidad tuvo también numerosas ermitas, la mayor parte de ellas desaparecidas. Sin embargo, conserva dos muy significativas, la de San Benito y la de la Virgen de Guadítoca. La de San Benito es hoy un edificio de una nave, cubierta con bóveda de cañón con lunetos, con una media naranja en el presbiterio y una cúpula pequeña en el camarín. Tiene gran parecido con la ermita de Guadítoca y es mayoritariamente de estilo barroco, aunque conserva interesantes restos de su primitiva traza. Cuenta con un porche de ingreso a los pies, que contiene la actual portada de la ermita (constituida por un arco rebajado sencillamente enmarcado), y restos de otro en el lado de la epístola. Presenta, además, dos portadas hoy cegadas; una pequeña con arco apuntado, apreciable en el paramento interior del lado del evangelio, y otra de mayor tamaño, mudéjar de época tardía, que clara­mente se manifiesta en el paramento exterior del lado epístola (91). También se observan en la fábrica unos tondos o me­dallones de piedra, que pueden proceder de las claves de la desaparecida bóveda gótica. La construcción original ha sido fechada entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV 295. 
Situada a media legua de villa fue visitada en 1494, por 1o que sabemos que estaba constituida por cuatro arcos de cal y ladrillo, y otro arco menor sito en la capilla del altar. Con dicha información podemos plantear que posiblemente sería similar a las igle­sias de arcos transversales de la sierra estudiadas por Ángulo. También conocemos que estaba cubierta con madera tosca y de zarzas de mora, barro y teja y que su suelo estaba enladrillado. La descripción reali­zada por los visitadores es bastante confusa y difícil de comprender, pero creemos poder aclararla. La er­mita contaba con dos portales: uno al mediodía, de ladrillo con arcos, cuyos pilares se apoyaban sobre un antepecho, y que tenía cubierta de madera (la visita lo señala como de entrada); y otro a los pies, con tres pilares que sostenían un muro de cerramiento superior, sobre el que se apoyaba y terminaba la cubierta del hastial de la ermita. Sobre el tejado, en un pilar de ladrillo, había una campana mediana. Los visitadores también apuntaron que a un lado de la iglesia había una casa tan larga como el cuerpo de la ermita, y que junto al portal de los pilares había un aposentamiento para los devotos, con un corral en cuyo fondo se situaba una casa "buena" donde moraba el ermitaño. Estos espacios parecen coincidir con restos constructivos existentes hoy en el lado norte del edificio. Los soportales que rodeaban a la ermita por el lateral y los pies la singularizan respecto a otros edificios de la zona y permiten relacionarla con la estética del mudéjar extremeño, en el que se localizan este tipo de arquerías En la misma visita se recogió que la ermita estaba razonablemente reparada y, también, que el mayordomo de la misma había comprado un millar de ladrillos para labrar en ella. Varios autores señalan esta fecha como en la que se empezó a reedificar la capilla mayor. De hecho, en 1509 los visitadores anotaron que la ermita estaba "bien rreparada y hecha una capilla que estaba prinçipiada.
Los textos de la visita efectuada en 1575 añaden que era "de cantería de piedra rosada", que tenía dos puertas, una a septentrión y otra al mediodía, delante de la que había un portal erigido sobre cuatro arcos de ladrillo. La descripción de la iglesia recoge que su cuerpo era de tres arcos (no de cuatro, por lo que se puede suponer que el más cercano a la cabecera pasó a formar parte de la misma), y que la capilla principal se cubría entonces con una bóveda de crucería de ladrillo y tenía delante una reja de madera. En mitad del cuerpo de la ermita había una puerta por la que se entraba a una pieza larga que la ermita quedó muy alterado con estas obras (92) De los mismos años deben ser la pequeña cúpula del camarín y la edificación adosada en la cabecera, que ocupaba la zona baja del mismo y que parece haber sido usada como vivienda.
En el siglo XÍX comenzaría la decadencia de la ermita, pues casi fue destruida por los franceses y sufrió posteriores incautaciones. Aun así, también hubo algunos intentos para revitalizar su uso, que se mantendría hasta entrado el siglo XX (93), La ermita fue saqueada en 1936 (94) posteriormente desacralizada. Finalmente, en 1977 la adquirió Antonio Fontán Pérez, marqués de Guadalcanal (95) Gracias al interés del propietario por conservar este edificio (ha costeado su restauración) y a las gestiones realizadas por su sobrino Antonio Fontán Meana, hoy se encuentra consolidado, aunque sin uso. (96)



NOTAS. -

(71) CORDÓN BERNABÉ, Antonio, "La iglesia de San Sebastián", Historia de Guadalcanal (1985); HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, "Apuntes históricos cobre la antigua Iglesia de San Sebastián de Guadalcanal” Guadalcanal Feria y fiestas (2002), p. 57; y MIRÓN, Andrés, Historia.... ob. cii., pp. 58 y 60.
(72)  HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERÁN, Francisco, Ca­talogo arqueológico... oh. cit., t. IV, pp. 220 y 232; y MIRÓN, Andrés, Historia... ob. cit., p, 60.
(73) PEINADO SANTAELLA, Rafael Gerardo, La Orden... ob. ch., apénd. doc., t, 1II. pp. 800^801 y 952 y t IV p. 1289.
(74) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, "Apuntes histórico-artísticos...”, ob. cit., p. 58.
(75) FLORES GUERRERO, Pilar, El arte del Priorato... ob. cit., vol. I, p. 480.
(76) MALDONADO FERNANDEZ. Manuel, "El clero y...”, ob. cit., pp. 158-J 59. Las capillas particulares, latera­les a la capilla principal, pertenecían, la del lado de la epístola a los Funes y la del fado de evangelio, a Gonzalo Suarez y herederos.
(77) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, '"Apuntes histórico-artísticos...", ob. cit,, p. 58; y PLORES GUERRE­RO, Pilar, El arte del Priorato, ob. cit., vol. I, pp. 480-482. Esta investigadora apunta que en la visita de 1600 se recoge la existencia de una capilla de buen tamaño ubicada junto al arco toral, en el lado del evangelio, mandada hacer por Diego Ramos en su testamento, otorgado en 1573,
(78) FLORES GUERRERO, Pitar, El arte del Priorato... ob. cit., vol. 1, p. 480; y MORALES, Alfredo José, SANZ, María Jesús. SERRERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique, Guía artistita... ob. cit,. p. 390. La guía también señala que la iglesia era originariamente de una nave, a la que se le adosó otra en el lado izquierdo en eli siglo XVIII.
(79) ÁNGULO ÍÑIGUEZ, Diego, Arquitectura mudéjar... ob. cit,, p. 130. Véase también Edificios de tradición mudéjar... ob- cit., pp. 85-86.
(80) HERNÁNDEZ DÍAZ, José y SANCHO CORBACHO, Antonio, Edificios religiosos... ob. cit., pp. 126-128; y HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLEANTES DE TERÁN, Francisco. Catalogo Arqueológico... ob, cit., t. LV, pp. 220-223.
(81) ÁNGULO ÍÑ1GUEZ, Diego, Arquitectura mudéjar... ob. cit., p. 157.
(82) HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLEANTES DE TERÁN, Francisco, Catalogo Arqueológico... ob. cit., t. IV, p. 223.
(83) RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal... ob. cit., p. 132; MIRÓN, Andrés, Historia... ob. cit., p. 60; MORALES, Alfredo José, SANZ. María Jesús, SERRERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique, Guía artistita... ob. cit., p. 390. La guía recoge aún la torre-tachada, carente de remate, de la que señala que está muy enmascarada por adiciones posteriores.
(84) HERNÁNDEZ DIAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERAN, Francisco, Catalogo Arqueológico... ob. cil,,t. IV, p. 224. Véase también RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal... ob. cit. p.133.
(85) MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, “EI clero…”, ob. cit,, p. 163. La ermita se abría al culto diariamente para el rosario y para las celebraciones propias del santo titular.
(86) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador, "La Capilla de San Vicente Ferrer de Guadalcanal y la antigua Her­mandad del Rosario de la Aurora", Guadalcanal Feria y fiestas (2000), pp. 17-21. En 1868 fue incautada por la Junta Revolucionaria. Fue devuelta en 1874. y se restauró y bendijo en 1875. Volvió a ser incautada por el Ayuntamiento en 1876 y nuevamente devuelta al año siguiente.
(87) NÜÑEZ CASTAIN, José y GARCÍA DE ZÚÑIGA CARAVACA, Pablo, "Reutilización de la iglesia de San Vicente. Guadalcanal", Revista Anuario (1982), pp. 58-59. Los arquitectos apuntan en esta publicación la necesidad de rehabilitación del importante patrimonio de la localidad, y justifican el uso al que se va a destinar el edificio como la única posibilidad de salvaguardarlo.
(88) El proyecto, presentado al Ayuntamiento, es de adecuación de la peña existente a la normativa vigente para la consecución de la licencia de apertura del local,
(89) Véase http://milksci.unizar.es/miner/biblio/labantil.html, documento consultado en septiembre de 2010; y MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, "El clero...", ob. cit., p. 160.
(90) HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLEANTES DETERÁN, Francisco, Catalogo Arqueológico... ob. cit., t. IV, p. 226.
 (91)  RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal., ob. cit., p. 139.
(92)  HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador Notas...”, ob. cit., pp. 172-173.
 (93)'Ibíd., pp. 170-171.
(94) HERNÁNDEZ DÍAZ, José y SANCHO CORBACHO, Antonio, Edificios religiosos... ob. cit., p. 131.
(95) GORDÓN BERNABÉ, Antonio "Ermita de.," ,ob. cit,
(96) RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael, Guadalcanal. ob. cit., p, 139- Quisiéramos agradecer a D. José María Lerdo de Tejada y Pérez de Ayala la ayuda que nos ha prestado para el estudio de esta intervención.


María Gracia y María del Valle Gómez Terreros Guardiola

lunes, 6 de enero de 2020

Esbozo de un sentir andaluz

la siega se cobra tu viejo sudor

A ti, Andalucía, que lloras anodada tu sueño ancestral de gloria.
Aquella gloriosa Al-Andalus, cri­sol de culturas, tradiciones y razas, que aún perviven en lo grandioso de su arquitectura, cargada de siglos y de estilos, en lo singular de su lengua, cargada de raíces políglotas. En ese próvido carácter andaluz que no cambió, ni el tiempo ni los avalares de la historia.
Tierra que conoció multitud de invasiones extranjeras en distintas “cocas históricas”, pueblos que establecidos en ella se contagiaron de su duende y tomáronia como propia. La amaron, engrandecieron y lloraron el día en que vencidos hubieron de abandonarla.
Piedras milenarias que desde los minaretes y atalayas de mezquitas y catedrales, nos gritan su antiguo abolengo.
A esta Andalucía tan cantada por tantos poetas, me dirijo desde la sencillez de mi torpe pluma ¡no con la brillantez que propor­ciona el saber! Cuya semilla no germinó mi tierra. Pero sí con el sentimiento que es el único vehículo del amor.
De entre tus hijas. Sevilla mi favorita. Y de Sevilla, su Sierra Norte, donde entre sierras y valles, verde olivar y trigales, se levanta como espuma el pueblo donde nací, Guadalcanal, pueblo de hondas raíces y tradiciones, justo marco para vivir en paz. Donde la prisa muere en cordiales tertulias, don­de el alma se crece en el sosiego de sus calles, todas engalanadas de blanco como en un eterno com­promiso de pureza. Reposar en su plaza bordeada de naranjos bor­dando el marco de lo que es nues­tro centro religioso: la iglesia de Santa María de la Asunción.
Respirar allá por los albores del Agosto en ese balcón de la sierra, llamado Palacio. Vivir la embria­guez popular de nuestras fiestas, conglomerado de complejos sen­timientos. De euforia y alegría en nuestra feria. De emocionada fe, en nuestra Semana Santa. Cuando Jesús, a golpe de hombros rotos, es llevado a su calvario por los costaleros. Poema vivo al "paso" de la Virgen de la Soledad; lloran los corazones y ríen las palmas, que sin duda llevarán hasta el cie­lo un mensaje de colectiva plega­ria.
La vida de nuestro pueblo no se esconde tras lujosas cristaleras ciudadanas, ni se apaga bajo el tumulto de los motores. En él aún no se ha perdido la armonía eco­lógica y cada amanecer trinan los pájaros y se escucha el trote de las caballerías confundiendo la voz sosegada del campesino y el ladrido de algún perro callejero, a lo lejos un gallo se despierta pe­rezoso.
El alma de una comunidad agrí­cola es el agricultor, trabajador sin asueto que exprime su sudor sobre la tierra, siempre la mirada al cielo y la esperanza en el alma, la humildad surca su rostro y pone rúbrica a un largo caminar de si­glos por los senderos del esfuerzo nunca recompensado.
Campesino errante,
pordiosero eterno de un mundo mejor;
poema sangrante
que susurra al viento mil temores viejos, mil quejas de amor.
Prendida a tu alma
la esperanza espera tejiendo un dolor,
mil años a cuesta
otro Agosto nuevo
la siega se cobra tu viejo sudor.
Sabe Dios qué penas,
qué hondas miserias templaron tu hoz,
las manos abiertas
a ese mundo nuevo
que vista tu cuerpo de gloria y amor
Campesino nuevo
que clama justicia
y un mundo mejor.
Si mi pluma toma los derroteros de la poesía, habrán de disculpar aquellos que la consideren cursi, pero en ese subjetivo sentir andaluz está, siempre está presente ya un a riesgo de caer en el más absoluto tedio, insisto en que An­dalucía es poesía, y poeta cada andaluz.
Porque poesía es la tierra moldea por lo azada,
la copla rota queda en medio del olivar,
la mula torda en la trilla,
la tarde allí en el pilar, cuandojuntos la esperamos.
Andalucía es poesía
y vive Dios que en el alma mía
impregnada de ella está,
pues siento gloria y agonía
si dicen Andalucía...
yo grito: TIERRA SIN PAR.

A. Chaves
Revista de Feria 1980